Charity is no substitute for justice

El estadio de quidditch era el único lugar del distrito norte en el cual podrían albergar a la cantidad de personas que habían sido invitadas a aquel evento benéfico. Tenía como finalidad recaudar dinero para reconstruir los distritos más pobres y ayudar al resurgimiento de su economía, con la esperanza de mejorar la vida de las personas que los habitaban, y vivían a diario la pesadilla de, probablemente, no tener para comer. Esa era la historia que le habían vendido a la prensa y el 90% del país la había creído. No hay dinero, no se puede reformar, no tenemos medios para ello; pero detrás de todas esas excusas había algo más complejo; algo oculto a la vista de todo el mundo.

Pero eso era lo de menos.

El ministerio de seguridad se había encargado de hechizar el estadio por completo, nadie entraría o saldría de él sin su consentimiento. Los invitados eran obligados a presentar sus documentos de identidad en la entrada, además de su invitación; incluso la familia Rowen a eso de las 9 de la noche, que habían llegado tarde creyendo que de esa forma se harían notar y crecería la importancia de su apellido, hicieron un escándalo cuando a pesar de tenerlo todo en regla, les impidieron entrar por deber dinero al banco. — Señor Rowen, como comprenderá, su economía no es lo bastante estable. — ¡Esto es un ultraje! ¡Yo luché en la guerra! ¡He dedicado mi vida al país! — Sus gritos interrumpieron la calma de las personas más cercanas a la salida, pero el estruendoso ruido de la música del interior, le impidió tener al hombre sus 15 minutos de fama. Por suerte para él. La mayoría de los negocios que poseía se tambalearían si se enteraran de su inminente banca rota.

El suelo del estadio había sido reformado, como casi todo el lugar y lo que antes era césped, ahora estaba combinado con largas piedras de diseños irregulares y planos. La zona de los asientos, ahora estaban inundada de bancos de piedra creados por los diseñadores de interiores del distrito 2, que habían empleado cada pizca de creatividad en convertir aquel lugar en un jardín escalado. Flores de todo tipo asomaban como adorno entre las zonas y las lámparas flotaban en el aire cambiando de posición pero manteniendo un rumbo fijo, como si hubiera sido preestablecido. En el campo habían sido puestas todas las mesas de comida rodeando el estadio, pero el gran espacio del centro era para bailar. En la parte delantera, lo que era la antigua portería que los Falmouth Falcons habían todo en la temporada de invierno de hace 12 años, habían un gigantesco escenario, donde varios grupos se turnaban a lo largo de la noche según el ambiente iba variando.

Los ministros fueron los últimos en llegar, causando furor entre los invitados poco acostumbrados a verlos. Solían hacer vida en la isla ministerial, así que era extraño encontrarse con ellos en la calle por pura casualidad y realmente debías tener buenos contactos para conocer a uno lo bastante como para que recordara tu nombre. Claro que nadie quería pecar de paleto. — ¿Conoces al ministro Weynart? — Claro, como con él casi a diario. — Ese era el tipo de conversaciones que podías escuchar de boca de los más pomposos, que necesitaban demostrar al resto que su apellido, aunque desconocido, también pesaba.

El discurso estaba pensado para las once de la noche, y los encargados de organizar el horario de aquel evento se estaban poniendo de los nervios. Pasaban ya de las 22.30 y la ministra de magia, quien debería haber llegado hace horas, no hacía acto de aparición por ninguna parte. No había sucedido lo mismo con su esposo y con su hija, quienes de hecho, habían sido casi los primeros en llegar. — Vendrá, vendrá. Se habrá retrasado con algo. — Decía Sean, pero hacía unos 50 minutos de silencios en el espejo comunicador que tenía con su esposa, que había perdido la fe en lo que decía. Si no hubieran discutido es misma mañana porqué ella NO tenía tiempo para asistir al evento, Sean se habría preocupado, pero estaba seguro de que solo los había mandado por delante para luego no tener que aparecer. — Esperaremos hasta última hora. Y si no llega a tiempo, lo haré yo. —

01/12/2467 — Antiguo estadio de quidditch

» Durante este turno, se dará una semana entera para postear siguiendo la ambientación, eso quiere decir que pasaremos a la segunda parte el próximo 23/12/2017.

» Los personajes podrán postear todo lo que deseen durante ese tiempo, siempre respetando que entre sus post, haya al menos 5 mensajes de diferencia.

» En esta trama no habrá premio por ser el personaje más posteador, pero para cobrar por participar, se pondrá el tope en un mínimo de 10 post que solo será modificado si al sacar la media general es mucha la diferencia.

» Menciones o interacciones en quote o visibles en el post con negrita.

» Todo el mundo lleva una máscara, tanto humanos como magos, que solo debieron quitarse al identificarse en la entrada, pero podéis jugar con eso si lo deseáis.

» Los humanos tienen su propia mesa de comida y bebidas a parte de la de los demás. Se sobreentiende que al pertenecer a familias de determinada clase social, son capaces de respetar (y haber asumido) que solo pueden tocar la comida de la mesa de los magos si es para servirla.

Segunda actualización - 28/12/2017
Tercera actualización - 02/01/2018
Cuarta actualización - 09/01/2018

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EVENTO #1 Link directo a la actualización
EVENTO #2 ha sido adelantado debido a la rapidez de posteo. Link directo a la actualización.
EVENTO #3 ¡ultimo de los eventos puesto en marcha! link directo a la actualización

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Final de la trama. Se cerrará el tema el próximo 17 de Enero, tenéis hasta entonces para salir o completar los post mínimos necesarios si os falta alguno (10).

El conteo de post y pago por vuestra participación, se llevará acabo el día del cierre.

Con Zoey

Charity is no substitute for justice

Ir a eventos, galas y cualquier acto público nunca ha sido lo mío, pero desde que soy Ministro he ido a prácticamente todos porque es uno de los deberes que conlleva el cargo, por decirlo de una manera. En este caso lo es incluso más porque es una gala para recaudar fondos para los distritos pobres, una idea que además surgió hablando con Jamie a finales de septiembre sobre toda la situación que se está viviendo en el país. Por otra parte, es un baile de máscaras principalmente, y como la moda no es lo mío, dejo que sea Zoey quien escoja mi máscara porque está claro que ella tiene mejor gusto que yo, y también más experiencia para estas cosas.

Unas horas antes de que el acto dé comienzo, me paso por casa de Zoey y de Lëia para ir directamente con Zoey al estadio de Quidditch, donde se va a celebrar. La manera más rápida es ir con la moto voladora hasta el 5... Bueno, no. En realidad lo sería ir con un traslador, ¿pero por qué no pasar ese viaje con mi novia agarrada a mi espalda? Normalmente paso los fines de semana con ella, pero últimamente he estado demasiado liado con el trabajo y alguno he tenido que quedarme en la Isla Ministerial trabajando. No es la solución más romántica, pero al menos de esta manera podemos pasar un rato más juntos antes de tener que estar frente a decenas de personas enmascaradas.

No somos de los primeros en llegar. El hecho de que el medio de transporte no haya sido el más rápido no es el culpable en este caso, sino que todos los Ministros llegamos más o menos a la vez y se arma un jaleo al que ya debería estar acostumbrado porque llevo más de quince años trabajando de esto. Por inercia, agarro la mano de la rubia mientras entramos y nos mezclamos entre la gente con máscaras.

— No ha quedado mal al final, ¿no? — le pregunto a Zoey en referencia a la decoración y cómo ha cambiado todo, todavía agarrando su mano. — ¿Bailamos? — Aunque no nos veamos los rostros, conociéndome como me conoce, probablemente se imagine la sonrisa de medio lado que tanto me suele caracterizar en estas situaciones. No soy el mejor bailarín, y tampoco hace falta que se lo diga porque es bastante obvio sabiendo cómo soy. Porque ella no estaba en la boda de Elle y Elijah, pero todavía me sabe mal la cantidad de pisotones que tuvo que llevarse Jessica cuando bailamos. Sin embargo, teniendo en cuenta que se crió en una familia importante y adinerada, confío en que Zoey sepa guiarme bien. Lo más sensato sería intentar mejorar teniendo en cuenta mis planes para un futuro si no quiero hacer el ridículo.

La vida puede llegar a ser demasiado irónica. Hace diecisiete años la pareja de baila de la rubia era Alec, mi hermano y mejor amigo, y en un baile como este se dieron su primer beso. Hace años todo esto me habría resultado incómodo y doloroso, pero es algo que hace tiempo que aceptamos por nuestro propio bien.

01/12/2467 — Antiguo estadio de Quidditch

CHARITY IS NO SUBSTITUTE FOR JUSTICE

Excusar la ausencia de Jamie se está volviendo algo cansador. Esta mañana llegué al pico de estrés por culpa de la discusión que mantuvimos a lo largo y ancho de nuestra mansión tratando de hacerle entender que es su deber estar aquí esta noche, hasta que Hero empezó a hacer preguntas y tuve que mandarla a ocupar su tiempo en algo más para que no ande escuchando cosas que no debería. Ahora, en medio de una celebración inmensa con lo mejor de Neopanem y sin mi esposa dando señales de vida, ya no tengo idea de que más decir a aquellos que preguntan por ella.

Guardo el espejo una vez más en el bolsillo de mi túnica de gala y me disculpo con algunos viejos funcionarios para aislarme un poco de la acción, acercándome a una de las bandejas que se pasean por ahí para tomar una copa y llevármela a los labios, frotándome la nuca nerviosamente con mi mano libre. Busco con la mirada a mi hija y no me cuesta encontrarla porque como siempre, se encuentra donde se centra el flash de una cámara. Hago un enorme esfuerzo por no rodar los ojos o soltar una risa, porque creo saber muy bien lo que me espera con ella en unos pocos años.

Me quedo solo, fijándome una vez más el espejo de reojo y suspiro. Va a ser una larga noche.

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Solo en el rincón (?) libre para interacción

CHARITY IS NO SUBSTITUTE FOR JUSTICE

— Recuerda mantener la mirada siempre gacha y no hablar con nadie al menos que te hablen primero. Mantente cerca de mí todo el tiempo que sea posible y no le hagas caso a nadie más, al menos que sea alguno de los Ministros — le he hecho repasar a Sage las caras y nombres de todas las personas importantes que van a asistir esta noche para no pasar un momento bochornoso que termine en un castigo inevitable para mi esclavo, en especial porque es la primera vez que lo llevo conmigo a una de estas fiestas. Y bueno, también porque es la primera vez que tengo participación como una señorita de la alta sociedad y no como la hijita de la ministra. Quizá sea ambas. Yo qué sé.

Promete ser una gran noche, pero papá no está de humor y mamá no está aquí para poder lucirme con ella, así que me quedo cerca de la mesa de comidas tratando de probar algunos bocadillos con la mayor cantidad de elegancia de la que soy capaz. Me acomodo la brillante máscara plateada que combina con mi pomposo vestido, saboreando un trozo de sushi mientras trato de divisar a alguna figura importante entre la multitud. Quizá pueda encontrar a algún joven rico y apuesto para reírme de sus chistes un rato y darle golpecitos en el hombro.

Dejo de comer solo cuando se acerca una cámara y con rapidez poso y sonrío, ignorando el enorme flash antes de darme vuelta a Sage para mostrarle mis dientes — Dime que no salí con comida en la boca — le pido.

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Interacción con: Sage
Mención: Sean y Jamie
Libre para interactuar

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Hace tantos años que no asisto a un evento político que casi he olvidado cómo se hacían estas cosas, además de que se trataba de un gobierno algo diferente al actual. He dudado mucho sobre si venir o no luego de recibir la invitación, aunque decidí que era hora de empezar a vivir un poco fuera de los límites del ocho y quizá, solo quizá, podría encontrar alguna cara familiar; lo dudaba mucho, a decir verdad, considerando que la mayoría de las personas que conocí están muertas, pero el impulso de asistir fue más fuerte que mi sentido común.

Había elegido un vestido largo de color carmesí, delgado gracias a su fino tul y una máscara que cubría apenas la zona de mis ojos. Técnicamente hablando no había sido mi elección sino la de una compañera de trabajo que insistió en hacer las compras conmigo, pero se entiende el punto. Al arribar de una buena vez, no pude sentirme otra cosa que ansiosa y asfixiada por la inmensidad del evento, haciéndome sentir pequeña y nauseabunda gracias a las malas memorias. No sé de donde saco el valor, pero de alguna manera me inserto entre la multitud.

Hablo con muy pocas personas y la verdad es que no encuentro a nadie conocido o de interés, así que opto por beber y comer alguna que otra tontería. En algún punto tengo que escaparme de un hombre pesado que no hace otra cosa que acosarme para hablar con él y me escondo en un rincón oscuro, sentada en un sofá pequeño con las piernas cruzadas y cara de pocos amigos, mientras me embriago con una larga copa de vino. Vaya noche.

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Libre para interactuar

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Rodó los ojos terminando de acomodar el cuello de su camisa antes de entregarle la máscara que había elegido para él, a sabiendas de que no sabría cual llevar y acabaría pidiéndole ayuda. Lo bueno de conocerse eran las cosas como aquella. Esbozó una sonrisa mientras tomaba la propia y le instaba para irse de allí. Había dejado a Lëia con Violet por lo que estaba segura de que todo iría bien; su hija estaba encariñada con la pequeña de la familia, por lo que disfrutaría durante un par de horas de su compañía, seguramente cuando regresara a casa reconocería que no le gustaban los bebés y prefería tener un tiempo a solas antes de volver a verla. Meneó la cabeza saliendo de casa tras él y encaminándose en dirección al distrito cinco.

Hacía demasiados años que no asistía a una reunión como aquella, se había mantenido apartada de ello desde el mismo momento en el que se tuvo que ocupar de sus dos hijas, no molestándose en absoluto ya que antes las había disfrutado lo suficiente, quizás demasiado en ocasiones. —Recuérdame por qué no hemos tomado un traslador— cuestionó colocando un mechón de rubio cabello tras la oreja. No le molestaba, pasaban poco tiempo juntos y era divertido, pero no cuando se había ocupado concienzudamente de su cabello. Dejó entrever una sonrisa antes de tomar su mano y entrar en el lugar, observando a las personas a su alrededor pero, en especial, en lo que habían convertido el estado de quidditch. —Creo que el dinero que han gastado en esto lo podrían haber usado en los distritos— contestó arqueando ambas cejas pero presionando los labios acto seguido. Cuando estaba con él podía hacer cualquier comentario sarcástico que pasara por su mente, pero no era lo mismo estando en un lugar como aquel. Acto seguido se encogió de hombros. —No está mal— comentó apretando un poco su mano y tirando de él en dirección a un camarero. Soltó su mano tomando dos copas y ofreciéndole una a él. —Creo que necesito un par de copas para no sentir los pies y poder bailar contigo— bromeó entregándole la copa y bebiendo de la suya propia.

—Elle me dijo que quizás vendría— habló inclinándose ligeramente hacia él para que la pudiera escuchar sobre el sonido ambiente del lugar.

01/12/2467 — Antiguo estadio de Quidditch

Con Riorden

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Tengo que admitir, que pese a los exhaustivos discursos que Hero me da sobre zapatos cada vez que me equivoco al alcanzarle su calzado, nunca en mi vida había visto tanta variedad de colores y formas en los pies de las personas; algunos hasta parecen armas de tortura y prefiero ni pensar en qué piensa la gente al comprar algo con apariencia tan incómoda.

Del resto del salón no puedo decir demasiado, mantener la mirada gacha y asombrarme por la cantidad de adornos que me rodean no son acciones compatibles, aunque tampoco me importa demasiado. Lo único que espero de la noche es que la pelirroja pase cerca de algunas de las mesas destinadas para nosotros, y así poder tomar algún que otro aperitivo para no desfallecer del hambre. - ¿Y si un ministro te contradice? - Consulto porque es la primera vez que me indica que también debo hacerle caso a los pomposos políticos de los que se rodean sus padres.

No llega a responderme ya que una cámara la asalta y me hago rápido a un lado mientras ella sonríe y posa con naturalidad. Es increíble que siempre salga bien en las fotos, con cara de niña buena e inocente, cuando la mayoría de las veces es simplemente una pequeña insoportable. - Nada fuera de su lugar. - Le aseguro absteniéndome de decirle que me sorprendería si algo llegase a su boca en primer lugar considerando que come como un pajarito. Tomando con una servilleta el plato de donde había sacado el primer roll de pescado, se lo ofrezco con cuidado de ignorar el que dejó a medio comer sabiendo que lo limpiaran en pocos minutos.

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Interacción con: Hero
Libre para interactuar

Con Zoey

Charity is no substitute for justice

Hago un gesto con la mano para restarle importancia al asunto cuando me habla del traslador. — Porque adoras agarrarte a mis abdominales mientras conduzco la moto — digo en un tono de voz que suene todo lo creído posible, y le guiño el ojo, gesto que probablemente acabe pasando desapercibido con la máscara puesta. Además, en cuanto llegue el invierno lo más probable es que acabe dejando más de lado la moto voladora porque el frío se nota más fuerte y húmedo a más altura. Lo que dice del dinero tiene sentido, pero no voy a entrar en detalles sobre por qué no es factible aquí mismo. En otro momento y en privado, quizá intentaría explicárserlo aunque pueda resultar difícil de escuchar o comprender. — Es más complicado que eso. — Y lo es. No vamos a gastarnos el dinero así como así para unos distritos inútiles. Organizar un evento resulta más agradable, entretenido, y de ejemplo para los ciudadanos de que todos nos importan como para hacer estas cosas.

— Ese golpe bajo ha ido directo a mi orgullo, rubia — respondo, utilizando el apelativo cariño con el que suelo llamarla casi siempre, y me señalo el pecho para dramatizar. No es ningún secreto que hasta un elfo doméstico bailaría mejor que yo. Agarro la copa en el momento en el que me la ofrece, y me la llevo a los labios para notar el dulzor mezclado con alcohol en mi boca. No suelo beber prácticamente nunca ya, excepto en ocasiones como esta. — Será un poco difícil encontrarla entre tanta gente, pero estaré pendiente a ver si veo una pareja que pueda parecer Elijah y mi hermana. — En realidad no estaría mal pasar un rato con ellos y... no sé, puede que hasta más adelante le proponga a Zoey de hacer una cita doble e ir a cenar los cuatro algún día. Apenas veo a mi hermana aunque vivamos a pocas casas de distancia, y no voy a invitarla solo a ella y dejar a mi cuñado en casa.

01/12/2467 — Antiguo estadio de Quidditch

Interacción con Jolene y mención a Liam

Charity is no substitute for justice

No sé cómo lo hacemos Liam y yo pero nunca conseguimos tener los mismos turnos. En mi caso sólo tenía turno de mañana en el mercado, así que tuve toda la tarde para ducharme, escoger el vestido, la máscara y cambiar de parecer sobre estos últimos unas doscientas veces. La moda nunca fue mi fuerte, para ser sinceros. Como no tengo ni idea de qué ponerme suelo ir a los clásicos para no fallar. En este caso he optado por un vestido largo granate con encaje en la parte de arriba y un escote bastante pronunciado que al tener poco pecho no queda para nada vulgar. No me he excedido mucho en el maquillaje porque la máscara iba a taparlo, así que no tardo demasiado en prepararme.

Para cuando estoy lista se supone que Liam debería haber llegado a casa hace rato, pero no está. Asumo que ha debido quedarse un rato más en el trabajo y contacto con él para decirle que será mejor que yo vaya yendo para no llegar excesivamente tarde y perdernos algo importante. No me importa tanto ir sola porque la máscara tapa la mitad superior de mi cara y por alguna razón eso me hace sentir segura, aún cuando lo más seguro es que todo el que realmente me conozca bien sea capaz de reconocerme con ella puesta.

Cuando llego echo un vistazo rápido para ver si conozco a alguien y me sorprende comprobar que con o sin máscaras, la gente que ya conocía es reconocible. Entre todas ellas logro vislumbrar una cabellera rubia con una copa de vino en sus manos. Veo también lo alejada que está del barullo y sonrío: tiene que ser Jolene. Me acerco con pasos lentos y elegantes, siendo plenamente consciente de que todo el mundo está siguiéndome con la mirada, tal y como hacen cada vez que entra alguien nuevo. Pongo mi mejor sonrisa a todo el que me saluda de forma cortés hasta que llego al sofá donde está mi amiga, no sin antes hacerme con otra copa. Me siento a su lado y le sonrío con complicidad a modo de saludo, levantando mi copa. - Brindemos porque la noche sea de verdad todo lo aburrida que promete ser - Mejor aburrida a llena de contratiempos, como suelen ser todas estas reuniones de diplomáticos en las que todos los matrimonios se las ingenian para acabar enterándose de infidelidades y montando escenitas.

01/12/2467 — Antiguo estadio de Quidditch

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Había estado toda la tarde ayudándole a Jess con su vestido. La acompaño de compras, le digo que lleva demasiado maquilla o lleva poquito, pregunto que quiere cenar y al final me quedo tirado en el sofá, comiendo galletitas mientras ella se termina los detalles. Lo que sería una tarde normal pre-fiesta habitual en aquella casa. No tenía en mente acompañarla, aunque cuando Liam la llamó estuve a punto de preguntárselo; al final decido no hacerlo porque de verdad verdadera que me da pereza, y ella tiene conmigo la confianza suficiente como para habérmelo pedido sin sentir que me estaba dando una orden. Me despido de ella con un gesto de mi mano mientras desaparece y luego me quedo la casa para mi solo. Jess asegura que no volverá a comer, así que pienso en una cena solo para Liam y para mi. Noche de chicos, supongo. ¿Pizza? creo que tengo una receta de pizza por ahí.

Pero mientras estoy preparándola (onda me como la mitad de los ingredientes con la excusa de probarlos y echo sobre la pizza la otra mitad) el espejo vuelve a iluminarse. — khá — Pregunto con la boca llena al reconocer a Liam de nuevo porque si se hubiera tratado de otra persona, ni muerto le habría contestado de esa forma. — Se ha ido ya. ¿Llegas tarde? ¿que pasó? — En algún punto de la conversación me pregunta si no me importa ir con ella y me encojo de hombros. Claro que no me importa ¿cómo me va a importar?

Mientras me cambio de ropa acabo la pizza, guardo la mitad en el horno por si Liam llega muerto de hambre y la otra me la llevo para el camino al distrito cinco. No está lejos así que puedo coger el tren que, por lo habitual, siempre está vacío pero ahora está a reventar. Me parece ver a una familia andando en el tren como si fuera una excursión, ya saben: niños, aquí era por donde la gente se movía cuando eran pobres y desgraciados.

Tengo que identificarme en la entrada y tardan bastante buscando el nombre de Jess entre las personas que asisten al lugar, como mis documentos también llevan su nombre, en cuanto la encuentra me dejan entrar sin más. El lugar está a reventar de personas y para evitar chocar con nadie, busco la forma de subirme a las escaleras, que ahora son como un jardín, donde hay varias parejas a su propio rollo. Me quedo en todo lo bajo buscando el vestido rojo de jess, pero desgraciadamente hay varios vestidos alrededor. Cualquiera diría que con su pelo rojizo sería fácil de encontrar, pero las luces y la distancia tampoco me lo ponen fácil. Suelto un suspiro y me acabo sentando en el borde de una de las escaleras que ahora hacen de bancos de piedra, sin saber ni por donde empezar.

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Mención a Liam y Jess.
Interacción: nanai

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De un momento a otro, una copa aparece junto a mí y tengo que levantar la vista para descubrir a Jess a mi lado, lo que me hace sonreír en una mezcla de alegría y alivio demasiado evidente. Necesitaba una cara conocida antes de terminar farbullando alguna estupidez y beber hasta reventar, aunque algo me dice que de todas maneras terminaré ebria para el final de la noche — Brindo por eso y por que el vino no se acabe — declaro alegremente a pesar del cinismo, dando un suave golpecito a la copa de mi amiga y me llevo el cristal a los labios, saboreando el vino.

Jessica es una de esas personas que me agradan pero me causan una extraña sensación de nostalgia, como si llevase con ella un enorme letrero que clama "pasado" pegado en su frente sin siquiera querer hacerlo. Por inercia, miro alrededor como esperando encontrar la figura de Andy salir de la nada pero intento disimularlo, pretendiendo estar muy interesada en la copa que tengo en la mano.

— ¿Viniste sola? — le pregunto, mirando aburrida a las parejas que van y vienen por todo el lugar, algunas danzando, otras simplemente coqueteando — Creí que Liam no querría dejarte sola. Yo tampoco lo haría con ese vestido — agrego bromeando y le guiño un ojo divertido.

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Interacción con: Jess

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Sin duda los años no habían pasado en balde, y su mentalidad había cambiado ligeramente con los acontecimientos; algunas veces adaptándose a éstos y otras molestándose ante los mismos. Por aquella razón prefería no conocer nada de lo que él hacía, vivir en la ignorando, cuidando a sus hijas y realizando su trabajo, era mucho más enriquecedor que tener que 'discutir' por temas como aquel. —Quizás en otro momento entonces— respondió simplemente a sus palabras. Igualmente dudaba que el tema volviera a surgir entre ambos, habían demasiadas cosas que hablar como para perder el tiempo en aquel.

Una resplandeciente sonrisa se dejó ver en sus labios, al menos su máscara solo cubría la parte superior de su rostro y aquello podía hacerlo con facilidad. Se acercó hasta él, entrelazando su brazo libre con el de él y bebiendo de su copa, barriendo con la mirada el lugar en un intento de encontrar un 'rostro' conocido. Cosa bastante complicada con las máscaras. Le molestaban las reuniones con el rostro cubierto, la desventaja era bastante clara hasta que se escuchara la voz, pero sobretodo por lo complicado que era hallar a alguien conocido en la marabunta de personas. —Le dije que vendríamos, así que es posible que también nos busque— aclaró con seguridad. No estaría del todo mal encontrarla antes de que, en algún momento, alguien precise de la atención del Ministro y acabe quedándose sola. A fin de cuentas si precisan de uno será de los dos... y ellas podrían conversar durante un rato con bebidas gratis, no era mal plan.

01/12/2467 — Antiguo estadio de Quidditch

Con Riorden
Mención a mi amada cuñada Elle

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Era la enésima vez que Liam miraba el reloj. El claustro se había alargado demasiado por culpa de todas las quejas que habían recibido de algunos padres hacia un profesor, y siendo sinceros al moreno en esos momentos le importaban más bien poco. Ni si quiera se codeaba con él. Aprovechó en unos minutos para mandarle un mensaje a Andy, y en cuanto le dieron luz verde, salió disparado del Prince, dejando a una profesora con la palabra en la boca.

Como era de esperar la casa estaba vacía, y a pesar de todo el hambre que tenía, dejó a un lado la pizza que había en la cocina y salió pitando escaleras arriba para ducharse y arreglarse. En menos de diez minutos ya estaba listo. Cogió la invitación, identificación y todo lo necesario para asistir y esta vez si utilizó el traslador para llegar hasta allí. Aterrizó apurado y se colocó bien el traje negro con la máscara a juego y caminó, enseñando los documentos, para finalmente entrar y llegarle de lleno todo el calor producido por tanta persona.

En esos momentos, Liam buscó una vía de escape y se acercó a las escaleras, reconociendo rápidamente a Andy —¿Has encontrado a Jess? —se situó a su lado y le hizo una seña para que fuera con él —Vamos a buscarla.

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Con Andy

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He dudado hasta el último segundo; Sé que es una muy mala idea. Y aún así aquí estoy, con mi mascara dorada y un vestido que jamás habría pensado que tendría la oportunidad de ponerme.

Aún no he sido capaz de adivinar por qué me han invitado: Si porque soy la jefa de un área médica en un distrito poco importante, o porque saben que mi cuenta a ido ahorrando galeones durante bastante tiempo. No gano para tirar cohetes, pero vivo de una manera humilde en un distrito humilde, mi único gasto son las noches de alcohol; Y ni siquiera eso me sale demasiado caro.

Me identifico al llegar y coloco la máscara sobre mi rostro. Sé que probablemente nadie me reconozca con ella...y sinceramente, lo prefiero.

Tomo una copa entre mis dedos y bebo sin demasiadas ganas.

¿Que haces aquí Talyssa Glace?

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Muy sola

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Drake le sonrió a Hope en cuanto estuvo lista y le cogió de la mano para salir juntos de la casa en dirección a la gala benéfica. No es que tuvieran mucho, pero lo que tenían iban a gastarlo esa noche para que reformaran los distritos. Así no se iba a acabar toda la mierda que había en ellos, pero sería una ayuda para todas esas pobres personas.

Descartaron la idea de traslador. Les sentaba fatal y la aparición no podían cogerla; demasiado lejos el distrito cinco, así que optaron por ir en tren. Llegaron justo a tiempo, aunque todavía había personas entrando, así que instó a su esposa y sacó la invitación y las identificaciones —¿Has traído la varita? —Era tonto decirlo, pero quería asegurarse por si acaso. No se fiaba de nada ni de nadie y aunque sea una fiesta y haya seguridad, estaban en el distrito cinco; uno de los pobres y peligrosos. Además, un auror nunca deja de estar alerta, estés o no estés de servicio.

Entraron dentro, y lo primero que hizo fue coger una copa, mientras se colocaba bien la máscara, y luego le dio el brazo a Hope para que se enganchara en él —¿Vemos que se cuece por ahí?

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Con Hope

Con Zoey

Charity is no substitute for justice

No me extraña que Zoey le comentara que vendríamos teniendo en cuenta que trabajan juntas. Nunca me paro a preguntarle de qué hablan cuando se la encuentra por el hospital o si quedan a tomar algo algún día porque, siendo sincero, creo que preferiría no saberlo. Yo por mi parte no he visto a mi cuñado últimamente en el trabajo, así que no tuve ocasión de preguntarle sobre si asistirían. — Me sorprende que Lëia no haya querido venir. — Jamás la he visto como la típica chica de asistir a eventos, especialmente porque nunca desarrolló el gusto por la moda que su madre sí que tiene, pero está en plena adolescencia y muchos a esas edades quieren asistir a más galas y reuniones sociales. Además, en su caso tiene más facilidades para acceder por ser de la familia que es.

— Ethan se ha quedado trabajando en un nuevo proyecto —comento mientras me giro hacia uno de los camareros y cojo un canapé de salmón. No he querido ni preguntar qué está haciendo esta vez, pero sí que está bastante extraño desde que en octubre lo mandé a por una alfombra nueva al Distrito 8. Él sabrá lo que le pasa.

01/12/2467 — Antiguo estadio de Quidditch

CHARITY IS NO SUBSTITUTE FOR JUSTICE

¿Qué corbata llevar? ¿Ésta? ¿O ésta? Llevaba un rato probándose corbatas y pidiendo opinión a Elle hasta que la rubia se puso histérica porque llegaban tarde y le lanzó la que al principio quería ponerse. Elijah se quedó callado, con cara divertida y de circunstancias y se la ató frente al espejo con una leve sonrisa. Le gustaban las fiestas y ese día estaba de muy buen humor. Terminó y se acercó a una apurada Elle, que intentaba dejarle claro a la niñera todo lo que tenía que hacer con Emma, y le dio un beso en la mejilla.

—Cariño, que la niñera no es tonta ni Emma tiene cinco años —le sonrió y tiró de ella para irse ya, despidiéndose de su mini princesa y de la chica.

Llegaron mediante traslador, y a pesar de que todos sabían quienes eran ellos, les pidieron la documentación y tan pronto como la verificaron, le dieron pase libre y se integraron en toda la marabunta de gente que albergaba el estadio nacional. Todavía recordaba los años en los que participaba en los campeonatos y no pudo evitar sonreír nostálgico

—Echo de menos sobrevolar ese cielo —apuntó con la máscara al techo para luego ponérsela y sellarle los labios a Elle con un beso.

En esos momentos pasó una bandeja con canapés y Elijah los pescó al vuelo, dejando que Elle se encargase de buscar a su hermano y cuñada o a alguien de su familia.

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

Con Elle

Con Cynthia e interacción con Sean y Talysa

CHARITY IS NO SUBSTITUTE FOR JUSTICE

—Llegas tarde —Picó a Cynthia y se acercó para besarle los labios —Mmm, ¿chocolate? —Se relamió los suyos y la cogió de la mano para ir hacia los caballeros que examinaban las identificaciones. Habían decidido quedar en la misma fiesta para no perder tiempo, y viendo las horas que eran, podría decirse que llegaban un pelín tarde.

—Espero que la Ministra no haya dado el discurso sin nosotros —Algo que le importaba más bien poco, y más cuando había comida gratis por todo el estadio. Héctor cogió un canapé, de una de las bandejas, y se lo llevó a la boca disfrutando con los ojos cerrados del placer del sabor del queso de cabra con la miel, en su paladar. Cogió dos copas, una para su novia y otra para él, pero un cretino le dio un empujón y la copa terminó cayendo al suelo, muy cerca de un hombre rubio que había en un rincón (Sean).

—Joder —protestó y alzó la mirada sin darse cuenta de que era el marido de la ministra de magia. Héctor tragó saliva y se disculpó —Lo siento —Maldita sea, menos mal que llevaba la máscara puesta. Podría ser algún ministro o algo o jefe, y él le había casi echado la copa encima. Sacó la varita y le limpió las salpicaduras, chocando levemente con una chica rubia (Talysa).

01/12/2467 — ANTIGUO ESTADIO DE QUIDDITCH

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No sé cuantos minutos pasan pero me parece una puta eternidad, tanto que me vuelve a dar hambre al rato. Aún así no me muevo de las escaleras porque he aprovechado para sacar las gafas y ponérmelas debajo de la máscara para tener una vista más clara del lugar. Es cierto que me había perdido algunos cuantos detalles, pero sigo sin ver a Jess. Suelto un suspiro y una queja casi inaudible, arrugando ligeramente la nariz para olfatear el olocito que me llega de algo que me resulta familiar pero tardo en reconocer. Cuando Liam llega, mi respuesta a su pregunta, aunque no era lo que quería saber, es: — carne... ternera con bechamel. Eso es muy muggle — Lo último lo escupo como si fuera un secreto (y no algo obvio), preguntándome si era cierto los rumores que había escuchado por ahí de que había una mesa con comida exclusiva para esclavos. Yo había asumido directamente que no habría comida que me pudiera comer en una fiesta de ese calibre y que solo podría tocarla si tenía que servírsela a alguien, así que cuando escuché eso de la mesa a parte me reí.

Ahora la buscaba.

Me levanto y le sigo de todas formas, porque al final he respondido por fin negando con la cabeza. — Hay mucha gente. — Y no es que no quisiera esforzarme por encontrarla, pero me daba un poco de apuro chocar con alguien por accidente y con todos los ministros que había rondando por ahí (que era fácil reconocerlos porque todos se les quedaban mirando como si fueran dioses) peor aún, así que había preferido quedarme lo más apartado de la gente posible para evitar meterme en líos; lo cual no había evitado que buscara a Jess con la mirada o que mis ojos se plantaran de forma súper intensa sobre cualquier chica con un vestido rojo que pudiera ser ella. Pero siempre había algo que me dejaba claro que no (o quizá fuera yo sobre-analizando las cosas). — ¿Por qué llegaste tan tarde? ¿comiste? Te dejé media pizza en el horno. La otra media la traía para Jess pero... se estaba poniendo fea por el camino. —

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Mención Jess.
Interacción: Liam

Con Elijah y mención a mi amado hermano y a mi amada cuñada

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La tardanza habitual en Elijah a la hora de prepararse para el evento la había enervado un poco, así como la idea de dejar a Emma sola en casa con la niñera para irse a la fiesta. Le apetecía muchísimo, para qué negarlo, y Elle jamás dejaría pasar la oportunidad de ir a una fiesta con su marido, pero una parte de ella quería que Emma fuera lo suficientemente mayor como para poder acompañar a sus madres a eventos de ese tipo. Cuando hubo terminado de dar las instrucciones a la niñera y hubo elogiado a su marido entornando los ojos ante su comentario condescendiente, la pareja partió hacia la fiesta.

No le divertía la idea de tener que identificarse constantemente, pero era consciente de que la situación lo requería, aunque todo el mundo los conociera. Se adentraron en el estadio y una sonrisa brillante se apoderó de los labios de Elle, quien andaba cogida del brazo de su marido — Yo echo de menos verte volando por aquí — reconoció, con un deje de nostalgia en su tono. Correspondió al beso de Elijah con una sonrisa y le miró, divertida, mientras éste se lanzaba a los canapés.

Aprovechó la ocasión para echar un vistazo a su alrededor, intentando encontrar a Riorden y a Zoey. Había hablado con su cuñada en el hospital y ambas habían comentado que podían encontrarse en la fiesta. Pero con tanta gente con máscaras era prácticamente imposible. Miró a su alrededor y localizó a Elijah, a quien reconocería incluso a oscuras, zampándose los canapés con ganas. Atrapó el brazo de su marido y buscó sus ojos a través de la máscara — Si ves a mi hermano o a Zoey, avísame — le pidió, acariciando su brazo, y terminó robándole un mordisco del canapé que llevaba en la mano.

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