OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Todo ha estado pacífico en la casa. Obviamente me deshice en llanto al encontrarme con Seth después de tanto tiempo, ¿Qué más podía hacer? Volver a ver a mi esposo y a mi hijo me produjo sentimientos que no puedo terminar de poner en palabras. Desde entonces ya no he llorado, pero sigo sintiéndome intranquila, cosa que me hace estar en guardia todo el tiempo. No quiero pensar en perderlos de nuevo. Además, han cambiado bastante, ¿Cómo no podrían haberlo hecho? Es decir, hemos pasado por mucho. Seth no es el mismo de siempre. Jared tampoco. Incluso creo que yo no soy igual aunque no me de cuenta por completo. Creí que sería sencillo, pero como todo, necesitamos adaptarnos de nuevo. Me siento bastante culpable y un poco frustrada. Por lo mismo creo que he estado muy alcahueta con Jared y no puedo decirle que no a nada. Es como si ya no supiera ser una mamá. Bastante aterrador, o sea, ¿Qué voy a hacer? No tarda nada en que Jared cumple 13 años y... Ah, un adolescente en casa, ¿Cómo era yo cuando era adolescente? Estoy segura de que siempre fui obediente... Creo. Bueno, excepto en algunas ocasiones. Okay, ¿A quién engaño? Hicimos mucho desastre en el 14 cuando estábamos pequeños y estoy segura de que pasará lo mismo con Jared.
En fin. Hoy me levanté temprano pero no alcancé a Seth, quien tuvo que irse a trabajar, así que decidí aprovechar la situación para conversar con Jared. Y pues, heme aquí, 10 panqueques más tarde y con leche de chocolate en la mesa. Incluso puse tocino. Me siento algo emocionada, espero que podamos hablar como antes, así que sin darle muchas vueltas al asunto me voy a su cuarto y abro las cortinas de par en par. - Hora de despertaaaaar. - Le digo con mi mejor cara de entusiasmo inocente, esperando que no se enoje por mi forma de levantarlo. Acepto que tal vez he sido un poco brusca y la verdad es que me da risa, mi papá me despertaba así y siempre era un drama porque me metía un buen susto. Me tiro en la cama al lado de él antes de que me diga nada y le robo una almohada. - Hice hotcakes para desayunar. - Estiro mi brazo por encima de él y me acomodo para que quepamos bien. - Pensaba que podíamos pasar algo de tiempo juntos hoy, ya sabes, ponernos al corriente. - Yo no tengo mucho que contar, claro, pero seguro que él sí y bueno, esta es la mejor forma que encontré para hacerlo.
En fin. Hoy me levanté temprano pero no alcancé a Seth, quien tuvo que irse a trabajar, así que decidí aprovechar la situación para conversar con Jared. Y pues, heme aquí, 10 panqueques más tarde y con leche de chocolate en la mesa. Incluso puse tocino. Me siento algo emocionada, espero que podamos hablar como antes, así que sin darle muchas vueltas al asunto me voy a su cuarto y abro las cortinas de par en par. - Hora de despertaaaaar. - Le digo con mi mejor cara de entusiasmo inocente, esperando que no se enoje por mi forma de levantarlo. Acepto que tal vez he sido un poco brusca y la verdad es que me da risa, mi papá me despertaba así y siempre era un drama porque me metía un buen susto. Me tiro en la cama al lado de él antes de que me diga nada y le robo una almohada. - Hice hotcakes para desayunar. - Estiro mi brazo por encima de él y me acomodo para que quepamos bien. - Pensaba que podíamos pasar algo de tiempo juntos hoy, ya sabes, ponernos al corriente. - Yo no tengo mucho que contar, claro, pero seguro que él sí y bueno, esta es la mejor forma que encontré para hacerlo.
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Ya estoy despierto para el momento en que mamá se aparece por mi cuarto. De hecho, llevo horas despierto y sin poder volver a conciliar el sueño, demasiado abatido por la pena y la vergüenza. ¿Es que acaso había algo más cruel que el abandono? Porque se lo podía perdonar a papá, que había sido secuestrado por su propia madre; o a mamá, que había huído por su propia seguridad… ¿Pero Kat? Vamos, no tenía mucho de conocerla, pero creí que habíamos llegado a un entendimiento mútuo. ¡Incluso había consultado con Jim y con Syv el tema de dejarla entrar al distrito y así refugiarla de su tiránica y controladora madre! Ni hablar de que en mis tiempos libres me dediqué a buscar galpones desocupados que le sirvieran para sus estudios… Todo había sido en vano, cuando había vuelto al punto de encuentro nadie estaba esperándome y había quedado como un completo idiota. ¿Lo peor? no podía decirle a nadie porque se reirían de mí, así que me tomaba mi tiempo en las mañanas para ahogarme en mi propia miseria antes de lavarme la cara y enfrentar el día con mi mejor expresión de “aquí no ha pasado nada”. Y no, no había pasado nada, ¿no era ese el punto?
Gruño y me retuerzo entre las sábanas cuando la luz entra por la ventana y me lastima los ojos, y sí, puede que incluso patalee un poco pero me calmo cuando mamá se acerca y, además de sobornarme con panqueques, se mete en mi cama y me abraza. No, no era un nene de mamá, pero la había extrañado y tenía derecho a disfrutar de sus abrazos ¿ok? - La excusa para no haber hecho esto antes fue por ser día de escuela, ¿verdad? - No me iba a mentir, no quería que faltara al colegio y es por eso que había esperado hasta el Sábado para mostrarse tan encantadora. Aún así se lo permito y me abrazo a ella como si fuera un pulpo. Así fuerte porque cuando recuerdo lo que fue no tenerla me dan ganas de nunca soltarla. - Ma, ¿cómo eras en tu juventud? y no, no digo que estés vieja. Pero sé que con papá se conocen desde hace mucho y nunca pregunté el cómo terminaron juntos. - Porque no me imaginaba que mamá fuese una rompe promesas, o que jugara con sus intenciones para obtener algo a cambio.
Gruño y me retuerzo entre las sábanas cuando la luz entra por la ventana y me lastima los ojos, y sí, puede que incluso patalee un poco pero me calmo cuando mamá se acerca y, además de sobornarme con panqueques, se mete en mi cama y me abraza. No, no era un nene de mamá, pero la había extrañado y tenía derecho a disfrutar de sus abrazos ¿ok? - La excusa para no haber hecho esto antes fue por ser día de escuela, ¿verdad? - No me iba a mentir, no quería que faltara al colegio y es por eso que había esperado hasta el Sábado para mostrarse tan encantadora. Aún así se lo permito y me abrazo a ella como si fuera un pulpo. Así fuerte porque cuando recuerdo lo que fue no tenerla me dan ganas de nunca soltarla. - Ma, ¿cómo eras en tu juventud? y no, no digo que estés vieja. Pero sé que con papá se conocen desde hace mucho y nunca pregunté el cómo terminaron juntos. - Porque no me imaginaba que mamá fuese una rompe promesas, o que jugara con sus intenciones para obtener algo a cambio.
Debo admitir que me siento algo decepcionada al darme cuenta de que mi broma no ha funcionado. Otro día será. Aunque me sorprende bastante que ya estuviera levantado, aún es temprano y hoy podía dormir todo lo que quisiera. - No sería buena maestra si dejara que faltaras o llegaras tarde por mi culpa, ¿No crees? - Ladeo un poco la cabeza recargándome más en la almohada y le acomodo el cabello hacia atrás para poder verlo mejor. - Aunque podría hacer alguna excepción si un día te sientes verdaderamente sin ganas de ir. - Nadie aprende bien cuando no tiene la cabeza en ello, así que nada mejor que un buen descanso para empezar bien al día siguiente, todos lo hemos hecho. O bueno, al menos mi papá me dejaba hacer eso cuando aún vivíamos en el distrito 4. Lo apachurro cuando se enreda en mí y cierro los ojos sonriendo ampliamente. - Ya extrañaba esto. - Espero que la siguiente vez podamos estar así los tres en la cama, como antes.
Me suelto un poco de él cuando empieza a hablar para poder escucharlo mejor, pero al segundo me quedo perpleja. ¿Qué cómo era yo? ¿Qué cómo acabamos juntos? Me rasco la cabeza y sonrío un poco avergonzada. - ¿Nunca te lo contamos? - No recuerdo haber tenido esta conversación con él, y supongo que siempre dio por hecho que Seth y yo nos enamoramos y Ben era el mejor amigo. Ahhh, ¿Cómo podría decirle la verdad? Me remuevo un poco en la cama pensándome qué contestarle. Para empezar recordar todo eso me pone nostálgica porque Ben ya no está aquí, pero no puedo deprimirme por eso ahora. - Bien, te lo contaré pero tiene que ser un secreto entre tú y yo, ¿Vale? - Porque probablemente Seth se burle de mí o se avergüence más que yo. - Pero primero el desayuno. - Digo en tono mamá y me levanto dispuesta ir al comedor, hasta que lo veo acurrucado y sin ganas de pararse. Suelto un suspiro y me cruzo de brazos. - Supongo que podemos comer aquí. - Sin más y en cuestión de unos minutos tomo una mesa plegable, una bandeja y me encargo de llevar los panqueques, el tocino y la leche al cuarto de modo que podamos comer mientras platicamos en la cama.
No sé si ver los hotcakes o a Jared pero antes de pensar en servirme suelto un suspiro y por fin le respondo. - Pues la verdad es que todo es gracias a tu tío Ben. - Lo cual es cierto. - Él y yo nos conocemos desde los cinco y bueno, pasaron muchas cosas y cuando era un poco más grande que tú me presentó a tu padre. - Trato de sonar lo más casual posible mientras sirvo la leche en dos vasos. - Y bueno, eventualmente nos enamoramos. - Mis mejillas empiezan a ponerse rosadas. Da vergüenza hablar de estos temas con tu hijo de 12 años... ESPERA UN MOMENTO, ¿POR QUÉ ME ESTÁ PREGUNTANDO?... ¿Acaso alguien le gusta?... ¡¿Acaso quiere casarse?! No, espera Soph, es imposible que esté pensando en eso, pero ya casi tiene 13 así que seguramente lo pregunta porque le gusta alguien. Ahhh me pregunto quién será. - Podría resumirse en que sin tu tío Ben nunca nos hubiéramos dado cuenta de que nos gustábamos... ¿Por qué lo preguntas, Jar? - No le mentí pero tampoco le he dicho nada y no creo que lo dejará pasar tan pronto. Ahhh, ¿Esto es lo que significa tener un pre-adolescente en casa?
Me suelto un poco de él cuando empieza a hablar para poder escucharlo mejor, pero al segundo me quedo perpleja. ¿Qué cómo era yo? ¿Qué cómo acabamos juntos? Me rasco la cabeza y sonrío un poco avergonzada. - ¿Nunca te lo contamos? - No recuerdo haber tenido esta conversación con él, y supongo que siempre dio por hecho que Seth y yo nos enamoramos y Ben era el mejor amigo. Ahhh, ¿Cómo podría decirle la verdad? Me remuevo un poco en la cama pensándome qué contestarle. Para empezar recordar todo eso me pone nostálgica porque Ben ya no está aquí, pero no puedo deprimirme por eso ahora. - Bien, te lo contaré pero tiene que ser un secreto entre tú y yo, ¿Vale? - Porque probablemente Seth se burle de mí o se avergüence más que yo. - Pero primero el desayuno. - Digo en tono mamá y me levanto dispuesta ir al comedor, hasta que lo veo acurrucado y sin ganas de pararse. Suelto un suspiro y me cruzo de brazos. - Supongo que podemos comer aquí. - Sin más y en cuestión de unos minutos tomo una mesa plegable, una bandeja y me encargo de llevar los panqueques, el tocino y la leche al cuarto de modo que podamos comer mientras platicamos en la cama.
No sé si ver los hotcakes o a Jared pero antes de pensar en servirme suelto un suspiro y por fin le respondo. - Pues la verdad es que todo es gracias a tu tío Ben. - Lo cual es cierto. - Él y yo nos conocemos desde los cinco y bueno, pasaron muchas cosas y cuando era un poco más grande que tú me presentó a tu padre. - Trato de sonar lo más casual posible mientras sirvo la leche en dos vasos. - Y bueno, eventualmente nos enamoramos. - Mis mejillas empiezan a ponerse rosadas. Da vergüenza hablar de estos temas con tu hijo de 12 años... ESPERA UN MOMENTO, ¿POR QUÉ ME ESTÁ PREGUNTANDO?... ¿Acaso alguien le gusta?... ¡¿Acaso quiere casarse?! No, espera Soph, es imposible que esté pensando en eso, pero ya casi tiene 13 así que seguramente lo pregunta porque le gusta alguien. Ahhh me pregunto quién será. - Podría resumirse en que sin tu tío Ben nunca nos hubiéramos dado cuenta de que nos gustábamos... ¿Por qué lo preguntas, Jar? - No le mentí pero tampoco le he dicho nada y no creo que lo dejará pasar tan pronto. Ahhh, ¿Esto es lo que significa tener un pre-adolescente en casa?
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- No… Pero serías una excelentísima madre. - No es que no lo sea ahora, pero uno tiene que balancear esto de parecer adorable, que todas las cosas en exceso eran malas. ¿No? - ¿Ves? Lo que decía: excelentísima madre. - Ya veríamos que diría luego cuando no me dieran ganas de ir algún día de examen, pero de momento podía aceptar lo que me ofrecía. No es que tuviera otra opción que no sea ir a sus espaldas sino. Sonrío cuando me dice que extrañaba esto y me permito tener la edad que tengo cuando a su vez aprieto un poco más fuerte su cintura. - Lo negaré si se lo dices a alguien más, pero yo también. - Mentira, no lo negaría jamás, pero tenía una reputación que trataba de mantener.
Asiento con la cabeza cuando me dice que me va a contar en secreto, y si bien tengo planeado seguirla a la cocina, no me niego cuando ofrece en cambio el que comamos en mi habitación. ¡Hey! Se supone que no hay nada mejor para matar las penas que el estómago lleno. Al menos hago el esfuerzo de hacer que la cama quede decente y alcanzo la otra almohada para que podamos usarla de respaldo. - ¡Gracias! - Me asguro de decirle ni bien la veo entrar. Y el desayuno se ve delicioso así que, cuando comienza a contarme la historia, yo ya tengo el tenedor dentro de la boca mientras disfruto el panqueque.
Tengo que tragar con fuerza y tomar un vaso de leche cuando termina, golpeándome el pecho con el puño para asegurarme que la comida baje como corresponde. - ¿Y supongo que después debo creer que la cigüeña me trajo o algo así? - Todo en mi rostro grita incredulidad, así que me aseguro de rodar los ojos antes de comer otro pedazo de hotcake. - ¿Ves? Las chicas son unas mentirosas. Ni siquiera puedes decirme como en verdad acabaron juntos tú y mi padre. ¿En serio harás que le pregunte al tío Ben? ¿En serio? - Estoy indignado, ultrajado. - Te pregunté porque eres mi madre y no esperaba que me mintieras. Pero al parecer eso es lo que hacen las mujeres, decir que harán algo y luego mentirte en toda la cara.
Asiento con la cabeza cuando me dice que me va a contar en secreto, y si bien tengo planeado seguirla a la cocina, no me niego cuando ofrece en cambio el que comamos en mi habitación. ¡Hey! Se supone que no hay nada mejor para matar las penas que el estómago lleno. Al menos hago el esfuerzo de hacer que la cama quede decente y alcanzo la otra almohada para que podamos usarla de respaldo. - ¡Gracias! - Me asguro de decirle ni bien la veo entrar. Y el desayuno se ve delicioso así que, cuando comienza a contarme la historia, yo ya tengo el tenedor dentro de la boca mientras disfruto el panqueque.
Tengo que tragar con fuerza y tomar un vaso de leche cuando termina, golpeándome el pecho con el puño para asegurarme que la comida baje como corresponde. - ¿Y supongo que después debo creer que la cigüeña me trajo o algo así? - Todo en mi rostro grita incredulidad, así que me aseguro de rodar los ojos antes de comer otro pedazo de hotcake. - ¿Ves? Las chicas son unas mentirosas. Ni siquiera puedes decirme como en verdad acabaron juntos tú y mi padre. ¿En serio harás que le pregunte al tío Ben? ¿En serio? - Estoy indignado, ultrajado. - Te pregunté porque eres mi madre y no esperaba que me mintieras. Pero al parecer eso es lo que hacen las mujeres, decir que harán algo y luego mentirte en toda la cara.
Frunzo el ceño cuando menciona el cuento de la cigüeña, que no le he dicho mucho pero no es para que exagere de esa forma. Pretendo excusarme cuando termine el bocado de hotcake que me metí a la boca peor apenas puedo tragarlo cuando lo escucho dar el discurso de las mujeres. Ni siquiera puedo indignarme o pensar en reprenderlo porque lo único que se me viene a la cabeza es una sencilla pregunta: ¿Quién diablos le hizo daño a mi hijo para que piense así? Definitivamente ya estamos en otra etapa de su vida. - Estás exagerando por completo, Jar. Que todo lo que te he dicho es verdad. - Y sí lo era. Le doy un sorbo a mi vaso de leche y suspiro. Supongo que puedo contarle más sin que pase gran cosa, además, creo que es buena idea. Si le muestro que puede confiar en mí confiando en él tal vez me cuente qué es lo que lo aflige. Sí, eso suena a un gran plan, bien pensando Soph.
- Te contaré más, ¿De acuerdo? - Le digo llevándome el tocino a la boca y le sonrío un poco. La verdad es que me siento nerviosa. Hace mil años de todo esto pero recordarlo aún me genera sensaciones en el estómago como cuando era adolescente. - La verdad es que... -¿Se sorprenderá? No creo. Tal vez sólo estoy exagerando. - Bueno pues la verdad es que cuando estaba muy pequeña me gustaba tu tío Ben. - Ahí está. Guardo silencio un momento sintiendo como mi frase rebota por toda la habitación. - Y bueno, tu papá intento ayudarme para que saliera conmigo. - Supongo que no es la historia que quería escuchar, pero lo que es cierto es que Seth y yo tuvimos nuestros momentos y después de que me diera cuenta de que lo quería en realidad no hubo nada más. - Aunque la regó por completo, ¿Sabes? ¡Le terminé gustando!, ¿Puedes creerlo? ¡Yo! - Me río con fuerza sintiéndome feliz y luego recuerdo que es Jared con el que hablo así que carraspeo para aclarar mi garganta. - Aunque lo que sí es que a tu papá le di mi primer beso. - ¿Es normal contarle estas cosas a tu hijo? Bueno, aunque prefiero decírselo y que confíe en mí antes de generar un muro entre nosotros. Sonrío de nuevo, no fue un beso romántico sino una casualidad pero es un recuerdo que guardo con cariño.
- Te contaré más, ¿De acuerdo? - Le digo llevándome el tocino a la boca y le sonrío un poco. La verdad es que me siento nerviosa. Hace mil años de todo esto pero recordarlo aún me genera sensaciones en el estómago como cuando era adolescente. - La verdad es que... -¿Se sorprenderá? No creo. Tal vez sólo estoy exagerando. - Bueno pues la verdad es que cuando estaba muy pequeña me gustaba tu tío Ben. - Ahí está. Guardo silencio un momento sintiendo como mi frase rebota por toda la habitación. - Y bueno, tu papá intento ayudarme para que saliera conmigo. - Supongo que no es la historia que quería escuchar, pero lo que es cierto es que Seth y yo tuvimos nuestros momentos y después de que me diera cuenta de que lo quería en realidad no hubo nada más. - Aunque la regó por completo, ¿Sabes? ¡Le terminé gustando!, ¿Puedes creerlo? ¡Yo! - Me río con fuerza sintiéndome feliz y luego recuerdo que es Jared con el que hablo así que carraspeo para aclarar mi garganta. - Aunque lo que sí es que a tu papá le di mi primer beso. - ¿Es normal contarle estas cosas a tu hijo? Bueno, aunque prefiero decírselo y que confíe en mí antes de generar un muro entre nosotros. Sonrío de nuevo, no fue un beso romántico sino una casualidad pero es un recuerdo que guardo con cariño.
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No lo podía creer, ¡mi madre! ¡mi propia madre!...
Bien, sí. Tenía que darle la razón, estaba exagerando. Pero en mi defensa diré de que estoy en todo mi derecho de hacerlo, soy su hijo casi adolescente ¿no se supone que es lo que todos hacen a esta edad? - Puede ser verdad, pero es tan general que ni siquiera sirve para ser cuento infantil. - Ni que estuviera pidiéndole que me cuente la historia de cómo me concibieron. A menos qué… - Dime que no están juntos porque quedaste embarazada de mí o algo así. - Que sí, mi presencia podía ser suficiente para unir a dos personas destinadas a ser, pero también sería un poco deprimente.
- ¿Es que a todo el mundo le gustaba el tío Ben? Eowyn decía que a papá también, pfffff. - ¿Justo ahora se tenía que haber ido? Debería haberle preguntado estas cosas a él antes. - No entiendo de qué te sorprendes, era obvio que le ibas a gustar. De chico era medio ciego obviamente. Y tú también si primero miraste a Ben. - Osea, podían ser insoportables cuando querían, pero mi genética era impecable si dejábamos de lado a la madre de mi papá. - Entonces… ¿eso es lo que hay que hacer? ¿Ayudar a la otra persona a que esté con alguien más? Creo que ese plan podría salir muy mal. - No me servía como consejo. Creo que a estas alturas tendría que terminar escuchando a Niko si quería entender a las mujeres, pero por alguna razón no dejaba de pensar que eso no me serviría tampoco. Me refiero a que, si estaba muerto muy bien no le debería haber ido en vida como para andar dando consejos al respecto. - Ya, ¿qué edad tenían en ese entonces? ¿habían salido con otras personas antes?
Bien, sí. Tenía que darle la razón, estaba exagerando. Pero en mi defensa diré de que estoy en todo mi derecho de hacerlo, soy su hijo casi adolescente ¿no se supone que es lo que todos hacen a esta edad? - Puede ser verdad, pero es tan general que ni siquiera sirve para ser cuento infantil. - Ni que estuviera pidiéndole que me cuente la historia de cómo me concibieron. A menos qué… - Dime que no están juntos porque quedaste embarazada de mí o algo así. - Que sí, mi presencia podía ser suficiente para unir a dos personas destinadas a ser, pero también sería un poco deprimente.
- ¿Es que a todo el mundo le gustaba el tío Ben? Eowyn decía que a papá también, pfffff. - ¿Justo ahora se tenía que haber ido? Debería haberle preguntado estas cosas a él antes. - No entiendo de qué te sorprendes, era obvio que le ibas a gustar. De chico era medio ciego obviamente. Y tú también si primero miraste a Ben. - Osea, podían ser insoportables cuando querían, pero mi genética era impecable si dejábamos de lado a la madre de mi papá. - Entonces… ¿eso es lo que hay que hacer? ¿Ayudar a la otra persona a que esté con alguien más? Creo que ese plan podría salir muy mal. - No me servía como consejo. Creo que a estas alturas tendría que terminar escuchando a Niko si quería entender a las mujeres, pero por alguna razón no dejaba de pensar que eso no me serviría tampoco. Me refiero a que, si estaba muerto muy bien no le debería haber ido en vida como para andar dando consejos al respecto. - Ya, ¿qué edad tenían en ese entonces? ¿habían salido con otras personas antes?
Tengo que toser un par de veces antes de que el panqueque que se atoró con su comentario me mate. Cuando logro pasarlo bebo un poco de la leche y me seco la boca con una servilleta, viéndolo incrédula. - No estamos juntos porque me quedé embarazada de ti. - Ay mi hijo. No sé cómo se le ocurren estas ideas. Aunque no lo culpo, es normal tener curiosidad sobre la historia de tus padres, y si nunca te han contado nada, pues te haces cuentos. Otra razón por la que no lo culpo es porque es mi hijo y de algún lugar tuvo que heredar el dramatismo que está manifestando. Que si me preguntan diré que fue por parte de Seth, pero creo que yo soy la que se inventa más historias en la cabeza. - Tú viniste después, ¿De acuerdo? Ay Jared, vas a hacer que se me atore el desayuno. - Pero igual me río. Puede ser que la conversación sea una de esas conversaciones incómodas madre-hijo que no piensas que vas a tener pero estoy disfrutando el momento.
Vuelvo a reír con ganas con su pregunta sobre Ben. - Tu papá y Ben eran inseparables, te doy eso. - Y gracias a eso pude conocerlo. Es muy chistoso, nunca creí que acabaríamos juntos. Aprieto los labios con lo siguiente que dice, quedándose en mi rostro una sonrisa triste. Me siento nostálgica. - Bueno, es que ni siquiera recuerdo cuándo empezó a gustarme tu tío Ben. - Aunque si recuerdo cuándo empezó a gustarme su papá, es decir, convivimos bastante en el 14 y estuvimos mucho tiempo solos, las cosas se dieron. Vuelvo a comer un trozo de hotcake, el último que quedaba, mientras vuelve a hablar y esta vez alzo una ceja. Así que sí se trata de alguien. Antes de que pueda decirle algo vuelve a aventarme una pregunta, esta conversación progresa muy rápido y aún no me dice nada así que suelto un suspiro. - ¿Te refieres a cuando pasó lo de... mmm el beso? - Ladeo mi cabeza. - Tu papá sí había salido con otras personas, yo no. En realidad no fue con ese beso que empezamos a salir, eso sólo fue el resultado de... de un juego. - No diré más al respecto, aún recuerdo tener miedo de que saliera Eowyn en la botella y tener que darle mi primer beso a ella. Volteo a verlo, no sé cómo preguntarle. - ¿Por qué tienes tanto interés, Jar? - Aventuro mirando de reojo hacia donde está, como la que no quiere la cosa. - ¿Hay alguien en quien estés pensando? - Porque ya he decidido que fue suficiente de preguntas para mí y ahora le toca a él.
Vuelvo a reír con ganas con su pregunta sobre Ben. - Tu papá y Ben eran inseparables, te doy eso. - Y gracias a eso pude conocerlo. Es muy chistoso, nunca creí que acabaríamos juntos. Aprieto los labios con lo siguiente que dice, quedándose en mi rostro una sonrisa triste. Me siento nostálgica. - Bueno, es que ni siquiera recuerdo cuándo empezó a gustarme tu tío Ben. - Aunque si recuerdo cuándo empezó a gustarme su papá, es decir, convivimos bastante en el 14 y estuvimos mucho tiempo solos, las cosas se dieron. Vuelvo a comer un trozo de hotcake, el último que quedaba, mientras vuelve a hablar y esta vez alzo una ceja. Así que sí se trata de alguien. Antes de que pueda decirle algo vuelve a aventarme una pregunta, esta conversación progresa muy rápido y aún no me dice nada así que suelto un suspiro. - ¿Te refieres a cuando pasó lo de... mmm el beso? - Ladeo mi cabeza. - Tu papá sí había salido con otras personas, yo no. En realidad no fue con ese beso que empezamos a salir, eso sólo fue el resultado de... de un juego. - No diré más al respecto, aún recuerdo tener miedo de que saliera Eowyn en la botella y tener que darle mi primer beso a ella. Volteo a verlo, no sé cómo preguntarle. - ¿Por qué tienes tanto interés, Jar? - Aventuro mirando de reojo hacia donde está, como la que no quiere la cosa. - ¿Hay alguien en quien estés pensando? - Porque ya he decidido que fue suficiente de preguntas para mí y ahora le toca a él.
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— Como maestra deberías estar acostumbrada a que tus alumnos te pongan en situaciones complicadas. Como mi madre, deberías estar mucho más que acostumbrada — iba a tener que refrescarle la memoria por todos estos meses que había pasado fuera, que me enorgullecía demasiado mi forma de actuar como para ser minimizado de esta forma. — Tengo doce, ya no me creo las historias de la cigüeña y las abejas — y no es que antes las hubiese creído mucho, pero no eran temas que me parecieran interesantes de tratar.
Al parecer pasé de ser un travieso a ser el payaso de la situación, porque no entiendo que le causa tanta risa a mamá, o el por qué se sigue mostrando tan evasiva a mis preguntas simples. Ni siquiera el desayuno me distrae lo suficiente como para dejárselo pasar así que vuelvo a tratar — Me refiero a quién le dijo qué a quién, o cómo fue. Nadie se despierta una mañana y descubre que de golpe está en pareja con quien probablemente termine casado. ¿No se supone que es un proceso? — ¿Qué tan vergonzoso podía ser para que tratase de desviar mi atención constantemente?
— ¿En alguien? — ¿Debería ser sincero o seguir mi juego? — Primero que nadie, estoy pensando en mi mismo. Hay cosas que me generan curiosidad, no puedes culparme por eso, ¿verdad? — trato de mostrarme lo suficientemente inocente para que me compre todo el acting y termino mi plato antes de proseguir. — Pero sí, siempre hay alguien más. ¿Sabes que la primer chica que me gustó falleció? El mismo día que tomaron el distrito, y luego… pfff, no hablaré de las experiencias de luego, pero hace poco conocí a una chica que vino de visita al distrito y sí, puede que me interese un poco. — Técnicamente hablando no le estaba mintiendo, Kat había venido de visita, solo que bueno… a la parte de afuera. — A Lea nunca le pude decir que me gustaba. No quiero repetir ese error si en algún momento se vuelve a dar una ocasión para hacerlo.
Al parecer pasé de ser un travieso a ser el payaso de la situación, porque no entiendo que le causa tanta risa a mamá, o el por qué se sigue mostrando tan evasiva a mis preguntas simples. Ni siquiera el desayuno me distrae lo suficiente como para dejárselo pasar así que vuelvo a tratar — Me refiero a quién le dijo qué a quién, o cómo fue. Nadie se despierta una mañana y descubre que de golpe está en pareja con quien probablemente termine casado. ¿No se supone que es un proceso? — ¿Qué tan vergonzoso podía ser para que tratase de desviar mi atención constantemente?
— ¿En alguien? — ¿Debería ser sincero o seguir mi juego? — Primero que nadie, estoy pensando en mi mismo. Hay cosas que me generan curiosidad, no puedes culparme por eso, ¿verdad? — trato de mostrarme lo suficientemente inocente para que me compre todo el acting y termino mi plato antes de proseguir. — Pero sí, siempre hay alguien más. ¿Sabes que la primer chica que me gustó falleció? El mismo día que tomaron el distrito, y luego… pfff, no hablaré de las experiencias de luego, pero hace poco conocí a una chica que vino de visita al distrito y sí, puede que me interese un poco. — Técnicamente hablando no le estaba mintiendo, Kat había venido de visita, solo que bueno… a la parte de afuera. — A Lea nunca le pude decir que me gustaba. No quiero repetir ese error si en algún momento se vuelve a dar una ocasión para hacerlo.
Me encojo de hombros con su comentario, que no puedo decir que no sea cierto lo que dice, en el 14 estaban siempre los mismo chicos a los que vi crecer pero eso no evitaba que me pusieran apuros, ahora es todavía peor. — Bueno que si quieres podemos tener la charla, ya que estás grande para no creer en la cigüeña. — Le digo medio broma, medio en serio. La verdad es que me pondría en una situación un poco vergonzosa hablar de eso con Jared. No tiene nada de malo, no, y prefiero que aprenda todo lo que pueda pero... ¿Cómo se supone que le hablas a un adolescente? — Pero mejor eso se lo encargamos a tu papá, ¿No? —Trato de disimular que no siento un bochornito por hablar del tema. Pero a Jared no parece importarle mucho porque sigue reclamando la verdadera historia. — Bueno es que es algo complicado... Podríamos decir que tu papá habló primero. — Pasábamos mucho tiempo juntos, al igual que Ben, Seth fue mi mejor amigo. Y no creo poder ponerle fecha exacta a cuándo empezó a gustarme, sólo sé que siempre estuvo ahí, presente, preocupándose por mí. Y luego empezamos algo que duró muy poco. Y luego empezamos de nuevo. Y luego de nuevo. Es un enredo.
— Nos casamos algo jóvenes, no éramos menores de edad pero sí jóvenes. Pasaron muchos años desde mi primer beso hasta estar en algo serio con tu papá. — Sólo fue un mal chiste del destino tener que besar a Ben y a Seth en la misma noche, pero no sabía que acabaría casándome con él. — No sé cuándo dejó de intentar ayudarme con tu tío Ben para empezar a ayudarse a sí mismo, pero lo que es cierto es que tu papá rompió mi corazón varias veces antes de que fuéramos en serio. — Me encojo de hombros, parece tan lejano ahora y Jared ya se cansó de que le salga con el cuento de hadas donde todo fue feliz siempre, así que supongo que no importa contarle algo más. — Primero por culpa de tu tío Ben, que era un celoso. Luego porque... No tengo idea, pero rompimos dos veces hasta que la tercera fue la vencida. — Él decidió que se había equivocado. Y yo decidí que lo quería demasiado como para no darnos otra oportunidad. — Esa es la historia Jar, salimos, rompimos, salimos, rompimos, pero acabamos juntos. — Suelto un suspiro. — Supongo que no es como te lo imaginabas. — Sonrío un poco triste. — Pero la moraleja de esto es que tenemos que madurar primero, el amor duele muchas veces pero vale la pena, no es algo que vamos buscando, es algo que aparece. Podemos atesorarlo pero para eso hay que hacer un proceso dentro de nosotros mismos. — Me siento un poco filosófica y no sé si estoy haciendo lo correcto dándole estos consejos a mi hijo de doce años, pero por algo se empieza.
Lo escucho con atención cuando me cuenta su historia él, alzando primero una ceja con su primer comentario y posteriormente sintiendo una punzada en el pecho. No tenía idea de todo lo que le había pasado. Me siento mal pero trato de disimularlo, que sé que no le gustaría que pusiera cara triste cuando por fin se ha abierto. Me causa un poco ruido la parte de "vino de visita al distrito" pero dejaré eso para después. — Entonces ella te gusta, ya veo. — Me quedo pensando profundamente sin saber bien qué decir así que termino por suspirar. — Ella... ¿Por qué es que vino? ¿Va a regresar? — Esa parte es sospechosa, pero si la dejaron pasar quiere decir que no hay nada malo, ¿Verdad? Ay Jared... — ¿Por qué no le compramos un regalo? ¿O le horneamos algo juntos? Para la siguiente vez que venga, ya sabes... — Porque asumo que está de más decir que Jared no puede salir del 9. — Puedo ayudarte, ¿Sabes? No soy bruja pero mi hijo es guapísimo, y con un poco de mi encanto podríamos lograr algo. — ¿Lograr qué, Soph? ¡Tu hijo tiene 12! Hay tantos sentimientos encontrados en mí en este momento.
— Nos casamos algo jóvenes, no éramos menores de edad pero sí jóvenes. Pasaron muchos años desde mi primer beso hasta estar en algo serio con tu papá. — Sólo fue un mal chiste del destino tener que besar a Ben y a Seth en la misma noche, pero no sabía que acabaría casándome con él. — No sé cuándo dejó de intentar ayudarme con tu tío Ben para empezar a ayudarse a sí mismo, pero lo que es cierto es que tu papá rompió mi corazón varias veces antes de que fuéramos en serio. — Me encojo de hombros, parece tan lejano ahora y Jared ya se cansó de que le salga con el cuento de hadas donde todo fue feliz siempre, así que supongo que no importa contarle algo más. — Primero por culpa de tu tío Ben, que era un celoso. Luego porque... No tengo idea, pero rompimos dos veces hasta que la tercera fue la vencida. — Él decidió que se había equivocado. Y yo decidí que lo quería demasiado como para no darnos otra oportunidad. — Esa es la historia Jar, salimos, rompimos, salimos, rompimos, pero acabamos juntos. — Suelto un suspiro. — Supongo que no es como te lo imaginabas. — Sonrío un poco triste. — Pero la moraleja de esto es que tenemos que madurar primero, el amor duele muchas veces pero vale la pena, no es algo que vamos buscando, es algo que aparece. Podemos atesorarlo pero para eso hay que hacer un proceso dentro de nosotros mismos. — Me siento un poco filosófica y no sé si estoy haciendo lo correcto dándole estos consejos a mi hijo de doce años, pero por algo se empieza.
Lo escucho con atención cuando me cuenta su historia él, alzando primero una ceja con su primer comentario y posteriormente sintiendo una punzada en el pecho. No tenía idea de todo lo que le había pasado. Me siento mal pero trato de disimularlo, que sé que no le gustaría que pusiera cara triste cuando por fin se ha abierto. Me causa un poco ruido la parte de "vino de visita al distrito" pero dejaré eso para después. — Entonces ella te gusta, ya veo. — Me quedo pensando profundamente sin saber bien qué decir así que termino por suspirar. — Ella... ¿Por qué es que vino? ¿Va a regresar? — Esa parte es sospechosa, pero si la dejaron pasar quiere decir que no hay nada malo, ¿Verdad? Ay Jared... — ¿Por qué no le compramos un regalo? ¿O le horneamos algo juntos? Para la siguiente vez que venga, ya sabes... — Porque asumo que está de más decir que Jared no puede salir del 9. — Puedo ayudarte, ¿Sabes? No soy bruja pero mi hijo es guapísimo, y con un poco de mi encanto podríamos lograr algo. — ¿Lograr qué, Soph? ¡Tu hijo tiene 12! Hay tantos sentimientos encontrados en mí en este momento.
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¿La charla? ¿Le digo que no creo más en la cigüeña y sugiere tener “la charla”? Estoy indignado, en verdad indignado. Tengo doce, no cinco. Tengo doce años y acceso a internet, ¿de verdad quiere que tengamos la charla? Pues no, al parecer ni siquiera se atreve y delega la tarea en papá quien seguramente se tomará unas cuantas cervezas antes de intentarlo. ¿De verdad tengo que romper su burbuja? — Ma, sé lo que es el sexo. — y lo dejo ahí, porque temo que se desmaye si sigo ahondando en el tema. Prefiero prestarle atención al relato que por fin empieza a contar.
— ¿Papá se atrevió a romper tu corazón? — si antes estaba indignado, ahora sería yo quien tendría que tener una charla importante con él. No podía retarlo, que no era mi deber hacerlo y sobre todo no cuando yo era la prueba viviente que eso era cosa del pasado. ¿Pero cómo podía romperle el corazón a mamá? Mínimo tenía que decirme qué es lo que hizo para asegurarme de que la idiotez no sea hereditaria. — ¿Y qué tiene que ver Ben en eso? — otro con el que tenía que hablar… cuando pudiese hacerlo — Esa moraleja apesta. La mejor enseñanza de esa historia es que, aunque papá haya sido un tarado y te haya lastimado, pudo de alguna forma arreglar sus errores y tenerme a mí.
— No me gusta, me interesa. Son conceptos diferentes — me apresuro a aclarar cuando saca sus conclusiones. Que sí, puede que yo mismo con mi explicación la haya llevado hacia allí, pero creí haber aclarado lo del interés antes. — Y vino por querer investigar algo que está estudiando. ¿Sabes algo de la piedra filosofal? Sé que tiene que ver con la alquimia, pero aquí no encuentro mucha información al respecto. — no podía ayudarla si nadie sabía siquiera de lo que estaba hablando como algo más que un cuento o una historia pasajera. Mamá era maestra, tal vez ella sí conocía algo más al respecto. — Y no sé cuando vaya a regresar… tenía que venir hace unas semanas y me dejó plantado. Seguro la loca de su madre no la dejó. Es obvio que no todos podemos tener una madre tan buena como tú, ¿no? — tal vez… no. No va a funcionar, ¿o sí? — Ya sé que soy apuesto, pero en vez de hornear algo y esperar a que aparezca… ¿Qué tanto tengo que pedirte para que me dejes ir a visitarla? ¡Nadie me conoce a mi! Y estoy seguro que Mimi no tendrá problemas en hacerme una de esas identificaciones que a veces usan. Soy brujo, y solo estaría visitando a una amiga. — no era un mal plan. Niko sabía dónde vivía, no sería muy complicado.
— ¿Papá se atrevió a romper tu corazón? — si antes estaba indignado, ahora sería yo quien tendría que tener una charla importante con él. No podía retarlo, que no era mi deber hacerlo y sobre todo no cuando yo era la prueba viviente que eso era cosa del pasado. ¿Pero cómo podía romperle el corazón a mamá? Mínimo tenía que decirme qué es lo que hizo para asegurarme de que la idiotez no sea hereditaria. — ¿Y qué tiene que ver Ben en eso? — otro con el que tenía que hablar… cuando pudiese hacerlo — Esa moraleja apesta. La mejor enseñanza de esa historia es que, aunque papá haya sido un tarado y te haya lastimado, pudo de alguna forma arreglar sus errores y tenerme a mí.
— No me gusta, me interesa. Son conceptos diferentes — me apresuro a aclarar cuando saca sus conclusiones. Que sí, puede que yo mismo con mi explicación la haya llevado hacia allí, pero creí haber aclarado lo del interés antes. — Y vino por querer investigar algo que está estudiando. ¿Sabes algo de la piedra filosofal? Sé que tiene que ver con la alquimia, pero aquí no encuentro mucha información al respecto. — no podía ayudarla si nadie sabía siquiera de lo que estaba hablando como algo más que un cuento o una historia pasajera. Mamá era maestra, tal vez ella sí conocía algo más al respecto. — Y no sé cuando vaya a regresar… tenía que venir hace unas semanas y me dejó plantado. Seguro la loca de su madre no la dejó. Es obvio que no todos podemos tener una madre tan buena como tú, ¿no? — tal vez… no. No va a funcionar, ¿o sí? — Ya sé que soy apuesto, pero en vez de hornear algo y esperar a que aparezca… ¿Qué tanto tengo que pedirte para que me dejes ir a visitarla? ¡Nadie me conoce a mi! Y estoy seguro que Mimi no tendrá problemas en hacerme una de esas identificaciones que a veces usan. Soy brujo, y solo estaría visitando a una amiga. — no era un mal plan. Niko sabía dónde vivía, no sería muy complicado.
Casi me atraganto cuando menciona la palabra con "s"... "La palabra con s". Dios, Soph, pareces nueva en esto. No tiene nada de malo hablar con tu hijo de estos temas, ¿No? De hecho, mejor hablar cuando aún es joven y que sepa las cosas pero... Nadie dijo que sería tan complicado. Compadezco a mi padre, aunque no le tocó ver nada de esto, hubiera sido bueno tener alguien a quien pedirle un consejo. — Bien, genial, entonces sbaes que eres muy chico para eso y que... Bueno, ya sabes, cuando suceda tienes que tener precaución... — Mis mejillas están rojas y no puedo evitar mover mucho mi vista, sin terminar de fijarla en él. Aunque hago hincapié en la frase "cuando suceda", dando a entender que faltan muchos, MUCHOS, años para ello.
Lo bueno es que el momento de incomodidad termina con su indignación hacia Seth, cosa que no sé si es buena o mala. — Eran tiempos difíciles, tu tío Ben sólo no quería verme lastimada, y tu papá... Bueno, pasamos por muchas cosas, pero terminamos felices y juntos. — Y eso no es algo que nadie pueda refutar. Mis recuerdos con respecto a Seth se ven interrumpidos cuando rechaza mi moraleja y esta vez, a pesar de considerarme una persona muy paciente, frunzo el ceño. — ¿Disculpa? — Le digo con el mismo tono de indignación que él usó antes, así que supongo que sí, lo heredó de mí. — No apesta, tienes que madurar. Pero sí Jared, si la riegas en algo puedes arreglarlo, o al menos intentar hacerlo y el resto depende de la otra persona. — Suspiro. — Pero eres pequeño aún, tienes mucho por delante, disfruta todas esas cosas Jar, se vuelven recuerdos preciados. —
Arrugo mi nariz con su aclaración y suelto un suspiro. — Sí, sé un poco. Tu padre siempre ha leído mucho así que algunas cosas se me quedan. ¿Para cuándo necesita la información tu amiga? — Pregunto con curiosidad sólo para arquear mis cejas después. Si algo he aprendido es a determinar cuándo Jared quiere algo, y ese halago, es una bandera roja. — No Jared. Simplemente no, ¿Qué clase de madre sería si te dejara salir? Para empezar, tu papá jamás te dejaría ir, y no es que yo me sienta cómoda con la idea. — Le digo tratando de mantener la calma. — Hace poco te recuperé, y no pienso perderte de nuevo. Las cosas afuera no están bien, así me digas que vas a ir con alguien mayor que te cuide o lo que sea, no estoy de acuerdo. — Lo sentencio. — Puedo ayudarte a intentar contactar a tu amiga, a hacerle un regalo, a lo que quieras, pero no me pidas salir solo de este distrito. Y tampoco pienses en escaparte. —
Lo bueno es que el momento de incomodidad termina con su indignación hacia Seth, cosa que no sé si es buena o mala. — Eran tiempos difíciles, tu tío Ben sólo no quería verme lastimada, y tu papá... Bueno, pasamos por muchas cosas, pero terminamos felices y juntos. — Y eso no es algo que nadie pueda refutar. Mis recuerdos con respecto a Seth se ven interrumpidos cuando rechaza mi moraleja y esta vez, a pesar de considerarme una persona muy paciente, frunzo el ceño. — ¿Disculpa? — Le digo con el mismo tono de indignación que él usó antes, así que supongo que sí, lo heredó de mí. — No apesta, tienes que madurar. Pero sí Jared, si la riegas en algo puedes arreglarlo, o al menos intentar hacerlo y el resto depende de la otra persona. — Suspiro. — Pero eres pequeño aún, tienes mucho por delante, disfruta todas esas cosas Jar, se vuelven recuerdos preciados. —
Arrugo mi nariz con su aclaración y suelto un suspiro. — Sí, sé un poco. Tu padre siempre ha leído mucho así que algunas cosas se me quedan. ¿Para cuándo necesita la información tu amiga? — Pregunto con curiosidad sólo para arquear mis cejas después. Si algo he aprendido es a determinar cuándo Jared quiere algo, y ese halago, es una bandera roja. — No Jared. Simplemente no, ¿Qué clase de madre sería si te dejara salir? Para empezar, tu papá jamás te dejaría ir, y no es que yo me sienta cómoda con la idea. — Le digo tratando de mantener la calma. — Hace poco te recuperé, y no pienso perderte de nuevo. Las cosas afuera no están bien, así me digas que vas a ir con alguien mayor que te cuide o lo que sea, no estoy de acuerdo. — Lo sentencio. — Puedo ayudarte a intentar contactar a tu amiga, a hacerle un regalo, a lo que quieras, pero no me pidas salir solo de este distrito. Y tampoco pienses en escaparte. —
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