The Mighty Fall
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
PRIMAVERA de 247521 de Marzo — 20 de Junio
Registro General
H. Merneith Bahati
Foreman, Wilhemina
The Mighty Fall
It's a matter of blood [0.4]
Laurence B. Dickens
The Langdons [0.2]
Phoenix D. Langdon
Cierre de Temas
The Mighty Fall
Little bróðir — 0.1
Syver A. Nygaard
Band of Blood [2.4]
Phoenix D. Langdon


ÚLTIMOS
TEMAS
Muggles & Squibs
5000 G
Extranjeros
4000 G
Miembros de Defensa
5000 G
Estudiantes
4000 G
Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

¿Qué ficha moverás?
VISÍTANOS EN TUMBLRREVISA NUESTRAS BÚSQUEDAS Y NUESTRAS PROMOCIONES
31.03¡Estamos de regreso!, no olviden revisar sus MP y pasar por el boletín oficial para ponerse al día con los sucesos de Neopanem.
31.03¡Hay nuevas habilidades disponibles! Podrán leer más sobre ellas aquí.
31.03Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
07.11¿Quieren crearse un nuevo personaje? Aquí pueden encontrar las búsquedas de nuestros usuarios.
07.10¡Felices 11 años en línea! Gracias por todos estos años compartidos.
NOTICIAS
IMPORTANTES

2 participantes
Katerina L. Romanov
Recuerdo del primer mensaje :

Junio

Me sabe mal no despedirme de mi primo Brian, también el no haberle podido contar nada, no porque no confíe plenamente en su silencio, sino porque pondría en peligro todo el plan. De modo que cuando tomo el giro contrario, en vez de ir en dirección a la plaza donde están los trasladores para ir a la escuela, camino en el sentido que me lleva a la estación de tren del distrito. Es una larga caminata, pero así me da tiempo a pensar en todos los pasos del plan. Lo primero nada más llego a mi destino es meterme en uno de los baños para cambiarme de ropa, no vaya a ser que con el uniforme se den cuenta de que debería estar en la escuela y avisen a alguien, y además que es demasiado incómodo ir en falda por ahí cuando estoy en proceso de meterme de lleno en una expedición en busca de la piedra filosofal. Como tengo la mochila llena de mis provisiones y demás utensilios que voy a necesitar, tras ponerme la ropa que ya de por sí iba a presión, decido que no voy a necesitar más el uniforme escolar, así que lo dejo tirado en el mismo lavabo y salgo por la puerta como una persona completamente nueva.

Le he pedido a Niko que vaya unos cuantos metros por detrás de mí, que no quiero llamar la atención por mi edad y llevar a un fantasma arrastrado conmigo sería de lo más inconveniente, en especial cuando me acerco a la taquilla para pedir un billete que me lleve directamente al distrito siete. La persona tras el cristal me mira de reojo al tenderle el dinero, que no robé de la cartera de mi madre, por cierto, son todos mis ahorros y los voy a malgastar en un vulgar ticket de tren, sí. Tras mostrar mi identificación, no hay una razón por la que no pueda entregármelo, más que por no estar en el colegio y no parece que tenga intención de recordármelo, así que estiro mi brazo para agarrar el papelito bastante satisfecha. Me dirijo hacia el andén, intentando evitar todas las cámaras que hay colocadas por la estación y tomo asiento en un banco a la espera de que llegue mi tren.

Al subir es que le permito a Niko indicarme cuál de los vagones es el más vacío para no levantar sospechas, él que puede atravesar paredes la tiene más fácil así no tengo que ir hasta el final comprobando cada uno. Me he asegurado de desayunar para no tener que gastar las provisiones hasta dentro de unas cuantas horas, así que tengo que asumir que el rugido de mi estómago es por los nervios y no porque tenga hambre en sí. En unas horas mi madre regresará del trabajo, encontrará la nota que dejé escrita pegada contra mi escritorio cuando se dé cuenta de que no llegué del colegio; mi padre también aparecerá y el walkie talkie de mi armario empezará a hacer ruiditos, la voz de Brian al otro lado intentando que le responda, ¡hasta Milo gimoteará cuando llegue la tarde y vea que se dueña no ha regresado! ¿Y si...? No, no puedo dar la vuelta ahora, el tren se pone en marcha como una señal de que le estoy dando demasiadas vueltas.

Cuando por fin puedo bajar de la estación, el aire ya se siente mucho más puro aquí en el distrito siete que en el dos, tendrá que ver con los árboles, esos a los que tardo como una hora en llegar al tener que rodear la ciudad para adentrarme en sus bosques. La idea es llegar hasta el distrito nueve, allí es donde puedo tener más libertad para barrer el terreno antes de adentrarme en los distritos del norte. Por suerte tengo a Niko para hacerme compañía y entretenerme con su conversación, sirve para quitarme los nervios de estar haciendo una ilegalidad también. Ya ha anochecido para cuando llegamos a los exteriores del nueve, me duelen las piernas y lo único que se me antoja en estos momentos es echarme a dormir, pero primero debería planear dónde. Escojo un sitio no muy lejano a donde están las barreras, en caso de que aparezca un animal al menos que haya población cercana, pero lo suficientemente dentro de los bosques como para quedar camuflada. — ¿Niko? ¿Eres tú? — mientras armo la tienda de campaña a un lado del fuego controlado que prendí, escucho ruidos, pero el fantasma no se ha ido hace más de diez minutos a comprobar el terreno, así que no puede estar de vuelta tan deprisa. — Seas quien seas, ¡muéstrate! — y solo por si acaso, tomo mi varita.
Katerina L. Romanov
Icono :
Run boy run ▸ Jared - Página 2 IqWaPzg
Katerina L. Romanov
Frunzo el ceño confusa por lo que suelta, que hasta donde yo sé estábamos hablando de una cueva llena de acromántulas y no de una tierra prometida. Relajo la tensión de mi frente solo cuando parece encontrarse en su propia pérdida. — ¿Dices que no te dejó leerlo? Seguro que contenía información importante, los adultos no suelen dejar que niños como tú o como yo leamos esas cosas, no sé muy bien por qué. Quizá tienen miedo de que les superemos en inteligencia… — anda que no había cantidad de cosas que mamá había apartado de mi vista cuando me mostraba interesada en ello, normalmente papeleos del trabajo de cuando estuvo enferma y le dieron tareas burocráticas, porque todos sabemos que Ingrid Helmuth no puede estar sin hacer nada o le explota la vena de la frente, esa que se acentúa cuando se enfada. — Una pena que se quemara… — murmuro, realmente apenada. — Si me enseñas ese hechizo, prometo enseñarte algo a cambio. No sé… ¿qué te gustaría saber? — a poder ser algo de lo que él no conozca y yo sí para poder firmar el trato, que si no de nada sirve.

Oh… voy — me muevo hasta el extremo opuesto del que estaba tirando y, efectivamente, apenas lo he enganchado en el suelo, la parte central de la tienda se levanta por sí sola para dar lugar a una casita que por fuera se ve pequeñita. A lo de la mujer loca respondo con un simple ah, que no sé que decir ante el hecho de que haya utilizado el pasado para referirse a ella. ¿Ya no está con ellos o es que está muerta? Mejor prefiero no preguntar… — Mmmm… ¡pues no es una mala idea! Cuando vuelva de mi expedición, por supuesto… Aunque dudo que pueda regresar a mi casa cuando eso pase, porque mi madre me atará con esposas a la cama, así que tendré que buscarme un plan B donde vivir, o quizá pueda hacerlo aquí en el bosque — propongo, con un gesto de mi mano le indico para que entremos en la tienda, aprovechando para tomar mi mochila en donde guardo algunas provisiones más. — No está mal, ¿no? — pongo las manos sobre mis caderas, en un gesto que me hace parecer demasiado a mi madre, así que las cambio para cruzar mis brazos sobre mi pecho al dar un par de vueltas por el interior de la tienda. No es tan grande como las que he visto anunciar en la tele, pero suficiente para alguien de mi tamaño, y mucho más grande de lo que parece desde fuera. La magia es genial.

¿Mmm? ¿Lejos? Bueno… quizás un poco, mi casa está en el distrito dos, así que sí, se puede decir que un poco lejos de aquí — ¿pero qué importa eso cuando tengo un lugar tan genial como esta tienda de campaña? ¡Chúpate esa, mamá! — ¿Crees que me dejarían entrar al distrito? — pregunto dudosa, no muy segura de que me permitirán pasar si debo enseñar mi cartilla de identificación. ¿Quizá debería buscarme una falsa…?
Katerina L. Romanov
Icono :
Run boy run ▸ Jared - Página 2 IqWaPzg
Jared S. Niniadis
Fugitivo
- Ehhhh…- Me rasco la nuca automáticamente al pensar en las exactas razones por las cuales no me habían dejado leer el libro, y no era precisamente por estar en lenguaje mágico antiguo. - Fue hace un par de años y no tenía la mejor reputación en ese entonces. Esta, -Enseño la varita al tomarla entre dos dedos, - Es mi cuarta varita. No la rompo desde hace tiempo, pero no iban a confiarme un ejemplar único en su clase. Que estaba en otro idioma y no iba a poder leerlo tampoco, pero bueno. - No creería jamás que mi padre me ocultaba información para que no fuese tan listo como él, generalmente porque siempre creía que era el caso contrario. - No sé que podrías enseñarme. - No iba a pedirle cosas como un beso o algo así. - Pero no es un hechizo difícil. Solo tienes que apuntar, hacer la floritura y pronunciar ‘arania exumai’ - Con las arañas chiquitas funcionaba, en teoría con las acromántulas también debería.

Golpeteo mis manos entre sí con satisfacción cuando la tienda queda correctamente ensamblada, y tengo que contenerme sobre mis pies para no meterme primero a examinar cómo es por dentro. - ¿Te fuiste hace mucho tiempo de tu casa? Porque lo que tu madre no sepa no le hará daño, tal vez puedas decirle que estabas en lo de algún amigo o familiar. Sé que escuché a Mimi hablando de un cubo que vendían, que al parecer te permite mover una habitación entera dentro de un bolsillo o algo así. ¿Quizá eso sea útil? - Me estaba quedando sin ideas, así que la sigo al interior de la carpa y silbo en muestra de mi aprobación. - O siempre puedes aprender el hechizo para armar la carpa en un movimiento y tener tu taller aquí dentro. Es más amplia de lo que pensé.

¿Qué tanto me costaría convencer a papá de que me deje acampar fuera del distrito un par de días? Tal vez y hasta pudiera ayudarla en su búsqueda imposible. - Creo que no es taaaaaaaaaaaan lejos, en el tren es rápido cuando no tienes todos los controles. - Esos que tenía que escapar dando mil volteretas para poder salir. - No veo por qué no podrías entrar. Eres una niña, Kat. De esas inteligentes y bonitas que siempre dejan pasar porque quieren dar una oportunidad y todo eso. - Cada vez había más personas agradables dentro del distrito, así que no veía el por qué no. - Incluso si te quisieran prohibir el acceso, conozco a alguien que se encarga de la seguridad, seguro me hace el favor. - Me pondría en desventaja si sobre el favor que ya me hacía todavía le pedía otro más por encima de ese, pero técnicamente hablando todavía tenía el que me debía mi prima… - Encontraremos la forma si es lo que quieres. O si necesitas mudarte dentro seguro puedo pedirle a alguien que te deje quedarte un tiempo. - No mi padre, pero Del, o Syv, o Mimi no podrían decir que no. Las conocía.
Jared S. Niniadis
Icono :
Run boy run ▸ Jared - Página 2 SJHXoaA
https://www.themightyfall.net/t8246-niniadis-jared-stephen
Katerina L. Romanov
¿Tu cuarta varita? ¿Qué haces con ella, tocar la batería? — me mofo, pero no con mala intención detrás, que solo el hecho de pensarlo me da risa y no tardo mucho en dejarla salir. — Solo tuve esta varita, no sé, siento que tengo un vínculo especial con ella, no podría tener otra — murmuro, aunque supongo que si llega a pasar que la rompo, tendré que aprender a llevarme con otra, no me quedaría ninguna otra alternativa. — Arania exumai, muy bien, trataré de recordarlo por si me topo con alguna, ¿seguro que no quieres saber nada a cambio? — pregunto, como última oportunidad a pedirme lo que sea por el favor, sino me veré forzada a deberle algo por el resto de mi existencia.

Hago una pequeña mueca con mis labios, intentando bordear la pregunta que por excelencia más explicaciones requiere. — Bueeeeeno… me fui esta mañana, dejé una nota diciendo que me iba, donde avisaba a mi familia de por qué lo hacía y cuando volvería — digo sin más, me lo quito de encima para posibles preguntas futuras y me encojo de hombros. — Mmm, ¿crees que podría conseguirme uno de esos cubos? Mi amigo Niko, el fantasma, ya prometió buscarme una pluma que expulsa tinta invisible, quizá pueda buscar algo como eso — aseguro, aunque no tenga ni idea de donde pueda sacarlo, prefiero asumir que tiene los contactos suficientes antes de pensar directamente que se dedica a tener negocios ilegales en el mercado negro. Que tampoco está muy lejos de ser la verdad, por lo que me ha contado… — Es más amplia, sí, pero no creo que sea muy estable, se requiere mucho uso de fuego, aire y agua para trabajar con la alquimia… quizá eso no termine bien. Pero lo del cubo me convence — me convence mucho, ¡más de lo que hubiera pensado!

Mi madre me mataría de saber que he entrado al nueve sin su permiso…— murmuro, en un primer pensamiento de que todavía sigo bajo su cuidado, cuando no hay más que ver en la situación que me encuentro para ver que no es así. Sacudo la cabeza casi de inmediato al darme cuenta de ese detalle. — ¿Pero qué importa eso? ¡Me encantaría! — ya puedo empezar a imaginar la de cosas que le contaré a Brian de mis aventuras cuando vuelva, si vuelvo… pensar en mi primo me saca un mohín en los labios por no haberlo podido traer conmigo, lo decepcionado que estará sintiéndose ahora mismo, que ni siquiera me he traído el walkie talkie conmigo para que no puedan rastrearme. — Será nuestro secreto, ¿de acuerdo? Y… ¡ya sé! Puedes llamarme Kitty delante de tus amigos, así piensan que estás hablando de un gato, o algo así, en caso de que no me permitan quedarme — ¿quién le dice que no a un pobre gatito indefenso? Claro que luego estaríamos hablando de mí, pero ese es otro tema…
Katerina L. Romanov
Icono :
Run boy run ▸ Jared - Página 2 IqWaPzg
Jared S. Niniadis
Fugitivo
Aprieto los labios con fuerza cuando dice lo de la batería porque, aunque no lo parezca, cuando tenía nueve años esa había parecido una excelente idea. Que más que baterías habían sido tachos de plástico y un par de ollas y sartenes, pero la madera y el acero inoxidable de las herramientas de cocina no se llevaban bien y sí, puede que de esa manera hubiera perdido mi primera varita. Pero que conste que papá estaba en la cocina y hasta me había ayudado a armar todo, que no hubiese prestado atención a mis baquetas improvisadas era otra cosa. - Te acostumbras, solo hay que aprender a familiarizarse con ellas. Lo mismo que cuando aprendes un hechizo, es de a poco hasta que te salga. - Que no todos podían aprender a la primera, por mucho que Ken insistiera que él tenía un talento natural. - Soy un caballero cuando quiero, así que no voy a exigir nada. Al menos no hasta que pruebes que realmente te funciona. Que como no te salga en un momento de necesidad, el que estaría en falta ahí soy yo.

Bien, supongo que una nota es mejor que nada, y si en solo un día pudo asentarse en los límites del distrito sin problemas… lo veía bien. - ¿Para qué querrías algo que escriba con tinta invisible? Busca tinta mágica, o esos diarios con sello de sangre. - La chica bonita ésta, ¿Moira? tenía cosas interesantes en su tienda, claro que no me dejaron volver después de romper no sé que espejo que hacía no sé qué, pero tenía entendido que alguien había quedado a cargo de la tienda cuando la muchacha se perdió o algo así. - Si sabes como conseguir uno, Mimi seguro te da una mano con lo que le pidas. Está super interesada en eso. - Sería como el mejor pase gratis que podía conseguir. No sabía cuánto dinero saldría eso, pero creo que decían que lo más complicado de conseguir era que te lo vendieran. - ¿Tierra no? los rituales viejos de magia siempre se hacían en barro o en el piso mismo, o eso pasaba en los cuentos que me leían. - ¿No que los calderos habían surgido para ser portátiles? ¡Ja! Sí había aprendido de las lecciones de historia… ¿o estaba en los cuentos que me leían?

Nop, no. No voy a decir que el pecho me retumbó cuando dijo que le encantaría. Me niego a eso. En cambio le regalo una sonrisa y me sumo en su entusiasmo. - Pues bien Kitty, Kat, Kitty Kat… Buscaré la manera de que te quedes en el distrito y mientras sigues con tu búsqueda. ¿Segura que estarás bien con este fantasma amigo? - No sea cosa que quiera llevarla con él al más allá. Vaya a saber cómo pensaban los espectros. - ¿Cuándo quieres que nos volvamos a encontrar? ¿Mañana? ¿En unos días? No sé cuánto va a tomarte revisar el terreno. - Tal vez y tenía suerte y encontraba la piedra antes de tiempo.
Jared S. Niniadis
Icono :
Run boy run ▸ Jared - Página 2 SJHXoaA
https://www.themightyfall.net/t8246-niniadis-jared-stephen
Katerina L. Romanov
Me encojo de hombros cuando decide perder su oportunidad por la simple razón de ser un caballero, acostumbrada a los gorilas que hay en mi clase, está bien comprobar que a no todos los hombres de la especie humana a nuestra edad les falta un proceso de maduración similar al de una fruta. — La pluma que quiero conseguir tiene tinta mágica, hace que solo el que ha escrito con ella pueda leer el contenido, y viene muy bien cuando tienes una madre que se dedica a husmear entre tus cuadernos los siete días de la semana — hablo sin exagerar, si cree que lo hago es porque no ha conocido a Ingrid Helmuth y su afán con que no existan los secretos en la casa, cuando ella es la primera en guardarse uno bien gordo. — En realidad… así fue como empezó nuestra pelea, discutimos porque me había cotilleado una agenda importante, y a raíz de eso surgieron todos los problemas — ruedo los ojos con desdén, que desde mi falta de intimidad hasta no poder hablar de lo que me gusta ni verlo como una carrera en el futuro, menos mal que salí de esa casa a tiempo.

No sé quién es Mimi… pero ya solo su nombre suena bastante guay — y que se encuentre interesada en estas cosas me abre una nueva ventana de oportunidad a conseguirlas, que con Niko mucho dice, pero el pobre sigue siendo un fantasma. No, mejor alguien de carne y hueso para estos trámites. — Tierra también — aseguro, que la única razón por la que no mencioné ese elemento era para no convertir nuestra conversación en una lección completa sobre la alquimia. — Estaré perfectamente, como fantasma no puede hacerle daño a nadie, creo… — tampoco pienso que esté entre sus intenciones el hacerlo, que el único motivo por el que decidió seguirme es para escapar de las garras de mi madre. ¿Y quién más que yo puede entenderlo tan bien? — Mmm… En cinco días nos veremos aquí, en este mismo lugar, ¿de acuerdo? — así tengo tiempo a tantear el terreno y volver para contarle mis descubrimientos.

Antes de que haga nada más, se me enciende una bombilla de ideas en la cabeza. — ¡Oh, ya sé! — miro al suelo en búsqueda de mi mochila y cuando la tengo en mi rango de visión voy hacia ella, hurgando en su interior hasta dar con el reloj de mi padre. — Ten, este es el reloj al que está atado Niko, no le molestará que te lo lleves unos días, como forma de estar seguros de que nos encontraremos aquí, y a la vuelta me lo devuelves — podemos decir que de esa forma es un trato entre ambos, ¿no?
Katerina L. Romanov
Icono :
Run boy run ▸ Jared - Página 2 IqWaPzg
Contenido patrocinado
2 participantes
No puedes responder a temas en este foro.