The Mighty Fall
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
PRIMAVERA de 247521 de Marzo — 20 de Junio
Registro General
H. Merneith Bahati
Foreman, Wilhemina
The Mighty Fall
It's a matter of blood [0.4]
Laurence B. Dickens
The Langdons [0.2]
Phoenix D. Langdon
Cierre de Temas
The Mighty Fall
Little bróðir — 0.1
Syver A. Nygaard
Band of Blood [2.4]
Phoenix D. Langdon


ÚLTIMOS
TEMAS
Muggles & Squibs
5000 G
Extranjeros
4000 G
Miembros de Defensa
5000 G
Estudiantes
4000 G
Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

¿Qué ficha moverás?
VISÍTANOS EN TUMBLRREVISA NUESTRAS BÚSQUEDAS Y NUESTRAS PROMOCIONES
31.03¡Estamos de regreso!, no olviden revisar sus MP y pasar por el boletín oficial para ponerse al día con los sucesos de Neopanem.
31.03¡Hay nuevas habilidades disponibles! Podrán leer más sobre ellas aquí.
31.03Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
07.11¿Quieren crearse un nuevo personaje? Aquí pueden encontrar las búsquedas de nuestros usuarios.
07.10¡Felices 11 años en línea! Gracias por todos estos años compartidos.
NOTICIAS
IMPORTANTES

3 participantes
Astrid H. Overstrand
Recuerdo del primer mensaje :

Siempre he creído que hay algo peculiar en el distrito 4. Nunca he sabido si es el olor a agua salada, a mar puro, que rodea las calles, mezclado con la típica brisa marina que hay hasta en las noches más calurosas del año. O quizá simplemente es un recuerdo de una vida que dejé atrás hace mucho tiempo. Hace ya ocho años que no tengo una vida normal, donde vivía en el 3 y, por lo tanto, podía visitar a mi hermana y pasar unos días aquí. Todavía recuerdo que fue en estas mismas playas donde Chloe y Kyle nadaron sin flotador por primera vez, por muy lejanos que queden ahora esos momentos. Ahora ni siquiera sé dónde está mi marido, y mi hijo pequeño pasa los días en casa de unas personas que apenas conozco. Por si fuera poco, su rostro está estampado en decenas de carteles que decoran las calles de todo el país y en los que se le acusa de traidor.

La capucha cae sobre mi rostro mientras camino por las calles menos aglomeradas del distrito. Ahora que el invierno ha llegado, también ha disminuido la cantidad de gente que viene aquí a pasar unos días para aliviar el calor del verano en el mar. Apenas hace una hora que ha amanecido, así que la mayoría de comercios todavía permanecen cerrados, lo que ayuda todavía más a moverme con relativa tranquilidad. Quizá mi rostro no está en esos carteles, pero no tengo ganas de que nadie me reconozca como antigua Vencedora. Si no fuera porque Kyle lleva mi apellido, uno bien reconocible por mi antiguo estatus, no habría problema, pero por eso mismo pueden relacionarme con él.

He dejado a Chloe con Agatha. Quizá mi mayor preocupación ahora mismo es Kyle por esos estúpidos carteles, pero ellas también lo son porque no olvido que la mayor sigue siendo humana y, por lo tanto, corre otro gran riesgo. Al menos Kyle tiene a un grupo de adultos que le protegen, y por lo que me contó la última vez que le vi, está aprendiendo a pelear con espada. Chloe y Agatha solo se tienen la una a la otra.

Las imponentes casas de la zona se alzan ante mí cuando por fin llego a mi lugar de destino, y todavía con la capucha tapándome bien, acelero el paso hasta una casa en la que no pongo un pie desde hace años. Pico un par de veces al timbre, y después, una en la puerta. Antes, al poco de haber huido y cuando todavía me atrevía a venir por la zona, picaba siempre así para dejarle claro que era yo, como una especie de código. Aun así, supongo que han pasado demasiados años como para que lo recuerde.
Astrid H. Overstrand
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
Kenna Richards
Jefe de Aurores
Realmente tengo la sensación de que voy a poder llegar a algo. Ya van muchos meses siguiendo a Arianne Brawn, y no todo el mundo puede mantener la fachada durante tanto tiempo. No todo el mundo puede actuar como si nada cuando, realmente, está haciendo algo ilegal. Y yo sé que si la estoy siguiendo es por algo. Realmente siento que necesito una victora. Porque, pese a ser perfectamente consciente de que solamente soy un peón en un juego mucho más grande que yo, quiero sentirme útil. Sentir que no he hecho mal eligiendo un oficio como este. Sentir que todos estos meses han merecido la pena por algo. Y, aún así, a veces no se necesita más que un peón para tumbar al rey.

Tengo los ojos fijos en la puerta de la casa de Brawn. Me he asegurado de no coincidir con Solberg esta vez. Ya tuve suficiente drama la última vez que me vio merodeando por estos lares, hace algunos meses. No tengo ganas de tener que repetir ninguna escenita. Claro que todas mis alarmas saltan de golpe cuando esa puerta se abre. Tengo ya la varita en mano cuando, de repente, veo a la otra mujer. Riorden Weynart me habló de ella. He visto su rostro cientos de veces. Esta mujer, que está en la lista de los más buscados, no es consciente del error que acaba de cometer. Y, por la expresión de alerta que veo en el rostro de Arianne, ella sí es consciente. Pero no puedo dejar que cierren esa puerta de nuevo.

¡Bombarda!— digo, apuntando con la varita a la puerta, provocando que las cornisas salten. Así seguro que no la pueden cerrar. No se me van a escapar. No ahora que tengo premio doble. Empiezo a andar hacia la puerta con paso firme. Tendría que haber pedido refuerzos, pero no lo he hecho. La verdad es que me veo plenamente capaz de afrontar esto yo sola. Es, de algún modo, una prueba para mí, también —¡QUIETAS!— aviso, autoritaria. Es mi oportunidad de mostrar mi valía. Es mi oportunidad de demostrarme a mí misma de qué pasta estoy hecha. Y, fuera de tanto individualismo, es una oportunidad para atrapar a una mujer muy buscada por el gobierno y, de paso, a una a la que llevo meses vigilando. El final de un ciclo. Y una misión cumplida.
Kenna Richards
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
https://www.themightyfall.net/t8312-richards-kenna
Astrid H. Overstrand
Todo sucede demasiado rápido.

En un instante estoy girándome hacia mi hermana, con la intención de explicarle por qué eso que dice no es cierto y que para mí mis tres hijos son igual de importantes. Pero entonces me hace a un lado para cerrar la puerta, y después, las cornisas, las bisagras y la mayor parte de la puerta, salen volando por los aires. Tengo que llevarme las manos a la cabeza para protegerme de algunos trocitos de madera y de hierro que salen disparados por todas partes. Trato de proteger a Arianne de todo eso también como puedo poniendo mi cuerpo delante del suyo, pero una voz que no reconozco provoca que me separe para tratar de ver quién es. No se trata más que de una joven que no debe de llegar a la treinta, pero no tengo ni las más remota idea de quién es. — ¿Qué...? — empiezo a hablar, pero me callo en seco al oír su grito. Asumo que debe de ser el auror que está persiguiendo a Arianne, como decía hace escasos minutos, porque sino, no lo entiendo. Sea como sea, si se piensa que me voy a quedar quieta, lo lleva claro.

Entierro la mano en uno de los bolsillos de mis sudadera hasta dar con la varita, y todavía mirando a la castaña, la alzo contra ella. — Márchate antes de que alguien salga herido — le aviso, sin moverme ni un milímetro. En cualquier otra situación me iría de aquí, pero el problema es que no puedo dejar a Arianne aquí tirada. Quiero convencerme de que se irá, de que nos dejará en paz, pero sé que todo va a cambiar a partir de ahora. Puedo verlo en la mirada de la chica. Ya encontraron a Benedict Franco en esta misma casa como para que ahora sepan que Arianne estaba hablando con una antigua Vencedora huida, y encima madre de uno de los traidores más buscados actualmente. Y es precisamente por el bien de mi hermana pequeña por lo que conjuro el siguiente hechizo: — ¡Expelliarmus! — Por un instante creo que la jugada me va a salir bien... pero no. Puede que tenga conocimientos mágicos, pero ella es una maldita auror, así que tiene más que yo. — ¡Márchate! — repito, esta vez en un tono más alto. De verdad que no quiero hacerle daño ni que ninguna de nosotros salgamos heridas, pero si tengo que hacerlo, lo haré. No solo por Arianne, sino porque no puedo dejarme capturar; sé demasiadas cosas como para que lo haga.
Astrid H. Overstrand
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
Arianne L. Brawn
Consejo 9 ¾
Las palabras no terminaron de surgir de sus labios, solo trató de adelantarla y llegar hasta la puerta, tratando de cerrarla rápidamente, mas no siendo lo suficientemente rápida como para alcanzar a hacerlo. Lo único que escuchó fue la explosión, ni siquiera la voz o el hechizo pronunciado. El estruendo las rodeó cuando la puerta se abrió de par en par, volando trozos de la misma en todas direcciones, obligándola a protegerse el rostro con ambos antebrazos. Retrocedió un par de pasos, tanteando con los mismos, y tropeando con un pedazo de escayola que se había descolgado de la cornisa interior de la casa. Tosió un par de veces, escuchando un fuerte pitido en el oído derecho, pero obligándose a reincorporarse, girándose hacia ambos lados y visualizando, entonces, a Kenna.

El corazón de la rubia dio un fuerte vuelco, volviendo a retroceder pero, en aquella ocasión, llevando la diestra hasta el bolsillo delantero de su pantalón, lugar donde guardaba su varita, y que sostuvo entre sus dedos por si las cosas se ponían aún más complicadas. —Astrid, no, vete— le pidió, mirándola de soslayo. Si se coordinaban podía colocarse delante de ella y darle el tiempo suficiente para que se desapareciera de allí sin ser atrapada. Quiso dar un paro hacia ella, interponerse entre ambas mujeres, aunque las ideas de su hermana distaban de las ideas que abrumaban la mente de la rubia. Un grito ahogado, el cual no llegó a ser más que un breve y agudo sonido escapó de su boca ante el nuevo hechizo. Las oportunidades eran vagas, casi inexistentes, y mucho menos teniendo en cuenta lo que acababa de ocurrir. Aun así se colocó frente a su hermana, apuntando a la recién llegada con su varita. —Esto ha sido un error, ¿de acuerdo? Márchate— le pidió aunque estuviera apuntándola también con su varita. Conjurar un hechizo solo sería otro problema añadido, una nueva agravante que agregar a su historial. Si sólo… se marchara… Podía pensar de aquel modo aunque supiera que no ocurriría.
Arianne L. Brawn
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
Kenna Richards
Jefe de Aurores
Siento un enorme orgullo cuando me doy cuenta de que, realmente, las he tomado por sorpresa. De que tengo posibilidades, ahora mismo, de terminar mi trabajo con éxito, por una vez. De demostrar que, como aurores, también podemos hacer buen trabajo. Porque esa puerta estalla y se hace añicos, y puedo ver detrás, bajo el polvo levantado por los escombros, los rostros de esas dos mujeres.

Una intenta desarmarme. En vano, pues rápidamente levanto la varita, buscando protegerme —Protego!— grito, defendiéndome del hechizo que me lanza. Y empiezo a avanzar hacia ellas, hacia esa casa. Porque hoy no se me escapan. A Brawn la necesito viva. La otra puede llegar con o sin vida al ministerio. Y yo no tengo ningunas ganas de mancharme las manos de sangre sin que sea estrictamente necesario, por lo que suelto un gruñido y levanto la varita de nuevo. Apunto a Brawn casi por orgullo. Porque necesito que, por lo menos esa parte, salga bien después de tantos meses yendo detrás suyo —Jaulío!— grito, apuntándola. Una jaula se crea alrededor de la mujer rubis y respiro hondo. Ella ya no se me escapará.

Ahora el problema es la otra. Si ha escuchado el hechizo que he formulado, sabrá que solamente yo puedo abrir esa jaula y que intentar ayudar a Brawn será una pérdida de tiempo y una forma estúpida de exponerse. Falta ver cómo reacciona —¡Eh! Suelta la varita— le digo, tratando de mantener un tono más o menos autoritario —Ninguna de nosotras tiene que salir herida de esto, así que suelta la varita— repito. Yo sigo apuntándola con la mía —No hay nada más que puedas hacer. Te hemos encontrado. Entrégate ahora y tal vez sean más benevolentes contigo— digo, aunque desde la total ignorancia. Desconozco qué planes tienen para ella. Para las dos, realmente. Pero, viendo su situación, se ve a la legua que nada bueno.
Kenna Richards
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
https://www.themightyfall.net/t8312-richards-kenna
Astrid H. Overstrand
El intento de mi hermana por convecerme de que me marche no sirve de nada, y lo único que puedo hacer es negar con la cabeza para dejarle claro que no pienso irme y dejarla a ella en peligro. Es por eso por lo que siento alivio cuando al final, Arianne reacciona también y apunta a la chica con la varita. Quizá, y con algo de suerte, al verse en desventaja decida marcharse... Pero no. Y es que antes de que me dé cuenta, conjura un hechizo y encierra a Arianne en una jaula. Durante unos segundos no hago más que mirar los barrotes y a mi hermana detrás de ellos, como intentando asimilar lo que acabar de pasar. A duras penas escucho lo que me dice el auror, y cuando por fin me llegan sus palabras al cerebro, no puedo evitar resoplar. — No. Tú tienes que irte — remarco, sin dejar de apuntarla con la varita en ningún momento.

No quiero hacerle daño, pero si tengo que hacerlo, de verdad que lo haré. Después ya me encargaré de buscar alguna solución para sacar a Arianne de ahí, pero lo primero es librarme del auror. No puedo dejar que me capturen, no por salvarme a mí misma, sino porque sería poner al resto en peligro si me dieran el Veritaserum. Así pues, solo hay cosa que pueda hacer... — ¿Por qué haces esto? — pregunto, no buscando una respuesta, sino un intento de distracción. Para hacer ver que de verdad me estoy arrepintiendo de todo, que retracto mis anteriores palabras, me agacho poco a poco con la supuesta intención de dejar la varita en mis pies. Estoy a escasos centímetros de tocar el suelo cuando me levanto de golpe y me abalanzo contra la chica. Si no puedo ganarle con un hechizo porque está claro que tiene más entrenamiento que yo, quizá consiga hacerlo por la fuerza bruta.
Astrid H. Overstrand
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
Kenna Richards
Jefe de Aurores
Por un momento creo tener la victoria. Lo creo de verdad. Porque sería lo más lógico, ¿no? Si eres una de las personas cuyo rostro aparece en todas las listas de los más buscados del país y alguien del cuerpo de seguridad te aconseja que te rindas, que tal vez así no vas a tener una muerte horrible... Bueno. Es una oferta que cualquier persona en su sano juicio debería tomar. Y parece que ella va a hacerlo. Porque se agacha, hace gesto de querer dejar su varita en el suelo. Y yo, erróneamente, bajo la guardia.

Porque ella se abalanza contra mí. Y yo levanto la varita y, con velocidad, la apunto —¡Impedimenta!— grito. Su cuerpo sale proyectado hacia atrás y a mí el corazón me va a mil por hora. El ministro ha ordenado su captura. Viva o muerta. Y yo quiero que sea viva. Lo quiero de verdad. No quiero mancharme las manos de sangre, no quiero destrozar vidas. Solo quiero hacer algo bueno. Y capturar a esta gente es hacer algo bueno. Pero no puedo permitir que vuelva a intentar atacarme. No puedo ponerme en peligro si quiero terminar esta misión. Y ya tengo a Brawn. Ella era lo principal. El objetivo.

¡Sectumsempra!— y juro, juro por todo lo que me pidan, que estaba apuntando a las piernas de la mujer. Que, con el agobio, con el miedo a fallar en una misión tan importante como esta, el hechizo es lo primero que ha aflorado a mi mente. Juro que quería impedir que se moviera más, que tratara de escapar o atacarme. Pero el hechizo impacta contra su pecho. Tal vez contra su cuello. Porque ella se mueve o yo me muevo o pasa algo que hace que no sean sus piernas las afectadas. Noto como se me nubla la vista. Yo apuntaba a sus piernas. Solamente a sus piernas. Y, joder, la sangre empieza a ser abundante.
Kenna Richards
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
https://www.themightyfall.net/t8312-richards-kenna
Astrid H. Overstrand
Puedo notar el dolor agudo en varias partes de mi cuerpo mucho antes de ver salir la sangre. Lo primero que hago es tambalearme hacia los lados, no solo por el inmenso dolor, sino porque ver tanta sangre provoca que hasta empiece a marearme. El pitido en los oídos, típico del mareo, no ayuda a que me tranquilice, ni tampoco el hecho de que cada vez vea más negro. Llevo mi mano derecha a la pared para tratar de estabilizarme, de ubicarme y de poder encontrar dónde está mi hermana. A duras pena consigo distinguir la cabellera rubia de Arianne, y aunque trato de abrir la boca, ninguna palabra sale de mis labios. Tampoco es como si pudiera ayudarme, teniendo en cuenta que está encerrada en esa jaula... Y todo ha sido por mi culpa, como ella decía.

No sé cuántas veces cierro y abro la boca, intentando coger todo el aire posible aunque no sirva de nada, y antes de darme cuenta, acabo tirada en suelo, dejando un rastro de sangre con la forma de mi mano en la pared donde estaba apoyándome. — Mi... mis... — consigo empezar a hablar mientras jadeo de manera exagerada, y viendo cada vez menos por esa negrura. — ...hi... hijos... — añado, sin mirar a ninguna de las dos mujeres en concreto porque apenas veo un poco de luz y nada más. Porque Agatha, Chloe y Kyle son las únicas personas en las que ahora mismo puedo pensar. Ni siquiera en mí, que sé lo que este dolor y esta sangre significan, ni tampoco en mi pobre hermana, que está viéndome morir lentamente y que seguramente sea una imagen que no se le vaya nunca de la cabeza. Si es que consigue salir con vida de esta, para empezar.

Antes de darme cuenta, todo a mi alrededor se vuelve completamente negro. Lo último en lo que pienso, antes de dejar de ser consciente de todo, es en mis hijos y en mi marido, que ni siquiera sé si seguirá vivo a estas alturas. Y aun así, a pesar del catastrófico final, todo habrá valido la pena si mis hijos consiguen vivir mejor en un futuro. Incluso aunque yo no esté para verlo.
Astrid H. Overstrand
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
Kenna Richards
Jefe de Aurores
Miro a la mujer, que se desangra sin remedio. Podría tratar de cerrar sus heridas, pero con el hechizo que le he hecho seguramente no alcanzaría a curarla del todo antes de que perdiera demasiada sangre. No son heridas superficiales. Son heridas fatales —Mierda, no, no...— susurro, avanzando hacia ella cuando cae al suelo. Pero no puedo hacer nada más. Ya no. Está muerta. Le tomo el pulso, intentando controlar el temblor de mis propias manos, que amenazan con delatar los nervios que me recorren entera ahora mismo. Pero no hay respuesta por parte del cuerpo de la mujer. Realmente está muerta. Evito mirar a la rubia, que sigue dentro de la jaula que he conjurado, y simplemente hago levitar el cuerpo de la morena, conteniendo las lágrimas.

Porque lo último que ha dicho antes de morir ha quedado grabado en mi mente como si se hubiese hecho una marca hierro candente. Sus hijos. Esta mujer tenía hijos. Una familia. Y ahora, por mí, por mi culpa, está muerta. Le acabo de arrebatar a alguien una madre. Igual que a mí me arrebataron la mía, cuando era demasiado pronto, cuando todavía no estaba preparada para afrontar el mundo sola. Ni la vida. Ni mi trabajo. Ni una casa. Ni a mi padre. Yo acabo de dejar a sus hijos a la deriva, sin su madre. Acabo de crear en unos niños, adolescentes, jóvenes, quién sabe, un odio increíble hacia una persona, la que le quitó la vida a su madre. Hacia mí. ¿En esto me he convertido? ¿En lo que más odio?

Vámonos— digo, entonces, simplemente, con la voz grave y teñida de apatía. Agarro la jaula i el cuerpo sin vida y hago que nos aparezcamos en el Ministerio. Si Weynart quería a Brawn viva y a la otra viva o muerta, se las puede quedar a las dos. Yo necesito salir de todo esto un rato. Airearme. Beber algo. Irme a casa y descansar. Pero, por encima de todo, olvidar. Y, pese a todo, sé que probablemente los ojos alarmados de la mujer mientras moría, mientras pensaba en sus hijos, va a ser algo que jamás pueda borrar de mi mente, de ninguna forma. Me va a acompañar para siempre, igual que la muerte de mi madre. La pérdida de una progenitora, el asesinato de una mujer que tenía hijos. Una terrible casualidad que el destino ha querido poner en mi camino.
Kenna Richards
Icono :
The edge of dawn ∞ Privado - Página 2 IqWaPzg
https://www.themightyfall.net/t8312-richards-kenna
Contenido patrocinado
3 participantes
No puedes responder a temas en este foro.