Aidan tuvo la fortuna de nacer como hijo del alcalde del distrito 6, por lo que siempre tuvo una vida llena de lujos. Siempre pudo gozar de tanto como quisiera: ropa por montones, comida exquisita y sirvientes dispuestos las 24 horas, además de tener la grata compañía de su hermana melliza, Tamara.

A pesar de eso, no creció para convertirse en un engreído, debido a que su padre los crió para ser respetuosos y amables con las demás personas. Sin embargo, eso no quita que creciera en una burbuja aislada del mundo real, por lo que no conocía los horrores que tenían que vivir algunas personas de distritos menos afortunados.

Aiden vivió una tranquila e ignorante vida hasta a sus 16 años, cuando su padre apareció en casa con un muchacho de bajos recursos con la intención de acogerlo y darle una mejor oportunidad en la vida. La historia que Jules les contó de su vida anterior dejó atónito a Aiden, ya que nunca se imaginó que la vida ahí fuera pudiera ser tan horrible, pero nada de eso importaba ahora y decidió tratar al chico como parte de su familia, al menos ya no tendría que pasar por nada así de nuevo. Había adquirido un nuevo mejor amigo, su cómplice y gran compañero.

Eso fue hasta que Jules tuvo la grandiosa idea de intentar robar una joya, y el alcalde en su intento fallido para protegerlo únicamente consiguió que los nombres de sus dos hijos aparecieran en la cosecha de ese año. Para empeorarlo todo, Julián les había mentido sobre su historia, y al parecer en verdad era un sucio ladrón más.

La vida de Aiden ya no podía ir a peor, su mejor amigo en quién confiaba plenamente les había mentido, y por su culpa su familia estaba en peligro. Ahora su corazón estaba lleno de dudas y miedos, ya nada estaba claro, solo quedaba aferrarse a la esperanza de que ninguno saliera elegido.