Dió un par de brazadas, avanzando por el agua, moviendo los pies a un ritmo constante, tratando de alejarse lo máximo posible de su hermano en lo que seguía nadando sin parar. Si ella era capaz de hacerle algo así, ¿qué no serían capaz de hacerle el resto de tributos? El mero pensamiento hizo que agachara la cabeza, que hundiera el rostro en el agua, queriendo apartar tales pensamientos y seguir avanzando. No podía pensar en aquello, no podía pensar en que alguien le hiciera daño al otro rubio, que trataran de herirlo, que trataran de matarlo. No, no. No podía hacerlo.

Burbujas surgieron de su boca, la lengua se le heló al instante, pero siguió hasta que sus dedos impactaron contra el bordillo de la piscina. El golpe dolió, dolió mucho, pero ningún gesto apareció en su expresión cuando se colgó con ambas manos en el borde, esperando la llegada del otro y mirándolo, seria. — Deberías practicar más. — Por favor, hazlo, Thomas. Tragó saliva y se impulsó para salir del agua. Sus ropas chorrearon, sus zapatillas hicieron un sonido ridículo y un escalofrío la recorrió.

#Nado
Dado: Fallo

Puntos: 35/40
Aciertos: 6/10
Tirada: 10/10