OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Espero hasta el momento en el que Hero se desaparece por la puerta porque, mal que mal, no soy mala persona y no quiero hacer de esto un gran escándalo. Y sí, puedo amarla todo lo que quiera, pero la pelirroja se encargaría de que todo esto se vuelva un escándalo digno de las novelas rosas que tanto ama leer si llega a enterarse. No se va a enterar. Sospecha, claro, pero he sido muy cuidadoso con eso de evadir cualquier pregunta que me pueda hacer y de fingir demencia en los momentos adecuados. El tema es que Jim seguía siendo un descuidado y había cosas que no podía ignorar por mucho que quisiera, él podía ser mi mejor amigo, pero también estaba jugando con gente a la que quería.
Me tomo mi tiempo para tratar de repasar el cómo quiero encararlo y aprovecho para terminar de lavar las tazas que quedaron de la merienda, o de revisar que no falte nada para la cena de esta noche. No es que esté dándole vueltas al asunto, no, es que… estoy dándole vueltas al asunto. Ya. Seco mis manos por tercera vez y me encamino hacia el pasillo en donde, me paro frente a la puerta y golpeo una vez antes de abrirla. - Jim, tienes un mom… - No esperaba esto. En verdad no esperaba encontrarlo sentado en la cama, con dos agujas de tejer y lo que parece ser un rectángulo tejido entre medio. ¿Es una bufanda? Reprimo el impulso inmediato de dar la media vuelta e irme, y acabo por negar con la cabeza. - Hipócrita, no tienes derecho a criticar mi pastelería nunca más. - Lo acuso con el dedo antes de entrar y quitar el cúmulo de ropa que tiene sobre la silla para poder tomar asiento.
- ¿Desde hace cuanto tejes? - Que nunca lo había visto muy preocupado por la ropa en sí, pero ya qué. No era quién para criticar el hobby de nadie. - Exijo un gorro para el próximo invierno como pago a todos los pasteles que has probado de mi cocina. - Nunca me había molestado que probase las cosas que cocinaba, pero ahora me parecía un cambio justo si es que se iba a dedicar a esto. Supongo que es la mejor manera que tengo de mostrarle mi apoyo a cualquier cosa que desee hacer. Bueno, cualquier cosa no. - Ya, no. Me estoy desviando. Yo no venía a esto. - Crispo los puños contra mis rodillas y los abro con nerviosismo antes de hablar de nuevo. - Venía a aclarar tantos. ¿Qué sucede con Mimi y con Meerah?
Me tomo mi tiempo para tratar de repasar el cómo quiero encararlo y aprovecho para terminar de lavar las tazas que quedaron de la merienda, o de revisar que no falte nada para la cena de esta noche. No es que esté dándole vueltas al asunto, no, es que… estoy dándole vueltas al asunto. Ya. Seco mis manos por tercera vez y me encamino hacia el pasillo en donde, me paro frente a la puerta y golpeo una vez antes de abrirla. - Jim, tienes un mom… - No esperaba esto. En verdad no esperaba encontrarlo sentado en la cama, con dos agujas de tejer y lo que parece ser un rectángulo tejido entre medio. ¿Es una bufanda? Reprimo el impulso inmediato de dar la media vuelta e irme, y acabo por negar con la cabeza. - Hipócrita, no tienes derecho a criticar mi pastelería nunca más. - Lo acuso con el dedo antes de entrar y quitar el cúmulo de ropa que tiene sobre la silla para poder tomar asiento.
- ¿Desde hace cuanto tejes? - Que nunca lo había visto muy preocupado por la ropa en sí, pero ya qué. No era quién para criticar el hobby de nadie. - Exijo un gorro para el próximo invierno como pago a todos los pasteles que has probado de mi cocina. - Nunca me había molestado que probase las cosas que cocinaba, pero ahora me parecía un cambio justo si es que se iba a dedicar a esto. Supongo que es la mejor manera que tengo de mostrarle mi apoyo a cualquier cosa que desee hacer. Bueno, cualquier cosa no. - Ya, no. Me estoy desviando. Yo no venía a esto. - Crispo los puños contra mis rodillas y los abro con nerviosismo antes de hablar de nuevo. - Venía a aclarar tantos. ¿Qué sucede con Mimi y con Meerah?
El capricho de estas últimas semanas de Meerah había sido el enseñarme a tejer, lo cual considero sumamente inútil pero que, de alguna manera, es tan mecánico que me ayuda a tener el cerebro completamente en blanco. No me viene mal, no cuando en los últimos días mi vida ha cambiado tanto que no puedo creer cómo es que he pasado a ser el Jim de siempre a ser el Jimmy Byrne que tiene una familia, aunque sea una mínima porción de ella. Ni hablemos de que también estudio, de que puedo decir que tengo una rutina digna de una persona normal y que, en un acto infantil y quizá demasiado entusiasmado, he colgado un horario en el corcho que se luce por encima del escritorio. No tiene mucho, pero ha sido la mejor manera de empezar a decorar este lugar para hacerlo mío. Además de mi cronograma, se lucen algunas fotografías que he logrado sacar con la vieja cámara de Meerah, entre la que sobresale una foto grupal del cumpleaños de Hero, justo al lado del ticket de mi primera experiencia en el cine.
Me estoy mordisqueando la lengua de costado cuando la puerta se abre y me encuentro con la imagen de Sage, cuyas primeras palabras me hacen alzar las manos en el aire — ¿Cuando la he criticado? — me quejo en el claro tono de alguien que está siendo atacado. ¡Que él sabe que disfruto de su pastelería! Mi excusa siempre es que tengo que engordar, cosa que jamás acaba sucediendo. Me acomodo en la cama, dando algunos rebotes en mi lugar para poder acercarme más a la pared — No hace tanto. Es el nuevo proyecto de Meerah en sus intentos de volverme un ciudadano respetable — bromeo — No tengo muy bien en claro el tema de las medidas, así que tú te arriesgas a que tu cabeza termine pareciendo un hongo — que con que es bajito y cuadrado, la imagen se me hace más que divertida.
En lo que él se acomoda en mi silla, yo intento retomar mi trabajo. No es hasta que su pregunta sale de la nada que casi se me va la aguja hacia cualquier lado — ¿Qué? — se me escapa con una risa que, vamos a ser sinceros, es bastante incómoda — ¿Desde cuándo te interesan esas cosas? ¿Te envió Hero? — entorno la mirada con sospecha y acabo girando la cabeza en dirección a la puerta, casi que esperando a que su novia aparezca en el marco. Acabo encogiéndome de hombros, que he aprendido que cuanto más desinteresado pareces, menos te fastidian — Nada. De verdad, nada. Salí con Mimi a beber algo una vez, pero nunca pasó de eso. Y con Meerah… Ya sabes, lo de las fiestas, eso es todo — me crecerá la nariz, es una suerte que tengo la atención puesta en las agujas — ¿Por qué preguntas? ¿Quieres conseguirme una novia y solo chequeas que ande disponible?
Me estoy mordisqueando la lengua de costado cuando la puerta se abre y me encuentro con la imagen de Sage, cuyas primeras palabras me hacen alzar las manos en el aire — ¿Cuando la he criticado? — me quejo en el claro tono de alguien que está siendo atacado. ¡Que él sabe que disfruto de su pastelería! Mi excusa siempre es que tengo que engordar, cosa que jamás acaba sucediendo. Me acomodo en la cama, dando algunos rebotes en mi lugar para poder acercarme más a la pared — No hace tanto. Es el nuevo proyecto de Meerah en sus intentos de volverme un ciudadano respetable — bromeo — No tengo muy bien en claro el tema de las medidas, así que tú te arriesgas a que tu cabeza termine pareciendo un hongo — que con que es bajito y cuadrado, la imagen se me hace más que divertida.
En lo que él se acomoda en mi silla, yo intento retomar mi trabajo. No es hasta que su pregunta sale de la nada que casi se me va la aguja hacia cualquier lado — ¿Qué? — se me escapa con una risa que, vamos a ser sinceros, es bastante incómoda — ¿Desde cuándo te interesan esas cosas? ¿Te envió Hero? — entorno la mirada con sospecha y acabo girando la cabeza en dirección a la puerta, casi que esperando a que su novia aparezca en el marco. Acabo encogiéndome de hombros, que he aprendido que cuanto más desinteresado pareces, menos te fastidian — Nada. De verdad, nada. Salí con Mimi a beber algo una vez, pero nunca pasó de eso. Y con Meerah… Ya sabes, lo de las fiestas, eso es todo — me crecerá la nariz, es una suerte que tengo la atención puesta en las agujas — ¿Por qué preguntas? ¿Quieres conseguirme una novia y solo chequeas que ande disponible?
Tiene un buen punto, generalmente no es mi cocina lo que critica, solo el hecho de que dejo de hacer alguna actividad para ir a cocinar a media tarde pero ¡hey! ya llevaba más de quinientas recetas hechas del libro, probablemente termine de cocinar todas para fin del año que viene, justo a tiempo para concluir con el curso avanzado de la academia de cocina. - Mejor parecer un hongo y no un fósforo. ¿Tal vez un color que no sea rojo? - Además seguro que Hero pensaría que el color del gorro chocaría con su pelo o algo así. - Ya, no quería ponerme en esquisito. Me conforme con que me entre. - Que tampoco quería obligarlo a hacerme nada, pero era divertido el poder tener algo que él hubiese hecho. Al menos duraría más que mis pasteles.
- No sé si alguien te lo ha dicho antes, pero eres un pésimo mentiroso. - Que debería aplaudir sus esfuerzos de hacerse el idiota, pero le salía mejor cuando no lo intentaba. No es que esté diciendo que es un idiota, solo que a veces lo parecía sin tener la intención. Ya. No era eso. - Antes de que te agarre la paranoia, esperé hasta Hero saliera antes de venir a molestar. ¿Y sabes lo difícil que es hacer que ella no sospeche? Mucho. Deberías estar dándome las gracias por cubrirte el trasero tantas veces. - Porque el que en verdad tenía que ganarse un premio por hacerse el idiota era yo. Al parecer tenía un máster en hacer de cuenta que no sabía nada de nada.
Ruedo los ojos ante sus intentos de desviar el tema hacia otro lado y hago un esfuerzo muy grande para no pellizcar el puente de mi nariz. - Claro que no. Preguntaba si estabas disponible para mí. - Me burlo siguiéndole el juego antes de llevar la cabeza hacia atrás en completa resignación. - Sé que tu cita con Mimi fue en San Valentín. Y sé que lo de Meerah no es solo en las fiestas. - Me aclaro la garganta, revuelvo un poco mi cabello y me inclino hacia adelante nuevamente. - “Tú sabes que no me importan estas cosas, celebro el amor joven, ¿pero la despensa? Puedo entender en la parte de atrás del local, pero hay lugares y lugares para todo y tal vez… oh Sage querido, tú tienes más confianza ¿no te molestaría en sugerirle…?” - Mi voz no es tan aguda y cálida como la de la señora Roddam, pero creo que no tendrá problemas en reconocer a quién estoy tratando de imitar. - Y no, no me lo ha dicho solo una vez. También yo los he visto, ¿sabes? Me sorprende que más personas no los hayan descubierto. Que todavía no entiendo por qué se esconden en primer lugar, pero al parecer soy algo así como el consejero de todo el mundo. Creéme, no escuchas ni la mitad de las cosas que Hero opina de ustedes. - Y no, no me molestaba hablar con mi novia de su visión del romance, pero sí me molestaba el tener que fingir demencia todo el tiempo.
- No sé si alguien te lo ha dicho antes, pero eres un pésimo mentiroso. - Que debería aplaudir sus esfuerzos de hacerse el idiota, pero le salía mejor cuando no lo intentaba. No es que esté diciendo que es un idiota, solo que a veces lo parecía sin tener la intención. Ya. No era eso. - Antes de que te agarre la paranoia, esperé hasta Hero saliera antes de venir a molestar. ¿Y sabes lo difícil que es hacer que ella no sospeche? Mucho. Deberías estar dándome las gracias por cubrirte el trasero tantas veces. - Porque el que en verdad tenía que ganarse un premio por hacerse el idiota era yo. Al parecer tenía un máster en hacer de cuenta que no sabía nada de nada.
Ruedo los ojos ante sus intentos de desviar el tema hacia otro lado y hago un esfuerzo muy grande para no pellizcar el puente de mi nariz. - Claro que no. Preguntaba si estabas disponible para mí. - Me burlo siguiéndole el juego antes de llevar la cabeza hacia atrás en completa resignación. - Sé que tu cita con Mimi fue en San Valentín. Y sé que lo de Meerah no es solo en las fiestas. - Me aclaro la garganta, revuelvo un poco mi cabello y me inclino hacia adelante nuevamente. - “Tú sabes que no me importan estas cosas, celebro el amor joven, ¿pero la despensa? Puedo entender en la parte de atrás del local, pero hay lugares y lugares para todo y tal vez… oh Sage querido, tú tienes más confianza ¿no te molestaría en sugerirle…?” - Mi voz no es tan aguda y cálida como la de la señora Roddam, pero creo que no tendrá problemas en reconocer a quién estoy tratando de imitar. - Y no, no me lo ha dicho solo una vez. También yo los he visto, ¿sabes? Me sorprende que más personas no los hayan descubierto. Que todavía no entiendo por qué se esconden en primer lugar, pero al parecer soy algo así como el consejero de todo el mundo. Creéme, no escuchas ni la mitad de las cosas que Hero opina de ustedes. - Y no, no me molestaba hablar con mi novia de su visión del romance, pero sí me molestaba el tener que fingir demencia todo el tiempo.
—¡Pero qué considerado! — exclamo con un tono obviamente sarcástico, que no pienso hacerme cargo ni de que me diga mal mentiroso ni de que aparentemente me anda cubriendo las espaldas con su novia. Jamás le he pedido que me cubra en nada, así que es más que obvio que mi corazón ha empezado a galopar con tanta fuerza que de seguro va a delatarme. ¿Debería importar lo que opine el resto del mundo? Pues no, mucho menos Sage, a quien creo que le tengo la confianza suficiente. ¿El problema? Que si Meerah se entera, es como haber traicionado su confianza. ¿Ven por qué digo que siempre me meto en enredos que no sé cómo solucionar y ni siquiera son en verdad importantes?
Lo demuestra con ese comentario que me hace ponerle mi mejor expresión de "ajá, muy gracioso" en lo que me resguardo en mi silencio, ese que de momento me sirve como aliado. ¡Y entonces...! Creo que me atraganto con mi propia saliva, porque no puedo creer que me esté diciendo esto, de esta manera, como si nada hubiera... No, de seguro solamente está tratando de ver si pico y puede sacarme información... No, no pudo haber sido tan justo. Sabe, está claro que lo hace y estoy seguro de que empiezo a tomar un color rosado a juzgar por el calor que me va subiendo por la cara —Okay, en primer lugar, con esas palabras pusiste muy en claro las razones por las cuales no decimos nada. ¡Queremos ahorrarnos de que Hero o cualquiera ande inventando cosas que no son! — conoce a la pelirroja posiblemente mejor que nadie... ¿Y de verdad no entiende por qué nos callamos la boca? Tengo que dejar las agujas y la lana a un lado, que no puedo concentrarme. Acomodo mi postura para sentarme más cerca del borde de la cama, separo aún más mis rodillas y jugueteo con mis dedos al apoyar los codos sobre éstas —Mira... No hay nada de qué preocuparse. Meerah y yo solo nos besamos de vez en cuando, eso es todo. No hay nada romántico envuelto y, si te interesa saberlo, los dos seguimos más vírgenes que el aceite que usas para tus comidas — a ver si con eso se queda satisfecho.
No puedo creer que he llegado al punto de mi existencia en el cual tengo que andar dando explicaciones sobre qué relación tengo con Meerah Powell, que no voy a decir que nuestros besos sean totalmente castos, pero de ahí a ir a cosas más serias hay un largo trecho —Y en cuanto a Mimi... Claro que le tengo ganas, pero no pasa de atracción física y jamás ha sucedido nada. No lo he intentado tampoco, me cae muy bien como para conformarme con ser su amigo y estoy empezando a creer que solo le gustan las mujeres — me encojo de hombros, que lo que la morena haga o deje de hacer con su vida es cosa suya —¿Satisfecho? ¿O necesitas un plano detallado de todo lo que hago con Meerah para quedarte tranquilo?
Lo demuestra con ese comentario que me hace ponerle mi mejor expresión de "ajá, muy gracioso" en lo que me resguardo en mi silencio, ese que de momento me sirve como aliado. ¡Y entonces...! Creo que me atraganto con mi propia saliva, porque no puedo creer que me esté diciendo esto, de esta manera, como si nada hubiera... No, de seguro solamente está tratando de ver si pico y puede sacarme información... No, no pudo haber sido tan justo. Sabe, está claro que lo hace y estoy seguro de que empiezo a tomar un color rosado a juzgar por el calor que me va subiendo por la cara —Okay, en primer lugar, con esas palabras pusiste muy en claro las razones por las cuales no decimos nada. ¡Queremos ahorrarnos de que Hero o cualquiera ande inventando cosas que no son! — conoce a la pelirroja posiblemente mejor que nadie... ¿Y de verdad no entiende por qué nos callamos la boca? Tengo que dejar las agujas y la lana a un lado, que no puedo concentrarme. Acomodo mi postura para sentarme más cerca del borde de la cama, separo aún más mis rodillas y jugueteo con mis dedos al apoyar los codos sobre éstas —Mira... No hay nada de qué preocuparse. Meerah y yo solo nos besamos de vez en cuando, eso es todo. No hay nada romántico envuelto y, si te interesa saberlo, los dos seguimos más vírgenes que el aceite que usas para tus comidas — a ver si con eso se queda satisfecho.
No puedo creer que he llegado al punto de mi existencia en el cual tengo que andar dando explicaciones sobre qué relación tengo con Meerah Powell, que no voy a decir que nuestros besos sean totalmente castos, pero de ahí a ir a cosas más serias hay un largo trecho —Y en cuanto a Mimi... Claro que le tengo ganas, pero no pasa de atracción física y jamás ha sucedido nada. No lo he intentado tampoco, me cae muy bien como para conformarme con ser su amigo y estoy empezando a creer que solo le gustan las mujeres — me encojo de hombros, que lo que la morena haga o deje de hacer con su vida es cosa suya —¿Satisfecho? ¿O necesitas un plano detallado de todo lo que hago con Meerah para quedarte tranquilo?
¿Puse muy en claro…? ¿Qué? Al parecer los dos tenemos una visión muy diferente de las cosas, porque opino justamente lo contrario a él. - No es lo que hagan o dejen de hacer lo que me molesta, es todo el secretismo detrás. ¿No es más fácil eso? Decir que no pasa nada más que unos besos de vez en cuando y ya. Te aseguro que los demás se inventan más cosas ahora, que si fueran sinceros. - Yo mismo no sabía que pensar al respecto, que no me importaba per se. Osea, sí, pero… Ya. ¿Cuál era el punto? Supongo que el descartar que estuviera jugando a dos puntas, ¡y le creía! Pero seguía sin entender razones.
- Me quedaría traquilo si tan solo aclararan el asunto y ya. Que no pienso que estén haciendo algo malo, pero no sé si no quieren contarlo por vergüenza, porque creas que Mimi no te va a prestar atención si estás con Meerah… Si no estás. Bah, ¿ves? es confuso. - Tomo un de las remeras olvidadas que estaba en la silla y se la arrojo por simple frustración. Que ya Hero me mareaba al asegurarme que sabía cosas que no sabía, yo me mareaba por no entender, y el me mareaba porque no le veía el sentido a su explicación. - Sé que no tendría que meterme, en serio lo sé, pero por alguna razón los comentarios siempre me llegan a mí y a estas alturas Hero va a pensar que me da un aneurisma cada vez que me habla al respecto. - Y a veces se sentía que realmente me daba uno, pero eso es tema aparte.
Me balanceo de un lado hacia otro en la silla giratoria y trato de volver a formar palabras coherentes antes de hablar. - La cosa es así, como tu mejor amigo, y para evitarte y evitarme problemas a futuro, podrían o esconderse mejor o aclarar los tantos. Preferentemente aclarar los tantos. - Al menos lo suficiente para que la señora Roddam dejara de darme charla al respecto. Lo de Hero sería inevitable hasta que Meerah le diga que se ha enamorado perdidamente de alguien más, pero al menos… no sé. - Supongo que es eso nomás, asegurarme de que no estás con dos personas a la vez sin que lo sepan, y… nop. Solo eso. En serio, no necesito ni quiero enterarme lo que hagas con tu privacidad.
- Me quedaría traquilo si tan solo aclararan el asunto y ya. Que no pienso que estén haciendo algo malo, pero no sé si no quieren contarlo por vergüenza, porque creas que Mimi no te va a prestar atención si estás con Meerah… Si no estás. Bah, ¿ves? es confuso. - Tomo un de las remeras olvidadas que estaba en la silla y se la arrojo por simple frustración. Que ya Hero me mareaba al asegurarme que sabía cosas que no sabía, yo me mareaba por no entender, y el me mareaba porque no le veía el sentido a su explicación. - Sé que no tendría que meterme, en serio lo sé, pero por alguna razón los comentarios siempre me llegan a mí y a estas alturas Hero va a pensar que me da un aneurisma cada vez que me habla al respecto. - Y a veces se sentía que realmente me daba uno, pero eso es tema aparte.
Me balanceo de un lado hacia otro en la silla giratoria y trato de volver a formar palabras coherentes antes de hablar. - La cosa es así, como tu mejor amigo, y para evitarte y evitarme problemas a futuro, podrían o esconderse mejor o aclarar los tantos. Preferentemente aclarar los tantos. - Al menos lo suficiente para que la señora Roddam dejara de darme charla al respecto. Lo de Hero sería inevitable hasta que Meerah le diga que se ha enamorado perdidamente de alguien más, pero al menos… no sé. - Supongo que es eso nomás, asegurarme de que no estás con dos personas a la vez sin que lo sepan, y… nop. Solo eso. En serio, no necesito ni quiero enterarme lo que hagas con tu privacidad.
De todas las personas en el mundo que creí que me vendría con algo como esto, jamás de los jamases hubiera creído que sería Sage. Creo que se me nota en la cara, que mantengo esa expresión de persona que no sabe si estallarse de risa o no por culpa del escepticismo — Ni siquiera estoy tratando de que Mimi esté conmigo...— dejo caer con gracia — Meerah y yo… Solo nos divertimos y creemos que nadie tiene por qué enterarse, no solo por los chismes, sino porque es nuestra intimidad. Solo nos besamos, Sage. Sé que ella es... Mira, siempre le he puesto límites, si es lo que te preocupa — que a veces no sé si los pongo para ella o para mí, que no soy de piedra y es muy fácil caer con los estímulos adecuados. No tengo intenciones de que nuestra relación o lo que sea se vea afectada por cosas más íntimas, de aquellas que traen confusión y cierta responsabilidad, no cuando no comprendo muy bien cómo es que terminamos de esta manera y ella sigue siendo demasiado joven. Ser solo amigos con derecho a algún que otro beso es más que suficiente — Sabes como es Hero, explotaría de saberlo y no quiero que… Mira, después de lo que pasó con David, prefiero que sea cosa de nosotros — no sea que alguien más quiera golpearme por algo que no les corresponde.
Si pudiera rodar más los ojos lo haría, pero creo que acabaría por verme el interior del cráneo y de seguro no es una imagen que quiera tener — ¿Aclarar qué tantos? ¿A Meerah para que no se ilusione por absolutamente nada o a los demás para que dejen de hablar de lo que hacemos o dejamos de hacer? — pregunto. Lo que no me espero es lo siguiente y, de veras, no puedo hacer otra cosa que estallarme de risa, tanto que me echo hacia atrás en la cama y acabo sosteniéndome la panza en lo que me acomodo contra la almohada — ¡Oh, vamos, Sage! No tengo ni la mitad del éxito que se necesita para salir con dos personas al mismo tiempo. Me halaga que lo creas, eh, de verdad — le pico, tengo que morderme los labios para tratar de controlar las risitas idiotas que me van sacudiendo. Le echo una mirada, girando la cabeza para poder verlo desde mi postura — Me considero una persona adulta y soltera que jamás fue capaz de intimar con nadie y la verdad es que no estoy tan desesperado. Me agrada Mimi y sí, también me agrada Meerah, pero no es como si… — ¿Cómo explicarle esto sin que le agarre la vena Hero Niniadis? — Mira. Meerah me hace sentir bien, ¿de acuerdo? Se preocupó por mí cuando nadie más lo hacía y creo que podemos entendernos a la mitad de dos caminos muy opuestos, pero también sé muy bien eso… Que somos todo lo opuesto a lo que el otro querría. Es una buena compañía y… Vamos. ¿Vas a decirte que besuquearte con alguien con quien te sientes cómodo no es algo que harías? — que sé que con Hero parece que no avanzan más, pero eso no tiene nada que ver — Mimi es otro cantar. Nos llevamos bien, me agrada, pero tiene un muro de piedra puesto delante y no podría jamás tener ese tipo de conexión, porque ella parece que solo la tiene con un puñado de personas y no soy nadie para reclamarlo. Es… alguien atractivo para mirarla de lejos.
Si pudiera rodar más los ojos lo haría, pero creo que acabaría por verme el interior del cráneo y de seguro no es una imagen que quiera tener — ¿Aclarar qué tantos? ¿A Meerah para que no se ilusione por absolutamente nada o a los demás para que dejen de hablar de lo que hacemos o dejamos de hacer? — pregunto. Lo que no me espero es lo siguiente y, de veras, no puedo hacer otra cosa que estallarme de risa, tanto que me echo hacia atrás en la cama y acabo sosteniéndome la panza en lo que me acomodo contra la almohada — ¡Oh, vamos, Sage! No tengo ni la mitad del éxito que se necesita para salir con dos personas al mismo tiempo. Me halaga que lo creas, eh, de verdad — le pico, tengo que morderme los labios para tratar de controlar las risitas idiotas que me van sacudiendo. Le echo una mirada, girando la cabeza para poder verlo desde mi postura — Me considero una persona adulta y soltera que jamás fue capaz de intimar con nadie y la verdad es que no estoy tan desesperado. Me agrada Mimi y sí, también me agrada Meerah, pero no es como si… — ¿Cómo explicarle esto sin que le agarre la vena Hero Niniadis? — Mira. Meerah me hace sentir bien, ¿de acuerdo? Se preocupó por mí cuando nadie más lo hacía y creo que podemos entendernos a la mitad de dos caminos muy opuestos, pero también sé muy bien eso… Que somos todo lo opuesto a lo que el otro querría. Es una buena compañía y… Vamos. ¿Vas a decirte que besuquearte con alguien con quien te sientes cómodo no es algo que harías? — que sé que con Hero parece que no avanzan más, pero eso no tiene nada que ver — Mimi es otro cantar. Nos llevamos bien, me agrada, pero tiene un muro de piedra puesto delante y no podría jamás tener ese tipo de conexión, porque ella parece que solo la tiene con un puñado de personas y no soy nadie para reclamarlo. Es… alguien atractivo para mirarla de lejos.
No entiendo por qué cree que lo que me preocupa es los límites que pueda o no haber marcado con ella cuando Hero y Meerah se llevaban un año nada más. Me estaba haciendo a mí volverme consciente de una situación que, a decir verdad, trataba de que no me importara. Ya tenía muy en claro que las primeras en marcar los tiempos en cualquier ámbito más allá de… cualquier cosa, eran ellas. No es que fuese a hacer nada si yo mismo me sentía incómodo, pero básicamente se trataba de respetar los tiempos de cada uno y no, no creía que James fuese a ser de esos que apuran sin considerar a la otra persona. Fuese Meerah, Mimi o quien sea. - Había olvidado todo el asunto con David… Que ahora que lo pienso, casi que no lo veo desde aquella ocasión. - Todavía no entendía por qué se habían dado las cosas de esa manera, pero sabía que gran parte se debía a mi gran y oportuna boca. - Lo siento por eso. De nuevo. - Le digo con resignación, que sé que ya me he disculpado, pero todavía me pesaba en la conciencia que lo hubiesen golpeado.
Claramente, o no se daba el suficiente mérito, o estaba completamente sordo a los comentarios que hacían acerca de él. Que no iba a ser la persona en llevarlo a la iluminación, pero de verdad se estaba subestimando el pobre. - Te puedo creer lo de soltero, ¿pero adulto? ¿estás seguro? - Me tengo que burlar porque no sería yo si no honrara nuestra amistad de esta manera. - Solo para que conste, no fui yo quien mencionó las palabras “conexión”, “preocupación” o “entendimiento”. Y déjame decirte que perdí mi virginidad hace un par de años por menos de la mitad de eso. - Básicamente había sido un idiota hormonal y no mucho más, pero tampoco era algo que fuese a reprocharme toda la vida. - Y no estoy diciendo que lo tengas que hacer, que ya me quedó claro que pones límites y eso. Pero a lo que me refiero es a que, besos y nada más es una cosa, mientras que estar cómodo con otra persona, preocuparte por ella, entenderse y hacerse compañía es como… no lo sé ¿la base de cualquier buena relación? No hace falta regalarse rosas y darse chocolates para demostrarlo. - Las muestras de afecto podían provenir de muchos lados, y de maneras muy diferentes. Si no fuera por eso yo hubiese estado en problemas hace rato. - Hero es la persona más romántica que conozco y aún así, siendo su novio y todo, soy el peor con ese tipo de gestos. Prefiero demostrarle que la quiero o que estoy para ella, no sé, ¿preguntándole como fue su día?, o viendo una película juntos, cocinándole; que se yo. Hay mil maneras. - Creo que el concenpto que la mayoría de las personas tenía del amor, o de cualquier relación entre dos personas estaba muy exagerada por tonterías consumistas, entre ellas las novelas y películas rosas que están lejos de representar lo que pueda sentir. - Si fueran solo besos y nada más, ¿Mimi no es como la persona perfecta? Cero conexión, algo físico y no mucho más.
Me quedo observándolo cuando termino mi discurso, analizando lo que acabo de decir, y llegando a la conclusión más obvia. - Paso demasiado tiempo con Hero. - Me levanto de la silla, acorto los pasos que me separan de su cama, y me dejo caer en el colchón casi a los pies de la misma. Y sí, me golpeo la cabeza en el proceso, pero a estas alturas casi que me lo merezco. - Juro que solo venía a decirte que si estabas jugando a dos puntas tuvieras cuidado, y que ya estaba harto de tener que fingir demencia. Nada más. - Casi era más fácil cuando, meses atrás, se torturaba por haber besado a Meerah en un primer lugar, y no ahora que me estaba dando razones de por qué continuaba haciéndolo. Lo cual, a decir verdad, era un gran cambio si tenía en cuenta su horror la última vez que tuvimos una charla de este tipo.
Claramente, o no se daba el suficiente mérito, o estaba completamente sordo a los comentarios que hacían acerca de él. Que no iba a ser la persona en llevarlo a la iluminación, pero de verdad se estaba subestimando el pobre. - Te puedo creer lo de soltero, ¿pero adulto? ¿estás seguro? - Me tengo que burlar porque no sería yo si no honrara nuestra amistad de esta manera. - Solo para que conste, no fui yo quien mencionó las palabras “conexión”, “preocupación” o “entendimiento”. Y déjame decirte que perdí mi virginidad hace un par de años por menos de la mitad de eso. - Básicamente había sido un idiota hormonal y no mucho más, pero tampoco era algo que fuese a reprocharme toda la vida. - Y no estoy diciendo que lo tengas que hacer, que ya me quedó claro que pones límites y eso. Pero a lo que me refiero es a que, besos y nada más es una cosa, mientras que estar cómodo con otra persona, preocuparte por ella, entenderse y hacerse compañía es como… no lo sé ¿la base de cualquier buena relación? No hace falta regalarse rosas y darse chocolates para demostrarlo. - Las muestras de afecto podían provenir de muchos lados, y de maneras muy diferentes. Si no fuera por eso yo hubiese estado en problemas hace rato. - Hero es la persona más romántica que conozco y aún así, siendo su novio y todo, soy el peor con ese tipo de gestos. Prefiero demostrarle que la quiero o que estoy para ella, no sé, ¿preguntándole como fue su día?, o viendo una película juntos, cocinándole; que se yo. Hay mil maneras. - Creo que el concenpto que la mayoría de las personas tenía del amor, o de cualquier relación entre dos personas estaba muy exagerada por tonterías consumistas, entre ellas las novelas y películas rosas que están lejos de representar lo que pueda sentir. - Si fueran solo besos y nada más, ¿Mimi no es como la persona perfecta? Cero conexión, algo físico y no mucho más.
Me quedo observándolo cuando termino mi discurso, analizando lo que acabo de decir, y llegando a la conclusión más obvia. - Paso demasiado tiempo con Hero. - Me levanto de la silla, acorto los pasos que me separan de su cama, y me dejo caer en el colchón casi a los pies de la misma. Y sí, me golpeo la cabeza en el proceso, pero a estas alturas casi que me lo merezco. - Juro que solo venía a decirte que si estabas jugando a dos puntas tuvieras cuidado, y que ya estaba harto de tener que fingir demencia. Nada más. - Casi era más fácil cuando, meses atrás, se torturaba por haber besado a Meerah en un primer lugar, y no ahora que me estaba dando razones de por qué continuaba haciéndolo. Lo cual, a decir verdad, era un gran cambio si tenía en cuenta su horror la última vez que tuvimos una charla de este tipo.
Le resto importancia con un encogimiento de hombros, porque no voy a torturarlo cuando sé que cualquier cosa que haya dicho no fue con malas intenciones. Es Sage, el noventa por ciento de las cosas que hace, las hace sin darse cuenta de lo que está haciendo, como si la parte en la cual le enseñaron a socializar hubiera sido omitida dentro de su cerebro — La idea de lo que debe ser la adultez es una ilusión creada por los medios de comunicación y la cultura — lo contradigo con el tono más sabiondo que soy capaz de emplear, hasta que le sonrío con obvia diversión. Obvio que se me va la expresión al tacho cuando demuestra que ha pasado demasiado tiempo con su novia, porque creo sospechar hacia dónde es que está yendo — A ver si entendí — intento ir sobre sus palabras, porque de seguro me he perdido a la mitad — ¿Estás queriendo decir que como paso un buen rato con Meerah y podemos compartir muchas cosas más allá de lo físico, debería salir con ella? ¿O implicas que estamos teniendo una relación sin ponerle ningún título? Porque de verdad jamás lo vi de esa manera — ¿Ahora no puedo besar a nadie y ser su amigo a la vez sin tener que ponerle una etiqueta? — Mimi no me ve de esa manera — le aseguro, que he pasado el tiempo suficiente con la morena como para darme cuenta de que oportunidades a solas hubo cientas y ninguna se sintió como un ambiente en el cual tuviera siquiera una oportunidad con ella.
Al menos, él mismo acepta que Hero le ha llenado la cabeza y mis cejas se alzan de manera obviamente sarcástica. Hago vibrar mis labios con un resoplido y cruzo mis brazos sobre mi pecho de tal manera que me hace sentir que me encuentro en el diván de un terapeuta — No estoy jugando a dos puntas y no tienes por qué fingir demencia por mí, nadie te lo ha pedido — le aclaro con total parsimonia — ¿Quieres ir y decirle a Hero que paso tiempo con Meerah y que solemos besarnos? Hazlo, no me importa, quizá y así me libro de las extorsiones de Jared, que desde que lo descubrió no deja de pedirme cosas. Pero en verdad creo que todos están demasiado ocupados cotilleando sobre lo que hacemos o dejamos de hacer cuando… Es nuestra privacidad, Sage. La vida es corta y estamos en guerra, así que… ¿Por qué no disfrutarla? No es como si fuese muy complicado — hay una manía en el mundo de ponerle etiquetas a absolutamente todo y no puedo encontrarle el sentido — ¿Sabes que no dijimos nada en primer lugar justamente porque estábamos cansados de que saquen suposiciones sobre nosotros? Además… — muevo uno de mis hombros con cierta incomodidad, clavando la mirada en el techo — No sé muy bien qué es lo que siente Meerah como para adentrarme más en ello. No quiero que las cosas cambien cuando están bien así.
Al menos, él mismo acepta que Hero le ha llenado la cabeza y mis cejas se alzan de manera obviamente sarcástica. Hago vibrar mis labios con un resoplido y cruzo mis brazos sobre mi pecho de tal manera que me hace sentir que me encuentro en el diván de un terapeuta — No estoy jugando a dos puntas y no tienes por qué fingir demencia por mí, nadie te lo ha pedido — le aclaro con total parsimonia — ¿Quieres ir y decirle a Hero que paso tiempo con Meerah y que solemos besarnos? Hazlo, no me importa, quizá y así me libro de las extorsiones de Jared, que desde que lo descubrió no deja de pedirme cosas. Pero en verdad creo que todos están demasiado ocupados cotilleando sobre lo que hacemos o dejamos de hacer cuando… Es nuestra privacidad, Sage. La vida es corta y estamos en guerra, así que… ¿Por qué no disfrutarla? No es como si fuese muy complicado — hay una manía en el mundo de ponerle etiquetas a absolutamente todo y no puedo encontrarle el sentido — ¿Sabes que no dijimos nada en primer lugar justamente porque estábamos cansados de que saquen suposiciones sobre nosotros? Además… — muevo uno de mis hombros con cierta incomodidad, clavando la mirada en el techo — No sé muy bien qué es lo que siente Meerah como para adentrarme más en ello. No quiero que las cosas cambien cuando están bien así.
Tengo la impresión de que si respondo a su pregunta, sea cuál sea la respuesta, acabaré cagandola a fondo. No sería la primera vez y dudo mucho que se trate de la última así que, en lo que creo que es la opción más favorable para mí, prefiero hacer uso de “el silencio otorga” y cerrar el pico en lo que reacomodo las ideas de mi cerebro. O al menos las palabras para no meterme, más de lo que ya lo había hecho, en asuntos que no me corresponden. Que al parecer dentro de poco me voy a recibir de entrometido oficial u algo así.
- Contrario a lo que pueda parecer, no me gusta andar divulgando la vida de otros. Por eso te vine a hablar primero a tí. - Hubiera sido mucho, muchísimo más sencillo decirle a Hero y ya, pero quería creer que era mejor amigo que eso. Sí, básicamente lo estaba arrinconando contra una pared al ponerlo en una situación así, pero ya me estaba quedando sin opciones y como mínimo esperaba sopesarlas primero con él. - Claro que fallé épicamente al hacerlo, pero ahora puedo decirle sin remordimiento de confianza a la señora Roddam que te aconsejé no hacer uso de la despensa. Ya lo demás… tienes razón, es tu privacidad, la de Meerah, y son ustedes los que deberían decidir qué hacer con ella. - ¿Había estado muy mal de mi parte pedirle que aclararan las cosas? Que básicamente mis intención era decirle que no tenía nada malo lo que hacía, y que nadie iba a juzgar… cuando a su manera yo estaba siendo el primero en hacer justamente eso. - Puedo fingir demencia un poco más, o simplemente decirle a Hero que ya hablé contigo y que no siguiera teniendo esperanzas o algo así. - Y estaba muy cerca de ser una mentira, pero prefería verlo como estirar la verdad al máximo.
- Sigo pensando que así solo harán que circulen más suposiciones sobre ustedes, pero están en su derecho de hacer lo que quieran. - Y no voy a andar recomendándole que cosas como los sentimientos eran algo que se debían hablar, porque tenía miedo de que terminase por meterme las agujas por la nariz. - ¿Cómo es eso de que Jared te está extorsionando? - Y no, no iba a señalarle que justamente el que un niño de doce años los descubra decía mucho de su capacidad de mantener las cosas en secreto.
- Contrario a lo que pueda parecer, no me gusta andar divulgando la vida de otros. Por eso te vine a hablar primero a tí. - Hubiera sido mucho, muchísimo más sencillo decirle a Hero y ya, pero quería creer que era mejor amigo que eso. Sí, básicamente lo estaba arrinconando contra una pared al ponerlo en una situación así, pero ya me estaba quedando sin opciones y como mínimo esperaba sopesarlas primero con él. - Claro que fallé épicamente al hacerlo, pero ahora puedo decirle sin remordimiento de confianza a la señora Roddam que te aconsejé no hacer uso de la despensa. Ya lo demás… tienes razón, es tu privacidad, la de Meerah, y son ustedes los que deberían decidir qué hacer con ella. - ¿Había estado muy mal de mi parte pedirle que aclararan las cosas? Que básicamente mis intención era decirle que no tenía nada malo lo que hacía, y que nadie iba a juzgar… cuando a su manera yo estaba siendo el primero en hacer justamente eso. - Puedo fingir demencia un poco más, o simplemente decirle a Hero que ya hablé contigo y que no siguiera teniendo esperanzas o algo así. - Y estaba muy cerca de ser una mentira, pero prefería verlo como estirar la verdad al máximo.
- Sigo pensando que así solo harán que circulen más suposiciones sobre ustedes, pero están en su derecho de hacer lo que quieran. - Y no voy a andar recomendándole que cosas como los sentimientos eran algo que se debían hablar, porque tenía miedo de que terminase por meterme las agujas por la nariz. - ¿Cómo es eso de que Jared te está extorsionando? - Y no, no iba a señalarle que justamente el que un niño de doce años los descubra decía mucho de su capacidad de mantener las cosas en secreto.
Me avergüenza un poco bastante el saber que la señora Roddan nos ha pescado en la despensa, sólo puedo rogar que no haya sido ese día en el cual se nos dio por hacer uso de una pared y las cajas de té para estar más cómodos, porque la imagen no habrá sido muy agradable. Aún así encuentro la manera de parecer sereno, que al menos Sage tiene la decencia de aceptar que tengo razón en al menos una parte de todo esto y se lo agradezco con un movimiento de la cabeza — Puedes decirle a Hero que no, no estamos saliendo y no le estarías mintiendo. Lagunas legales, Sage. Siempre hay que saber cómo usarlas — chasqueo los dedos como si de esa manera pudiera despertarle la mente, que sé bien que puede usarla, que no es ningún idiota — Es que es irónico. ¿Sabes? Todos hablan, así que no les cuentas nada… Lo que hace que sigan hablando. ¿No hay nada más interesante que el confirmar si Meerah y yo nos besamos de vez en cuando? No es como que… Esto no es una cosa estúpida de Romeo y Julieta, solo somos amigos y a veces nos divertimos, eso es todo — líneas a separar.
Lo que no me esperaba era el tener que explicarle lo de Jared y no puedo contenerme, se me escapa una risa bastante sonora — Ah, es una historia un poco ridícula. Verás, en el cumpleaños de Hero, después de todo el asunto de los cupcakes… — hago una floritura de la mano en un gesto de “ya tú sabes” — Meerah y yo nos estábamos besando en el baño y Jared no tuvo la mejor idea que entrar justo en ese momento. Le pedimos que no dijera nada, así que su silencio tiene su precio. Nada que no pueda darle, no te preocupes — que no le voy a decir que le doy más libertad de la que debería porque eso haría que me maten a mí y no a él, que no tengo la vena suicida tan al aire — No sé cómo hace ese niño para conservar tanta maldad en un cuerpo tan pequeño. Yo diría que después de Jamie, Jared es el Niniadis más peligroso de todos — que si vemos con quienes lo puedo comparar, no estoy exagerando.
Sin más, me impulso hacia delante para poder tomar asiento otra vez y me acomodo el cabello con un manotazo que, en definitiva, me acaba por despeinar aún más — ¿Tienes alguna otra pregunta o podemos decir que eso fue todo? — inquiero — Para que te quedes tranquilo, te prometo que sé lo que son los condones y que voy a usarlos el día que me digne a acostarme con alguien, cosa que de momento no ha sucedido. Palabra de boy scout — cosa que jamás he sido pero, aún así, me beso los dedos como he visto en las películas.
Lo que no me esperaba era el tener que explicarle lo de Jared y no puedo contenerme, se me escapa una risa bastante sonora — Ah, es una historia un poco ridícula. Verás, en el cumpleaños de Hero, después de todo el asunto de los cupcakes… — hago una floritura de la mano en un gesto de “ya tú sabes” — Meerah y yo nos estábamos besando en el baño y Jared no tuvo la mejor idea que entrar justo en ese momento. Le pedimos que no dijera nada, así que su silencio tiene su precio. Nada que no pueda darle, no te preocupes — que no le voy a decir que le doy más libertad de la que debería porque eso haría que me maten a mí y no a él, que no tengo la vena suicida tan al aire — No sé cómo hace ese niño para conservar tanta maldad en un cuerpo tan pequeño. Yo diría que después de Jamie, Jared es el Niniadis más peligroso de todos — que si vemos con quienes lo puedo comparar, no estoy exagerando.
Sin más, me impulso hacia delante para poder tomar asiento otra vez y me acomodo el cabello con un manotazo que, en definitiva, me acaba por despeinar aún más — ¿Tienes alguna otra pregunta o podemos decir que eso fue todo? — inquiero — Para que te quedes tranquilo, te prometo que sé lo que son los condones y que voy a usarlos el día que me digne a acostarme con alguien, cosa que de momento no ha sucedido. Palabra de boy scout — cosa que jamás he sido pero, aún así, me beso los dedos como he visto en las películas.
— Tú dices lagunas legales. Yo creo que como Hero los descubra y se entere que yo sabía, ambos acabaremos ahogados en una laguna no tan legal — En realidad no, porque la pelirroja no era una persona violenta, pero así se sentía. En fin, al menos trataría de tener la astucia de no mentir y ver si así podía apelar a mi caso en un futuro — Si hay algo que aprendí tras años de ver programas basura en la televisión es que no, al parecer no hay nada más interesante que un buen chisme de vez en cuando. Y menos mal que nadie la ha descubierto todavía a ella. No quiero ni imaginar si se empieza a mover el chisme a lo largo del distrito siendo que es la hija de un ministro — cosa que trataba de no pensar, porque no quería imaginar en la situación en la que estaría si no empezaba a tener más cuidado.
Niego con la cabeza cuando explica lo que sucedió en el cumpleaños y tengo que admitir que nada de lo que me cuenta me sorprende. Incluyendo la extorsión que ahora cobra sentido — No sé que dice de nosotros el hecho de que me digas que no me preocupe y siento que sí debería preocuparme. ¿Seguro que no te meterás en problemas? — porque no se me ocurría qué podría pedirle Jared y algo me decía que no serían necesariamente masitas del café — Aunque eso de decir que Jared es el más peligroso… ¿Aminoff no es Niniadis técnicamente hablando? — O al menos se supone que la sangre Niniadis corría con sus venas. Mi teoría era qué él se había llevado toda la maldad, me sorprende que quede la suficiente como para catalogar a Jared como el siguiente en linea.
Me levanto de la cama de un saltito, y tiro de mis pantalones para acomodarlos como corresponde. — Ninguna otra. En ese sentido no tienes que ni contarme. De verdad, al parecer solo me interesa meterme en la vida sentimental ajena, no en la sexual.
Niego con la cabeza cuando explica lo que sucedió en el cumpleaños y tengo que admitir que nada de lo que me cuenta me sorprende. Incluyendo la extorsión que ahora cobra sentido — No sé que dice de nosotros el hecho de que me digas que no me preocupe y siento que sí debería preocuparme. ¿Seguro que no te meterás en problemas? — porque no se me ocurría qué podría pedirle Jared y algo me decía que no serían necesariamente masitas del café — Aunque eso de decir que Jared es el más peligroso… ¿Aminoff no es Niniadis técnicamente hablando? — O al menos se supone que la sangre Niniadis corría con sus venas. Mi teoría era qué él se había llevado toda la maldad, me sorprende que quede la suficiente como para catalogar a Jared como el siguiente en linea.
Me levanto de la cama de un saltito, y tiro de mis pantalones para acomodarlos como corresponde. — Ninguna otra. En ese sentido no tienes que ni contarme. De verdad, al parecer solo me interesa meterme en la vida sentimental ajena, no en la sexual.
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