TEMAS
— Y después de esta profunda recopilación de datos que me costó meses conseguir... — miro al culpable de la sala por haberse comido páginas importantes de un libro de la biblioteca, me importa poco que sea perro, yo sé que en el fondo entiende, pero ahora se las quiere dar de santo. — He llegado a la insólita revelación de que la piedra filosofal fue robada, no destruida como datan libros del siglo XIX, esa es la verdadera excusa que dieron para no atemorizar a la población. — coloco mis manos sobre mi cintura a modo de jarra, echándole un vistazo a mi primo a ver si me sigue. — ¿Entiendes ahora por qué es muy importante que la encontremos? ¡Estamos ante la peor amenaza de esta época, Brian! — ¿rebeldes? Nah, magos malvados inmortales, eso sí que es un problema. Me acerco para tomar a Milo de la cama y colocarlo entre mis brazos, él sí que se estaba durmiendo y lo delata el bostezo que me suelta en toda la cara. Tendré que lavarle los dientes en los próximos días, porque su aliento podría tumbar hasta un troll. — Creo que esa es tu madre. — el timbre de la puerta suena en el piso inferior, manifestando el final de nuestra diversión. Con un gesto de mi cabeza lo aliento para que bajemos, que la hora del café también es nuestra hora de bocadillos de chocolate y zumos, pero para cuando estamos bajando las escaleras me sorprendo con que la voz de la tía Sigrid de repente se parece mucho a la del tío Nick.
Qué extraño, el tío Nick no acostumbra a hacer visitas entre semana, está demasiado ocupado en el ministerio, seguro ayudando a ocultar el secreto de la piedra filosofal. Por eso mismo, dejo al perro en el suelo y le hago una seña a Brian para que mantenga silencio, colocando mi dedo índice sobre mis labios. Doy pasos pequeños y silenciosos que nos ayudan a terminar de bajar las escaleras, también a recorrer el pasillo que lleva hasta la puerta de la cocina y descubrir que la han cerrado. — Vamos a espiar por debajo de la puerta, ¿de acuerdo? No hagas ruido, seguro el tío Nick tiene información interesante que revelar. — apenas es un murmullo, pero estoy segura de que me capta porque han sido años de profundizar en nuestro propio idioma. Lo que pasa es que cuando me tumbo a un lado de la puerta, para tratar de ver por debajo del hueco, no suena a conversación muy interesante, si voy a ser sincera. Miro a mi primo con la expresión de extrañeza en mi cara, alzando las cejas y torciendo la boca en sinónimo de que no estoy entendiendo nada de lo que dicen. — ¿De quién crees que están hablando?


Me enredo con mis piernas al tratar de ponerme de pie al escuchar los sonidos en la puerta que deben ser por la llegada de mi mamá, ¿tan pronto? ¡No, ahora! ¡Justo estábamos planeando como recuperar la piedra filosofal! Sigo hablando en susurros mientras vamos bajando la escalera. —¿Y si alguno de los ministros es un viejo de mil años que usa la piedra para mantenerse en su lugar?— le consulto a mi prima. —¿Crees que el tío Nick sepa algo?— sospechoso que haya una piedra filosofal escondida en algún recoveco del ministerio y que nuestro tío se llame Nicholas, ¡no puede ser! Conozco al tío Nick desde que abrí los ojos. No puede ser. ¿Sabrá algo? Como si lo llamara, escucho el eco de su voz respondiendo a la voz de la tía Ingrid. Ella no debe saber nada de nada, nunca ve más allá de su nariz. —¡Quizá el tío Nick está pidiéndole a la tía Ingrid que es auror que le ayude a transportar a la piedra a otro lugar!— mi grito es un susurro que solo lo escucha Kitty.
Hago lo mismo que mi prima al tirarme de panza al suelo, mi coronilla choca con la suya y entrecierro un ojo para poder ver mejor los zapatos de mis tíos. Se escucha algo sobre… hace veinte años, un hombre… la tía iba a hacer un viaje con un hombre… ¿¿UN HOMBRE QUE TENÍA LA PIEDRA FILOSOFAL?? —Necesitamos conseguirnos de esas orejas extensibles, Kit Kat…— murmuro y a otro rulo se le ocurre otra genial idea. — ¡No! ¡Ya sé! Le diré a Jenna que me arme un escarabajo micrófono que podamos arrojar a cualquier parte y podamos escuchar con auriculares— mi voz en murmullos tapa la conversación entre mis tíos, que al prestar atención de nuevo lo que escucho es que Luka podría no ser un Romanov. ¡NO, PARA! ¿No irá a apellidarse Helmuth, verdad? Que copión, siempre nos copia todo a Oliver y a mí que somos más geniales, hasta el apellido ahora…

Así que el tío Nick y mamá guardan secretos con respecto a lo que dicen no saber sobre la piedra… — La próxima que vayamos a la tienda compraremos unas, estoy ahorrando de mi paga semanal, si no podemos sobornar a Jenna con un par de knuts. — porque dudo que la prima Jen vaya a hacernos el trabajo gratis, como también sospecho que mi par de knuts en realidad no tienen mucho valor. — Pero ahora, shhh, que no estoy escuchando. — es lo que le digo cuando la conversación pasar a ocupar parte de mi interés y tengo que pegar la oreja a la puerta, sin importa que eso interrumpe mi campo de visión. Tampoco me hace falta, lo que más me preocupa ahora es el haber escuchado bien cuando mi madre parece hablar sobre alguien que definitivamente no es papá y produce que mis cejas traten de buscarse en una línea amarga. — ¿Qué están diciendo…? — me cuesta controlar la tentación que me pide a gritos que abra la puerta, que sea esa la pregunta que vaya dirigida hacia mi madre, quien se ha vuelto protagonista de la conversación. En su lugar, me giro hacia mi primo, tan confusa que cuesta diferenciar otra expresión en mi rostro. — Tiene que ser un error, ¿no? Tal vez hayamos escuchado mal, desde aquí tampoco se les oye tan bien… — vuelvo a pegar la oreja a la madera, convencida de mi propia hipótesis porque me niego a creer lo que estoy escuchando. ¿Que Luka podría no ser mi hermano? — ¿Acostarse es otra forma de decir hacer el amor o es cosa mía? — quizá no debería estar hablando estas cosas con Brian, es menor que yo, pero bueno, yo lo estudié en clase de biología.


Cruzo mis brazos en el piso para poder apoyar allí mi mentón al mirar con atención a mi prima, no hubiera esperado tener este tipo de charla tumbados en el suelo del pasillo, con cuidado de ser pillados por quienes estamos espiando. — Acostarse no es necesariamente hacer el amor con alguien, Kit— se lo aclaro con un bufido, si es que a ella también me tengo que poner a aclararle cosas para que no ande con ideas equivocadas. —Si vas a un campamento con alguien y te dice que se acuesten a dormir en la carpa, eso no es hacer el amor— ya veo que luego Kitty cree que está embarazada por tomar de la mano a alguien. —Hacer el amor es… es…— ay, que no quiero tener que explicárselo así. —¿Acaso no viste el vivo en Wizzardface de Oli? ¡ESO! Y ellos… no estaban acostados, estaban en un sillón.

Me distraigo de la conversación que está teniendo lugar dentro de la cocina, a pesar de que mi cabeza sigue dándole vueltas a lo que han escuchado mis oídos, porque mi primo menor decide que es una buena oportunidad para hacer aclaraciones de lo que es y no es el sexo, cuando de los dos yo soy aquí la que tendría que saber más del tema, que soy la mayor. — No, no lo vi, no tengo teléfono, y prefiero no hacerme una cuenta en Wizzardface para terminar llenándola de boberías. — eso y porque estoy segura de que mamá la usaría para controlarme, tengo que tener derecho a ser una adolescente normal sin tener a mi madre respirándome en la oreja porque subí una foto del patio del colegio cuando no era hora del recreo. No es que yo me haya saltado ninguna clase hasta ahora, claro está… es lo que hacen los niños más mayores. Me pregunto si mamá sabrá sobre ese vídeo del primo Oli. — Pues yo he oído que cuando dices ‘acostarte con’ significa que has hecho el amor con fulano, o con fulana. — aunque también… yo he ido a campamentos antes, no recuerdo bien si algún compañero me dijo de acostarme con él en la carpa, qué cosas. — Como sea… mamá no haría una cosa así, sentada o acostada, con otra persona que no fuera papá. Tienen que estar hablando en clave. — aseguro, que los escucho por las noches cuando creen que no lo hago. Me vendrían bien unos tapones, lo apuntaré en mi lista de cosas para las que ahorrar junto a las orejas extensibles. Voy a tener que empezar a buscar un trabajo si quiero pagar por todas estas cosas.


—Yo lo vi desde el teléfono de Jenna— cuento, que entre mis pasatiempos está quitárselo de la mano y toquetearlo antes de que se me nuble la pantalla, que si me tengo que poner a descifrar su clave, ¡uff! Ni Seguridad Nacional podría. Lo hago más que nada para molestarla. ¡Es Jenna! ¡En serio no voy a encontrarme NADA raro entre sus cosas! Tuve que tocar en el vivo guardado de Oli para que ver algo interesante en su teléfono. —Y también lo vio mi mamá, que se lo mostró a tu mamá. El otro día escuche gritar a la tía Ingrid si el video porno de Oli lo vieron todos, creo que hasta la escuchó nuestra vecina, la señora Mildred, que es sorda…— pongo al tanto a mi prima de toda la información guardada en mi memoria que, como buenos mini espías, todo dato luego se vuelve importante.
—Kitty, ¿te das cuenta que serás la niña más anticuada de la escuela si no usas teléfono, verdad? Se van a burlar de ti y te preguntarán si sigues usando lechuzas— suspiro, que conozco lo controladora que puede ser la tía Ingrid, pero no es justo para mi prima que la traten como si hubiera vivido a principios del siglo XXI, ¡ufffff! ¡Si en ese entonces apenas sabían usar computadoras! Leí una vez que en una de las crisis apocalípticas de ese entonces, porque me gusta leer mucho sobre apocalipsis, por culpa que unos científicos dementes estuvieron experimentados con un lethifold se propagó un virus por todos los países y las personas tuvieron que recluirse, ¡y no sabían usar internet! ¿Qué hay de nosotros? ¿Seguiremos usando walkie talkies hasta los veinte años? Hay que evolucionar, algo se me tiene que ocurrir. —Le pediré a mamá que me compre uno, pero cuando Jenna cambie el suyo, le diré qué me regale el viejo. Lo guardaré entre mis cosas y podrás usarlo cuando quieras— propongo como un plan a futuro.
—Claro— le doy la razón, —las mamás solo lo hacen con los papás, ¿palabra clave para qué? ¿Crees que “Luka” sea la palabra clave para hablar de la piedra filosofal?— hago una mueca al decirlo, siempre Luka, siempre Luka, la estrella de la familia porque es el niño consentido de la tía Ingrid. Oliver tiene mejor cara. ¿Y quién tiene rulos, eh? ¿Quién tiene rulos? — “Acostarse” tal vez sea una palabra clave para decir que recibió la piedra de alguien más… ¿escuchas? ¡Es eso! La tía Ingrid se “acostó” con este hombre y recibió a “Luka”, está claro, es eso… ¿a qué se referirá al decir que siente culpa por Lex? ¿Crees que “Lex” sea otra palabra clave? ¿Será que es otra piedra y no pudieron recuperarla? Espera, sí, sí pudieron… ¡Es la tía Ingrid la que tiene las dos piedras! ¿Puede ser que haya dos piedras filosofales, Kit Kat?— le pregunto a mi prima, que ella es la que sabe del tema.

— ¿Qué hay de malo en utilizar lechuzas? Son muy inteligentes, y, aunque la velocidad de mensaje no es la misma, prefiero que me llegue una nota vía lechuza a vía internet, que al menos de esa manera no te pueden interceptar los mensajes. — el ejemplo del vídeo del primo Oli es el mejor que poseo para afianzar mi postura, hasta asiento una vez con la cabeza para respaldarla. — ¿Qué tienen de malo los walkie talkies? — que agradezco su interés en que posea una maquinita táctil, pero en serio que el dinero no era ningún problema y estoy segura de que si le pido un teléfono a mi padre, hasta se alegraría de saber que por fin he aceptado a tener uno. Con los problemas que hay hoy en día con la seguridad en el país, de todas formas, poco voy a tardar en tener a mi madre haciéndome llamados cada dos por tres cada vez que salga de casa. Y es por esa misma razón por la que estoy bien sin teléfono móvil, gracias.
Intento ponerle una lógica a la teoría de mi primo, pero siento que se me hace un poco enrevesada y sin mucho sentido, y eso que yo soy la reina de sacarle sentido a las cosas sin sentido. — No lo sé... ¿eso no me haría a mí también una piedra? Digo... si tanto Lexie como Luka son palabras en clave para referirse a la piedra filosofal y coinciden con los nombres de dos de sus hijos... No, tiene que ser otra cosa. — ¿pero el qué? — Además, no pueden existir dos piedras, porque de toda la vida la piedra filosofal ha sido única en su especie, y que haya dos le quitaría lo especial. — con eso sí que no se puede discutir. Solo hay una y es nuestro deber encontrarla antes de que la utilicen para fines equivocados.


Tengo que poner los ojos en blanco cuando rechaza mi oferta de invitarla al mundo moderno para decantarse por sus lechuzas. —No tienen nada de malo, no tienen nada de malo— suspiro, supongo que quedarán los walkie talkies hasta que tengamos veinte años y ella misma vea lo incómodo que será llamarnos de esa manera delante de nuestros amigos, tal vez para ese entonces salgan modelos más sofisticados, eso espero. Nuestras conversaciones en clave no son para cualquier oído, como tampoco parecen serlo la que sostienen el tío Nick y la tía Ingrid. —¿¿Crees que también podrías ser una piedra??— porque eso, en serio, ¡sería genial! ¡La piedra filosofal sería ella misma! Eso nadie se lo vio venir, ¡sería estupendo! Pero no, claro que no lo es. Porque si no puede haber dos piedras, menos aún puede haber tres. —Entonces no entiendo, ¿por qué la tía Ingrid se “acostaría” con otro hombre? ¿Qué tiene que ver Luka? ¿Crees que…?— de ideas descabelladas mis rulos están llenos. —¿Crees que Luka sea Nicholas Flamel?— inesperado, pero posible. Sé que parece un poco bobo a veces, su cara es la que me dice que es muy posible que sea un señor inmortal. ¡Y esa maldad! Nadie me cree, pero a veces mi primo me pincha más fuerte de lo que debería cuando dice hacerme cosquillas.

Me encojo de hombros, yo, que suelo inventarme teorías e hipótesis conspiradoras a la velocidad de un rayo, me encuentro con que no tengo ni idea de por qué mi madre utilizaría esas palabras en una conversación con el tío Nick. — ¿Cómo va a ser Luka Nicholas Flamel? No digas tonterías, Nicolas Flamel hace tiempo que murió, o eso es lo que dicen los escritos, aún estoy debatiendo esa teoría… ¡pero eso no es lo que importa ahora mismo! — ¿en serio estoy diciendo eso, yo, Katerina Lyova Romanov, que no le doy ni un respiro a mis padres en las cenas hablando sobre la piedra filosofal? ¿Qué me está pasando? — Podría preguntárselo a Luka, quizá él sepa a lo que se refiere mamá, después de todo, están hablando sobre él, ¿no? — para mí tiene toda la lógica del mundo, seguro que eso nos saca de terminar en conclusiones precipitadas. Ante todo, uno debe mantener la cabeza fría para no entrar en una crisis. Eso también lo aprendí de mamá, por mucho que Kostya crea que me viene de él.


Yo tengo muy claro que es lo peor de lo peor, me quedo dos segundos sin poder decir palabra cuando Kitty es quien parece haber olvidado que es lo más importante de lo importante. ¿Dónde está Kit Kat y quien es esta niña a la que no le interesa Nicholas Flamel? Achino mis ojos para estudiarlo, no, es ella, es la misma nariz. ¿Será que un misterio mayor superó a su fascinación pro Flamel? ¡Jamás! ¡Esa no es Kitty! —Yo propongo que también hablemos con Oli, por si él sabe algo de que su padre esconda la piedra o no, y de paso, le decimos que si quiere ser actor porno, nosotros lo apoyamos. ¡Y claro! Hablar con Luka, me parece una idea genial— así tirado en el piso como estoy, muevo mi brazo para que mi puño quede enfrente de mi nariz y poder alzar el dedo pulgar. —Yo lo sostengo mientras tú lo golpeas y le preguntamos qué sabe de ese hombre con el que se “acostó” la tía Ingrid— pego mi oreja a la puerta para comprobar si se escucha algo que nos de más información. —Oye, ¿y si la piedra filosofal la tiene la novia del tío Nick? Una mujer vieja como él no puede verse tan hermosa, la tía Ingrid tiene más arrugas que ella. ¿No te parece raro? O tiene la piedra o bebe sangre de unicornios— había un rumor sobre que a la novia del tío le gustaba beber mucho y siempre le sacan fotos con un vaso de líquido transparente, todo encajaría. La busqué en internet cuando me enteré que salía con el tío.

— ¡Puede ser, puede ser! Hasta podremos pedirle que busque entre sus cosas, todo desde el más profundo secretismo, por supuesto, no podemos permitir revelar cosas a personas que no son de estricta confianza. — los cuales nos incluyen exclusivamente a Brian y a mí, por mucho que quiera a Oli. — ¿Crees que hará falta la fuerza bruta? Siempre podemos meterle la varita por la nariz… — ¡no, no! Que estamos hablando de mi hermano, no deseo que le pase nada malo, además que lo de meter cosas en la nariz como método de tortura es cosa de Brian, no mía. Yo prefiero el trabajo más sutil, como el de infectar con bombas fétidas. — ¿Te refieres a la ministra LeBlanc? ¿Te parece que es tan vieja? No lo sé… a mí me da un poco de miedo cuando se presenta en la escuela, ¿a ti no? Se le estira la cara cuando sonríe. — lo cual a mí, me da más desconfianza que otra cosa, ¿para cuando el tío Nick nos hará las presentaciones oficiales? — Quizá tengas razón, y es por eso que nunca la lleva a las comidas, para que no sospechemos al tenerla más cerca. — entrecierro un poco mis ojos, tratando de pensar en si mi sospecha puede llegar a ser verdad o no.


—En Oli podemos confiar — aseguro con un asentimiento de mi cabeza, más de una vez fue él mismo quien nos dijo que mejor no le contábamos a nadie cuando robamos parte del postre en Navidad o esa vez que se rompió el jarrón de cenizas de la tía abuela del tío Kostya por estar jugando con una quaffle dentro de la sala de la tía Ingrid, porque era domingo y llovía afuera como para salir. —¡Si hay que meterle la varita en la nariz, yo me lo pido!— exclamo con mi brazo en alto, que lo hice solo una vez por estar muy enojado, es la primera vez que me ofrezco como voluntario y el honor se lo lleva Luka. —Para mí es muy vieja, te das cuenta por sus ojos, también como se mueve… no sé, ¿no te parece que es tan elegante como…? ¿cómo esas reinas de otros tiempos? Mamá mira una de esas novelas, donde usan rodetes con rejillas y los cuellos de sus vestidos parecen abanicos. ¡Ya sé! ¡Cómo esa película de vampiros! La novia del tío Nick se parece a un vampiro… así que… o es un vampiro, o lleva viviendo milenios gracias a la piedra filosofal. Y acaso, ¿no es que el tío Nick la conoce de toda la vida? Tal vez… tal vez…— sigo con mis teorías conspirativas, esto es culpa de leer mucho de ese suplemento de The Guardian que propone respuesta impensadas a grandes misterios. —¿Tal vez el tío Nicholas sea una reencarnación de Nicholas Flamel y ella es la piedra filosofal que debe cuidar en cada vida?

Intento pensar en cómo se mueve la ministra, la he visto por la tele en varias ocasiones, las suficientes como para darme cuenta de lo erguida que coloca la espalda, tal como hace mamá por deporte, y esa sonrisa que enseña… No se puede decir que no es bonita, pero a mí me causa más terror que tranquilidad, si vamos al caso. — No lo sé, no lo sé… la teoría del vampiro me convence más, jamás he visto uno, pero sé que existen, se encuentran escondidos en Transilvania y el que los lidera se llama Rakoczi, que es su príncipe y vivió tanto tiempo que por eso ganó su fama como vampiro. — explico, siendo consciente de que nos estamos alejando un poco del tema principal, pero me emocionan tanto estos temas que me da igual. — Como sea, no creo que ella sea la piedra filosofal, ni que el tío Nick sea la reencarnación de Nicolas Flamel, pero sí opino que guardan más secretos de los que creemos. Debemos elaborar un plan para la próxima vez que la comida sea en casa de Oli, ¿sí? Podríamos colarnos en su despacho y averiguar algo más. — capaz también encontramos algo sobre el asunto de mamá, que en esta familia parece que solo se mueven por secretos. Matamos dos pájaros de un tiro, efectividad completa.


A todo lo que me dice sobre vampiros yo solo tengo una duda. —Si la novia del tío Nick es vampiro, ¿pueden tener bebés?— ¡Y no! ¡No necesito que me explique cómo nacen los bebés! No soy tan tonto, lo que quiero saber es si esas criaturas mágicas pueden tener uno, ¿no es que están muertos pero no se pueden morir? Si ya están muertos, todo lo de adentro también debería estar muerto, entonces no podrían tener bebés… pero puede que sí, porque… magia. Que frustración cuando la respuesta a todo es… magia. —Entonces ese Rakoczi… no era vampiro, solo vivió muchos años. ¿Cuántos? ¿Tendría algo parecido a la piedra filosofal? ¿Será que también tomaba whisky de unicornio?— chasqueo los dedos por la deducción a la que he llegado. —Estoy cada vez más seguro que esa tal Eloise LeBlanc es una vampiro y por alguna razón, el tío Nick está con ella. Escucha esto, mamá tiene una amiga que es licántropo, siempre viene a la farmacia porque están trabajando con mamá en una poción. Ellas no saben qué lo sé. Los vampiros y los licántropos desde siempre han sido enemigos mortales, te lo dicen todos los cuentos, así que le preguntaré cuanto sabe de los vampiros… y podremos revelar la verdadera identidad de LeBlanc, por qué el tío está con ella, por qué mencionan a Luka como un secreto, y quién de todos ellos está escondiendo la piedra filosofal… Kit Kat, ¿me estoy olvidando de algo?— creo que tenemos que volver a su habitación para seguir colocando hilos y nuevos papelitos con hipótesis.

— No lo sé. — confieso, pasando a plasmar la duda en mi rostro cuando me limito a pensarlo. — Lo buscaré en internet y haré toda una investigación sobre ello para que mañana tengamos una base de la cual partir. — es importante saber esto de los bebés, no vaya a ser que de repente nos aparezca un primo inmortal. — ¡No tenía algo parecido, Brian, él tenía la piedra! O eso dicen… nadie lo sabe con certeza. Rakoczi también era conocido como el Conde de Saint Germain, ¿sabes? Y estudió mucho sobre la alquimia y los poderes de la piedra, pero nunca se descubrió si tuvo en su poder realmente la piedra. — explico, emocionada por poder hablar sobre ello con alguien que muestre el mismo interés que yo. — Espera… ¿la tía Sigrid trabaja con una mujer lobo para elaborar una poción y ella se lleva mal con los vampiros? ¡Qué lío, Brian, qué lío! ¿Por qué tu madre la ayudaría? Digo… si LeBlanc está saliendo con el tío Nick… ¡Para! ¡Capaz el tío Nick esté engañando a la ministra para debilitarla y con ayuda de Sigrid acabar con ella! ¿Es un poco sádico, no crees? — definitivamente nos hemos salido por completo de la línea de pensamiento que nos etiquetaría como niños normales, hemos llegado al punto donde creo que estamos hasta delirando.


—Ese conde... podríamos preguntarle a la novia del tío Nick si lo conoce, ponerla entre la espada y la pared. Nos daremos cuenta en sus ojos si lo reconoce— se me ocurre, eso sí vamos por un ataque directo para conseguir respuestas, en principio tocaría recoger toda la información que haga falta para comprobar nuestras hipótesis que cada vez van tomando más forma y yo diría, son tan lógicas que no se por qué no se nos ocurrieron antes. —Entonces… nuestra familia de magos está metida en una batalla milenaria entre licántropos y vampiros, donde todos quieren la posesión de la piedra. ¡Kitty! ¡Te das cuenta! ¡Esto es grande! Y sigo creyendo… que Luka debe saber dónde está, porque siempre… siempre… en todas las historias, dan al más bobo lo más importante, porque ni siquiera sabe que lo tiene. ¡Él no lo sabe, Kit Kat!— deducciones igual de lógicas que nuestras hipótesis, tengo que aplastarme los rulos con la mano porque siento que se están alborotando de tantas ideas. —¡Rápido, rápido!— grito de pronto cuando los zapatos que veo por debajo de la rendija de la puerta van avanzando hacia nosotros. Me pongo de pie lo más a prisa que puedo, tirando de Kit Kat para llevarla conmigo a lo alto de la escalera, hay una curva así que podemos espiar de ahí y salvo que los tíos levanten la vista, no podrán vernos. Escucho apenas lo que susurran. —¿Lo oíste? Están hablando de la sangre de Luka, una muestra… ¿o un pelo? Lo de la sangre lo entiendo, pero ¿por qué un pelo?— le susurro a mi prima, —¿La sangre sirve de algo en alquimia? ¿..o un pelo?

— Para eso primero tendríamos que tenderle una trampa a LeBlanc, ¿qué tan complicado sería robarle el teléfono al tío Nick en la próxima comida familiar y enviarle un mensaje con una hora y un lugar concreto? Así… ¡estaremos allí esperándola! — entonces sí no tendrá escapatoria, tendría que contarnos acerca de sus orígenes sí o sí, nadie resiste bajo presión. Asiento con la cabeza, veo que mi primo me capta, bien. — Capaz por eso se mudó, porque sabe que ya andamos desvelando su secreto sobre la piedra, ¡maldito perro traidor! — exclamo tan alto que me asusta el hecho de pensar que ese grito ha sido lo que ha provocado que pies dentro de la cocina se muevan, en dirección a la puerta. Si no me tropiezo con mis propios pies es porque uso las escaleras para subir rápidamente con ayuda de mis manos, casi a cuatro patas, para después esconderme detrás de la esquina, ojos puestos sobre las dos cabezas rubias. Quizá la de Nick esté empezando a ponerse un poco de color gris, imposible que haya usado los poderes de la piedra. — ¡Ssssssshhh! Que no escucho. — en realidad, sí, pero necesito de silencio para poder asimilarlo. — No… quieren hacerle una prueba de sangre a Luka, o eso he entendido. — si quizá nos asomáramos un poco más… Escondo rápidamente mi cabeza cuando veo que me expongo demasiado, la conclusión a la que llego no me gusta demasiado. — Brian, esto es por lo de que mi madre se acostó con alguien, no tiene nada que ver con la piedra, mi hermano puede no ser mi hermano.


Me agrada la manera de pensar que tiene mi prima, golpeo el puño de una mano contra la palma de la otra, porque su plan para acorralar a Leblanc es simplemente perfecto. ¡Perfecto! Estamos cada vez más cerca de revelar la verdad… y también de ser pillados por los tíos, así que nos escondemos lo mejor que podemos en lo alto de las escaleras, desde donde creo poder entender lo que dicen y al parecer, no entiendo ni j, porque mi prima lo entiende de una manera muy distinta. Entonces, si mi primo no es el hermano de Kitty… ¿en serio es hijo de los pogrebins? Muerdo mi lengua antes de que esa pregunta tonta salga de mi boca, la gravedad con la que ella dice eso de… «mi hermano puede no ser mi hermano» ¡es muy fuerte! Me quedo sin aliento por unos segundos, mi sorpresa es mayúscula, ¡no puede ser! Coloco mi mano en la espalda de Kit Kat. —No suena a algo que haría la tía Ingrid, tal vez escuchamos mal. Tal vez lo que quiso decir es que Luka necesita que le laven el pelo, tal vez… lo siento, Kitty, no deberíamos haber escuchado— me siento mal por ella que se enteró así y ¿cómo nunca pudimos verlo? ¡Nosotros! ¡Que resolvemos todos los misterios y acertijos! Como que Leblanc es una vampiro, ¡nos llevó minutos! ¿Cómo no pudimos ver que Luka no era un Romanov? —Vamos, ya no hay nada que hacer aquí— tiro de ella porque no se me ocurre que más hacer, preguntarle a la tía es una locura, robarle nosotros un pelo a Luka para hacer el examen es algo que puedo sugerirle luego, por el momento lo que nos queda es volver a nuestro refugio y ver si ha quedado algo en la reserva de golosinas para pensar ideas brillantes.

No, la verdad que no es algo que haría mi madre, si acaso, es lo último que se me ocurriría pensar de ella, probablemente la razón por la que no hemos caído en lo que significaba la conversación hasta que sus palabras claras lo han hecho evidente. — No, no deberíamos haber escuchado… — coincido con mi primo, ¿qué se supone que debo hacer ahora con esta información? Mi primer impulso me dice que vaya directamente con el cuento a mi madre, pero decírselo resultaría en una incriminación que sé que ella no se tomaría bien: primero porque ni siquiera deberíamos haber estado escuchado detrás de la puerta; segundo que sé de sobra cual sería su respuesta, más bien su reacción, negarlo por completo es la opción más probable. No… necesito pensar en otra cosa, ya lo hago mientras nos movemos hacia mi cuarto, ahí donde me siento más segura entre mis papeles, cama bien hecha y armario estampado con toda clase de pegatinas y posters en sus puertas internas, pero como está abierto de par en par, no es complicado notar su decoración. — ¿Crees que Luka lo sabrá? … ¿¡O mi padre!?


Rodeo su muñeca con mi mano para poder guiarla de regreso a su dormitorio, no sea que en el shock termine con la nariz aplastada con la pared. ¿Tendré que buscarle un poster de Nicholas Flamel para que lo mire y se calme? Reviso con mis ojos los que están a la vista, encuentro algo mejor que es un cuaderno con un bolígrafo, la suelto para ir a buscarlo y tendérselo. —Toma, para que puedas hacer un esquema y le des sentido a todo esto— le ofrezco, coloco mis manos en sus hombros para que se siente en el borde de la cama y me acomodo a su lado. —Entonces… cuando hablaron de Lex… ella ya había nacido cuando tu mamá engañó a tu papá, quizás el único que lo sepa sea el tio Nick. Kitty, ¿te das cuenta?— pregunto, se me va la voz por el pánico de esta posibilidad. —Si tus padres se hubieran separado, tu no habrías nacido. No habría Kit Kat en el mundo. Y seguro que yo hubiera nacido en alguna choza del distrito siete, con algún padre pelirrojo— que miedo.

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