VERANO de 247521 de Junio — 20 de Septiembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Día 200 y algo que estamos encerrados en este lugar, este pensamiento cruza mi mente mientras realizo los ultimos toques decorativos al techo del ambiente común, creo que una mandala le da un toque de color y hogareño al lugar y no puedo entender como no se me había ocurrido antes, agradezco que Ava me siga trayendo cosas de afuera cuando puede. Realmente si no fuera por mis muchas actividades ya me habría vuelto loca, pero gracias a mi paciencia e inteligencia aun mantengo la cordura y el sentido común, no puedo decir lo mismo de otras personas pero obviamente mis habilidades eran superiores a los demás y por ello siempre había destacado.
Estaba admirando mi buen sentido del gusto cuando Synnove entró, me pregunto porque no hablaba más con ella aparte de las cortesias básicas y entonces recorde que era la novia de Ken, ugh. Me detuve ante ese quejido mental, no, yo no iba actuar de mala manera con otra compañera femenina solo porque salia con el chico del que había estado enamorada toda mi vida y con quien había imaginado un futuro juntos, digo aun había bastante tiempo si no moriamos asesinados por el gobierno. Así que decidí cambiar mi actitud y demostrar que no solo daba consejos, sino que lo vivía.
- ¡Hola Syv! - la salude con una brillante sonrisa - ¿Buscas a Ken? la verdad no lo he visto - le dije torciendo los labios mostrando mi más sincero arrepentimiento - Pero ya que estas aquí, ¿Qué te parece mi decoración? - le señale el techo donde colgaba una manta grande de color turquesa con un mandala dibujado - ¿A que no da una sensación de relajación?
Estaba admirando mi buen sentido del gusto cuando Synnove entró, me pregunto porque no hablaba más con ella aparte de las cortesias básicas y entonces recorde que era la novia de Ken, ugh. Me detuve ante ese quejido mental, no, yo no iba actuar de mala manera con otra compañera femenina solo porque salia con el chico del que había estado enamorada toda mi vida y con quien había imaginado un futuro juntos, digo aun había bastante tiempo si no moriamos asesinados por el gobierno. Así que decidí cambiar mi actitud y demostrar que no solo daba consejos, sino que lo vivía.
- ¡Hola Syv! - la salude con una brillante sonrisa - ¿Buscas a Ken? la verdad no lo he visto - le dije torciendo los labios mostrando mi más sincero arrepentimiento - Pero ya que estas aquí, ¿Qué te parece mi decoración? - le señale el techo donde colgaba una manta grande de color turquesa con un mandala dibujado - ¿A que no da una sensación de relajación?
Para todo lo que lloré, los siguientes tres días de ojos secos en que me tiraba en la cama a oscuras a mirar la pared fueron los peores. Esa noche del cumpleaños de Ken me dormí con la almohada mojada bajo mi mejilla, en una única noche desahogué lo que venía arrastrando por días, recordaba lo dolida que fue la última mirada que me mostró antes de decirme que no competiría con un fantasma y se fue. Cada vez que todos los recuerdos del Capitolio me abrumaban con una vida de hace años que no lo incluían, sino que eran otros los rostros que formaban parte de mi día a día, volvía a ese momento en la terraza en que me preguntaba qué pasó, qué pudo terminar con una historia que no parecía tener fin. Yo también me lo pregunto, mis dudas son otras también. Podría consultarle a Mimi que seguramente me daría la respuesta más certera, sino podría comentárselo a Holly si acaso quería alguien que me echara la bronca, como también creo que me merezco. ¿Podría hablarlo con Ava? No, esta vez creo que le toca estar del lado de Ken.
Así que hago lo que me dice mi corazón que haga, ese que se ha visto muchas películas para pasar el rato cuando comenzaba a imaginar cómo sería esto de que te guste alguien y gustarle también, tener citas, un noviazgo o recibir una carta de amor que debes rechazar por no sentir lo mismo. No puedo preguntarle a ninguna de esos personajes ficticios, pero conozco a alguien que parece salida de una de esas películas. Así que me encamino hacia la fábrica, que soy yo quien puede hacer ese camino, no ella que está confinada a permanecer en el refugio con los otros pocos que quedaron allí. Ken me dijo que su primer beso fue con Beverly, eso fue mucho antes que me conociera y respeto que haya tenido otras historias antes que la nuestra, nada de eso me detiene a ir hacia ella, ni siquiera la mención que hace de él y se me clava en el pecho. —Tampoco lo he visto estos días…— hago eco de sus palabras, —y no creo estar lista aún para ir buscarlo.
Me fijo en su mandala, en serio le aporta algo diferente a la fábrica, consigue que mis labios esbocen una sonrisa como hace días que no lo hago. La explosión de colores en el techo provoca una calidez bienvenida en mí. —Es muy bonito, muy hermoso— se lo reconozco con admiración, la vista limpia un poco mis ojos sucios del llanto y la tristeza. Sigo con la cara vuelta al techo cuando digo. —Ken y yo rompimos— tengo que decirlo en voz alta, con cada vez lo digo se irá haciendo más y más real, a ver sí así consigo convencerme de que he hecho lo que tenía que hacer. —Bev, sé que querías a Ken y no quiero que esto sea incómodo para ti, pero necesito preguntarle a alguien. De entre todas las personas que podemos querer en la vida, ¿cómo sabes cuál fue o es la indicada?—. Y esto es algo que no puedo preguntarle a amigas que me darán una respuesta sobre que hay que salir del mito del amor o gente tan sumida en la guerra y el vivir el día a día que te hablan de relaciones con líneas tan precisas que no se prestan a confusiones.
Así que hago lo que me dice mi corazón que haga, ese que se ha visto muchas películas para pasar el rato cuando comenzaba a imaginar cómo sería esto de que te guste alguien y gustarle también, tener citas, un noviazgo o recibir una carta de amor que debes rechazar por no sentir lo mismo. No puedo preguntarle a ninguna de esos personajes ficticios, pero conozco a alguien que parece salida de una de esas películas. Así que me encamino hacia la fábrica, que soy yo quien puede hacer ese camino, no ella que está confinada a permanecer en el refugio con los otros pocos que quedaron allí. Ken me dijo que su primer beso fue con Beverly, eso fue mucho antes que me conociera y respeto que haya tenido otras historias antes que la nuestra, nada de eso me detiene a ir hacia ella, ni siquiera la mención que hace de él y se me clava en el pecho. —Tampoco lo he visto estos días…— hago eco de sus palabras, —y no creo estar lista aún para ir buscarlo.
Me fijo en su mandala, en serio le aporta algo diferente a la fábrica, consigue que mis labios esbocen una sonrisa como hace días que no lo hago. La explosión de colores en el techo provoca una calidez bienvenida en mí. —Es muy bonito, muy hermoso— se lo reconozco con admiración, la vista limpia un poco mis ojos sucios del llanto y la tristeza. Sigo con la cara vuelta al techo cuando digo. —Ken y yo rompimos— tengo que decirlo en voz alta, con cada vez lo digo se irá haciendo más y más real, a ver sí así consigo convencerme de que he hecho lo que tenía que hacer. —Bev, sé que querías a Ken y no quiero que esto sea incómodo para ti, pero necesito preguntarle a alguien. De entre todas las personas que podemos querer en la vida, ¿cómo sabes cuál fue o es la indicada?—. Y esto es algo que no puedo preguntarle a amigas que me darán una respuesta sobre que hay que salir del mito del amor o gente tan sumida en la guerra y el vivir el día a día que te hablan de relaciones con líneas tan precisas que no se prestan a confusiones.
Cuando la veo mejor noto el detalle de los ojos rojos y un poco hinchados y escuchar lo que paso con Ken me toma por sorpresa porque el tiempo que los había visto creí que durarian más e incluso había pensando que tal vez mi visión de futuro sería diferente si seguian así y tendría que hacer algun plan maquiavélico para separarlos, como las malas de las novelas, lo que siempre me dejaba con un dolor en el início del estomago.
Pero para mi sorpresa no me sentí feliz por su dolor y podía llegar a imaginar que Ken no estaría mejor. Mi amor por todos era más fuerte y aunque obviamente me pondría del lado de Ken en cualquiera fuera la situación, Syv estaba apelando a mi identidad como Cúpido y como tal era mi deber ayudar a pobre corazones rotos o perdidos.
Hice una inspiración profunda y cuando lo solté le dirigí mi mirada más solemne.
- Mi rol en este mundo es escuchar y ayudar a que todos sigan a su corazón, incluso si no parece muy claro - tome su mano - Así que no pienses en mi como el primer amor de Ken, sino en Cúpido, consejera amorosa, aprendiz del gurú del sexo que era mi madre y doctora junior en entrenamiento - tiro de ella hacía los cuartos - Vayamos a mi consultorio y podremos hablar allí más traquilas, tengo té y galletas.
La guío hacía mi cuarto, el cual por suerte hoy no esta muy desordenado ya que no se vería profesional, no es que hubiera mucho igualmente. Hay un colchon al costado, sobre el cual cuelga una manta hecha de retazos que uní y se parece a la que tire en el piso para darle aspecto de alfombra, en la ventana hay varias plantas apiladas que fui recolectando cuando viajamos del 14 a Neopanem y aun quedan algunas flores, en la otra pared mi mesa de trabajo y su silla que uso para trabajar en mis atuendos o en medicamentos, al lado un estante hecho de barras y madera para guardar todo y finalmente el techo esta decorado con guirnaldas de estrellas de papel y cristales de colores que había usado en mi primera cita con Ken y quedaron en mi bolso mágico por suerte. Ahora que lo pienso, podría haberla llevado a mi pequeño huerto que estaba arriba pero no tendriamos tanta privacidad.
- Puedes sentarte en la cama si quieres - le ofrecí cuando entramos - El té esta frío pero puedo calentarlo en segundos.
Me acerque a la mesa, que por suerte tambien estaba ordenada ya que no había estado trabajando en nada, y tome la taza que había dejado esa mañana antes de que se me ocurriera la gran idea de decorativa y la calente con mi varita.
- Bien - le ofrezco la taza - Por tu pregunta puedo suponer que hay una historia detrás y es la razón de esta situación, pero si no quieres hablar de ello puedo pasar a responder directamente - me sente en la silla - No lo sabes, a decir verdad no creo que exista alguien indicado, en muchas novelas los protagonistas se empiezan a amar desde que se ven y se habla de una conexión mistica que es solo pasión, y a veces pasa como con mi mamá y mi papá número 1, pero a veces, a medida que pasas tiempo con esa persona generas un vinculo y luego es trabajar en mantener el vinculo. El amor no surge de un momento al otro y tampoco es eterno si no lo riegas, incluso puede pasar que aparezcan otras personas que te atraigan. En todo caso es una decisión, ¿quieres estar con él?
Pero para mi sorpresa no me sentí feliz por su dolor y podía llegar a imaginar que Ken no estaría mejor. Mi amor por todos era más fuerte y aunque obviamente me pondría del lado de Ken en cualquiera fuera la situación, Syv estaba apelando a mi identidad como Cúpido y como tal era mi deber ayudar a pobre corazones rotos o perdidos.
Hice una inspiración profunda y cuando lo solté le dirigí mi mirada más solemne.
- Mi rol en este mundo es escuchar y ayudar a que todos sigan a su corazón, incluso si no parece muy claro - tome su mano - Así que no pienses en mi como el primer amor de Ken, sino en Cúpido, consejera amorosa, aprendiz del gurú del sexo que era mi madre y doctora junior en entrenamiento - tiro de ella hacía los cuartos - Vayamos a mi consultorio y podremos hablar allí más traquilas, tengo té y galletas.
La guío hacía mi cuarto, el cual por suerte hoy no esta muy desordenado ya que no se vería profesional, no es que hubiera mucho igualmente. Hay un colchon al costado, sobre el cual cuelga una manta hecha de retazos que uní y se parece a la que tire en el piso para darle aspecto de alfombra, en la ventana hay varias plantas apiladas que fui recolectando cuando viajamos del 14 a Neopanem y aun quedan algunas flores, en la otra pared mi mesa de trabajo y su silla que uso para trabajar en mis atuendos o en medicamentos, al lado un estante hecho de barras y madera para guardar todo y finalmente el techo esta decorado con guirnaldas de estrellas de papel y cristales de colores que había usado en mi primera cita con Ken y quedaron en mi bolso mágico por suerte. Ahora que lo pienso, podría haberla llevado a mi pequeño huerto que estaba arriba pero no tendriamos tanta privacidad.
- Puedes sentarte en la cama si quieres - le ofrecí cuando entramos - El té esta frío pero puedo calentarlo en segundos.
Me acerque a la mesa, que por suerte tambien estaba ordenada ya que no había estado trabajando en nada, y tome la taza que había dejado esa mañana antes de que se me ocurriera la gran idea de decorativa y la calente con mi varita.
- Bien - le ofrezco la taza - Por tu pregunta puedo suponer que hay una historia detrás y es la razón de esta situación, pero si no quieres hablar de ello puedo pasar a responder directamente - me sente en la silla - No lo sabes, a decir verdad no creo que exista alguien indicado, en muchas novelas los protagonistas se empiezan a amar desde que se ven y se habla de una conexión mistica que es solo pasión, y a veces pasa como con mi mamá y mi papá número 1, pero a veces, a medida que pasas tiempo con esa persona generas un vinculo y luego es trabajar en mantener el vinculo. El amor no surge de un momento al otro y tampoco es eterno si no lo riegas, incluso puede pasar que aparezcan otras personas que te atraigan. En todo caso es una decisión, ¿quieres estar con él?
El primer amor de Ken, bien, yo… en serio quiero respetar historias de… y, bien, basta, dejémoslo pasar. Todo esto es por cosa de amores del pasado, así que si tengo que resolver el conflicto con el mío, bien, puedo ir a la primera chica que quiso Ken. Espera, un momento, pero él había dicho que Bev le robó el beso y… bien, sí, si él puede decir que yo lo usé, tampoco tengo por qué tomarme sus palabras al pie de la letra y tal vez Bev SÍ FUE SU PRIMER AMOR, aunque él me diga que yo fui o soy o no sé su primer amor de verdad. Cubro mis ojos con una mano para detener todo este atropello de pensamientos que no vienen al caso, que ponen a mi mente a hilar ideas delirantes que me hacen sentir un poco como la Syv de hace unos semanas, dura poco.
Retiro mis dedos de los parpados para ver a donde va y seguirla por este galpón donde hace unos días una imagen en una pantalla fue todo lo que hizo falta para trastocar mi presente. Así que la sigo con indecisión, un poco asustada de lo que puedo encontrar aquí, me calma el mandala en el techo que pareciera ocupar un lugar como escudo de todos los que aquí se encuentran. Por un rato también estaré segura bajo él, bajo el efecto de un encantamiento que armó Bev. Mis ojos recorren la guirnalda y los cristales que le dan su toque personal a la habitación, mis piernas chocan con el borde de la cama y ahí me siento, como me indica. Escondo las manos entre mis rodillas, todo mi cuerpo curvándose un poco hacia adelante, prenso mi boca con tal concentración a todo lo que me dice que mis labios se vuelven una línea apretada.
La rompo para preguntar: —¿Con Ken?—. Es en quien pienso de inmediato, fue la única persona con la que estuve en realidad, así que supongo que eso tiene sentido para explicar lo fácil que mi mente pregunta por Ken cuando se trata de estar con alguien. —Con él es la única persona con la que trabajé en un vínculo. De hecho… la primera vez que nos vimos no sentí nada, lo había metido debajo de la ducha y me preocupé más por sacarle las pulgas— recuerdo. —Seguí sin sentir nada, ya había cometido el error una vez de confundir la compañía de una persona con esperanzas para sentir algo, y no quería… no iba a hacerme ilusiones con Ken, no precisamente con él…— froto mi frente con los dedos al cerrar los ojos. —Y llegué a quererlo de verdad. Ahora no lo sé, si Zachary siguiera vivo, si pudiera encontrármelo, creo que sería más fácil definir mis sentimientos. Pero no es así, es cierto lo que dice Ken de que no se puede competir con alguien que ya no está. No sé cómo sentirme al respecto de que hemos roto y tenemos que seguir a partir de aquí— doblo una de mis rodillas para subir mi pie al borde de la cama y poder apoyar el mentón sobre la rodilla. — No sé qué trato de decirte, Beverly…— suspiro. —No confío en mi corazón para tomar decisiones y mi mente pide de un manual para elegir.
Retiro mis dedos de los parpados para ver a donde va y seguirla por este galpón donde hace unos días una imagen en una pantalla fue todo lo que hizo falta para trastocar mi presente. Así que la sigo con indecisión, un poco asustada de lo que puedo encontrar aquí, me calma el mandala en el techo que pareciera ocupar un lugar como escudo de todos los que aquí se encuentran. Por un rato también estaré segura bajo él, bajo el efecto de un encantamiento que armó Bev. Mis ojos recorren la guirnalda y los cristales que le dan su toque personal a la habitación, mis piernas chocan con el borde de la cama y ahí me siento, como me indica. Escondo las manos entre mis rodillas, todo mi cuerpo curvándose un poco hacia adelante, prenso mi boca con tal concentración a todo lo que me dice que mis labios se vuelven una línea apretada.
La rompo para preguntar: —¿Con Ken?—. Es en quien pienso de inmediato, fue la única persona con la que estuve en realidad, así que supongo que eso tiene sentido para explicar lo fácil que mi mente pregunta por Ken cuando se trata de estar con alguien. —Con él es la única persona con la que trabajé en un vínculo. De hecho… la primera vez que nos vimos no sentí nada, lo había metido debajo de la ducha y me preocupé más por sacarle las pulgas— recuerdo. —Seguí sin sentir nada, ya había cometido el error una vez de confundir la compañía de una persona con esperanzas para sentir algo, y no quería… no iba a hacerme ilusiones con Ken, no precisamente con él…— froto mi frente con los dedos al cerrar los ojos. —Y llegué a quererlo de verdad. Ahora no lo sé, si Zachary siguiera vivo, si pudiera encontrármelo, creo que sería más fácil definir mis sentimientos. Pero no es así, es cierto lo que dice Ken de que no se puede competir con alguien que ya no está. No sé cómo sentirme al respecto de que hemos roto y tenemos que seguir a partir de aquí— doblo una de mis rodillas para subir mi pie al borde de la cama y poder apoyar el mentón sobre la rodilla. — No sé qué trato de decirte, Beverly…— suspiro. —No confío en mi corazón para tomar decisiones y mi mente pide de un manual para elegir.
- ¿Con quién sino? - respondo con otra pregunta, ¿es que había otra persona?
Como no acepta el té, lo vuelvo a dejar en la mesa y la miro mientras entabla una especie de monólogo del que puedo sacar que esta confundida por un antiguo amor llamado Zachary, el cual parece estar muerto o puede que haya vuelto en forma de fantasma y la este acosando, como en aquella novela "Siempre estare allí" donde el antiguo amor de la protagonista volvia de entre los muertos y perseguia al nuevo novio para que rompieran pero al final aceptaba que ella debía seguir con su vida y terminaban haciendo una especie de trio en la que él los miraba creepymente mientras tenian sexo.
Vuelvo a concentrarme cuando dice mi nombre y trato de tener mi mejor cara de poker, tal vez deberia buscar hechizos contra fantasmas, pero por ahora no lo mencionaría por si estaba en el cuarto escuchando.
- Creo que voy a necesitar que me expliques bien la historia con este chico Zack y por qué Ken cree que lo comparas con él, y si lo haces - le pido porque su monologo no fue del todo claro - Ahora, estoy tirando solo una teoría, pero suena a que o estas muy apegada al pasado o te refugias en el para evitar sufrir más - me puse seria porque siento que esto era algo que también estaba trabajando - Vivir con los "y si" no va a arreglar nada, las cosas son como son y hay personas que lamentablemente ya no estan aqui, realmente prefieres vivir de un recuerdo?
Como no acepta el té, lo vuelvo a dejar en la mesa y la miro mientras entabla una especie de monólogo del que puedo sacar que esta confundida por un antiguo amor llamado Zachary, el cual parece estar muerto o puede que haya vuelto en forma de fantasma y la este acosando, como en aquella novela "Siempre estare allí" donde el antiguo amor de la protagonista volvia de entre los muertos y perseguia al nuevo novio para que rompieran pero al final aceptaba que ella debía seguir con su vida y terminaban haciendo una especie de trio en la que él los miraba creepymente mientras tenian sexo.
Vuelvo a concentrarme cuando dice mi nombre y trato de tener mi mejor cara de poker, tal vez deberia buscar hechizos contra fantasmas, pero por ahora no lo mencionaría por si estaba en el cuarto escuchando.
- Creo que voy a necesitar que me expliques bien la historia con este chico Zack y por qué Ken cree que lo comparas con él, y si lo haces - le pido porque su monologo no fue del todo claro - Ahora, estoy tirando solo una teoría, pero suena a que o estas muy apegada al pasado o te refugias en el para evitar sufrir más - me puse seria porque siento que esto era algo que también estaba trabajando - Vivir con los "y si" no va a arreglar nada, las cosas son como son y hay personas que lamentablemente ya no estan aqui, realmente prefieres vivir de un recuerdo?
Esto va para rato así que levanto mi otro pie al borde de la cama, uso ambas rodillas como apoyo de mi barbilla y tras sacar todo el aire cansado de mi pecho para renovarlo con otra inspiración profunda, comienzo: —Zach fue el esclavo que mis padres trajeron a casa cuando yo tenía… ¿doce? ¿trece años? Pasábamos mucho tiempo juntos, no hace falta mucho para que te guste la atención que recibes de una persona aunque la atención no vaya con esa intención…— le cuento con un poco de vergüenza, sé que fue terriblemente infantil por donde se mire. Pero, acaso, ¿no todos los primeros amores son algo así? Dibujar en las hojas vacías de mis cuadernos de clases o escribir notas cortas que podrían haber sido cartas de declaración, sino fuera porque nunca pensé en confesarlo. —No hay algo puntual que pueda decirte que me gustaba de él…— arrugo un poco el entrecejo al hacer el esfuerzo de pensar, —pero tampoco puedo decirte algo puntual que me guste de Ken— porque inevitablemente al hacer una lista mental de cosas que creí que me gustaban de Zach, la comparo de inmediato con Ken y también se me hace definirla, con una diferencia. —No recuerdo casi nada de Zach, solo como me sentía. De Ken… creo que me gusta todo, me gusta que me guste alguien y también gustarle…— barboteo.
Hundo mi cabeza entre mis rodillas. —Tal vez sí hago eso que dices…— lo reconozco, no lo había pensado así y tiene todo el sentido del mundo. —Es perfecto, el pasado siempre es perfecto. Porque ya ocurrió, lo puedo contar a mi manera también…— y todos sabemos que necesito de esos escapismos a historias y mundos perfectos para no tener que poner mis pies sobre este suelo, en una realidad donde hay gente que desaparece, muere. Hay estampidas de licántropos y dementores en el norte. Hay un chico al frente como Ken diciendo que si hay que pelear, hay que hacerlo. Y sé que él también está asustado, que para no pensar en ello hacemos cosas tontas para pasar el rato. —Me siento fatal por dejar a Ken solo, pero en serio quise a Zachary. Perfecto o imperfecto, lo quise. Quiero ser fiel a mis sentimientos y no olvidarlos tan fácil, ni a las personas que significaron algo para mí— se lo explico, así como hice con Ken. —Y sé qué tiempo es lo que menos tenemos, pero es lo que necesito— pido con los ojos cerrados con fuerza, los abro para volver sobre algo que ya dije. —Cuando te pregunté cómo sabes quién es el indicado, es porque no sé si quiero volver a pasar por esto. Por algo como lo que sentí por Zach, luego por lo que tuvimos con Ken… tener la duda de si está bien seguir adelante o uno de ellos era el indicado. Porque si se trata de esto, de que el corazón se te rompa cada vez y quedarme tirada en la cama mirando a la nada, no sé si quiero volver a enamorarme…
Hundo mi cabeza entre mis rodillas. —Tal vez sí hago eso que dices…— lo reconozco, no lo había pensado así y tiene todo el sentido del mundo. —Es perfecto, el pasado siempre es perfecto. Porque ya ocurrió, lo puedo contar a mi manera también…— y todos sabemos que necesito de esos escapismos a historias y mundos perfectos para no tener que poner mis pies sobre este suelo, en una realidad donde hay gente que desaparece, muere. Hay estampidas de licántropos y dementores en el norte. Hay un chico al frente como Ken diciendo que si hay que pelear, hay que hacerlo. Y sé que él también está asustado, que para no pensar en ello hacemos cosas tontas para pasar el rato. —Me siento fatal por dejar a Ken solo, pero en serio quise a Zachary. Perfecto o imperfecto, lo quise. Quiero ser fiel a mis sentimientos y no olvidarlos tan fácil, ni a las personas que significaron algo para mí— se lo explico, así como hice con Ken. —Y sé qué tiempo es lo que menos tenemos, pero es lo que necesito— pido con los ojos cerrados con fuerza, los abro para volver sobre algo que ya dije. —Cuando te pregunté cómo sabes quién es el indicado, es porque no sé si quiero volver a pasar por esto. Por algo como lo que sentí por Zach, luego por lo que tuvimos con Ken… tener la duda de si está bien seguir adelante o uno de ellos era el indicado. Porque si se trata de esto, de que el corazón se te rompa cada vez y quedarme tirada en la cama mirando a la nada, no sé si quiero volver a enamorarme…
Su historia suena muy bonita y bella, me gustaria soltar algún que otro suspiro pero estoy en modo cupido y debo actuar como una profesional, asi que mantengo mi boca cerrada con fuerza y asiento para que vea que si la estoy escuchando. Hasta que dice la última frase, casi me da algo, estoy segura que mi cara refleja el horror que siento.
- No vuelvas a repetir esa frase en este santuario del amor - la reto manteniendo mis manos en mi pecho a modo de rezo - Por favor perdonala santa Eowyn no sabe lo que dice - ruego al espiritu de mi madre que se que me protege - Vamos a aclarar algo - vuelvo a concentrarme a ella y me agacho para que nuestros ojos esten a la misma altura - Enamorarse es el mejor sentimiento del mundo y pero si, también es el peor a la vez, te hace sentir que puedes derrotar a un ejercito de hombres lobo y también puede tirarte al suelo con solo pensar que no te corresponden. Pero no puedes rechazarlo, forma parte de los sentimientos principales que nos gobiernan a todos y lo que nos motiva: Amor, deseo, dolor, miedo e ira - digo enumerandolos con la mano - Si rechazas uno, todo se desequilibra - muevo un dedo en redondo señalandola toda.
Vuelvo a acomodarme en mi asiento y siento que he recompuesto la santidad de mi espacio.
- Ahora volviendo con tu dilema, ¿puede ser que tengas miedo de que queriendolo a Ken lo vayas a remplazar a Zack? Porque si es así te digo que el amor no funciona así, no es una cosa que sacas y pones otra en su lugar. Este muchacho siempre sera tu primer amor y parte de tu historia, de quien eres - creo que podía entender de donde venía su miedo, había pasado por algo similiar no hacía mucho y todavía trabajaba en ello - Nadie puede decirte cuanto tiempo puedes tomarte para llorarlo, puedes creerme cuando te digo que te entiendo, pero si terminaste las cosas con Ken porque eliges a un muerto por sobre un vivo entonces debo decirte que deberias reevaluar tus prioridades - tal vez fui un poco dura con la ultima frase pero yo lo hubiera agradecido cuando me aparte emocionalmente de todos y me dejaron ser porque todos estaban con su propía mierda y era hora de que alguien detuviera esta fiesta de lastima - Si hay algo de tu historia con Zack que deberias tener bien en claro es que las personas se van, el tiempo es corto y hay demasiados terceros en discordia rondando que van a joderte la vida. Además ya te dije, el indicado no cae del cielo milagrosamente - para mi siempre sería Ken, pero supongo que hay algo de un delirio y una obsesión insana por mi parte y era el unico chico que no era mi posible hermano en el 14, además es guapo - Una lo termina eligiendo al decidir invertir tu tiempo en él y en este caso ambos fueron los indicados en su momento - tengo que bajar un poco el tono porque tampoco quiero retarla ya que no es su culpa si el fantasma la esta acosando para tener todas estas dudas, así que respiro hondo - No te digo que vuelvas con Ken, o que no lo hagas si quieren hacerlo, solo no te cierres en miedo porque te estas perdiendo de algo hermoso que no solo causa dolor, también lo cura - le dedico un sonrisa y apoyo mi mano en la suya - El amor tambien puede ser amistad, y tienes la mía para cuando la necesites.
- No vuelvas a repetir esa frase en este santuario del amor - la reto manteniendo mis manos en mi pecho a modo de rezo - Por favor perdonala santa Eowyn no sabe lo que dice - ruego al espiritu de mi madre que se que me protege - Vamos a aclarar algo - vuelvo a concentrarme a ella y me agacho para que nuestros ojos esten a la misma altura - Enamorarse es el mejor sentimiento del mundo y pero si, también es el peor a la vez, te hace sentir que puedes derrotar a un ejercito de hombres lobo y también puede tirarte al suelo con solo pensar que no te corresponden. Pero no puedes rechazarlo, forma parte de los sentimientos principales que nos gobiernan a todos y lo que nos motiva: Amor, deseo, dolor, miedo e ira - digo enumerandolos con la mano - Si rechazas uno, todo se desequilibra - muevo un dedo en redondo señalandola toda.
Vuelvo a acomodarme en mi asiento y siento que he recompuesto la santidad de mi espacio.
- Ahora volviendo con tu dilema, ¿puede ser que tengas miedo de que queriendolo a Ken lo vayas a remplazar a Zack? Porque si es así te digo que el amor no funciona así, no es una cosa que sacas y pones otra en su lugar. Este muchacho siempre sera tu primer amor y parte de tu historia, de quien eres - creo que podía entender de donde venía su miedo, había pasado por algo similiar no hacía mucho y todavía trabajaba en ello - Nadie puede decirte cuanto tiempo puedes tomarte para llorarlo, puedes creerme cuando te digo que te entiendo, pero si terminaste las cosas con Ken porque eliges a un muerto por sobre un vivo entonces debo decirte que deberias reevaluar tus prioridades - tal vez fui un poco dura con la ultima frase pero yo lo hubiera agradecido cuando me aparte emocionalmente de todos y me dejaron ser porque todos estaban con su propía mierda y era hora de que alguien detuviera esta fiesta de lastima - Si hay algo de tu historia con Zack que deberias tener bien en claro es que las personas se van, el tiempo es corto y hay demasiados terceros en discordia rondando que van a joderte la vida. Además ya te dije, el indicado no cae del cielo milagrosamente - para mi siempre sería Ken, pero supongo que hay algo de un delirio y una obsesión insana por mi parte y era el unico chico que no era mi posible hermano en el 14, además es guapo - Una lo termina eligiendo al decidir invertir tu tiempo en él y en este caso ambos fueron los indicados en su momento - tengo que bajar un poco el tono porque tampoco quiero retarla ya que no es su culpa si el fantasma la esta acosando para tener todas estas dudas, así que respiro hondo - No te digo que vuelvas con Ken, o que no lo hagas si quieren hacerlo, solo no te cierres en miedo porque te estas perdiendo de algo hermoso que no solo causa dolor, también lo cura - le dedico un sonrisa y apoyo mi mano en la suya - El amor tambien puede ser amistad, y tienes la mía para cuando la necesites.
Siento el impulso de pedirle perdón, perdón, perdón. No era mi intención poner esas palabras en mi boca, o sí, era lo que quería decir, lo que nunca me hubiera esperado decir. Porque, ¿qué puede haber más bonito que enamorarse? Lo disfrutaba cuando todo se trataba de abrir Wizzardface, revisar fotografías, reaccionar a estas. Cuando enamorarse era algo que se mantenía a distancia segura en la que nada me lastimaba, en parte porque nunca esperé nada más que solo sentirlo. Era yo, a solas, con lo que sentía. Hacer que se vuelva algo real fue asombroso, también está doliendo mucho. Y no lo siento así por Zach, sino por Ken. Será que soy una idiota, porque la explicación que me da Beverly sobre los sentimientos que a todos nos mueven es lo más honesto que escuche alguna vez a alguien al hablar sobre esto, creo que porque a veces da miedo o vergüenza decir en voz alta que es de eso de lo que estamos hecho, se escucha bien siempre que decimos que somos racionales o pudimos pensar antes de tomar una decisión. Por mucho que yo misma diga que sigo a mis emociones, no las defiendo con el ímpetu de Bev. Hay que ser muy valiente en realidad para usar el corazón de estandarte.
Un corazón que si tiene que hacerlo, te da una bofetada, porque así se siente por un segundo cuando la escucho. Claro que a un corazón no le puedes reprochar eso, es lo más sincero que se pueda recibir en un momento como este. Y, ¿la verdad? Creo que me viene bien poder pensar en Zach y en Ken en términos de muerto y vivo, por duro, crudo, brutal que sea. Porque siendo todo lo injusta que fue las circunstancias de vida de Zach y también su muerte, Ken ha pasado por mucho como para que el simple hecho de que siga respirando sea casi un milagro, que debería abrazarme a que siga vivo, ya que ambos fueron los indicados cuando debía ser. No sé por qué esa sola afirmación logra tranquilizarme un montón, calmar una inquietud a la que todavía no había terminado de definir y alguien la resolvió. —Gracias, Bev— lo digo con mis ojos llorosos, una vez. —Sé que hay muchas personas a las que podía acudir para hablar de esto, todos nos conocen a Ken y a mí… pero necesitaba de alguien que me hablara con el corazón en la mano y por lo que sabía, esa eres tú— digo, se dibuja una sonrisa en el rostro cuando estoy a punto de decir que puedo entender por qué fue el primer amor de Ken, hasta que recuerdo que no fue tan así, me corrijo antes de decirlo. —Gracias por ofrecerme tu amistad cuando no hice otra cosa más que lastimar al chico que querías y tienes todo el derecho a tratarme como una perra— que no lo quiero pensar así, pero mi actitud raya un poco en ese calificativo cuando no logra entenderse. —Solo por si las dudas y no hay manera de arreglar lo que se rompió entre Ken y yo, ¿cómo se hace para superar a alguien que todavía quieres?— pregunto con mis dedos sujetándose a su mano.
Un corazón que si tiene que hacerlo, te da una bofetada, porque así se siente por un segundo cuando la escucho. Claro que a un corazón no le puedes reprochar eso, es lo más sincero que se pueda recibir en un momento como este. Y, ¿la verdad? Creo que me viene bien poder pensar en Zach y en Ken en términos de muerto y vivo, por duro, crudo, brutal que sea. Porque siendo todo lo injusta que fue las circunstancias de vida de Zach y también su muerte, Ken ha pasado por mucho como para que el simple hecho de que siga respirando sea casi un milagro, que debería abrazarme a que siga vivo, ya que ambos fueron los indicados cuando debía ser. No sé por qué esa sola afirmación logra tranquilizarme un montón, calmar una inquietud a la que todavía no había terminado de definir y alguien la resolvió. —Gracias, Bev— lo digo con mis ojos llorosos, una vez. —Sé que hay muchas personas a las que podía acudir para hablar de esto, todos nos conocen a Ken y a mí… pero necesitaba de alguien que me hablara con el corazón en la mano y por lo que sabía, esa eres tú— digo, se dibuja una sonrisa en el rostro cuando estoy a punto de decir que puedo entender por qué fue el primer amor de Ken, hasta que recuerdo que no fue tan así, me corrijo antes de decirlo. —Gracias por ofrecerme tu amistad cuando no hice otra cosa más que lastimar al chico que querías y tienes todo el derecho a tratarme como una perra— que no lo quiero pensar así, pero mi actitud raya un poco en ese calificativo cuando no logra entenderse. —Solo por si las dudas y no hay manera de arreglar lo que se rompió entre Ken y yo, ¿cómo se hace para superar a alguien que todavía quieres?— pregunto con mis dedos sujetándose a su mano.
En otra situación me deleitaría en que al fin alguien se diera cuenta que podía acudir a mi en cuanto a problemas amorosos, pero me recorde, una vez más, que era una profesional. Así que me gire hacía la mesa y volví a tomar el té para ofrecerselo.
- Bebe esto, ayuda a relajar la mente, me sirve mucho cuando tengo mucho trabajo y estudio - le aconseje - Y más alla de mi relación con Ken, no creo que lo hayas hecho con la intensión de herirlo, no estarias así si así fuera. Realmente me interesa ser tu amiga - le afirmo y ante su pedido solo puedo suspirar - Pues se empieza por tomar té definitivamente - mamá siempre ponía la pava luego de un largo día - Luego empiezas a hacer pequeñas cosas como levantarte, prepararte para el día, comer, juntarte con tus amigos y familia, empezar un proyecto o actividad - podía ver pasar por mi mente todos aquellas noches en ese cuarto mientras leía los apuntes que conseguí de Alice, arreglando alguna remera o vestido o tratando mis plantas - Y cuando quieres recordar, el tiempo paso y los sentimientos que creías iban a hundirte y te desgarraban todas las noches antes de dormir y todas las mañanas al despertar, ya son solo un eco que terminara siendo ahogado por otros sentimientos - le dedique mi sonrisa más compresiva - Lamentablemente no hay soluciones rápidas. Creeme, lo he intentado.
- Bebe esto, ayuda a relajar la mente, me sirve mucho cuando tengo mucho trabajo y estudio - le aconseje - Y más alla de mi relación con Ken, no creo que lo hayas hecho con la intensión de herirlo, no estarias así si así fuera. Realmente me interesa ser tu amiga - le afirmo y ante su pedido solo puedo suspirar - Pues se empieza por tomar té definitivamente - mamá siempre ponía la pava luego de un largo día - Luego empiezas a hacer pequeñas cosas como levantarte, prepararte para el día, comer, juntarte con tus amigos y familia, empezar un proyecto o actividad - podía ver pasar por mi mente todos aquellas noches en ese cuarto mientras leía los apuntes que conseguí de Alice, arreglando alguna remera o vestido o tratando mis plantas - Y cuando quieres recordar, el tiempo paso y los sentimientos que creías iban a hundirte y te desgarraban todas las noches antes de dormir y todas las mañanas al despertar, ya son solo un eco que terminara siendo ahogado por otros sentimientos - le dedique mi sonrisa más compresiva - Lamentablemente no hay soluciones rápidas. Creeme, lo he intentado.
Si tomar té es el primer punto de una lista de cosas por hacer, suena a que es algo que puedo hacer, me agrada tomar té. Envuelvo la taza con mis manos para sentir el calor que debe haberse conservado por algún encantamiento, que al inicio de la charla ya me lo ofreció y tal vez pasaron cinco minutos, a mí se me hace media hora. Me habían comentado sobre la columna de amor de Beverly en la radio, pero poder recibir sus consejos de primera mano es muy distinto a lo que me esperaba, es bastante madura para lo que se espera de los románticos. Asiento obedientemente a las indicaciones de retomar una rutina, de apostar por nuevas actividades si hace falta, eso no creo que haga falta, he comenzado algunas y podría ver de seguirlas. —Tal vez sea momento de pintar las paredes del monoambiente en el que vivimos con Mimi— pienso en voz alta, —también me gustaría dar un poco de colora las paredes del edificio en general. Alguna noche podría pedirle a Mimi de salir a pintar la que da a la calle… no creo que a nadie le moleste…
Pero hay algo en lo que dice sobre que al pasar el tiempo, estos sentimientos serán cubiertos por otros, que me hacen querer llorar sobre el té. Tengo que sorberme la nariz ruidosamente para detener ese aluvión repentino de lágrimas detrás de mis pestañas que se agitan con violencia. Si el problema de todo esto es que todavía recuerdo bien que alguna vez quise a Zach, ¿cómo será pensar en Ken dentro de unos meses? ¿O unos años? ¿O qué pensará él de mí? —Un año— digo, mis dedos encontrándose alrededor de la taza, —dicen que aceptar la pérdida de una persona lleva un año. Siento que necesito de diez años al menos…— murmuro. —No por Zach, cuando una persona muere entiendes que no hay donde buscar, esa persona ya no está. En el único lugar donde lo encuentro es entre mis recuerdos al revolverlos. Necesito de diez años al menos para entender que algo que parecía tan real y fuerte, duró tan poco, un poco irónico…— la sonrisa que le muestro es una mueca vacía. — No, no diré que no me enamoraré nunca más en la vida, por respeto a ti. Pero… toda mi vida me pasé enamorada de alguien, muchos irreales claro, y… ahora, tal vez, lo mejor sería guardarme mi corazón para mí. Eso también está bien, ¿no?
Pero hay algo en lo que dice sobre que al pasar el tiempo, estos sentimientos serán cubiertos por otros, que me hacen querer llorar sobre el té. Tengo que sorberme la nariz ruidosamente para detener ese aluvión repentino de lágrimas detrás de mis pestañas que se agitan con violencia. Si el problema de todo esto es que todavía recuerdo bien que alguna vez quise a Zach, ¿cómo será pensar en Ken dentro de unos meses? ¿O unos años? ¿O qué pensará él de mí? —Un año— digo, mis dedos encontrándose alrededor de la taza, —dicen que aceptar la pérdida de una persona lleva un año. Siento que necesito de diez años al menos…— murmuro. —No por Zach, cuando una persona muere entiendes que no hay donde buscar, esa persona ya no está. En el único lugar donde lo encuentro es entre mis recuerdos al revolverlos. Necesito de diez años al menos para entender que algo que parecía tan real y fuerte, duró tan poco, un poco irónico…— la sonrisa que le muestro es una mueca vacía. — No, no diré que no me enamoraré nunca más en la vida, por respeto a ti. Pero… toda mi vida me pasé enamorada de alguien, muchos irreales claro, y… ahora, tal vez, lo mejor sería guardarme mi corazón para mí. Eso también está bien, ¿no?
Le sigo sonriendo con simpatía mientras enumera sobre que puede pintar y me voy a sentar a su lado en la cama cuando puedo notar que va a llorar.
- Llorar esta bien si quieres hacerlo - paso un brazo por sus hombros mientras habla - Creo que siempre antes de amar a otros debes amarte a tí primero, asi que darte amor propio me parece una linda manera de enamorarse - le doy un apreton cariñoso - Y tal vez si en vez de pensar en el dolor que sientes pensaras en lo bueno y bello que fueron estas dos personas en tu vida, siento que no sería tan malo, al menos así es para mí cuando pienso que la unica persona en el mundo que me entendía ya no esta - la miro - Supongo que ahora es muy reciente para ello y realmente si tienes que llorar por una semana hazlo, pero no olvides que el amor también cura incluso aquellos pasados.
Apoyo mi cabeza en su hombro mientras acarició su espalda, se sentía bien hacer algo que me hubiera gustado que hicieran conmigo cuando todo paso, pero supongo que todos estabamos tan rotos en ese momento que ni siquiera pudimos tratarnos bien a nosotros.
- Llorar esta bien si quieres hacerlo - paso un brazo por sus hombros mientras habla - Creo que siempre antes de amar a otros debes amarte a tí primero, asi que darte amor propio me parece una linda manera de enamorarse - le doy un apreton cariñoso - Y tal vez si en vez de pensar en el dolor que sientes pensaras en lo bueno y bello que fueron estas dos personas en tu vida, siento que no sería tan malo, al menos así es para mí cuando pienso que la unica persona en el mundo que me entendía ya no esta - la miro - Supongo que ahora es muy reciente para ello y realmente si tienes que llorar por una semana hazlo, pero no olvides que el amor también cura incluso aquellos pasados.
Apoyo mi cabeza en su hombro mientras acarició su espalda, se sentía bien hacer algo que me hubiera gustado que hicieran conmigo cuando todo paso, pero supongo que todos estabamos tan rotos en ese momento que ni siquiera pudimos tratarnos bien a nosotros.
Lloro, esta vez lloro por una razón muy distinta por la cual he venido a verla en primer lugar. Lloro porque en las semanas que pasé en el norte recibí más abrazos, de los que puedo contar en los últimos diez años viviendo en el Capitolio, de diferentes personas. En una ocasión me bastó el abrazo de un amigo para sentir que podía llegar a enamorarme de él, entonces llegó Ken para abrazarme entera. Lo echo de menos, ¿qué caso tiene negarlo? Echo de menos tener a alguien enfrente al que puedo envolver con mis brazos si necesito de un apoyo, él no haría preguntas del por qué. Pero le dije las razones y en vez de pedirle que me abrazara, lo aparté.
Hay algo muy cierto en todo lo que me dice Bev, algo que fui aprendiendo al crecer, cuando tocó ir armando mi autoestima poco a poco para dar con una imagen en el espejo que me agradara ver, y es que no puedo querer bien a alguien en tanto no sane mis partes heridas. Nadie puede querer bien a nadie con pedazos rotos, hay que volver a armarse y sentirse enteros. Una persona puede ayudarte, convertirse en un motivo o ser un apoyo, pero nadie puede rearmarte. Cada uno de nosotros sabe dónde va cada pieza le pertenece, reconstruirse es una tarea personal. Pero se agradece un abrazo, siempre se agradece, porque si bien parece lo más banal del mundo, hay quienes pasamos años sin recibir uno y se necesita, funciona un poco como ayuda ajena para recoger los fragmentos rotos. —Gracias, Bev. Gracias en serio, por ser mi amiga… y por escucharme, darme consejos, ser tú—, que es muy difícil, es muy difícil ser uno mismo en este mundo donde la guerra es noticia de cada día y hay unas pocas personas como ella, que transmiten algo totalmente diferente a lo que dicen los noticieros y se siente bien, puedo cerrar los ojos por un momento, limpiarme las lágrimas de las pestañas con los dedos y creer que todo puede mejorar con el tiempo, que los corazones se sanan.
Hay algo muy cierto en todo lo que me dice Bev, algo que fui aprendiendo al crecer, cuando tocó ir armando mi autoestima poco a poco para dar con una imagen en el espejo que me agradara ver, y es que no puedo querer bien a alguien en tanto no sane mis partes heridas. Nadie puede querer bien a nadie con pedazos rotos, hay que volver a armarse y sentirse enteros. Una persona puede ayudarte, convertirse en un motivo o ser un apoyo, pero nadie puede rearmarte. Cada uno de nosotros sabe dónde va cada pieza le pertenece, reconstruirse es una tarea personal. Pero se agradece un abrazo, siempre se agradece, porque si bien parece lo más banal del mundo, hay quienes pasamos años sin recibir uno y se necesita, funciona un poco como ayuda ajena para recoger los fragmentos rotos. —Gracias, Bev. Gracias en serio, por ser mi amiga… y por escucharme, darme consejos, ser tú—, que es muy difícil, es muy difícil ser uno mismo en este mundo donde la guerra es noticia de cada día y hay unas pocas personas como ella, que transmiten algo totalmente diferente a lo que dicen los noticieros y se siente bien, puedo cerrar los ojos por un momento, limpiarme las lágrimas de las pestañas con los dedos y creer que todo puede mejorar con el tiempo, que los corazones se sanan.
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