La muerte de Annie Weynart fue conveniente para mi vida laboral, no voy a negarlo. Tener el departamento a mis órdenes es algo con lo que venía deseando desde hace tiempo, pero mis sueños no terminan allí. El problema es que sigo sin tener lo que necesito para mi investigación y no me queda más remedio que conformarme con pequeños proyectos y firmar los de los demás. No me quejo pero han sido unos días particularmente aburridos y me niego a continuar de esa forma. Me gusta el poder pero no para abusar del él y no hacer absolutamente nada más, tampoco seré idiota e iré a que me peguen un tiro en la cabeza pero creo que puedo hallar un punto intermedio.

Por esa razón contacté con el departamento de aurores bajo el flamante liderazgo de Magnar, creo que conozco al tipo perfecto para el trabajo que tengo pensado y si tenemos suerte no solo podremos llenarnos los bolsillos de dinero sino que también nuestros nombres de gloria. Pero las cosas hay que hacerlas con tiempo para que salgan bien, soy una científica, primero debo reunir información antes de ir a la parte práctica.

Un estudio de campo parece ser una buena forma de comenzar. Tenemos una lista de nombres o al menos unos cuantos rostros para buscar y ¿Qué mejor forma de hacerlo que en centro comercial del norte? En el mercado negro todos ven todos pero nadie sabe nada, parece el lugar perfecto pues no podemos ir directamente a hacer preguntas.

Decidí camuflar un poco mi apariencia ya que si bien no soy una persona conocida, es mejor mantener un perfil bajo. Creo reconocer al auror que me acompañará en esta pequeña misión así que me acerco a él y dejo al descubierto mi rostro para que pueda verme - Justo a tiempo, Rosier - saludo con media sonrisa y vuelvo a acomodarme el gran pañuelo gris que llevo alrededor de mi cabeza. No es el último grito en la moda pero al menos me he encargado que combine con el abrigo que aparenta ser viejo.

La guerra había llegado, o bueno, había llegado oficialmente, porque los actos de terrorismo y gente muerte venía de hacía muchísimo tiempo, claro que ahora las defensas aumentarían, así como el trabajo en el departamento de aurores, seguramente sería todo más estricto, lo cual me parecía bien, un ejercito debía estar tan bien como pudiera para enfrentarse a una guerra. La primera medida tomada era que, todo el mundo conociera los rostros más peligrosos del país, o los que debían ser atrapados, o en todo caso, eliminados.

Había llegado un trabajo directamente relacionado con búsqueda de esos enemigos, Silas Jensen pedía ayuda, y ahí estaría para darle una mano. El viaje sería al centro comercial de norte donde, probablemente habría información, no fácil de conseguir seguramente, pero teníamos que empezar con algo. Obviamente había descartado mi ropa por una más normal, mi cabello ahora era liso y con muchas más canas de lo habitual, pómulos marcados y una nariz bastante más grande. Era posible se reconocido si se me veía detenidamente, y aquello no fue difícil para la científica. -Jensen, hola. -saludé girando apenas mi cabeza para verla y volver a tener la vista en algunos puestos. -¿Por donde empezamos? ¿Recuerdas todos los rostros? -reí apenas porque eran muchos, pero estaba seguro de que muchos se los sabían de memoria.

Cuando me saluda quedo completamente segura de que es él y me tomo unos segundos para observar con media sonrisa su cambio. Los metamorfomagos siempre han sido un misterio para mí, una maravilla de la evolución y con algo de suerte con el tiempo serán mayoría en el mundo. No solo ha cambiado el estilo de su cabello, sino también los pómulos y nariz la cual me permito rozar ligeramente con la yema de mi dedo pulgar - No diré que estás guapo pero sí es admirable - felicito volviendo a recuperar la compostura, la hora de la fascinación terminó.

- Los recuerdo a todos sí, de hecho hasta los tengo de salvapantallas en mi computadora para que se guarden bien - respondo con sarcasmo y ruedo los ojos - Recuerdo todos pero buscaremos solo a uno de ellos de momento, Paul Jefferson - revelo pues es el único que tengo la certeza de que servirá para mi investigación. Conozco al hombre desde hace mucho tiempo pero lamentablemente no presté atención cuando llegaba la hora de hablar de asuntos personales - Es squib con certeza, será fácil atraparlo si lo encontramos - agrego pues en caso de haber una batalla no nos lo puede poner muy difícil.

- Bueno, éste es tu área así que ¿Por dónde recomiendas comenzar? - pregunto pues no fingiré saber algo sobre interrogatorios y trabajo encubierto, ser inteligente también significa saber cuándo darle el mando a alguien más calificado y es justo lo que haré ahora mismo.

-Bueno en verdad no espero seducir a alguna fugitiva. -respondí la broma con otra, pero la seriedad nos invadió a los segundos, era hora de seguir el rastro para más tarde movernos como cazadores, aunque no todos se hacían con la presa, esperaba no fuera así para nosotros. Escucho con atención su respuesta, la verdad es que, aunque pareciera un loco, recordaba cada rostro, cada facción, cada nombre, en ningún momento se me podían escapar de las manos, debía estar muy atento. -Ya veo. -dije a la vez que la miraba de reojo y recordaba la cara del sujeto, su tez oscura era lo primero que se diferenciaba, la gente “blanca” estaba fuera de nuestro radar.

-Si, pero no te confíes, muggles y squibs saben hacer suficiente daño… aunque no pienso permitir que lo hagan, claro. -le advertí, pero deje claro que usaría todo lo que estuviera a mi alcance para protegerme y protegerla. -Iremos de compras, y actuaremos, susurraremos entre nosotros nuestro malestar hacia el gobierno… lo suficientemente fuerte para que alguno que otro escuche. Venimos de otro distrito en busca de algo para… protegernos. Ilegal. -le expliqué, intentaríamos adentrarnos en la parte menos custodiada por el gobierno, es exactamente donde intentarían moverse, a menos que usaran pociones o como en mi caso, metamorfomagia.

-No será fácil, pero hacer preguntas directamente es peor. -le dije con seriedad luego de una pausa. -¿Segura quieres hacer esto? A la primera que sospechen nos largamos de aquí. -le advertí, estábamos infiltrados no con un grupo de asalto, si no pensaba que esto era peligroso, sin duda nos convertía en estúpidos. Esperaría su respuesta para por fin avanzar, aunque no creía que fuera hasta ahí si no estaba segura de lo que quería hacer.

Por supuesto que los muggles y squibs pueden hacer daño, he visto por televisión cómo algunos magos eran derrotados por armas ordinarias empuñadas por personas talentosas o con suerte pero no creo que sea el caso. Mi relación con Jefferson fue fugaz, odio recordarla pero espero haber sido lo suficientemente encantadora como para que se lo piense dos veces antes de atacarme a muerte. Estoy un 90% segura de que no lo hará, pero de todas formas seré cuidadosa y la atención de Rosier será suficiente para mantenernos a salvo a ambos - No vamos a meternos en una pelea el primer día - digo rodando los ojos.

Escucho lo que dice y me parece un buen plan, aunque tendré que pensármelo un poco y procesarlo pues nunca en la vida me he visto en la posición de tener que quejarme de las cosas como si con eso fuese a solucionarse algo. Creo que sé de lo que se queja la gente de aquí así que puedo improvisar - Ellos viven en sus mansiones mientras aquí no tengo dinero ni para comprar un poco de leche para el pequeño Evan - dejo salir con el ceño fruncido y voz indignada, creo que puedo con ésto sin estallar en carcajadas por lo ridículo que suena. Bien podrían haber estudiado y trabajado para tener dinero, maldita gente que quiere todo de arriba.

- Podemos con ésto, Rosier - aseguro dándole una palmada en el hombro - Pero sí, a la primera que sospeches algo nos largamos y no me opondré a eso - él es el que conoce de seguridad y algo me dice que será más precavido que yo así que no tengo nada que temer - De todas formas no creo que vayamos a tener problemas, somos solo un par de personas entre el montón, no pasa nada - agrego haciendo un ademán para poneros en marcha. En realidad no sé por dónde podríamos comenzar, el mercado es grande y hay algunos pasillos... Creo que dónde hay más gente.

-Esperemos que no, pero nunca es cien por ciento seguro. -insistí, el peligro o los problemas venían cuando uno menos se lo esperaba, pero no era algo que no se pudiera superar siendo atentos. No era lo mejor de mundo, pero no se me ocurría otra cosa, si supiéramos de alguien que estuviera metido en cosas raras usaríamos una poción multijugos de esa persona, o seguramente los enviaríamos a la cárcel al instante, o quien sabe, en cualquier caso no teníamos otra opción que ser gente “normal”. Observé con atención la actuación de Silas y me quede pensativo, ¿enserio haríamos esto? No le salía mal pero no le quedaba, por suerte llevaba eso puesto que le hacía parecer alguien más. -Bien esperemos nos crean todos. -asentí para luego recibir su palmada, ahora ya sabía que si le daba alguna señal o algo nos largábamos.

-Si solo dos personas. -dije y tosí, de repente parecía estar algo enfermo. Avancé hacia el montón de tiendas observando los objetos que había por todas partes, en varios de ellos me detuve para negar con la cabeza, podía ser por el precio o porque no era lo que buscaba. Poco a poco iba mirando hacia donde se dirigía la mayoría de la gente, nuestro objetivo era la zona más transitada, ahí nuestras quejas se harían escuchar y atraeríamos a una que otra persona, esperaba que no a la equivocada. -Esta demasiado caro, ¿nada de menor calidad? -pregunté en un lugar que vendían medicamentos extraños para los dolores, y luego tosí con fuerza. -No tengo ese dinero esos malditos no pagan bien. -devolví la caja que me habían dado negando con la cabeza. Mientras hacia el ridículo mis ojos y oídos analizaban todo lo que sentían. -¿No conoce a nadie más que tenga? Más… barato. -miré fijo al dueño del puesto, más barato que lo que el vendía debía ser robado o quien sabe sacado de donde.

No sé que tan de seguido hace ésto pero debo admitir que le sale de maravilla. Su tos suena tan natural que por un momento siento la necesidad de alejarme para no contagiarme, simple instinto humano. Entonces me doy cuenta por qué siempre apunté a un cargo alto y no a algo como ser auror. Me gusta lo que veo pero me gustaría ser una espectadora y disfrutar al 100%. Sería genial poder seguir las acciones de Matthew desde una cámara, pero desgraciadamente no es así. Tengo que seguirle el juego y por eso lo tomo de un brazo para "ayudarlo a caminar".

Me duele el solo pensar que hay medicamentos de mala calidad dando vueltas por ahí. No porque vaya a afectar la salud de éstas terribles personas, sino porque quiere decir que hay alguien faltándole el respeto a mi trabajo. Después se preguntan por qué están así, no pueden comprender algo tan simple como la meritocracia. Hacer medicamentos requiere una serie de pruebas, no se puede solo robar el trabajo de alguien más y lanzarlo al mercado por un par de monedas, idiotas.

- Por favor... Mi esposo tiene el mal de los pulmones - porque la gente de aquí seguro que no pueden llamar a las enfermedades por sus nombres - Necesita la medicación pero si usamos nuestro dinero para comprarlo ya no nos quedará para la comida - explico trasladando lo que supongo que será desesperación a mis ojos. Espero que nos dé algún contacto, debe tenerlo.

Probablemente no haríamos una actuación perfecta ya que no podíamos ni imaginar como vivía esa gente, o bueno sí que podíamos imaginar ya que éramos informados de alguna manera, al menos yo había estudiado y visto estadísticas de los distritos, entre montones de cosas sobre estos, y dudaba que Silas no lo hubiese hecho, sabíamos donde estábamos parados.

-Mi vida ya esta terminada, trabajo bajo el frío helado del invierno, la tala de árboles en el siete solo nos da migajas. Todo para darles sus lujosas casas de verano. -le comenté al vendedor indignado para luego toser. -El medicamento es lo único que me mantiene con vida. Hágame el favor en el futuro prometo comprarle a usted, si es que no he muerto antes claro. -intenté a reír, pero volví a toser. Para nuestra suerte, o no, algunas personas no estaban mirando, habíamos llamado la atención, ahora mi toz iba en aumento y debí apoyarme un poco en mi “esposa” para poder caminar.

El vendedor extendió la mano a Silas y dejo un papel en su mano, para luego asentir, al parecer nos estaba ayudando, era eso o nos enviaría directo al matadero. Probablemente era el primer paso, eso nos llevaría a un lugar, y de ese seguro debíamos buscar otro, y otro para meternos en lugares cada vez más oscuros, más peligrosos, pero con más posibilidad de encontrar lo que buscábamos. No sabía si era un dirección o un nombre, pero seguiría a Silas ya que realmente mi personaje se encontraba muy mal.

Por suerte no me encargo de la salud pública pues dibujar esos números debe ser todo un dolor de cabeza. Claramente las personas no tienen cómo realizar chequeos y mucho menos seguir tratamientos en el norte, son pobres y lo serán hasta el día de su muerte que seguramente será pronto... Probablemente a alguien se le ocurriría una solución de sentarse a pensar con una taza de café entre las manos pero ¿Quién va a hacerlo? Definitivamente no yo. Mi trabajo está en el laboratorio, creando eso que ellos no pueden comprar y a más largo plazo eso que los podría destruír.

Rosier sigue hablando y cierro los ojos por un segundo tragándome el insulto cuando escucho que decide que vivimos en el 7 y que su trabajo es talar árboles. Ya que estamos inventando una enfermedad de los pulmones bien podría haber dicho que trabaja en la minería o en fábricas para así hacerlo algo más real, además las personas en el 12 tienen debilidad por lo que en algún momento fue su principal fuente de trabajo, seguro comprenderían una situación así. Pero no, mi compañero puede que sea un buen auror pero no tiene ni idea de enfermedades, así que se la dejo pasar.

- Gracias, dios lo bendiga - respondo cuando me dan el papel y por alguna razón siento ganas de lavarme la boca con lavandina, en su lugar hago lo segundo mejor que se me ocurre así que sigo con la interpretación dándole un beso alegre a mi falso esposo antes de ponernos en marcha. Vaya estúpida que es mi personaje creado, besar a un hombre que tose de esa forma, pero bueno, para mí es divertido.

Pego un tirón del brazo a Matthew y así me adentro en la muchedumbre de gente, rumbo a quien seguramente nos dará una mejor pista.