TEMAS
He mandado a Agatha de vuelta al distrito 11 para reunirse con los mellizos mientras yo vengo al 5 para ponerme en contacto con la Red y ver en qué pudo ayudar después de estos meses sin poder echarles una mano. Colaborar como sea es algo que siempre me ha aportado algo de tranquilidad gracias a la sensación de que, al menos, estoy tratando de ayudar en todo lo posible para que la situación política algún día pueda cambiar. Y siendo sincera, ahora mismo necesito esa clase de distracción porque la destrucción del 14 ha cambiado drásticamente mis planes de futuro para mi familia.
Con una capucha mugrienta que me cubre la cabeza acabo frente a la casa y pico a la puerta un par de veces hasta que Kennedy me abre, momento en el que me quito la capucha para que me reconozca. — Soy Astrid — remarco de todas maneras. No he cambiado demasiado en los últimos meses, a excepción de alguna que otra cicatriz más, pero dadas nuestras condiciones, nunca está de más decir quiénes somos. No le digo nada del 14 porque está claro que si estoy aquí, delante de ella, es porque nunca llegué a encontrarlo. — Siento lo que ha pasado. — Sé que tenía amigos ahí, así que debe de ser duro para ella saber lo que han hecho... y cómo quieren dejarles públicamente. — ¿Puedo ayudaros en algo? — Puedo quedarme varios días por la zona mientras André llega y Agatha pone al día a Kyle y a Chloe, y tampoco es como si fuera a quedarme muy lejos porque seguramente volvamos a asentarnos en el 11.


Las historias del 14 eran muchas y en el norte se escucha mucho el sueño de ir a vivir allí, como si fuera una especie de tierra prometida. Ahora ya no está y quien sabe cuántas personas han ido a buscarla. Quizás algunos lo encontraron y su destino ha sido el peor.
Antes de seguir armando las camas, me saco de una vez por todas la bata y la reemplazo por unos jeans y una camiseta de mangas cortas holgada. Me espera un largo día por delante así que será mejor estar cómoda. Nada de tacones, zapatillas deportivas que solo uso cuando quiero correr o hacer un poco de gimnasia en la sala del loft.
Escucho la puerta y pienso que son Ben y Alice así que voy rápidamente a atender pero me sorprendo al encontrar a la mujer que ha sido la protagonista de mis pensamientos de hace un rato - ¡Astrid! - saludo con un abrazo. Sí, hoy he dado más abrazos de los que he dado en un mes - Por dios, que aspecto - comento con una mueca y la hago pasar de inmediato. Creo que más que camas debería estar preparando duchas para todos pues serán muy solicitadas - Lo siento, no tengo nada para beber que ofrecerte... Fueron a conseguir eso - y quiénes han ido será toda una novedad para ella - De hecho sí, puede que no todos los del 14 estén muertos, hemos comenzado una búsqueda por los distritos para encontrarlos y traerlos aquí.


Hago un pequeño gesto con la mano cuando comenta lo de la bebida porque no he venido para eso y, además, entiendo que lo que tengan deben de quedárselo ellos porque las provisiones nunca nos sobran a la gente que lleva nuestro estilo de vida. — No te preocupes. Si pudiera os habría traído algo, pero no he podido pasar por casa a ver qué nos queda. — Nunca me ha importado traerles cosas porque siempre están de arriba a abajo trabajando y no tienen el tiempo que quizá yo puedo tener con la ayuda de mi familia. Pero el problema ahora es que no sé cuántas cosas habrán estado guardando los mellizos en la despensa, aunque asuma que algo tendrán porque no van a cometer el error abismal de pasar de ello cuando es un tema en el que siempre hemos hecho especial hincapié.
Su siguiente comentario sobre que haya posible supervivientes me descoloca totalmente por un instante porque era lo último que me esperaba oír después de las noticias que vienen desde el Gobierno, aunque tampoco me sorprende que mientan. — No sabes lo mucho que me alegro de oír eso — reconozco con total sinceridad. Nadie merece morir bombardeado de esa manera cruel, y aunque sean pocos, o muchos, da igual, los que queden con vida, bienvenidos son. — ¿Tienes algún nombre para ayudaros a buscarles? Tengo pensado quedarme un par de días más por el 5 antes de volver al 11, y también podría echar una mano por allí. — No sé gran cosa de la gente del 14 nada más que lo que Kennedy alguna vez me explicó, pero supongo que si hay alguien vivo de ellos en el país, por lógica se habrán quedado por los distritos del norte para no arriesgarse.


Niego con la cabeza cuando lamenta no haber podido traer algo pues ella tiene a su propia familia que mantener y jamás podría pedirle algo así. Quizás hoy tienen algo que les sobre en el 11 pero es imposible saber cuál será su situación mañana. Estoy segura de que los del 14 estaban inmersos en sus actividades cotidianas cuando todo ocurrió, así sin más destruyeron su hogar pese a que presentaron batalla como los guerreros que son, o eran en su gran mayoría - No te preocupes, siempre nos las arreglamos - la dejo tranquila con una sonrisa. En realidad es cierto, hacemos lo que tenemos que hacer y con el trabajo de todos nunca nadie pasa hambre... Solo que si encontramos a los niños tendremos muchas bocas más para alimentar.
Su entusiasmo me alegra pero bajo ninguna circunstancia permitiré que deje éste lugar sin descansar un poco primero. Tenemos a todo el equipo afuera haciendo su mejor trabajo, así que de momento no creo que la necesitemos desesperadamente, más tarde podrá ayudar - Tengo una lista de nombres pero dudo que eso sea de mucha ayuda. Son niños que han sido criados aislados del mundo, no confiarán fácilmente en rostros desconocidos.- explico y me quedo pensativa por unos segundos pues al venir los nombres a mi mente, caigo en la cuenta de algo - Kyle Overstrand... está en la lista.


Kennedy me explica que principalmente se están buscando a niños, y saco una pequeña libreta que siempre llevo encima para anotar los nombres. Tratar con niños nunca me ha costado por haber criado a tres, y más teniendo en cuenta que antiguamente era profesora, en los primeros años del Gobierno, aunque esa época haya quedado ya muy atrás. Sin embargo, no llego a anotar ningún nombre porque lo siguiente que dice hace que deje caer la pluma y la libreta al suelo. No sé cuántos segundos me quedo en silencio, sin mirar a la nada, hasta que al final reacciono con las tres grandes incógnitas que ahora mismo rondan mi cabeza: — ¿Mi hijo? — Es una pregunta retórica en realidad, porque sé que no hay ningún otro Kyle Overstrand por ahí. — ¿Y Chloe Overstrand? — Porque Kyle nunca dejaría su hermana sola; siempre han sido inseparables. Agatha tiene que estar ya en el 11, así en cuanto salga de aquí me pondré en contacto con ella para ver qué ha pasado. — ¿Sabes algo de cómo llegó al 14? — Mientras su padre, su hermana mayor y yo íbamos en busca del Distrito 14, al parecer el pequeño de la familia consiguió llevar vete a saber cómo. Y lo que es peor: ha estado a punto de morir, habrá visto cosas horribles por lo bombardeos, y a saber en qué estado se encontrará.


-Quiero creer que los hay - confieso apoyando mi mentón en la mano, hasta mi cabeza se siente pesada - El fuego lo consumió todo, pero eran... son personas fuertes - me corrijo en el camino - Así como los niños escaparon puede que alguno de los adultos también, aunque no caben dudas de que muchos han quedado atrás - como Phineas, por ejemplo, muerte que aún no he tenido el tiempo de procesar con calma, ni llorar... Probablemente lo haga por la noche con una botella de cerveza en la mano, cuando nadie pueda verme.
- No, solo lo ha secuestrado - que alta que está la vara de atrocidades que puede cometer que secuestro me parece algo menor - Pero no me quedo tranquila con eso, nadie lo hará - no puedo hablar por toda la red, pero Ben cuenta con mi ayuda para hacer lo que haya que hacer para recuperarlo.
Al dar aquella noticia preparo mi caparazón para que sea cual sea su reacción no me afecte, pero aún así siento una especie de vacío en el pecho al escuchar la palabra "Hijo". Sé que no tengo derecho a imaginar lo que siente pues yo no tengo hijos propios pero comprendo el dolor - No sé nada de Chloe, lo lamento - solo puedo decir con la vista baja. Me gustaría poder dar más información pero no la tengo - Podemos preguntar a Benedict y Alice cuando vuelvan, no hubo mucho tiempo para pedir detalles - admito pues es cierto - Lo encontraremos, están todos en eso.


Al final consigo centrarme un poco, y tras coger un par de bocanadas de aire, vuelvo a girarme hacia Kennedy. — ¿Cómo consiguieron escapar los niños? — Tengo miles de preguntas ahora mismo rondando por la cabeza, pero esa es la primera que sale de mi boca. Me inclino para recoger la libreta y la pluma y me dispongo a anotar toda la información útil que me diga. — ¿Están seguros de que han conseguido llegar al país? — Quizá consiguieron escapar del bombardeo, de las llamas y del humo asfixiante, pero hay otros peligros con los que pueden haberse encontrado.
A pesar de no conocer a Seth, me alivia que siga vivo. Quizá Jamie Niniadis no sea la mujer más agradable del mundo, pero es madre, a fin de cuentas, y siendo yo una también, no puedo comprender que sea capaz de hacerle daño a su hijo. Quizá Seth consiga ablandarla, pero es algo que dudo porque si tuvo que huir de su propia familia hace casi dieciséis años, por algo sería. — ¿Hay alguna manera más de ayudar? Por el momento intentaré recabar información o pistas sobre posibles supervivientes, pero cualquier cosa, no dudes en decírmelo — acabo por decir. — Me quedaré hasta que lleguen. Benedict y Alice dices que se llaman, ¿no? Me gustaría preguntarles más cosas sobre la estancia de Kyle allí.


- No estamos seguros, ambas sabemos lo que es recorrer ese camino - comento con los ojos clavados en una mancha del suelo - Pero siento aquí que lo lograron - agrego señalando la boca de mi estómago. Hasta done sé las semi veela no tenemos esta clase de presentimientos así que supongo que es una cosa humana, completamente normal y falto de lógica.
Ahora que sabe lo de Kyle dudo poder mantenerla sin hacer nada aunque lo quiera así que rápidamente hago un reconto de todo lo que podríamos necesitar en las próximas horas y días. Lo de la comida ya está listo, yo seguiré preparando el lugar y ahora que lo pienso quizás sea buena idea hacer algunos encantamientos a las habitaciones para que quepan todos los niños de forma cómoda, supongo que Alice y Ben querrán su privacidad también y la verdadera pregunta es si lograremos que Moira consiga compartir su cuarto.
- ¿Cómo te ves consiguiendo medicinas? El camino es largo y pueden pasar mil cosas en el camino - comienzo con el semblante serio - Aunque los encontremos debemos estar preparados y no podemos llevarlos a un hospital bajo ninguna circunstancia - puedo curarlos, es uno de mis dones, pero desgraciadamente las infecciones van más allá de mis habilidades - Y sí, será mejor que los esperes así puedes comer algo antes de salir ¿Te gustaría recostarte? Tienes mi habitación arriba.


Acabo cerrando la libreta en vista de que las pistas más grandes seguramente me las acaben aportando ese tal Ben y esa Alice, y centro la mirada en Kennedy. Agradezco su oferta y asiento ligeramente: — Sí, por favor. No recuerdo la última vez que me tumbé en un colchón. — Y es verdad. Nuestra excursión de casi un año por las afueras del país no ha sido un viaje de lujo, sino todo lo contrario. Además, eso me despejará la mente, hará que el tiempo pase más rápido hasta que obtenga las respuestas que busco y, sobre todo, podré estar sola para pensar, que es lo que ahora mismo necesito. — Cuando hable con ellos iré a por las medicinas. Les harán falta después de lo que ha pasado. — No sé hasta qué punto estarán malheridos físicamente, pero hay heridas psicológicas que son más difíciles de curar y que llevarán su tiempo después de esto. Eso es así para cualquier persona, incluso un adulto, pero estamos hablando de niños que han estado solos durante semanas, sin saber si los adultos con los que han vivido seguían con vida. Y en eso incluyo a mi hijo, porque aunque no sepa cuánto tiempo ha estado en el 14, ha estado casi doce meses sin saber si su padre y yo seguíamos vivos.


|
|