Tenía que admitir que si había algo que me gustaba de verdad de mi reciente ascenso, es la hermosa oficina que venía con el puesto. Nada muy ostentoso ni en exceso privado si contamos que está pegada al laboratorio de experimentación, pero la seguridad que te brindaban cuatro paredes de concreto era bastante agradable. Sobre todo cuando una quería estar cómoda, reclinada en la silla giratoria y con las piernas extendidas encima del escritorio mientras revisaba las hojas de seguimientos de proyectos. Que si había algo que no me gustaba de ser jefa, era la cantidad de papeleo que venía con ello.

No es que no me gustase el papelerío en sí. Estaba acostumbrada a tener archivos y carpetas de tamaños considerables cuando trataba de que se aceptaran proyectos peligrosos o de dudosa experimentación, pero tenía que admitir que la mitad de los formularios los revisaba Hans y eso implicaba menos trabajo del que debería llevarme. El punto es que, esos eran mis proyectos, mientras que en este caso tenía que supervisar proyectos ajenos y no siempre estaba de acuerdo con los mismos. Odiaba la objetividad que se debía tener cuando se trataba de la experimentación. Al menos esta vez me tocaba reunirme con Riley, una de las pocas personas en todo el departamento que sí tenía ideas originales y no temía las repercusiones que pudieran generar cualquiera de sus pruebas.

Casi como si lo hubiese llamado con el pensamiento, se escucha un golpeteo en la puerta y tras comprobar el horario en el reloj de pared, la abro con un movimiento de varita dejándole entender que puede pasar. - Siento que no te veo hace siglos y te saludé esta misma mañana. - No me molesto en sentarme de manera más decente, y me limito a cruzar una pierna por encima de la otra mientras aún las tengo por encima del escritorio. - En fin, ponte cómodo y terminemos con esto rápido para poder tomar un trago al salir de aquí, si tardamos menos de una hora invito yo. - Me estiro para alcanzar la pluma del tintero y giro la hoja que tengo en mano para comenzar a escribir. - Tengo que consultarte acerca de tus avances y tus futuros proyectos para completar el expediente. ¿Qué tienes para contar?

Son curiosas las vueltas de la vida. Pasé toda mi juventud deseando salir del Capitolio para hacer algo importante con mi vida, pero ahora cada vez que deseo emprender un proyecto importante debo venir al Capitolio. Creo que es una señal de que jamás me libraré de él. Al menos ahora no soy esclavo de las expectativas de mis padres y puedo hacer lo que se me cante la gana, creo que soy bastante bueno en eso excepto cuando paso solo demasiado tiempo y las cosas se me salen de control. Pero eso siempre ocurre en la seguridad de mi casa y con el nuevo sistema que he implantado, ya no escaparé bajo el efecto de mis hongos favoritos.

Hoy tengo una simple charla de rutina para poner a mi jefa al tanto de mis proyectos. La verdad es que me gustaría poder llevar al menos 3 propuestas cerradas y en marcha pero solo tengo una en proceso y la otra en pañales. Con algo de suerte la señorita Waynart los considerará suficiente y apreciará más la calidad y valor que el número.

Llego con bastante tiempo de anticipación así que dejo correr los minutos mientras espero en la sala del ministerio. Nadie puede negar que es un edificio bonito y no me molesta tanto tener que pasar por aquí rumbo a mi laboratorio. Aun cuando no está ocurriendo nada se puede ver la magia en las paredes, cosa que encuentro inspiradora.

Cuando llega la hora voy hacia el despacho de mi jefa y tras golpear ingreso sin levantar la vista pero con una media sonrisa en mi rostro - Eso indica que has tenido un día más productivo que el mío - respondo inclinando la cabeza hacia un costado. Así que luego iremos a tomar algo... La idea me pone nervioso pero creo que con algo de esfuerzo puedo soportarlo, además todos me recomiendan salir más de seguido con otras personas así que no es mala idea - Tardaremos solo unos minutos - agrego encogiéndome de hombros a la vez que obedezco poniéndome cómodo.

- Camuflaje a plena vista de escobas - comienzo con el título - Pueden dejarse en plena calle y pasarían como simples cubos de basura o ramas - continúo sin extenderme en detalles - El proyecto ya está con mi experta del distrito 6, solo faltan algunos detalles técnicos - claro está pues de otra forma me estaría encargando yo mismo - Y estoy trabajando en otro que podría revolucionar la forma de transporte pero solo tengo un cuaderno lleno de notas, es demasiado pronto para siquiera atreverme a decir que funcionará - aunque lo hará, pero debo ser discreto.

Levanto una ceja en un gesto casi incrédulo cuando indica que mi día ha sido más productivo y me recorro a mi misma con la mirada, al menos hasta donde llego. - Si tu día ha sido menos productivo que esto no sé si preocuparme o felicitarte. - Aunque bueno, cualquier momento que no pasara en el laboratorio o experimentando eran poco productivos en mi opinión. - Te tomo la palabra, y si no lo hacemos tendrás que pagarte lo tuyo. - Y es mentira, jamás dejo que la otra persona pague cuando invito, pero da igual; estoy en con ese humor en el que tengo ganas de bromear.

- Camuflaje… - No murmuro por no entenderlo, sino por hacerlo y empezar a armar al menos cuatro posibles escenarios en mi cabeza que derivan en otras ideas. - ¿El efecto de camuflaje se debe generar desde el momento de fabricación de la escoba, o es un dispositivo aplicable a cualquier vehículo que ya posea el mago? - ¿Y por qué solo aplicado escobas? Supongo que tendrá que ver el que esté trabajando con alguien del seis, pero reducirlo solamente a la producción de escobas era casi una limitación en sí misma si es que no se generaba desde la producción base del vehículo. - ¿Tiene algún tiempo límite o alguna forma de ser reversible por cualquier usuario? - Los hechizos relacionados con transformaciones se iban desgastando con el tiempo, y ni hablar de que otros pudiesen hurtar la escoba camuflada sin intención. ¿Cuál sería la base de transformación del objeto? Podía ser un hechizo, una combinación, o incluso la madera embebida en alguna poción. - Lo lamento, son preguntas de rigor, estoy segura de que ya has pensado estas salidas pero tengo que incluirlas en el seguimiento.

Y es que no había caso, en el momento en el que me entusiasma un proyecto no puedo dejar de pensar en las posibilidades del mismo, y el suyo era uno con mucho potencial. No dentro del mundo de las escobas en sí, pero de poder aplicar su concepto a otros objetos si es que había logrado encontrar como controlar la limitación de tiempo y propiedad… - No hace falta que expliques los proyectos que apenas y son bocetos, solo los que tienen una base firme y están en pendientes de aprobación o aquellos que están en desarrollo. - Y estoy tentada a preguntarle si tiene ‘algo más’, pero no quiero desalentarlo en caso de que no lo tenga. - Aunque tengo que admitir que siempre me ha llamado la atención la palabra ‘revolucionar’, así que espero que le hayas dado un buen uso cuando muestres tu proyecto. - He tratado de anotar todo lo importante que me ha dicho, y sí, he puesto esa palabra con doble subrayado para no olvidarlo después.

Reviso rápidamente la hoja y veo que también he anotado palabras claves en los márgenes con respecto a su proyecto de camuflaje. Mi cerebro sigue con eso dando vueltas y no puedo no pensar en la posibilidades que puede traer aplicado a otros objetos. Incluso he bajado las piernas del escritorio al mostrarme interesada en lo que tenga para decir.

Su respuesta con respecto a mi productividad me deja callado por unos segundos. Para cuando reacciono noto como he formado una "O" inconsciente con mi boca y me apresuro a volver a la conversación. Sin duda fue algo terrible para decirle a mi jefa pero me conoce hace tiempo así que sabe que si bien puede que haya días en los que me la pase contando tubos de ensayo, hay otros en los que trabajo doble turno solo para terminar con algún proyecto. En fin, pagaré mi bebida de ser necesario, de todas formas mis ingresos y dinero que me envían mis padres superan ampliamente mis gastos, así que no es un problema.

- No, debe ser fabricada ya con ésta característica porque... - y su segunda pregunta me lleva a continuar la idea - justamente porque actúa como la memoria de las snitch solo que puede guardar más de un tacto así varias personas podrían usar la misma. El efecto finaliza cuando el mago toma la escoba y se retoma cuando la suelta adaptándose al nuevo escenario - el hecho de que haya utilizado el deporte para perfeccionar la idea es una clara señal de que no trabajé solo en esto, pero debo admitir que el quidditch no es tan inútil después de todo y las pequeñas pelotas doradas han sido una gran inspiración.

Sonrío de lado cuando se refiere a mi bebé proyecto pues creo que será uno de los mejores del año. Aún así tiene unos cuantos aspectos difíciles de desarrollar que requerirán de mis mejores conocimientos de magia y física, sobre todo éstos últimos. Pero valdrá la pena y facilitará la vida de las personas... Solo espero que no caiga en manos equivocadas ya que tampoco puedo negar que sería una excelente herramienta para los repudiados, hasta podrían tener un bonito hogar transportable en lo que todos creen que son distritos fantasmas.

-Estoy emocionado por ambos proyectos - confieso encogiéndome de hombros - Prometo que los días siguientes serán mas productivos que éste - aunque, siendo honesto, con el trabajo que realizo en casa duplico las horas de trabajo que cualquiera de los otros científicos del ministerio. Es la ventaja o desventaja de que tu pasatiempo favorito sea trabajar.

Debo admitir que me decepciona un poco el que la característica principal de su invento deba desarrollarse desde el momento de fabricación, pero no descarto del todo la idea y la almaceno para más adelante charlarla con él cuando pueda pensar un poco más en todas las posibilidades que han asaltado mi mente momentos antes.  Sé que probablemente pasarán varias semanas antes de poder repensar todo el asunto, y me molesta el hecho de que deberé revisarlo con él ya que es en base a su idea inicialmente, pero no era una ladrona de ningún tipo, y si eso significaba el tener que trabajar en conjunto con alguien… pues hay sacrificios que valían la pena.

- ¿Efecto térmico de memoria? - Me es inevitable el no pensar en eso cuando nombra la snitch. Si vamos al caso, los materiales de cada pelota tenían un propósito y mientras que muchos podrían considerar que la pequeña pelotita alada estaba diseñada de esa manera por un motivo estético, la realidad era una diferente. Muchos de los objetos mágicos, tanto actuales como antiguos, tenían una base en la ciencia y el deporte no era una excepción. La snitch en este caso, era hecha de un metal blando, casi que maleable para que el hechizo de memoria táctil se acoplase a la natural memoria térmica que poseían los metales. Lo mismo sucedía con algunas cerámicas, pero nadie sería lo suficientemente idiota como para querer jugar un deporte violento con pelotas de cerámica. - ¿De qué material está hecha la escoba? ¿Y será solo para uso ministerial? - No veía demasiado factible el comercializarla como un producto que generase ingresos dentro del ministerio, cuando su mejor uso residía en la función de camuflaje que bien podría servirles a los aurores que iban en misiones de encubierto.

Su sonrisa me hace levantar la ceja con curiosidad, esperando atenta a ver cuál es la respuesta que tiene para darme. Todavía no estoy acostumbrada a que me deban responder por obligación, y no solo por mi sugestión. - Kavalier, si hay algo que me ha quedado claro en todos estos años de conocerte, es que no eres ni lento ni perezoso. - No cuando estaba entusiasmado por un nuevo invento, un proyecto, o siquiera una mínima idea. - Seré tu jefa, pero me guío por los resultados. No necesito promesas, solo avances; o reportes en caso de que no haya avances. Las justificaciones luego y si hacen falta, son con el ministro Volkov, no conmigo. -

Asiento con la cabeza cuando usa el término correcto con respecto a la snitch y trago saliva antes de responder lo siguiente. En realidad no se me ocurre un uso para civiles, a no ser que sean niños que quieren escaparse de la escuela, pero eso tampoco sería correcto así que creo que no es conveniente. Mi primer idea fue que la usen los aurores pero Lara tuvo unos comentarios interesantes al respecto, creo que los dejaré pasar por ahora - Depende de la escoba, no pensé en idear un diseño nuevo pues hay gente que se dedica a eso - comienzo encogiéndome de hombros. La verdad es que no imagino a personas volando en la Rileynator 3000 - Simplemente agregar el pequeño trozo de metal al diseño original, no más grande que un pulgar, solo para que se pueda leer el tacto apropiadamente - termino de explicar. Si me pide armar una escoba de cero me muero, podría pedirle ayuda a Lara pero crear una escoba va en contra de mi juramento de nerd por siempre.

- Creo que será conveniente limitarla al uso ministerial - comento con voz seria - Al menos hasta ver cómo se llevan con ella - aunque me gustaría tener una para salir volando de la casa de mis padres cuando las cosas se ponen incómodas en las visitas.

Sus palabras me quitan un peso de encima y estoy seguro de que me ha tocado la mejor jefa de todo el ministerio. Hay algunos a los que les gusta maltratar a sus empleados, que piden cosas imposibles para ayer y usan como excusa el que esa es la única forma de conseguir productividad ¡Pues no lo es!  - El ministro Volkov - repito con los ojos grandes pero sin mirar nada en específico. Ese hombre es la clase de persona que tiene un aura intocable desde el colegio, estoy seguro que ni su madre se atrevía a darle órdenes de pequeño.

- Si algún día tengo que justificarme con él... Por favor no me dejes solo - pido realmente preocupado. Dudo poder siquiera aguantar una conversación con el hombre sin salir corriendo. Jamás me ha dado motivos para temerle pero es algo nato en él, o quizás de todas las personas del gobierno.

- Oh, entonces es desde la fabricación, pero no tienes que armar toda la escoba de cero para que funcione… - Y así como así mi cabeza vuelve a encenderse y entiendo mejor cómo es que quiere desarrollar su idea. Pero entonces… - Podrías pensar, una vez que ya lo tengas desarrollado en las escobas, el adaptarlo a cualquier objeto. Sería muy útil para los aurores que están en misiones de reconocimiento si es que tienen que esconder algo en particular por un tiempo determinado. - Y no digo más porque de verdad no quiero darle directivas, si tiene esa mente brillante, que la use el mismo y lo piense a su gusto.

- Dime por favor que ya revisaste todas las cuestiones legales y económicas que puede acarrear esto. No tuve la oportunidad de revisar el archivo de proyectos para ver el estado de todos. - No cuando el orden de mi predecesor era prácticamente inexistente. - Es por eso que prefiero hacer estas reuniones. - Ya el hecho de que fuese un objeto destinado al uso ministerial ahorraba muchísimos problemas y complicaciones. Sin mencionar que el uso de su prototipo podría provocar estragos de caer en las manos equivocadas.

Su expresión varía cuando sigo hablando, pero nada iguala al momento en que nombro a Dimitri. - Oh, por favor. Pareciera que hubieses visto un fantasma. - Y por unos segundos tengo el impulso de voltear a ver si no ha aparecido por la chimenea que hay a mis espaldas sin que me haya dado cuenta. - Si en algún momento tienes que justificarte con él, también habrá sido mi culpa así que probablemente tendré que estar. - Le aseguro. Como su jefa, debía estar al tanto de sus trabajos, y una falla tan grande como para requerir alguna justificación, también recaería en mí. - Qué bueno que seamos lo suficientemente inteligentes como para asegurarnos que eso no vaya a suceder. - Y viniendo de mí, esperaba que lo tomase como un cumplido. No podía decir eso de muchos, y dejando de lado a Ethan, eran pocos los que en mi área de trabajo se mereciesen algún tipo de admiración.

Podría hacer algunas modificaciones y convertir el dispositivo para uso externo aunque no estoy seguro de cómo funcionaría eso... Podría removerse con más facilidad y creo que tendríamos algunos problemas más de seguridad en caso de que los aurores tomen la decisión de prestarse los lectores, cosa que puede pasar. Honestamente prefiero que esté quietito y que su único trabajo sea poner el dedo en el sitio correcto. No es que esté subestimándolos pero... Bueno, quizás sí estoy subestimándolos - Veré lo que puedo hacer - respondo pero sin demasiadas ganas.

- Lo he hecho y es la mejor parte porque en realidad es bastante económico - la tranquilizo con una sonrisa - Y no hay demasiados problemas legales, no pone la vida de nadie en riesgo - ese es el principal asunto con mis ideas, pero nadie puede negar que éste es bastante indefenso y hasta yo me atrevería a probarlo.

No me sorprende que no comprenda mi sentimiento con respecto al ministro Volkov. Para muchos son solo personas que jugaron un poco mejor sus cartas que los demás o quizás tenían los contactos correctos para poder ascender... Para mí es como enfrentarme a una versión mejorada, más joven y segura de mi padre. Claramente mis recuerdos de la infancia no ayudan para nada.

- Es una motivación adicional para hacer las cosas bien - aunque no la necesito ya que siempre aspiro a dar lo mejor. Solo espero no verme obligado a trabajar en equipo en el futuro ya que por un error del otro podría terminar en la temible oficina... Por ejemplo con Ethan, el sobrino de la jefa. Ese niño se cree más inteligente de lo que en verdad es y su sarcasmo me ha hecho cuestionarme cosas estúpidas y por eso perder mi tiempo en el pasado, estoy casi seguro de que solo quería sabotearme - Mejor dejo de hablar porque tendré que pagar las bebidas - comento encogiéndome de hombros. Después de todo, creo que ya está tratado el tema.

No estoy muy segura de notarlo convencido con mi sugerencia, pero no lo presiono. Tenía el poder para hacerlo, pero prefería ver su invento terminado antes de sugerir con algo más de énfasis que siguiera por el camino que le estaba indicando. No podía ponerlo a trabajar de más en algo que todavía no estaba probado en su totalidad y que, aunque dudaba que ese fuera el caso, podía llegar a ser un fracaso.

- Confío en ti, Riley. - O lo más cercano a ello que pudiese haber si consideramos que era yo la que estaba hablando. Son pocas la gente en las que realmente CONFIABA (así, con todas las letras) y no podía decir que Kavalier estaba dentro de esa lista. Si confiaba al menos, en su ética profesional y en su capacidad laboral, y eso era bastante dentro de lo que me permitía a mi misma opinar de otros.  

- Jamás te motives con la opinión del resto. - Aconsejo. Me había hecho un nombre, y me gustaba tener cierto poder; pero la opinión ajena no sería un aliciente a mis proyectos como científica bajo ningún concepto. Estirando mis manos entrelazadas hacia adelante, me estiro luego de haber pasado tanto tiempo reclinada en la silla, y me incorporo con todo el cuidado que soy capaz de manejar. - Era chiste eso de que tuvieses que pagar... Yo invito, ¿Tienes algún lugar de preferencia? - No habría inconveniente en dar por terminada la jornada laboral veinte minutos antes, después de todo, la suya era la última reunión programada de la tarde y si no había ocupado sus sesenta minutos, no había razón para quedarse de más.

El tipo de confianza que se obtiene en el trabajo es el único tipo que aspiro conseguir de los demás en la vida. Claro que no espero que alguien me confíe a sus hijos para cuidarlos ya que sería un desastre, pero con respecto a lo laboral sé que lo merezco. Mirando hacia atrás desde que he salido de la escuela, mis errores han sido pocos y he aportado bastante al Capitolio. Bien podría ser como esos científicos que cubren la cuota trimestral para no ser despedidos y luego se la pasan viendo la televisión con el tiempo restante, yo no puedo hacerlo... En primer lugar porque no miro televisión y en segundo porque necesito hacer algo productivo con mi tiempo ¡Es el empleo de mis sueños! A excepción de días como hoy en los que el bloqueo mental es mayor que las ganas de trabajar.

-Oh- murmuro cuando me explica que era un chiste y entrecierro los ojos ya que al parecer todos aquellos con los que salgo a tomar algo están dispuestos a pagar mis cuentas. De seguir así terminaré siendo un multimillonario pero no por ganar poco, sino por tener los gastos mínimos.

La siguiente pregunta me deja dando tumbos en mi cabeza pues sí tengo un lugar de preferencia pero no sería apropiado que vean a la jefa en un sitio como ese, la podrían tildar de infantil o poco seria y no quiero ser el culpable de eso. En cuanto a los sitios más populares, los odio; hay demasiada gente conocida y no puedes llegar a tu mesa en paz sin saludar  a un mínimo de 3 personas, y eso si tienes la suerte de que ninguno decida sumarse a la mesa sin permiso.

- Mejor elige tú - concedo el honor antes de que tanto pensar me cause un derrame. Así como ella confía en mi trabajo, yo confío en que no me llevará a un sitio en el que me darán ganas de suicidarme... Es casi la segunda cosa que las personas aprenden de mí después de conocerme, primero que mi nombre es Riley y segundo que no me gustan los sitios ruidosos y con sudor - ¿Está bien esta ropa? Tengo el esmóquin en mi casillero - bromeo con media sonrisa. Tampoco estoy tan mal, un jean oscuro, botas negras y camisa del mismo color.