Familia normal, vida normal, Winter no podía quejarse, no era europea o muggle. Así le decía su mamá cuando lloraba por algo cuando era pequeña.

Su familia no venía de una gran familia de brujos pero habían sobrevivido a los Black y habían sabido apreciar cuando Niniadis llego al poder. Sus abuelos habían muerto hacía mucho pero sus padres se habían conocido en lo que se consideraba la resistencia antes y ahora tenían una familia y vivían la vida que siempre quisieron. Tuvieron dos hijas y fueron felices por un tiempo. Pero todo se derrumbo cuando su hermana mayor ayudo a su muggle a escapar y se unió a los rebeldes del 9.

Ahora era conocida como la hermana de una traidora y sus padres se hundían en misería y verguenza. Su madre aun intentaba cumplir ese rol, pero se respiraba un aire tenso en su casa. Prefería pasarse el día afuera y no ver la caras de aquellos adultos que habían sabído mirarla con amor, mientras que ahora solo le dirigían ordenes y reclamos para que se comportara. Así que cuando salieron los anuncios de que entraría en los sorteos de tributos, la única frase de su padre cuando salía de su cuarto era "has lo que debas para devolvernos lo que esa estupida se llevo".