VERANO de 247521 de Junio — 20 de Septiembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Entrevista Distrito 11
Domingo 13 de Agosto. 2471. 20 p.m.
El escenario había sido montado en el teatro más lujoso del Capitolio. Las butacas estaban repletas de ojos curiosos, miembros de la élite de la ciudad que buscaban juzgar por cuenta propia al pequeño montón de traidores que se estaban jugando un lugar dentro de la sociedad. Una carta de perdón, la prueba de que merecían seguir respirando a pesar de todos sus pecados.
Las cámaras de televisión se encontraban en cada uno de los rincones, pero la mayoría estaba puesta sobre las tablas. Iluminado por los reflectores que se movían en todas direcciones, el escenario se preparaba entre los murmullos y aplausos de la multitud. La música retumbó con fuerza cuando una voz masculina en off inundó el teatro, encargándose de presentar a la única y maravillosa… ¡Zirconia Chrysalis!
Tal vez los tributos no eran celebridades, pero Zirconia sí y vaya que el público la amaba. Muchos se levantaron de sus butacas para recibirla, mientras la conductora gritaba con voz estridente. Carecía de micrófono, lo que delataba que las voces sobre el escenario estaban siendo aumentadas gracias a la magia. Su rostro se reflejó en cada uno de los paneles dispuestos para que el público no se pierda de los detalles.
— ¡Muy buenas noches, mi querido NeoPanem! — Exclamó. Llevaba las uñas postizas, de color naranja chillón, tan largas que era imposible ignorarlas cuando agitó las manos en el aire a modo de saludo — ¡Pero qué evento nos espera! Aunque me siento muy halagada por la cálida bienvenida que me han dado, todos sabemos que hoy yo no soy el centro de atención. Hay unos cuantos tributos que están aquí, ansiosos por que los conozcan y los acepten dentro de sus corazones. ¡Sí, escucharon bien! ¿Quieren oírlos a ellos? ¿Quieren ver sus rostros y descubrir cual vale la pena? ¡Es hora de que sepamos un poco más de su historia! Digamos que algunos puntajes me sorprendieron bastante… — no le dio la espalda al público cuando se acomodó en uno de los dos sillones individuales que decoraban el centro de la escena —. Y si ninguno los convence lo suficiente, pues al menos nos darán un buen espectáculo.
Todos ahí tenían en claro una cosa: era la última oportunidad que tenían para meterse al público en el bolsillo. La gente seguía aplaudiendo cuando Zirconia sacudió la mano en el aire.
— ¡Hay que ver la cara de malas migas que tiene la niña que viene ahora! No me sorprende que haya terminado en las urnas. Es decir, dicen por ahí que no tenía quién le pusiera los límites. ¿Hija de las circunstancias, quizá? ¡Vamos a averiguarlo! ¡Saludemos a Anya Durst!
Las cámaras de televisión se encontraban en cada uno de los rincones, pero la mayoría estaba puesta sobre las tablas. Iluminado por los reflectores que se movían en todas direcciones, el escenario se preparaba entre los murmullos y aplausos de la multitud. La música retumbó con fuerza cuando una voz masculina en off inundó el teatro, encargándose de presentar a la única y maravillosa… ¡Zirconia Chrysalis!
Tal vez los tributos no eran celebridades, pero Zirconia sí y vaya que el público la amaba. Muchos se levantaron de sus butacas para recibirla, mientras la conductora gritaba con voz estridente. Carecía de micrófono, lo que delataba que las voces sobre el escenario estaban siendo aumentadas gracias a la magia. Su rostro se reflejó en cada uno de los paneles dispuestos para que el público no se pierda de los detalles.
— ¡Muy buenas noches, mi querido NeoPanem! — Exclamó. Llevaba las uñas postizas, de color naranja chillón, tan largas que era imposible ignorarlas cuando agitó las manos en el aire a modo de saludo — ¡Pero qué evento nos espera! Aunque me siento muy halagada por la cálida bienvenida que me han dado, todos sabemos que hoy yo no soy el centro de atención. Hay unos cuantos tributos que están aquí, ansiosos por que los conozcan y los acepten dentro de sus corazones. ¡Sí, escucharon bien! ¿Quieren oírlos a ellos? ¿Quieren ver sus rostros y descubrir cual vale la pena? ¡Es hora de que sepamos un poco más de su historia! Digamos que algunos puntajes me sorprendieron bastante… — no le dio la espalda al público cuando se acomodó en uno de los dos sillones individuales que decoraban el centro de la escena —. Y si ninguno los convence lo suficiente, pues al menos nos darán un buen espectáculo.
Todos ahí tenían en claro una cosa: era la última oportunidad que tenían para meterse al público en el bolsillo. La gente seguía aplaudiendo cuando Zirconia sacudió la mano en el aire.
— ¡Hay que ver la cara de malas migas que tiene la niña que viene ahora! No me sorprende que haya terminado en las urnas. Es decir, dicen por ahí que no tenía quién le pusiera los límites. ¿Hija de las circunstancias, quizá? ¡Vamos a averiguarlo! ¡Saludemos a Anya Durst!
— Las entrevistas estarán abiertas un total de 72 horas. Cada tributo deberá responder tres preguntas obligatorias para poder cobrar los 300 Galeones de recompensa.
— Primero pasan las mujeres, luego los varones. Para evitar atascar a su compañero, las chicas tienen 24 horas a partir de la apertura para hacer su post de entrada y dar inicio a la entrevista de su distrito. En caso de que se pasen las 24 horas, se pasará directamente al tributo masculino. El tributo femenino solo podrá retomar su entrevista cuando su compañero termine la propia. On rol, tomaremos siempre como que la entrevista femenina fue primero.
— Intenten no controlar demasiado al público. También recuerden que los tributos no son vistos como adoradas celebridades.
— Pueden describir o ejemplificar sus atuendos con imágenes. No es obligatorio.
Televisión Nacional
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Entrevista del distrito 11
13.08.2471
Mi estilista me ha conseguido un vestido que, por primera vez en la vida, siento que aprecio. Porque hay algo en su color grisáceo azulado, en sus formas casi florales que combinan dorado y negro y en la textura ligera de la tela que hace que hasta tenga ganas de ponérmelo. La miro con agradecimiento, pues ya hablamos de que no me gustaba la ropa muy apretada o incómoda, y realmente ponerme este vestido se siente como dejar que una nube me acaricie.
Los maquilladores no están tan contentos conmigo, claro, y después de diez intentos de pintarme la línea de agua del ojo, todos fallidos por las incesantes lágrimas -no es que haya llorado, es que mi ojo ha llorado por mí, ha sido sin querer-, se han rendido y han optado por recogerme el pelo de forma desenfadada, dejando un par de mechones sueltos que se han ocupado de rizar bien, y el maquillaje que han logrado ponerme -sin invadir partes que mi ojo no haya tolerado- es poco llamativo. Al fin y al cabo, tengo catorce años. Tampoco tienen que pintarme como si tuviera muchos más.
Me encuentro a mí misma abriendo y cerrando la boca, notando los labios pegajosos por el labial que me han puesto. Mi garganta está totalmente seca debido a los nervios que me provoca la situación, y los agentes se apresuran a hacerme pasar. Mientras escucho la presentación de Zirconia, el corazón me bombea a toda velocidad. Me empujan un poco y termino saliendo, juntando toda mi concentración para no trastabillar en mi camino hasta las butacas. Los focos me ciegan un poco en lo que llego hasta la presentadora.
Me toma unos segundos situarme, pero termino mirando a la mujer a los ojos —Hola— digo, algo confundida, y dirijo la vista a mi alrededor, estudiando el plató. Se supone que tenía que presentarme como una niña simpática, pero Zirconia ya se ha encargado de hacerle saber a todo el mundo que no lo soy. Otro favor más de la gente del Capitolio, vamos. Me aclaro la garganta, mirándola —No es que tenga cara de malas migas siempre, es que estoy un poco nerviosa y me pongo tensa— le digo, y escuchar mi voz resonando para que la oiga todo el mundo se me hace de lo más marciano. Miro hacia el público y luego hacia la entrevistadora otra vez —Es decir, nunca había visto a tanta gente junta. Excepto en el desfile. Y en el desfile no me miraban específicamente a mí— y sonrío un poco, como avergonzada.
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13.08.2471
— ¡Pero es que has venido al mundo nerviosa, niña! — Las cámaras que estaban puestas en Anya, no tardaron enfocar el rostro de Zirconia quien no tardó en hacer un aspaviento con la mano, acomodándose el cabello por encima de su hombro e inclinándose hacia adelante para hablar más cerca de la tributo — Aquí entre nos, si quieres que la gente te vea, tienes que hacerte ver por tí misma. ¿Crees que he llegado hasta aquí por estar nerviosa o tener ropa bonita? — Volvió la mirada hacia el público, se levantó del asiento y alzó ambas manos, guiándolas por sus curvas en un contoneo rítmico en lo que el público no tardaba en aclamarla. — Lo que cuenta es la actitud, el swing. Si vas a ser una perra, ¡tienes que ser la mejor perra que que exista! — Chasqueó los dedos en el aire y revoloteó su cabeza para los espectadores antes de voltear en dirección a Anya. — No te queda mucho tiempo para demostrar nada, cariño, así que en tu lugar demostraría ahora todo lo que puedes ser.
Tomando asiento nuevamente se cruzó de piernas y se dejó caer contra el respaldo. — A ver, Anya. Cuéntanos un poco de ti. Tenemos entendido que creciste en un orfanato, y en un lugar como el once… — Soltó un silbido dramático, agitando una de sus palmas en el aire para dar entender lo terrible que podía ser un distrito como ese. — ¿Crees que esa experiencia ha hecho que te vuelvas más dura? No me creo que hayas podido ser una niña tímida criada de esa forma.
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13.08.2471
Si alguna parte de mí todavía guardaba una ínfima esperanza en que esta mujer me ayudara un poquito a parecer más cercana, ahora ya está todo perdido. Mi fe en esta entrevista se disipa mientras ella parece querer dejar claro que no soy nada ni nadie. A ver, estoy de acuerdo con ella, pero no pienso dejar que una entrevista así me sitúe en el ojo público como un blanco fácil.
Cuando habla de mi vida me remuevo en el sillón, aunque no con incomodidad. Su última frase hace que me ría, y no es nada forzado, es una risa genuina que me sale en lo que meneo la cabeza en señal de negación —Oh, no. No soy tímida— le aseguro —Si eres tímido en un orfanato del once, seguro que alguien te acaba robando el postre. Los días que hay postre— no intento dar pena, simplemente es mi realidad.
Me quedo callada unos instantes, hasta que me doy cuenta de que me ha pedido que les hable de mí, así que me aclaro la garganta —Estoy en ese orfanato desde que tengo memoria— mentira, pero no me apetece hablar del mercado de esclavos —, así que he tenido que aprender a apañármelas sola desde pequeña. No mucha gente se decanta por adoptar en distritos como el mío, así que todos en el orfanato nos conocemos bastante. Aunque ahora mismo soy de las mayores— miro a Zirconia a los ojos, aunque cuesta aguantarle la mirada a una persona así —Y como soy de las mayores he conseguido que algunos niños me tengan un poco de miedo. Hay uno, Tony, que siempre le roba las cosas a las niñas más pequeñas. Y yo le pego cuando las niñas más pequeñas lloran— busco una cámara con la mirada y le clavo la vista, seria, como si estuviera mirando directamente a Tony, advirtiéndole de que pare de hacerlo —Así que no, no soy tímida— concluyo, devolviendo la mirada a la entrevistadora.
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El rostro de Zirconia se iba transformando a medida que escuchaba las respuestas de la muchacha, adoptando una expresión compasiva ante las duras circunstancias que una chica tan joven como ella había tenido que pasar. — ¿Escucharon eso? — Una mano señaló en dirección a Anya, y la otra buscó limpiar una lágrima inexistente de su mejilla. — Nuestra tributo es una justiciera que vela por las niñas más pequeñas. Será entonces que el rostro de chica dura es para evitar que gente como Tony se salga con la suya ¿verdad? — Conmovida, comenzó a aplaudir en su favor y el público no tardó en seguir su ejemplo. — Ahí lo tienen. Una muchacha noble, capaz de demostrarnos que en el norte también se pueden aprender buenos valores.
El aplauso se fue extinguiendo una vez que Zirconia levantó la mano, y las cámaras nuevamente pasaron a mostrar el plano general de la entrevista. — Y cuéntame un poco más, ahora que sabemos que hay niñas asustadas que extrañarían a su protectora, ¿Hay alguien más en el cinco que te esté esperando? ¿Alguna persona espera que protejas su corazón al volver a salvo o solo te dedicas a salvar a muchachitas asustadas? — Se volteó hacia el público alentándolos antes de hablar. — Somos gente curiosa, y queremos saber qué es lo que te motiva a ganar estos juegos.
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Entrevista del distrito 11
13.08.2471
Las palabras de Zirconia, sumadas a la reacción del público, hacen que una sensación de alivio me invada por completo. Es como cuando aciertas la respuesta a la pregunta de un examen oral y te ahorras la humillación delante de todo el mundo. Asiento, convencida, porque por lo menos espero que Tony esté viéndome y se ahorre eso de molestar demasiado a las más pequeñas en mi ausencia. Mi ausencia que, probablemente, será definitiva. El sonido de los aplausos es totalmente nuevo para alguien como yo, pero no dejo que me distraiga, y mantengo la mirada fija en la entrevistadora, que levanta la mano pidiendo un silencio que llega al instante.
La pregunta que me lanza ahora, sin embargo, es bastante más complicada. Me quedo en silencio unos instantes, pensativa, y termino mirándola a los ojos —La verdad es que fuera del orfanato no tengo muchísimos amigos— le digo, sincera —No porque yo no quiera, es que... Es complicado hacer amigos de fuera si te pasas la vida encerrada en un edificio— añado, porque no quiero quedar como una antisocial —Y uno de los pocos amigos que tenía fuera es Nolan, y sacaron su nombre en la cosecha tras decir el mío. Así que no, no hay nadie esperando mi vuelta...— termino, y me doy cuenta cuando lo hago que no he dado una respuesta muy satisfactoria.
—Aunque...— alzo la voz de nuevo, antes de que pueda hacerlo ella. Si no digo su nombre, no creo que a él le moleste lo que estoy a punto de contar —Aunque sí que hay algo que me motiva más que ninguna otra cosa— la voz ya no me sale fuerte como antes, sale un poco ahogada, porque estoy tratando de sonar entera y contener la emoción y la pena que me genera esto, después de la conversación de anoche —La posibilidad de tener una familia. Hace poco— muy poco —, alguien se mostró interesado en mi adopción. Y supongo que me di cuenta de que merecía la pena vivir, y vi que había vida y un mundo más allá del orfanato. Así que sí, la idea de querer tener una familia que me adopte, y una perrita, porque tiene una perrita— puntualizo —, me hace querer ganar— sigue siendo una idea descabellada, que yo tenga posibilidades. Pero diciendo esto, tal vez le caigo un poco mejor a la gente. Y le recuerdo a Edward, aunque sea vía televisión. que nada me haría más feliz que poder irme a vivir con él y salir del orfanato del once.
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13.08.2471
— ¿Nolan? ¿Tu compañero de distrito? Parece que tenemos varias historias trágicas esta noche. — Fue su comentario de color antes de notar que la historia no terminaba allí y que Anya, por su parte, se encargaba de hacer lo suyo para conmover a la gente. ¿Quién esperaría que una chica que parecía tan amargada en un principio, pudiera ser tan dulce y provocar pequeños lamentos de ternura a lo largo del lugar? ¿Cómo no iban a compadecerse de un proyecto de familia interrumpido antes de tener la oportunidad de florecer?
Con el impulso que caracterizaba a muchas de las acciones de Zirconia, su cuerpo se inclinó hacia adelante y sus manos buscaron las de Anya con avidez, dándoles un apretón que buscaba ser cálido ante las cámaras. — Entonces, desde lo más profundo de nuestros corazones, esperamos que puedas luchar por conseguir la familia que tanto quieres. — Dejó dos pequeñas palmadas contra sus manos y se giró hacia el público con una gran sonrisa. — ¿No opinan ustedes lo mismo? ¿Creen que se le pueda cumplir el sueño a esta pobre huerfanita? — Nuevamente la reacción del público fue la esperada y la presentadora la dejó libre antes de volver a acomodarse en su asiento.
— Claro que, con tu puntuación en las pruebas, entendemos que puedas tener algunas complicaciones a la hora de demostrar que vale la pena apostar por ti, así que antes de que se nos acabe el tiempo, dinos: ¿Qué más tiene Anya Durst para ofrecernos que los vigilantes no hayan visto? ¿Qué mensaje te gustaría darles a todos los que puedan mostrar interés en ti.
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13.08.2471
Que califique las casualidades entre Nolan y yo como una historia trágica me parece un poco exagerado por su parte, pero no digo nada porque, en el fondo, lo que quiero es que el público vea que no soy solamente mi puntuación. Aunque sea de forma desesperada, necesito agarrarme a la posibilidad de que esta gente me ayude, ni que sea un poco, a salir de ahí con vida. O por lo menos a no morir de la peor de las formas. Pero esa expresión, ese adjetivo, "trágica", me hace seguir pensando en qué voy a hacer una vez estemos ahí dentro. ¿Realmente quiero ir junto a Nolan y verle morir? ¿O que él me vea morir a mí?
El movimiento de Zirconia y su forma de agarrarme las manos, gesto al que respondo con un leve apretón y una pequeña sonrisa de resignación, me indican que, de nuevo, he dado una respuesta un poco satisfactoria —Gracias, de corazón— le digo, con una suavidad que no me caracteriza para nada. También hay que decir que el hecho de que se refiera a mí como "pobre huerfanita" reclama todo mi autocontrol existente. Porque, hasta donde yo sé, mis padres podrían estar vivos. Simplemente no son magos y a mí me apartaron de ellos cuando empecé a mostrar señales de tener magia.
Sale el tema de mi puntuación y hago una pequeña mueca —Claramente mi puntuación no ha sido de las más notorias— reconozco, con un pequeño suspiro —Pero si hay algo que tengo, es imaginación. Creo que nunca lo he tenido demasiado fácil en la vida, y he tenido que convertirme en una persona capaz de adaptarse a su entorno, a lo que tiene alrededor. No sabemos qué nos vamos a encontrar cuando empiecen los juegos, pero tal vez estamos en un entorno tan hostil que poco importan las armas o la fuerza— me encojo de hombros —Sé que puedo hacerlo bien. Soy una persona dura. Así que si alguien tiene una pequeña esperanza en mí, prometo hacer todo lo posible en no decepcionar— algo que dudo, porque esta gente lo que quiere es que muramos, pero a saber. Supongo que hay mucho psicópata en el Capitolio que quiere apostar y jugar a ser Dios en cosas como esta.
El movimiento de Zirconia y su forma de agarrarme las manos, gesto al que respondo con un leve apretón y una pequeña sonrisa de resignación, me indican que, de nuevo, he dado una respuesta un poco satisfactoria —Gracias, de corazón— le digo, con una suavidad que no me caracteriza para nada. También hay que decir que el hecho de que se refiera a mí como "pobre huerfanita" reclama todo mi autocontrol existente. Porque, hasta donde yo sé, mis padres podrían estar vivos. Simplemente no son magos y a mí me apartaron de ellos cuando empecé a mostrar señales de tener magia.
Sale el tema de mi puntuación y hago una pequeña mueca —Claramente mi puntuación no ha sido de las más notorias— reconozco, con un pequeño suspiro —Pero si hay algo que tengo, es imaginación. Creo que nunca lo he tenido demasiado fácil en la vida, y he tenido que convertirme en una persona capaz de adaptarse a su entorno, a lo que tiene alrededor. No sabemos qué nos vamos a encontrar cuando empiecen los juegos, pero tal vez estamos en un entorno tan hostil que poco importan las armas o la fuerza— me encojo de hombros —Sé que puedo hacerlo bien. Soy una persona dura. Así que si alguien tiene una pequeña esperanza en mí, prometo hacer todo lo posible en no decepcionar— algo que dudo, porque esta gente lo que quiere es que muramos, pero a saber. Supongo que hay mucho psicópata en el Capitolio que quiere apostar y jugar a ser Dios en cosas como esta.
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13.08.2471
Una sonrisa se extendió en el rostro de Zirconia. Nunca hubiera esperado que la muchachita del once pudiera evocar ese tipo de reacción en el público y, con una historia como la suya, pues ciertamente había podido defenderse más que bien. Su trabajo estaba hecho y no le quedaba mucho más tiempo con ella. — Pues vamos a tomarte la palabra entonces. La imaginación y la adaptación son cualidades de triunfadores, así que esperemos que logres tu cometido y puedas demostrarles a todos que eres una jovencita dura de derribar. — Se paró para saludar a Anya, dándole un apretón en los hombros y dejando una de sus manos allí antes de girarse ante el público. — Ahí lo tienen, una joven con determinación que ha prometido no decepcionar a los que apuesten por ella. ¡Denle un fuerte aplauso a Anya Durst! — Juntando sus palmas para dar el ejemplo, la observó irse por unos segundos antes de adelantarse unos pasos.
— Claro que la noche aún no termina, y tenemos que recibir a una de las sorpresas del norte. Con uno de los mejores puntajes otorgados, este joven seguro tiene mucho que contarnos. ¡Denle la bienvenida a Nolan Davis! — Extendió uno de sus brazos para señalar al recién llegado.
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13.08.2471
No puedo creer el traje con el extraño estampado que los estilistas obligan a que vista. Sin embargo, cuando me miro en el espejo ya con el vestuario puesto, noto enseguida no me queda tan mal como lo había pensado. Miro a mi estilista una vez más, mientras se encargan de retocarme el cabello y le dedico una ligera sonrisa en señal de aprobación. Realmente debo agradecerle el hecho de que, aunque sea un traje, no requiera de una camisa que ahorque mi cuello y me ahogue.
Los vigilantes se acercan cuando llega mi turno y casi que me arrastran hacia el escenario. Estoy nervioso, debo reconocerlo. Quizás más de lo que lo estaba cuando realicé la prueba que -por suerte- terminó con buen resultado. Sin embargo, no puedo asegurar lo mismo. Debo hablar y, aunque no soy una persona sumamente antisocial, prefiero mantenerme en silencio cuando hay demasiadas personas cerca mío.
Por unos segundos, recuerdo donde estoy, el porqué estoy ahí y qué es lo que necesito en este mismo momento. Caigo en la cuenta de que debo lograr que la gente me quiera y/o se apiade de mí. Después de todo, eso no sólo me beneficiaría a mí, sino a Anya que se vería involucrada en tenerme como aliado. Estoy seguro que los demás tributos evitarán a los de puntaje más alto, pero también puedo asegurar que algunos decidirán terminar primero con las mayores amenazas. Así que toda ayuda que pueda recibir para protegerme y proteger a mi compañera, siempre es bienvenida.
Sé que debo hacer, así que me acomodo un poco el traje, lanzo un suspiro para intentar tranquilizarme y, cuando escucho mi nombre, entro al plató, completamente decidido. Hago una pequeña reverencia en señal de saludo y respeto hacia la entrevistadora, que me recuerda a la manera que tenía el esclavista de mis padres de saludar a las visitas importantes que tenía —Buenas noches— digo mientras me termino de acercar y espero la indicación de la mujer para poder tomar asiento —Debo admitir que el puntaje también me ha sorprendido a mí— intento comentar con ligereza, después de todo debo lograr simpatizar a la gente y eso es lo único que tengo en mente por el momento.
Los vigilantes se acercan cuando llega mi turno y casi que me arrastran hacia el escenario. Estoy nervioso, debo reconocerlo. Quizás más de lo que lo estaba cuando realicé la prueba que -por suerte- terminó con buen resultado. Sin embargo, no puedo asegurar lo mismo. Debo hablar y, aunque no soy una persona sumamente antisocial, prefiero mantenerme en silencio cuando hay demasiadas personas cerca mío.
Por unos segundos, recuerdo donde estoy, el porqué estoy ahí y qué es lo que necesito en este mismo momento. Caigo en la cuenta de que debo lograr que la gente me quiera y/o se apiade de mí. Después de todo, eso no sólo me beneficiaría a mí, sino a Anya que se vería involucrada en tenerme como aliado. Estoy seguro que los demás tributos evitarán a los de puntaje más alto, pero también puedo asegurar que algunos decidirán terminar primero con las mayores amenazas. Así que toda ayuda que pueda recibir para protegerme y proteger a mi compañera, siempre es bienvenida.
Sé que debo hacer, así que me acomodo un poco el traje, lanzo un suspiro para intentar tranquilizarme y, cuando escucho mi nombre, entro al plató, completamente decidido. Hago una pequeña reverencia en señal de saludo y respeto hacia la entrevistadora, que me recuerda a la manera que tenía el esclavista de mis padres de saludar a las visitas importantes que tenía —Buenas noches— digo mientras me termino de acercar y espero la indicación de la mujer para poder tomar asiento —Debo admitir que el puntaje también me ha sorprendido a mí— intento comentar con ligereza, después de todo debo lograr simpatizar a la gente y eso es lo único que tengo en mente por el momento.
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13.08.2471
Los aplausos del público dieron una perfecta bienvenida al tributo masculino y Zirconia no tardó en indicarle su asiento con un ademán de la mano. — ¡Pues vaya sorpresa debe haber sido entonces! ¿Tendrás alguna otra guardada por ahí? — Consultó antes de ella también ocupar el sillón que le correspondía. — Parece que los muchachitos del norte tienen más para demostrarnos de lo que nunca hubiéramos pensado. ¡Nos encanta! — Aseguró elevando ambas manos en el aire.
— Pero para empezar, ¿crees que nos podrías contar un poco más acerca de eso? En puntaje te acompañan los tributos del uno y del dos. Es obvio que estás a la altura de la situación, pero el público quiere tener un pequeño adelanto de lo que podemos esperar en la arena — Se inclinó por sobre el borde del sillón y procuró bajar la voz aunque siendo que estaba mágicamente amplificada no era mucha la diferencia. — Prometo guardar el secreto. — Comentó pícara, guiñándole el ojo.
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13.08.2471
La luz y los fuertes ruidos de aplausos no logran cohibirme, aunque sí ponerme algo más nervioso. —Tengo un par, aunque no tantas— agrego simpáticamente, intentando disimular mis nervios mientras tomo asiento y escucho como la entrevistadora empieza a comentar sobre el hecho de mi buen puntaje en las pruebas.
Debo admitir que estar entre los mejores puntajes con tributos del distrito uno y dos no es algo que me agrade del todo. Que lo remarque con tanto ahínco empeora la situación, pero no demuestro mi molestia en mis gestos. Paso a paso, procuro mostrarme amable, quizás de esa manera podría conseguir simpatizar a alguien.
—Entre nosotros— intento susurrar al inclinarme sobre el sillón para imitar a la mujer, aún si mi voz amplificada se sigue escuchando —Soy más fuerte de lo que parezco, así que les daré un momento complicado a quienes quieran enfrentarse a mí— intento darle a la situación el mismo aire de secretismo que Zirconia procura darle, pero unos segundos después decido volver a mi tono normal —Aunque el único secreto de mi puntaje es la costumbre. Desde los once años aproximadamente, estuve trabajando en una granja, una de las pocas que quedan en el once— admito y, en cuestión de unos segundos, por mi mente pasa la idea de generar algo de simpatía nombrando a mi "cuidador" —El dueño ya estaba grande, así que necesitaba ayuda. Y en cambio me dio una cama y comida. Estoy muy agradecido con él— sonrío, con amabilidad. Espero que aquello genere la emoción que quiero, pero sólo me queda aguardar la reacción del público.
Debo admitir que estar entre los mejores puntajes con tributos del distrito uno y dos no es algo que me agrade del todo. Que lo remarque con tanto ahínco empeora la situación, pero no demuestro mi molestia en mis gestos. Paso a paso, procuro mostrarme amable, quizás de esa manera podría conseguir simpatizar a alguien.
—Entre nosotros— intento susurrar al inclinarme sobre el sillón para imitar a la mujer, aún si mi voz amplificada se sigue escuchando —Soy más fuerte de lo que parezco, así que les daré un momento complicado a quienes quieran enfrentarse a mí— intento darle a la situación el mismo aire de secretismo que Zirconia procura darle, pero unos segundos después decido volver a mi tono normal —Aunque el único secreto de mi puntaje es la costumbre. Desde los once años aproximadamente, estuve trabajando en una granja, una de las pocas que quedan en el once— admito y, en cuestión de unos segundos, por mi mente pasa la idea de generar algo de simpatía nombrando a mi "cuidador" —El dueño ya estaba grande, así que necesitaba ayuda. Y en cambio me dio una cama y comida. Estoy muy agradecido con él— sonrío, con amabilidad. Espero que aquello genere la emoción que quiero, pero sólo me queda aguardar la reacción del público.
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13.08.2471
— Ohhh, ¿más fuerte de lo que pareces? A ver, enséñanos esos músculos. — Con una carcajada, la presentadora no dudó en levantar el brazo, doblando el codo hasta enseñar su bíceps ante todo el público de Neopanem, tratando de que Nolan imitase su acción. — Tenemos a un granjero fortachón entre nosotros. — Declaró con diversión al escuchar lo que acababa de decir. Había que admitir que la idea de un granjero no era necesariamente atractiva, pero alguien con una historia compasiva y un puntaje tan alto era otro cantar.
— ¡Y como no estarlo! Además de acogerte, parece que has ganado algo más que experiencia en el campo al tener la oportunidad de tener un trabajo honesto. ¡Es un gran ejemplo para la sociedad! — Tanto su pobre y anciano cuidador, como el muchacho que hoy en día se encontraba a punto de entrar a la arena. — Está claro que eres alguien que no hay que subestimar y esperemos que el resto de los tributos hayan quedado advertidos. — Se llevó un dedo al rostro, estirando su párpado inferior en clara señal de cuidado. — Hablando de los otros tributos, tu compañera de distrito nos ha dicho que te contaba entre sus pocos amigos. ¿Qué puedes decirnos tú? ¿Tienes gente que espere tu regreso? ¿Qué es lo que te motiva a ganar los juegos?
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13.08.2471
Imito a Zirconia en cuanto ella muestra su brazo, a pesar de que el traje no deje ver bien mis si tengo o no músculos. Ya que ella lo propuso, le hago una señal para que toque mis bíceps y lo compruebe ella misma.
Debo seguir su juego, así que cuando suelta su siguiente pregunta, uno mis manos y la observo, con atención. Pero sólo es cuando menciona a mi compañera de distrito, la curiosidad se apodera —¿Anya?— no sabía que ella se había animado a hablar de nuestra amistad, aunque tampoco era un secreto. Sonrío antes de hablar y responder sus preguntas —También la considero una gran amiga y no tengo mucho de esos tampoco— agrego, para dejar en claro que mis amistades son pocas —El romance tampoco es algo fácil si trabajas la mayor parte de tiempo— no es algo que suelo buscar personalmente y nunca me había atraído alguien tanto como para animarme a tener algún tipo de relación —Realmente me preocupa morir y tener que dejar sólo al dueño de la granja, sólo me tiene a mí— respondo, con algo de tristeza que seguro se escucha en mi voz. Si soy sincero, tampoco quiero tener que matar a alguien, me parece algo muy cruel. Pero le debo tanto a esa persona que espero poder salir con vida para seguir ayudándolo. —Y le debo tanto que haré todo lo posible para no morir y recompensarle— Temo sonar repetitivo con el asunto de las granjas, pero es lo único que conozco, así que es lo único de lo que puedo hablar sin sonar estúpido —Siento volver a hablar de eso, sólo que antes de él no tenía una buena vida... digamos que es como un padre para mí y un ejemplo a seguir— sonrío, intentando alivianar un poco el ambiente.
Debo seguir su juego, así que cuando suelta su siguiente pregunta, uno mis manos y la observo, con atención. Pero sólo es cuando menciona a mi compañera de distrito, la curiosidad se apodera —¿Anya?— no sabía que ella se había animado a hablar de nuestra amistad, aunque tampoco era un secreto. Sonrío antes de hablar y responder sus preguntas —También la considero una gran amiga y no tengo mucho de esos tampoco— agrego, para dejar en claro que mis amistades son pocas —El romance tampoco es algo fácil si trabajas la mayor parte de tiempo— no es algo que suelo buscar personalmente y nunca me había atraído alguien tanto como para animarme a tener algún tipo de relación —Realmente me preocupa morir y tener que dejar sólo al dueño de la granja, sólo me tiene a mí— respondo, con algo de tristeza que seguro se escucha en mi voz. Si soy sincero, tampoco quiero tener que matar a alguien, me parece algo muy cruel. Pero le debo tanto a esa persona que espero poder salir con vida para seguir ayudándolo. —Y le debo tanto que haré todo lo posible para no morir y recompensarle— Temo sonar repetitivo con el asunto de las granjas, pero es lo único que conozco, así que es lo único de lo que puedo hablar sin sonar estúpido —Siento volver a hablar de eso, sólo que antes de él no tenía una buena vida... digamos que es como un padre para mí y un ejemplo a seguir— sonrío, intentando alivianar un poco el ambiente.
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Entrevista del distrito 11
13.08.2471
Si no fuera por sus años de profesionalismo, Zirconia habría rodado los ojos ahí mismo ante la insistencia del muchacho por volver al anciano en lugar de adentrarse a otros temas más jugosos. Pero si esta noche le había enseñado algo era que podía esperar cualquier cosa de los tributos, desde historias que el público podía escuchar con avidez, hasta desafíos abiertos que probablemente no ayudaran en los próximos días.
— Eso es un sentimiento terriblemente noble, Nolan. Querer seguir adelante por alguien que te importa tanto... — Se llevó ambas manos al pecho, tratando de mostrarse compasiva en su favor e intentando que el público pudiera encontrar en su historia algo con lo cual sentirse de la misma forma. — Claro que los pájaros tienen que abandonar el nido en algún momento. Dinos, si pudieras hacer otra cosa en tu vida que no fuera trabajar en la granja ¿Hay algún otro interés que tengas? Sabemos que la capacidad la tienes, pero ¿qué otra cosa motiva a un humilde y compasivo muchacho como tú a seguir adelante?
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Entrevista del distrito 11
13.08.2471
Comprendo enseguida que mi insistencia puede resultar algo cansina, a pesar de que Zirconia no lo deja ver en ningún momento. Así que en cuanto suelta la siguiente pregunta pienso durante unos ligeros segundos sobre la respuesta, segundos que quizás me parecen eternos por todas las ideas que me dan vuelta en la cabeza.
—Nunca lo había pensado— respondo con total sinceridad para darme unos segundos más para pensar en una buena respuesta — Quizás hubiera estudiado para ser algún abogado o en la defensa civil— en realidad hubiera luchado contra el régimen que permita el esclavismo si soy sincero, pero decir eso abiertamente en una entrevista pública no creo que sea una buena idea. Después de todo sería como ir en contra del gobierno — ¿Cómo crees que me vería con el uniforme de auror?— quizás reclamar que quiero defender el país cuando todos piensan que tuve relación con los que provocaron montón de muertes, no es lo ideal. Tampoco puedo explicar que no es por eso que mi nombre apareció en la urna, sin embargo no es momento de preocuparme por eso.
—Nunca lo había pensado— respondo con total sinceridad para darme unos segundos más para pensar en una buena respuesta — Quizás hubiera estudiado para ser algún abogado o en la defensa civil— en realidad hubiera luchado contra el régimen que permita el esclavismo si soy sincero, pero decir eso abiertamente en una entrevista pública no creo que sea una buena idea. Después de todo sería como ir en contra del gobierno — ¿Cómo crees que me vería con el uniforme de auror?— quizás reclamar que quiero defender el país cuando todos piensan que tuve relación con los que provocaron montón de muertes, no es lo ideal. Tampoco puedo explicar que no es por eso que mi nombre apareció en la urna, sin embargo no es momento de preocuparme por eso.
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Entrevista del distrito 04
13.08.2471
— Esta será la última intervención de Zirconia para Nolan. Las tres preguntas han sido contestadas y, a partir de este momento, se pueden pasar a reclamar los 300 galeones que corresponden por completar la entrevista.
— Si quieren, pueden postear la salida del tributo del plató. Esto sería algo completamente opcional.
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