OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Lyra Pearson
Nombre completo Lyra Eden Pearson Fecha de nacimiento 8 de marzo de 2450 Distrito 9 y 3/4 Rango Estudiante de Nobby Leach Raza Maga, sangre pura Face Claim Sydney Sweeney |
Historia
Lyra es el nombre de una constelación que representa la lira de Orfeo, de quien se dice que hacía una música tan encantadora que hasta los animales se detenían a escuchar. A la portadora del nombre todo le resultaría más poético si no fuera porque sus padres, en su momento, le confesaron que se llamaba así porque fue lo primero que vieron en el cielo tras echar el polvo en el jardín en el que la muchacha fue concebida. Hay razones de peso por las que la joven no puede pisar uno de los rincones del jardín de su casa en el Distrito 3, y no se las ha contado jamás a nadie, ni, por ahora, piensa hacerlo.
Su familia siempre afirmó ser de sangre pura, y ella, hasta hace algunos meses, nunca había tenido pruebas pero tampoco dudas, y tenía otras cosas en las que pensar que le interesaban más que su sangre. Era algo que, de más pequeña, siempre le había gustado poder decir, pero que ahora la incomoda bastante. Primero, porque sigue teniendo dudas sobre la pureza de su sangre. Segundo, porque intuye un trasfondo clasista en toda esa etiquetación, y no se siente cómoda. Además, ahora que ya no estudia en el Capitolio, siente que esa etiqueta le sobra.
Hablemos de Roger. ¿Cómo alguien con un nombre tan sencillo como ese pudo terminar saliendo con Lyra Eden? Ella, a día de hoy, todavía se lo pregunta. A sus tiernos catorce años, Lyra se enamoró perdidamente de un chico de su clase en el Royal, y él pareció estar contento con la idea. Cogerse la mano evolucionó a darse besos, darse besos a hacer más cosas, y a medida que avanzaban los cursos su relación iba avanzando también. Pero también lo hacían sus respectivos ideales políticos. Mientras Roger, con mansión en el Capitolio y padres de alto estatus trabajando en el Wizengamot, apostaba por la defensa de los magos y su superioridad respecto a los humanos y se jactaba de tener nuevos esclavos en casa, Lyra conocía más, a escondidas, a su prima, Amber Pearson, y su historia loca (porque es loca, seamos sinceras) hizo que la rubia empezara a plantearse muchas cosas.
Lo primero que hizo en ese despertar ideológico fue darse cuenta de que Roger era, en realidad, un auténtico capullo (que tampoco era algo que estuviera muy escondido y Lyra podría haberlo visto antes, sí, pero cada una a su ritmo, qué os voy a decir, a la chica le costaba). Su vida de pareja se basaba en una jerarquía y en una relación de poder nada sana. Abrir puertas, invitar a cenas, todo podía leerse como gestos de buena educación o de amor, pero Lyra los empezó a ver como lo que realmente eran: gestos de demostración de poder y de estatus, gestos con los que pretendía "cuidarla" y "tratarla como a una princesa". Y eso era la punta del iceberg. Porque en sus conversaciones, en cómo la trataba, en cómo le hablaba, había ahí una misoginia y un paternalismo extremo de trasfondo que empezó a crispar a Lyra, hasta que un día le plantó delante de todo el mundo en el patio del Royal y terminó con la cabeza alta, y con el casi aplauso de su mejor amiga en ese entonces, Ileana Jensen.
Cabe decir que también le plantó porque se dio cuenta de que no solamente le gustaban los hombres (spoiler: arriba se ha mencionado a la buena de Lea por algo), algo que no siempre había tenido asumido pero de lo que se dio cuenta cada vez más con la cercanía de su amiga. Bueno, "amiga". Porque para Lyra era bastante más que eso, al final. Los planes de Roger eran muy clásicos, muy antiguos. Quería casarse, tener hijos, tener esclavos, ser rico y exitoso. Menuda pereza. Ella quería mucho más que eso. Ella estaba empezando a sentir en sus venas el fuego de las ganas de revolución. Soñar en un mundo de paz y equilibrio, pensar en todo lo que había hablado con su prima, ese era su objetivo en la vida.
Mientras cursaba en el Royal entró a hacer prácticas en el Ministerio al mando de Riley Kavalier, experiencia que le sirvió, sobre todo, para dos cosas: la primera, aprender, aprender un montón. La segunda, darse cuenta de que no quería trabajar nunca más para el Ministerio. Guarda, eso sí, muy buen recuerdo de sus meses a las órdenes de Riley, y espera, en el fondo de su corazón, poder reencontrarse con él en algún momento e la vida.
Porque Lyra se fue. Se largó. Se esfumó. Podemos decirlo como queramos, pero abandonó su casa con poco más que una bolsa a sus espaldas y se mudó al distrito 9 con su prima. Allí ha empezado su nueva vida, encontrando un lugar en el que se siente más en casa que nunca. Viviendo en un entorno con gente mágica y gente no mágica, con criaturas, con su prima, con nuevos amigos. Siguiendo sus estudios, con un trabajo, sintiendo que está haciendo algo útil. Una podría pensar que todo eso sería ideal y precioso si no fuera porque están en guerra constante, pero... ¿Acaso hay algo más bonito que el fuego de la revolución?
Su familia siempre afirmó ser de sangre pura, y ella, hasta hace algunos meses, nunca había tenido pruebas pero tampoco dudas, y tenía otras cosas en las que pensar que le interesaban más que su sangre. Era algo que, de más pequeña, siempre le había gustado poder decir, pero que ahora la incomoda bastante. Primero, porque sigue teniendo dudas sobre la pureza de su sangre. Segundo, porque intuye un trasfondo clasista en toda esa etiquetación, y no se siente cómoda. Además, ahora que ya no estudia en el Capitolio, siente que esa etiqueta le sobra.
Hablemos de Roger. ¿Cómo alguien con un nombre tan sencillo como ese pudo terminar saliendo con Lyra Eden? Ella, a día de hoy, todavía se lo pregunta. A sus tiernos catorce años, Lyra se enamoró perdidamente de un chico de su clase en el Royal, y él pareció estar contento con la idea. Cogerse la mano evolucionó a darse besos, darse besos a hacer más cosas, y a medida que avanzaban los cursos su relación iba avanzando también. Pero también lo hacían sus respectivos ideales políticos. Mientras Roger, con mansión en el Capitolio y padres de alto estatus trabajando en el Wizengamot, apostaba por la defensa de los magos y su superioridad respecto a los humanos y se jactaba de tener nuevos esclavos en casa, Lyra conocía más, a escondidas, a su prima, Amber Pearson, y su historia loca (porque es loca, seamos sinceras) hizo que la rubia empezara a plantearse muchas cosas.
Lo primero que hizo en ese despertar ideológico fue darse cuenta de que Roger era, en realidad, un auténtico capullo (que tampoco era algo que estuviera muy escondido y Lyra podría haberlo visto antes, sí, pero cada una a su ritmo, qué os voy a decir, a la chica le costaba). Su vida de pareja se basaba en una jerarquía y en una relación de poder nada sana. Abrir puertas, invitar a cenas, todo podía leerse como gestos de buena educación o de amor, pero Lyra los empezó a ver como lo que realmente eran: gestos de demostración de poder y de estatus, gestos con los que pretendía "cuidarla" y "tratarla como a una princesa". Y eso era la punta del iceberg. Porque en sus conversaciones, en cómo la trataba, en cómo le hablaba, había ahí una misoginia y un paternalismo extremo de trasfondo que empezó a crispar a Lyra, hasta que un día le plantó delante de todo el mundo en el patio del Royal y terminó con la cabeza alta, y con el casi aplauso de su mejor amiga en ese entonces, Ileana Jensen.
Cabe decir que también le plantó porque se dio cuenta de que no solamente le gustaban los hombres (spoiler: arriba se ha mencionado a la buena de Lea por algo), algo que no siempre había tenido asumido pero de lo que se dio cuenta cada vez más con la cercanía de su amiga. Bueno, "amiga". Porque para Lyra era bastante más que eso, al final. Los planes de Roger eran muy clásicos, muy antiguos. Quería casarse, tener hijos, tener esclavos, ser rico y exitoso. Menuda pereza. Ella quería mucho más que eso. Ella estaba empezando a sentir en sus venas el fuego de las ganas de revolución. Soñar en un mundo de paz y equilibrio, pensar en todo lo que había hablado con su prima, ese era su objetivo en la vida.
Mientras cursaba en el Royal entró a hacer prácticas en el Ministerio al mando de Riley Kavalier, experiencia que le sirvió, sobre todo, para dos cosas: la primera, aprender, aprender un montón. La segunda, darse cuenta de que no quería trabajar nunca más para el Ministerio. Guarda, eso sí, muy buen recuerdo de sus meses a las órdenes de Riley, y espera, en el fondo de su corazón, poder reencontrarse con él en algún momento e la vida.
Porque Lyra se fue. Se largó. Se esfumó. Podemos decirlo como queramos, pero abandonó su casa con poco más que una bolsa a sus espaldas y se mudó al distrito 9 con su prima. Allí ha empezado su nueva vida, encontrando un lugar en el que se siente más en casa que nunca. Viviendo en un entorno con gente mágica y gente no mágica, con criaturas, con su prima, con nuevos amigos. Siguiendo sus estudios, con un trabajo, sintiendo que está haciendo algo útil. Una podría pensar que todo eso sería ideal y precioso si no fuera porque están en guerra constante, pero... ¿Acaso hay algo más bonito que el fuego de la revolución?
Atributos Vitalidad 50 pts Fuerza 2 pts Destreza 9 pts Defensa 7 pts Agilidad 2 pts | Otros Datos • Le fascina la Alquimia hasta niveles insospechados y tiene muchas ganas de aprender más sobre ella. • Le cuesta mucho elegir. Estuvo una semana sin salir de casa cuando le preguntaron hacia dónde quería especializarse en la Academia del Distrito 9, dudando entre tecnología y hechicería. Terminó decantándose por tecnología porque sabe que le permitirá ser útil, y porque ya conoció desde dentro el departamento tecnológico del Ministerio y cree que eso puede venirle bien en el 9 para ayudar. Pero tiene pendientes algunas conversaciones para ver si le dejan tomar, además, asignaturas de hechicería. Al fin y al cabo, siempre fue alumna modelo. ¿Qué le impide seguir siéndolo ahora? • Revelar fotografías analógicas es uno de sus pasatiempos favoritos. En un oficio y una vida rodeada de tecnología pura, acudir a algo tan poco tangible le produce paz. • Siempre le gustaron los ordenadores, y sus padres están ambos metidos en la industria tecnológica. Lyra desmontó su primer ordenador cuando tenía seis años porque "quería ver qué había dentro", y desde entonces no paró con el tema. Y, pese a querer especializarse en eso, siempre ha adorado la fotografía. Especialmente la fotografía analógica, en la que ve algo especial, algo bonito. • Lo personal es político. Ese es su lema, que defiende a capa y espada. Le intriga mucho reflexionar, conversar y debatir sobre cómo afectan las relaciones personales en un movimiento militante y revolucionario. • Ni bebe alcohol ni fuma. Considera que el cuerpo es un templo y que no hay que ensuciarlo, y menos con productos que inhiben o distraen. Suele cocinarse su propia comida y se le da muy bien preparar platos sabrosos. Le gusta cocinar para gente y compartir, es generosa. Le gusta salir a correr por las mañanas y hacer ejercicio. Realmente es una persona con mucha energía dentro, de esas que tienen pequeños tics y movimientos constantes porque no saben por dónde sacarla. • Adora la playa pero no se le da muy bien nadar. Es más de quedarse en la orilla y dejar que las olas le mojen el cuerpo que de adentrarse y bucear. Tiene pendiente aprender a nadar bien. Ahora, en el nueve, practica en los lagos y cada vez se le da mejor. • Tiene varita desde que entró al Royal, fue un regalo de sus padres y la cuida como si le fuera la vida en ella. • Una de las cosas que más mala leche le saca es ver que el Ministerio es un puro festival de salchichas. Le gustaría que hubiera más mujeres en altos cargos. • Es combativa y puede ser algo impertinente. Fiel a sus ideales, los defendería hasta la muerte. • Es bisexual y bilateral, algo que le hace mucha gracia por la combinación de palabras. Chao. |
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