Cada veinticinco de Mayo marca dos aniversarios importantes en el calendario de los Helmuth, y mientras que siempre celebran el cumpleaños de Oliver con alegría y risas, es imposible que no recuerden con cariño a la madre de éste, quien perdió la vida pocas horas después de que el pequeño bebé llegase al mundo. Pese a que no pudo pasar más que unos pocos minutos con su progenitora, jamás tuvo ningún tipo de carencia afectiva ya que su padre y sus tías se encargaron de cubrir cualquier tipo de rol que necesitase.

Inquieto pero carismático, inteligente pero despistado, la vida de Oliver no tiene más contradicciones que aquellas que marcan pequeños rasgos de su personalidad. Es un deportista nato y, aunque no quiera seguir el mismo camino de su padre, también le gusta bastante la salud, o al menos el poder ayudar a la gente.

Los eventos que han pasado en las últimas semanas lo llevaron a preocuparse más de la cuenta y, aunque tuvo el apoyo necesario, el atentado al ministerio y el secuestro de su padre le afectaron más de lo que deja entrever.

Decidió seguir la especialidad de educación y lleva varios meses en algo con Maeve Davies. A fin de cuentas él la considera su novia, es solo la negativa de la muchacha lo que hace que evite usar ese título.