TEMAS
Pero volvamos al presente, a lo que importa y eso es que me estoy congelando el culo. Nos refugiamos de las miradas ajenas en la oscuridad de la noche y menos mal que no me interesa demasiado el verme bien en un momento como este, porque los lentes de visión nocturna que nos ha otorgado el ministerio nos hace lucir como insectos de tamaño mutante. Los bosques que rodean los campos del nueve están repletos de escarcha, la nieve solamente se luce como restos sobre los arbustos y troncos y, aún así, el único calor que poseo conmigo es el de la adrenalina. Me he pasado por el culo un par de indicaciones, porque mis compañeros son unos inútiles y he conseguido traer a dos personas en las cuales confío un poco más. Una de ellas es Alecto y la otra, por extraño que suene para el resto, es Lexa.
Apenas muevo la rama, tratando de enfocar las luces lejanas que sobresalen en el campo abierto. Estamos lejos, pero estoy seguro de que es uno de los puestos de vigilancia que han puesto en los límites del distrito, lo que significa que estamos cerca de los campos de protección que han levantado — Tiene que haber un punto débil — insisto, como si fuese una conversación que ya estábamos teniendo, cuando en realidad he estado callado un buen rato — Siempre hay uno — sino, no se explica como nos han jodido tantas veces.


Llevo puesto uno de los uniformes que protegen del frío, además de la nieve y posible mojadura por lluvia, es una tela tan fina que sorprende que pueda hacer el trabajo de mantener el calor, pero lo cierto es que las prendas de última tecnología son de lo mejor que se puede encontrar en el capitolio estos días. Por eso no me importa tanto el haberme tirado sobre uno de los matorrales del bosque donde nos encontramos con Percy y Alexa. Sí, mi cara debió ser un completo poema al tener que hacer esto con los tortolitos del escuadrón, que todo el mundo en la base sabe que estaban por casarse, hasta que Perce decidió ponerle los cuernos con otra. La noche definitivamente pinta bien.
Estoy siguiendo a uno de los que parecen encargados del turno de vigilancia cuando escucho las palabras de Percy, esas que me hacen girar la cabeza hacia él y levantar un poco el mentón a causa de estar en alturas diferentes. Apuesto a que tengo que parecer una mosca mirándole con estas gafas. — ¿Y qué es lo que sugieres? Estamos tratando con magia, esto no es como si fuera un campo electromagnético que los resguarde, los hechizos de protección no funcionan como la electricidad. — si fuera así sería muchísimo más fácil el penetrar, pero ahora contamos con un ejército de magos en el equipo contrario, juegan en nuestra misma línea y eso nos hace quedar cómo estúpidos.


Al menos podíamos hacer rondas de reconocimiento, y a diferencia de Rowling, confiaba en que los tres teníamos más de un cerebro y mucho más sentido común. O al menos Percy lo tenía al solicitarnos a nosotras como acompañantes y no a los demás incompetentes. Pese a cualquier historia que haya entre nosotros, primero que nada éramos profesionales.
- No debe ser solo magia si es que permiten ingresos regulados todos los días… - Que sí, los hechizos de protección eran evidentes, pero entre tanta guardia y el ingreso del tren… Debería haber un punto débil. - Además, se especula que el número de gente que tienen es menor al que quieren aparentar. Mantener este tipo de hechizos… Como mínimo hay que considerar como debilidad el factor humano. - Ya de qué nos serviría eso cuando todos estaban dentro… no tenía idea. Se supone que estamos hablando de la gente que permaneció escondida por quince años al cuando menos. Ahora simplemente estaban resguardados a simple vista.


— ¿Hay algún registro de los paquetes de importación y exportación que manejan? — pregunto repentinamente, me giro tan rápido que me olvido de sacar el aumento y me encuentro con la nariz de Alecto de un tamaño aterrador, tanto que me sobresalto hacia atrás al confundirla con un insecto — Tienes un moco, Alec. Aaaaahí…. — me permito el fastidiarla, estirando la mano para picar su nariz de manera molesta en un intento de adivinar lo que estoy haciendo por puro tacto — Tal vez no podamos meter personas… Pero sí cajas — al menos que las desaparezcan, lo cual tampoco me sorprendería. Toqueteo un poco más los botones, pero como aumentan y reducen la imagen sin dejarme ver con claridad, tironeo de las gafas hasta ponerlas por encima de mi frente. Mirarlas con mis propios ojos por un segundo, se siente como un soplo de aire fresco — Aunque más que entrar, el problema es sacar la información sin tener una maldición encima. ¿Creen que pueda filtrarse desde adentro mediante alguna laguna legal? — que soy listo, pero se me hace que ellos lo han sido más.


Me encojo de hombros, aunque no sea un gesto que se aprecie en la oscuridad y es por eso que alzo la voz no mucho después de darme cuenta. — No lo sé, si lo hay, habría que buscar la forma de conseguirlos. — lo cual, no debería ser muy difícil, pero aun así me atrevo a esbozar una sonrisa socarrona. — ¿Por qué? ¿Es que quieres meterte dentro de un barril de cerveza para colarte dentro? — no estoy más que bromeando, algo un poco inusual por mi parte, vuelvo un poco más a mi ser cuando siento su mano en mi nariz y la tengo que apartar de un manotazo si no es que quiera que le muerda el dedo. — A veces me pregunto que cuántos años tienes, edad mental, no cronológica. — me burlo, torciendo mis labios en una curvatura. Imito su comportamiento al quitarme las gafas nocturnas, un descanso para mis ojos que, a pesar de ver con mayor amplitud, se estaban cansando de la impresión. — ¿Laguna legal? Estamos hablando con gente que se pasa las leyes por el forro, si hay algo que no tendríamos que tener en cuenta dentro de su territorio, es su legalidad. — bufo.


No podían ser tan listos, no había forma de que hubieran pensado en todas las alternativas; es ahí donde teníamos que preocuparnos nosotros. Ignoro las infantilidades de Perce y trato de centrarme en la discusión que están llevando. - No legales, legales sino… Sabemos que quien trate de hablar la pasará igual que a Rowling, pero qué pasa con escribir, con… no sé ¿lenguaje de señas? ¿Si no te hacen el control al ingresar, su protección sirve de la misma manera? - Demasiadas variantes como para poder contemplarlas a todas. O bueno, no teníamos a tanta gente que nos permitieran sacrificar. - Esto es tedioso. Para poder de verdad averiguar esas cosas hace falta tiempo y gente descartable. Cosas con las que no contamos. - Para cuando logro quitarme las gafas ellos ya han hecho lo mismo, y pese a que me gustaría relajarme, no logro quitarme la sensación de la espalda que no conseguiremos nada si seguimos aquí.


Me pongo bizco ante mi acusación de madurez, tomándolo con toda la gracia que puedo poseer en un momento como este, mientras Alexa sigue mi corriente sin sorprenderme en lo absoluto — El problema no está en cómo pases la información, sino que la misma salga del distrito. ¿Saben que una mujer quiso contarle a su madre algunos detalles del distrito y acabó en el hospital, a pesar de estar enviando un mensaje de texto? — pregunto, aunque no he hablado con la susodicha, así que tengo que dejarme llevar por los rumores — Quizá deberíamos seguir recorriendo el perímetro, chequear con exactitud cuántos puestos de vigilancia tienen consigo y averiguar si existen cámaras entre los árboles. Ningún sistema es perfecto. El primero que encuentra una pista, invita las cervezas mañana — si para entonces podemos regresar sin congelarnos.


No, la verdad es que no lo sabía, pero tiene sentido si consideramos que deben tener al menos una persona que controle de tecnología, sino no se explica cómo pudieron desbloquear la seguridad del distrito nueve sin que saltaran las alarmas. — Qué aburrido, Donnadieu, esperaba algo más atrevido que buscar cámaras entre los árboles de tu parte. — digo en un murmullo que declara que me siento un poco decepcionada con su persona, a pesar de que no le doy mucha más bola. — Pero si eso es lo que quieren hacer por el resto de la noche… — bueno, tampoco es como si pudiéramos hacer otra cosa estando de servicio, que nos han mandado aquí por una buena razón y al paso que vamos regresaremos con la misma información que los últimos palurdos que estuvieron en nuestro lugar.


- Es más tentador que seguir congelándonos mientras nos quedamos quietos, pero no quiero andar trepándome a ningún árbol. - Ya podía imaginar desde ahora las burlas de Percy si tenía que treparme como un mono y era algo que no estaba dispuesta a soportar. - ¿Quieren que nos dividamos? Si vamos juntos será más seguro, pero con lo inmenso del distrito me temo que no terminaremos hasta la semana entrante si es que tenemos que mantenernos de noche. - Medito al pensar en los puestos de vigilancia y las rondas que deberían mantener. -¿Creen que todos los que se encuentran en la seguridad del distrito trabajen de verdad para ellos? Aunque no podamos sacar información, tal vez algún trabajo interno… - Tentar a alguien para que se ponga en contra de ellos no debería ser muy complicado. Tenía entendido que mucha gente se había quedado en el distrito por falta de otras posibilidades.


Al menos, Alexa me hace la segunda y me pregunto si la razón por la cual salimos tanto tiempo, es que coincidimos en cosas como esta. Acomodo el cinto, allí donde aún sostengo la varita y sacudo la cabeza con convencimiento — No me parece bien arriesgarnos. No solo porque es de noche y hay nieve, sino también porque estamos muy cerca de ellos. Si encuentran a uno solo de nosotros… — no tienen fama de crueles, pero es mejor prevenir que curar. Me alejo del árbol que me mantenía seguro y doy algunos pasos, decidido a retomar la marcha en lo que vuelvo a colocarme los lentes — ¿Dices de colarnos dentro como trabajadores en su defensa? — pregunto — No creo que sean muy confiados al momento de tomar empleados que vienen del ministerio. ¿Alguien siquiera lo ha intentado? — que yo no lo he oído, pero me gustaría saberlo si ellas sí.


Será vigilancia de terreno, entonces. Me pongo en pie, sacudiéndome de la nieve que se ha pegado en mis ropas, esperándome hasta que sea el momento para volver a colocarme las gafas en lo que prescindo de ellas. — No que yo sepa, solo he escuchado del escuadrón de aurores que trató de internarse, pero por lo que parece no debieron de ser muy discretos. — no quiero caer en la estupidez, pero tiene hasta lógica que los del nueve encontraran su procedencia dudosa. — Pero volveríamos a estar en las mismas, de nada serviría trabajar para ellos si luego no puedes revelar nada de lo que pasa dentro. Lo suyo sería derribar primero sus defensas y luego tratar de moverse entre los suyos con el fin de averiguar lo que traman. — porque alguna manera habrá de sacar esa información sin que se te retuerza la lengua o te dejen como un vegetal, digo yo.


Me limpio las manos contra la tela del abrigo y trato de enderezarme para no quedar entumecida al momento de movernos. - ¿Entonces…? No quiero quedarme congelada toda la noche, así que mejor pongámonos en movimiento por favor. - Que la noche era larga, y si íbamos a hacer reconocimiento grupal, esto sería un trabajo de muchas horas y de varios días. ¿No podían haber tomado el distrito en verano? Trueno mi cuello con toda la delicadeza que puedo y sacudo mis ropas más por costumbre que por otra cosa.


|
|