TEMAS
— ¿Qué es lo que tenías en mente, tesoro? — esta manía mía de llamar a mis seres queridos por lo que son debería empezar a sacármela antes de que empiece a soltárselo a cualquiera, como… no sé, al presidente. Eso estaría muy fuera de lugar, pero claro, quitarme de esos apodos cariñosos sería como pedirle peras al olmo, cómo que no. — Si a mí me pides consejo, y desde mi más profunda ignorancia en cuentas económicas, creo que te saldría más rentable el apostar por algo pequeño de primeras. — que si no fuera por aconsejar, creo que no estaría aquí. Son pocas las veces que he pisado el distrito tres, aunque no es la primera vez que tengo contacto con tecnólogos de este lugar, dado que en el seis funcionamos bien con aquellos que se dedican a la invención desde un ámbito más científico, pero tengo que reconocer que no se ve tan mal como podría haber esperado recordar. Es un gran paso este el que quiere dar Riley, como persona de la que presumo conocer bien por todos los años bajo mi cuidado, creo no equivocarme al decir que es una decisión que ha meditado en más de una ocasión con la almohada, y aun así debe tener claro que esto es lo que quiere.


- Estaba pensando en algo similar al taller - ese en el que pasé gran parte de mi adolescencia y en donde aprendí las cosas manuales en las que los libros no podían ayudarme - Tengo mi laboratorio aquí - sigo intentando darle una palmada a mi bolso pero ni bien suelto una de las puntas del mapa, cae sobre mí sin poder hacer nada al respecto. Dejo de caminar y sigo hablando desde debajo del papel, rendido al respecto - Así que solo necesito algo que sirva de recepción y un sitio en donde poner algunas máquinas para comenzar... No muy grande, luego irá creciendo, estoy seguro de eso - al menos en voz alta seré absolutamente optimista. Guardo la esperanza de poder contratar a Lyra, armar un equipo joven con quien llevar al mundo aún más al futuro.
-Estuve pensando en llamar a la empresa B.C Industries... Por Blue Caterpillar - confieso con una mueca algo avergonzado mientras salgo de debajo del mapa, finalmente - Siempre me sentí identificado con esa criatura y viene de una historia muggle, así que creo que discretamente deja en claro mi postura con respecto a la fiebre del purismo que anda dando vuelta éstos días - la cual compartía hace no mucho pero hay límites que simplemente no puedo tolerar que se crucen - ¿Qué opinas?


Reanudamos el camino cuando pasa a tomar el mapa de nuevo, en mi tarea de escucharle hablar sobre su proyecto, chasco la lengua con cierta gracia por el nombre. — ¿Alicia en el país de las maravillas? Le conté esa historia varias veces a Lara cuando era más niña, creo que por eso salió con ideas tan alocadas. — bromeo, tomándome la libertad de hablar sobre estas cosas siendo que no tenemos a nadie cerca en estos alrededores. Los libros muggles siempre han sido algo de gusto en nuestra casa, una pérdida por la que tuvimos que lamentarnos tras el ascenso de los Niniadis, cuando las lecturas se volvieron prohibidas. — Me gusta, tiene cierto encanto, pero prométeme que no irá a más de eso, ¿si? — le pido, con una mirada que no aceptará otra respuesta de su parte, sabemos que no soy alguien a la que se le pueda llevar la contraria. — Están los mares muy revueltos ya de por sí, Riley, y me gusta tan poco como a ti, pero debes tener cuidado con lo que haces, no quiero que tu seguridad se vea perjudicada. Hoy día hasta los árboles tienen orejas, además de ojos. — el tono de mi voz se torna tan serio como cuando le doy el mismo discurso a mi hija.


- ¿Por culpa de Alicia? Por favor, Lara habría sido una mala influencia para la niña rubia - la contradigo rodando los ojos. Esa es otra prueba del contraste entre las crianzas que tuvimos, porque yo tuve que leer Alicia de una biblioteca ajena cuando aún nadie se había molestado en explicarme lo que eran las vocales o las consonantes, solo, como siempre y quizás por eso opté por ser el personaje menos conveniente de todos - Al menos no se subió a una seta a sumergirse en las drogas como yo lo hice en su momento - porque ya me puedo permitir bromear al respecto, así de lejos me siento de recaer.
Sonrío por su preocupación y asiento aunque de verdad no creo que sea algo por lo que yo deba preocuparme - Mi autoestima subió lo suficiente como para reconocer que soy bueno en mi trabajo... Pero no creo estar en el mapa de los que encargan de perseguir personas - en otras palabras, le importo un comino a los peces gordos así que una pequeña indirecta de mi parte no será nada - Estoy seguro que ni el señor ministro de justicia conoce mi nombre - agrego mirándola de reojo con todo el odio que guardo en mi interior, que no es mucho, pero sí suficiente.
Sigo caminando y me tomo unos segundos para pensar en el futuro si ésto sale bien - Sabes, mamá Mo - hace mucho que no la llamo así - Si consigo que la empresa funcione, creo que podría morir feliz... profesionalmente hablando - agrego rápido pues no es que quiera morirme mañana mismo - Suena a una buena última meta - continúo - Tú eres mayor... ¿Cómo sabes cuándo has alcanzado la cumbre y que estás feliz de quedarte allí?


Me río asintiendo con la cabeza por esa comparación, suspirando con cierto orgullo aplastado por todas esas veces que yo traté de serle una buena influencia a mi hija, solo para que tomara la de su padre e hiciera con la mía un paño arrugado. Al menos, esto de que sea madre parece que la está llevando más hacia mi terreno, así que debo permanecer contenta por estos tiempos que se vienen. — ¿Estás tan seguro de que no? Porque a mí no me engañáis, sé que fumabais sustancias extrañas, e ilegales, si me permites recalcar, cuando creíais que no iba a enterarme. — le recuerdo en un regaño que nos traslada a esas mismas épocas, aunque se trata de una advertencia divertida ahora que no puedo hacer nada al respecto. Conozco de las pasadas adicciones de Riley porque Lara misma estuvo muy preocupada por él, sentimiento que comparto porque para mí es como un hijo más, un miembro más de la familia.
Reconozco algo de rencor en esa forma que tiene de mencionar al hombre con que mi hija se va a a casar, no sé si hacia Hans en concreto, probablemente sea hacia todo su séquito, pero no puedo evitar curvar mis cejas por la mención. — No digas tonterías, estoy segura de que sí sabe quién eres, si no es por físico, al menos porque Lara te ha mencionado en algún momento. Eres importante para ella, dudo que se haya guardado esa clase de sentimientos solo por salir con un ministro. — vamos, que es mi hija, tiene la misma manía que yo de alardear sobre las personas de las que nos sentimos orgullosos. ¡Yo lo hago con ella todo el tiempo! — Y aun así, solo quiero que tengas cuidado, céntrate en lo que te tienes que centrar, la revolución puede seguir su lado del curso, pero no deseo que por sutiles intentos de cambio termines saliendo herido, ¿de acuerdo? — la mirada que le lanzo es cruda, de una persona seria que conoce bien cuales son los sacrificios que se hacen y las consecuencias que hay que sufrir cuando una persona decide luchar por sus propios medios lo que parece una causa perdida. Y es que en asuntos de política, prefiero no inmiscuirme.
Esa pregunta tan profunda sí me toma por sorpresa, tengo que obligarme a no reducir la marcha cuando seguimos caminando en una dirección que desconozco. Por suerte, creo tener una respuesta para esas dudas, trato de no sentirme demasiado dolida porque me acaba de llamar vieja, aunque la sonrisa que escapa por mis labios declara que no es precisamente eso lo que tengo en cuenta de sus palabras. — Para mí, todo lo que me importa, lo que me hace feliz, es mi familia. Si mi familia está bien, aunque yo no lo esté, sé que estarán ahí en cualquier momento de la vida, no importa si estás en la cumbre, en el punto más alto o en el más profundo pozo que se pueda excavar. La vida no se trata de eso, no puedes quedarte toda ella en un mismo punto, aunque suene lo ideal… no es así como funciona, las circunstancias cambian. Habrá momentos en los que sentirás que has llegado a la cima de todo, también tropezarás una, dos, varias veces y caerás un poquito, otros en los que no habrá muchos tumbos y solamente caminarás en línea recta. Lo importante es saber con quién decides seguir ese camino, si es solo, con tu familia, tal vez un amigo… Rodearse de las personas que nos quieren, para mí es eso lo que vale, donde me quiero quedar, allá donde estén, es donde yo estaré feliz. — sonrío, y sé que estoy hablando en sentido metafórico, pero quizá debería empezar a replantearme más seriamente lo de mudarme al distrito cuatro…


Negar que Lara me acompañaba con las drogas en la adolescencia no tendría sentido, Mo lo sabe todo y no ha habido consecuencias al respecto así que creo que también podemos habar abiertamente de eso - Pero ella ha sabido detenerse en el momento adecuado, se metió en problemas de otra forma - una que extrañamente trae más secuelas a largo plazo que años y años de quemar mis neuronas... No salí tan mal después de todo ¿Eh? Papá debe estar revolcándose en su tumba ¡Ja! Drogadicto pero con una vida, así aprenderá la sociedad a no rendirse con la gente.
Por respeto, controlo mis globos oculares para que no den una vuelta entera pues yo no estaría tan seguro de eso. Al abrirme del ministerio, creo que tardarán un par de semanas en olvidarse de mi rostro y quizás en un par de meses de mi existencia... Ni siquiera tendrán mi apellido en los productos así que solo me convertiré en el misterioso dueño de la empresa que quizás algún día alguien recuerde de haber cruzado por los pasillos - Mi intención haciendo ésto es alejarme de la revolución, no quiero estar ni de un lado ni del otro - ya perdí suficiente gente con las locuras de todos los bandos - Seré el ciudadano normal de Neopanem que se queje cuando el tránsito esté retrasado porque estalló una bomba en la quinta avenida. - claro que mi preocupación será que Kenna no se ponga en peligro, pero es su trabajo y debo respetarlo.
Escucho sus palabras como si fuesen la voz de la verdad sobre el universo. Diviso el edificio que estamos buscando en la calle de en frente así que me detengo, pero no la interrumpo. Tiene sentido lo que dice... Creo que ya he tropezado varias veces, estuve en lo más profundo del pozo así que sé a lo que se refiere. Pero tiene razón con que la vida no es solo éxito profesional, hay otras cosas que hace poco descubrí que también quiero - Me gustaría formar mi propia familia, hacerlo mejor que mi papá y criar a mis hijos con el amor que tú has criado a Lara - y a mí también ya que estamos de paso... Creo que voy a darle el gusto charlando de algo que ella espera, así que sonrío y la miro avergonzado - Amo a Kenna, me hace feliz y yo también a ella... Es... No creí que... - de verdad no sé que decir, solo sonrío como idiota - Si eso funciona, quiero compartirlo con ella - completo señalando por fin el edificio frente a nosotros. Uno pequeño, con paredes desgatadas, pero que es perfecto para empezar el proyecto.


Asiento de a una con la cabeza, conforme con la respuesta que me brinda y me asegura que no hará ninguna tontería por una causa que, por mucho que tenga que ver con nosotros, como él ya ha dicho, no estamos en la posición como para hacer un cambio grande. Es algo triste admitirlo, si Lawrence estuviera aquí probablemente me diría que ninguna causa está perdida, pero claro que no tuvo en cuenta que, de ser así, él seguiría estando a mi lado. — Que nos libren de tener que llegar a esos extremos, no sé como terminará todo lo que se avecina por venir, lo que sí tengo claro es que no tomaré riesgos innecesarios cuando hay una familia que cuidar. — lo mismo lo digo por él, por su negocio y por su brillante futuro si es que así lo busca, no es momento de realizar actos heroicos, sino de cuidarnos los unos a los otros.
Desconozco el momento en el que mi hija y Riley pasaron a ser dos personas con planes de futuro más allá de sus propias ambiciones. Los conozco a ambos y sé que, hace un año, habrían puesto sus metas por delante de cualquier otra cosa, cuando ahora sus intereses no podrían diferir más de las personas que fueron, que son también, pero que han aprendido a hacer un lado para construir unos pilares que, a mis ojos, son más estables que cualquier altruismo personal. — No sabes lo mucho que me alegra oír eso, Riley, estoy segura de que algún día, tendrás todo eso y más, más de lo que yo os pude dar. Por mucho tiempo creí que tanto tú como Lara tomaríais caminos muy distintos a los que os acercáis en el día de hoy, no necesariamente para mal, pero siempre pensé que debí haber hecho algo mal para que mi hija no quisiera tener hijos. — confieso, con él no me cuesta tanto hacerlo, por mucho que se parezca a Lara siguen teniendo aspectos de su carácter que difieren bastante. Es inevitable para mí sonreír con orgullo por como habla sobre la mujer de la que parece haberse enamorado, confiada en el pensamiento de que algunas personas simplemente necesitan un empujón de más para darse cuenta de lo que realmente quieren. — Si te hace feliz, si crees que has encontrado en ella la persona con la que quieres estar, si lo sientes dentro más que otra cosa, es entonces por lo que debes luchar, por ella y por ti también. — se me va a escapar una lagrimita al final de ver a mis dos niños creciendo y madurando, si es que terminarán por llenarme de nietos, estoy segura. Sigo su mirada hacia el edificio que él mismo está mirando, parece viejo, pero también del tamaño perfecto para comenzar su nueva vida si así lo quiere.


La guerra nos ha consumido desde siempre al punto que nos ha hecho creer que es imposible vivir una vida tranquila, pero creo que es el mismo pensamiento el que nos lo impide. Es una guerra eterna sin fin, siempre hay un bando intentando derribar al otro y si no comenzamos a vivir ahora mismo llegaremos a ancianos dándonos cuenta de que lo único que hicimos fue saltar de una pelea a la otra. No quiero eso, dudo que alguien lo quiera, personalmente ninguna causa vale mi vida ni la de las personas que amo - Creo que cuando inventé ésto pensaba en un sitio en donde meter a mis seres queridos y mantenerlos a salvo - comento sacando el cubo azul de mi bolso y dándole algunas vueltas - O dónde esconderme, una de dos - intento aligerar el tono de conversación. A decir verdad no lo recuerdo, estaba drogado la mayor parte del tiempo.
Vuelvo a guardar el cubo para tener la mano libre y poder guardar el maldito mapa mientras sonrío. La verdad es que nadie vio ésto venir... Siempre luchando por ser diferente a papá y aquí me encuentro, intentando convertirme en un hombre de negocios. Y Lara con una bebé que supo que quería cuando ya estaba en camino, así que no creo que cuente... Pero Tilly está aquí y si bien no me agrada lo que su nueva familia le ha hecho a sus principios, siempre estaré feliz de verla feliz - En mi defensa, nunca expresé en voz alta mis ganas de formar una familia porque jamás creí que alguien se enamoraría de mí - me defiendo con los hombros en alto - Y ahora... Mi novia tiene sangre de veela, es auror y ya vive conmigo... De haberlo dicho de adolescente todos habrían creído que la estaba inventando - ni yo mismo lo creería de no ser porque la veo todas las mañanas a mi lado cuando despierto.
-Y pelearé, no solo por ella y por mí, sino que también por tí... Sin tí jamás habría llegado a éste punto así que gracias, Mo - digo dándole un beso cariñoso en la mejilla y rodeándola con mi brazo para que juntos caminemos hacia el edificio que necesitará unas cuántas reparaciones - Quizás algún día se convierta en una empresa tan grande que me pueda dar el lujo de contratarte - bromeo con una sonrisa - De momento pondré anuncios para buscar aprendices y alguien que me ayude a pasar las normas de salubridad...


— No a todo el mundo le llega lo que espera temprano, a veces es cuestión tan solo de esperar al momento adecuado, el lugar correcto, para que todas esas cosas se alineen y podamos sentir que no podía haber ocurrido en otro instante. — pongo en palabras, pues yo soy la primera que hubiera creído que Riley y Lara se pasarían la vida dentro de sus respectivos talleres, ajenos a las otras oportunidades que pueden brindar la vida. — ¿¡Ya estáis viviendo juntos?! — me paro en seco, colocando mi brazo nuevamente sobre su cuerpo para frenar también sus pasos, antes de darme cuenta de que quizás esté exagerando un poco y retomo la marcha, aunque más despacio que antes. — Lo siento, lo siento, es que... estáis creciendo demasiado deprisa. — es una frase que repito varias veces al año, sino mensual, o quizás a diario. — Primero Lara, ahora tú... Siento que muchas cosas pasaron en poco tiempo y estoy tratando de asimilarlo. — reconozco, entre una risilla muy baja. Lara viviendo con un ministro, teniendo una hija con él, ¿en serio hablamos de la misma persona de hace un año? En ocasiones me pregunto si no será más que un sueño.
Me sonrío por ese beso en la mejilla, aunque no me freno en lo que nos acercamos al edificio, y le doy unas palmadas en la mejilla como suelo hacer ante esta clase de gesto, sintiéndome profundamente agradecida por ese coloquio. — No tienes que agradecerme nada, para eso está la familia. — no nos une la sangre, pero vamos, he criado a este chico tanto como he podido criar a Lara, prácticamente. — Yo te prestaría mis servicios siempre que quisieras, el trabajo en el ministerio en ocasiones puede volverse demasiado monótono... — es por eso que muchas veces me tienen que dar un toque cuando me da por hacer el proyecto a mi manera y darle un toque personal, ¡pero no me convirtieron en una de las mecánicas más prometedoras por seguir las normas!


Se me escapa una pequeña carcajada pues soy conciente de que si hubiésemos comenzado con citas y los demás pasos que llevan las relaciones normales, sería un poco pronto para vivir juntos... Pero nuestro caso fue particular - Vivimos juntos desde antes de ser pareja - comento aún entre risas - Cuando me mudé al Capitolio tenía un par de habitaciones de más y ella necesitaba un sitio en dónde vivir así que comenzamos a compartir... Luego las cosas fueron avanzando y, bueno, ya estábamos ahí - termino de explicar. La dinámica entre ambos es maravillosa y Amanita agradece no tener que ser la única en asegurarse de que no me salteé ninguna comida.
- Pasaron muchas cosas en los últimos años... Pero creo que ha valido la pena el tsunami emocional - no me gustaría volver a ser quien era antes de todo ésto... La soledad, las ideas frustradas, cosas que no extraño para nada. Ha pasado mucho desde que era un científico adicto viviendo en un departamento del distrito 3, he perdido gente, he aprendido cosas nuevas... A vivir es una de ellas.
Tengo que contener un salto de emoción cuando escucho su respuesta pues Mo ha sido mi primera instructora con respecto a asuntos de mecánica, el taller de los Scott-Meyer fue donde aprendí las cosas básicas que me ayudarían con mi profesión más tarde - Entonces, si tengo tu bendición, tengo que hacer una llamada para confirmar la compra - digo animado con una sonrisa que no entra en mi rostro - ¡BC Industries está en marcha!


|
|