VERANO de 247521 de Junio — 20 de Septiembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Sala Común de Ravenclaw
La entrada a la sala común se encuentra en la parte superior de una escalera de caracol, y es una puerta sin pomo de una puerta o cerradura, con una aldaba de bronce en forma de un águila. Con el fin de entrar en la sala, una persona debe responder a una adivinanza planteada por el llamador de águila, y si responde incorrectamente, debe esperar a que alguien que lo haga bien.
La Sala Común de Ravenclaw es una de las habitaciones más aereadas en Hogwarts. Es una amplia sala circular con una alfombra azul medianoche, ventanas de arco adornado con suave seda azul y bronce, y un techo abovedado pintado con estrellas. Durante el día, los estudiantes de Ravenclaw tienen una excelente vista de los terrenos de la escuela, incluyendo el Lago Negro, el Bosque Prohibido, el campo de Quidditch, los jardines de Herbología y las montañas circundantes. La habitación está equipada con mesas, sillas, estanterías y, y por la puerta que conduce a la dormitiories se encuentra una estatua de Rowena Ravenclaw de mármol blanco. De acuerdo con el Prefecto Robert Hilliard, el sonido del viento silbando alrededor de las ventanas de la torre es muy relajante, mientras se duerme.
La Sala Común de Ravenclaw es una de las habitaciones más aereadas en Hogwarts. Es una amplia sala circular con una alfombra azul medianoche, ventanas de arco adornado con suave seda azul y bronce, y un techo abovedado pintado con estrellas. Durante el día, los estudiantes de Ravenclaw tienen una excelente vista de los terrenos de la escuela, incluyendo el Lago Negro, el Bosque Prohibido, el campo de Quidditch, los jardines de Herbología y las montañas circundantes. La habitación está equipada con mesas, sillas, estanterías y, y por la puerta que conduce a la dormitiories se encuentra una estatua de Rowena Ravenclaw de mármol blanco. De acuerdo con el Prefecto Robert Hilliard, el sonido del viento silbando alrededor de las ventanas de la torre es muy relajante, mientras se duerme.
Torre de Ravenclaw - Séptimo piso, lado oeste
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Con Kenna Richards
Haber respondido el acertijo de la puerta en el estado en el que estoy es un logro maravilloso. Aunque quizás por mi falta de conciencia es que me resultó tan sencillo arribar a una conclusión para la que hacía falta dejar de lado todo conocimiento y aferrarse a la lógica confusa. En fin... Ya estoy en la tranquilidad de la sala común, la cual está vacía gracias a que todos andan corriendo disfrazados por ahí y en fiestas a las que no tengo ningún interés en acudir.
Mezclar felix felices y amortentia puede que haya sido una de las mejores ideas de la vida, estoy feliz y flotando sobre una nube mágica de arcoiris, una a la que ni siquiera los hongos han logrado elevarme. Lo triste es que probablemente no recuerde todo esto, puedo sentirlo pues pareciera que la realidad solo dura unos segundos en mi cabza antes de esfumarse.
Me recuesto en el sillón y doy un trago más antes de cerrar los ojos. Al demonio halloween ¿Quién necesita llenarse de dulces con muchas personas siendo que puedo estar aquí? Además... Ni siquiera tengo un gran número de amigos con quienes disfrutar.
A puerta se abre una vez más y veo como Kenna se abre paso por la habitación. Le dedico una sonrisa y la invito a sentarse conmigo... Creo que el amortentia estaba programado para enamorarme de ella, no lo recuerdo, pero es una curiosa coincidencia.
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Con Riley Kavalier
El repiqueteo constante de las botellas en la bolsa que llevo colgada del hombro me está poniendo nerviosa. Por suerte hay poca gente por los pasillos, la mayoría estarán festejando Halloween. A mí me parece una redundancia, en este lugar es Halloween cada puto día del año, pero no seré yo quien le quite la ilusión a nadie. Y menos cuando su fiesta significa mi tranquilidad.
Cuando llego a la puerta, el acertijo me pilla por sorpresa. Mucho. Porque los recipientes que llevo en la bolsa están un poco empezados, ya por decirlo de alguna forma. Tenía que probar la mercancía antes de traerla, asegurarme que era buena. Y joder si lo era. Me cuesta tres intentos acertar, y cuando finalmente lo hago entro a la sala común enseñándole el dedo del medio a la entrada.
Pero dentro está Riley, lo que me alegra. Voy hacia donde está, con una sonrisa en los labios. Me siento a su lado y sonrío, abriendo la bolsa —Vodka. Tequila. Ron. Aguardiente. Un licor que he encontrado que le llaman Aliento de fuego— sonrío, dejando las botellas encima de una mesa que queda frente al sofá. Me tumbo al lado de Riley con una sonrisa —He engañado a los elfos domésticos de la cocina. Les he dicho que necesitaba bebidas con alcohol para un experimento para Pociones. Y me han ofrecido todo el alcohol que tenían. Mucha variedad. Mucha. Claro, lo he tenido que probar todo para ver qué era lo mejor. He traído una selección— le cuento, con una sonrisa llena de orgullo.
Comienza a enumerar bebidas pero solo puedo concentrarme en como se mueven sus labios armoniosamente al pronunciar aquello que nos hará perder la conciencia dentro de poco. Sip, definitivamente el amortentia estaba programado para enamorarme de ella porque lo único en lo que puedo pensar es en meter el pecho en mi corazón lleno de felicidad y entregárselo para que ella pueda tener todo junto - Me disculpo por las cosas que pueda llegar a decir, bebí feliz y amortentia - le explico con los ojos medio idos pero de todas formas le entrego las botellitas para que pruebe un poco, la última claro que no tiene el ADN de nadie.
- La gente dice que los Ravenclaws somos unos cerebritos... Todo depende de para qué uses la inteligencia - comento dejando caer mi cabeza contra el respaldo del sofá. Ha sudo una maniobra inteligente la suya, aunque esos elfos no debían estar muy despiertos - Quiero un poco de Ron... Pero vamos, que me siento en desventaja aquí - estoy mucho más ido que ella y la verdad que el amortentia no ayuda para nada - Por cierto... Te amo mucho - murmuro acurrucándome a su lado para abrazarla, oh que bello es esto.
- La gente dice que los Ravenclaws somos unos cerebritos... Todo depende de para qué uses la inteligencia - comento dejando caer mi cabeza contra el respaldo del sofá. Ha sudo una maniobra inteligente la suya, aunque esos elfos no debían estar muy despiertos - Quiero un poco de Ron... Pero vamos, que me siento en desventaja aquí - estoy mucho más ido que ella y la verdad que el amortentia no ayuda para nada - Por cierto... Te amo mucho - murmuro acurrucándome a su lado para abrazarla, oh que bello es esto.
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Con Riley Kavalier
Le dedico una sonrisa traviesa cuando me habla de la mezcla que ha realizado y tomo las botellitas que me da, analizandolas con la mirada —¿Has mezclado esto? ¿Sin esperarme?— bromeo. Abro el primero, el del felix felicis, y lo huelo. Luego me bebo un pequeño trago, sonriendo, y le devuelvo el frasco. Miro el otro, curiosa —¿Y de quién me voy a enamorar con esta amortentia? ¿De ti?— me guiño un ojo, juguetona.
Me levanto y voy hacia un armario. Saco dos vasos para servirnos el alcohol —Oh, podemos utilizar el ingenio para muchas cosas. Para robar pociones. Para engañar a los elfos de la cocina. Para muchas cosas— sonrío. Me siento a su lado con una sonrisa i correspondo a su abrazo, cariñosa. Me río con lo que dice —¿Es por la amortentia? ¿O me amas de por sí?— bromeo. Le sirvo el ron y le doy el vaso, alegre, y luego me pongo yo un vaso de licor.
Acerco el vaso a mis labios y doy un trago. Me quema en la garganta, pero me encanta. Y me encanta la sensación del licor mezclada con la sensación de la poción. Y si me bebo la amortentia ya será impresionante.
Me encojo de hombros porque ya no puedo recordar por qué hice tal mezcla en primer lugar. Supongo que pensé cuales son las dos emociones más lindas del universo y me propuse sentirlas al mismo tiempo para pasar una noche del recuerdo. Y no me arrepiento, solo lamento que los ingredientes estén tan caros pues no hay forma de que mis padres costeen esas cosas. Una cosa son los hongos que puedo conseguirlos por mis propios medios en el bosque prohibido, pero las pociones elaboradas requieren de un distribuidor y con eso, de más capital - No sé de quién, pero sería bonito ser amado al menos por ésta noche - respondo con una sonrisa. Lástima que voy a olvidarlo todo... Lástima.
Siempre pensé que usaría mi ingenio para cosas como crear hechizos, artefactos y proyectos inimaginables del departamento de misterios pero ahora... Tengo una vida criminal por delante y no me había dado cuenta. Podría ser como esos villanos de los libros cuyos héroes admiran por los desafíos que les ponen. Pero hay un problema con todo eso y es que no quiero hacer el mal, así que no es posible - Limitémonos a las travesuras de adolescentes por el momento - sugiero con los ojos entrecerrados. No puedo dar rienda suelta a la imaginación porque ya no habrá vuelta atrás.
Tomo la bebida que me da y la bajo de un solo trago. No sé que efectos generará con las dos pociones en el organismo pero tengo a Kenna para que me lleve a la enfermería si algo ocurre - El amortentia no me deja notar la diferencia, solo sé que te amo - respondo lanzando un beso al aire pues no tengo fuerzas de acercarme a ella y vuelvo a servir un poco más de alcohol- ¿Ya ves qué genial es el felix felicis? Siento que podría caernos un meteorito ahora y no me importaría...
Siempre pensé que usaría mi ingenio para cosas como crear hechizos, artefactos y proyectos inimaginables del departamento de misterios pero ahora... Tengo una vida criminal por delante y no me había dado cuenta. Podría ser como esos villanos de los libros cuyos héroes admiran por los desafíos que les ponen. Pero hay un problema con todo eso y es que no quiero hacer el mal, así que no es posible - Limitémonos a las travesuras de adolescentes por el momento - sugiero con los ojos entrecerrados. No puedo dar rienda suelta a la imaginación porque ya no habrá vuelta atrás.
Tomo la bebida que me da y la bajo de un solo trago. No sé que efectos generará con las dos pociones en el organismo pero tengo a Kenna para que me lleve a la enfermería si algo ocurre - El amortentia no me deja notar la diferencia, solo sé que te amo - respondo lanzando un beso al aire pues no tengo fuerzas de acercarme a ella y vuelvo a servir un poco más de alcohol- ¿Ya ves qué genial es el felix felicis? Siento que podría caernos un meteorito ahora y no me importaría...
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Con Riley Kavalier
Le miro a los ojos con intensidad, buscando en su mirada el brillo que sé que tiene la mía, ese brillo causado por la embriaguez, por las sustancias, por todo aquello que nos aleja del mundo real —Ser amado por esta noche, ¿eh?— le digo, divertida, apoyando mi frente contra la suya, dejándome lleva por la sensación de que ahora mismo, pase lo que pase, nada puede salir mal —¿Solamente una noche? Yo creo que eres amado todas las noches del año, Riley— le digo, traviesa.
Pero me separo de él para terminarme el vaso del alcohol y, de paso, rellenarlo de nuevo. Le acaricio el pelo suavemente, percatándome luego de que su vaso también está terminado. Tomo la botella de ron y lleno de nuevo su vaso, fugaz, para que no tenga tiempo a decirme que no. Aunque creo que ahora mismo, en su estado de felicidad, tampoco me hubiera dicho que no.
Tranquila y a gusto me acomodo a su lado y vuelvo a observar la amortentia que todavía no me he tomado —Así... Qué, ¿lo programo para enamorarme de ti? ¿Quieres que lo haga? ¿O prefieres jugar a abandonarnos al azar?— le susurro, divertida, moviendo suavemente el frasco delante de sus ojos. Beso su mejilla y me acurruco en el sofá. No soy capaz de entender cómo hay gente que cree que esto está mal. Consumir este tipo de sustancias y pócimas te deja en el estado más cercano a la felicidad de lo que el humano conocerá jamás. ¿No podrían apreciar eso?
Con Kenna Richards
Ser amado por una noche... Suena a un buen título para una canción romántica, de esas que suenan en la radio de mamá mientras hace la cocina. Aunque creo haber escuchado una por las calles muggles que pueden aplicar perfectamente a la situación y para colmo Kenna se acerca a mí y me dice unas palabras tan bonitas que me dan ganas de besarla ahora mismo... Pero no encuentro sus labios ¿Por qué está todo tan deseacajado de la realidad? ¿Acaso ella me ama todos los días? Sé que Lara lo hace, es mi mejor amiga así que más le vale.
I wanna know what love is
I want you to show me
I wanna feel what love is
I know you can show me
Mi voz suena ronca pero suena bien de todas formas. Quizás debería considerar ser cantante si lo de ser inefable no funciona, ya soy adicto a las drogas y disfruto mucho del alcohol así que tengo todos los puntos a mi favor... Eso y el cabello sedoso pues no hay un solo cantante que se respete que no tenga brillo y suavidad.
Me da un beso en la mejilla y parece que el felix felices y el amortentia hacen su pico de efecto porque exploto de felicidad en mi interior. Con solo estar cerca de ella me alcanza así que esas pequeñas muestras de cariño me vuelven loco - ¿Me preguntas si quiero que te enamores de mí? - me acerco a ella para acurrucarme a su lado - Eso me haría la persona más feliz de la tierra, conseguiría fuegos artificiales para que todos los supieran... Te propondría casamiento a la orilla del lago y tendríamos tres hijos llamados Newton, Steve y Nicholas - ¿Por qué los tres varones? Podríamos tener una niña también - Sí, bebe porque estoy hablando demasiado y necesito que le sigas la corriente a mis delirios - agrego entre risas.
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Con Riley Kavalier
Escucho su voz cuando canta y, sin querer ni poder evitarlo, sonrío. Porque tiene una voz preciosa. Aunque creo que ahora mismo todo me parece precioso. Su voz, su pelo, el vaso de alcohol que tengo en la mano, los colores azules de la Sala Común, las sensaciones que, incansables, me recorren el cuerpo de arriba a abajo. Vacío mi vaso de alcohol otra vez y lo vuelvo a llenar, antes de que él se acurruque a mi lado, buscando el contacto. Un contacto que yo le doy encantada. Con el brazo libre rodeo sus hombros, manteniéndole cerca de mí.
Escucho lo que me dice en respuesta a mi pregunta. Y sonrío, con el alcohol despojándome de cualquier tipo de vergüenza, con el felix felicis convenciéndome de que todo saldrá perfecto... Y con la amortentia pidiéndome a gritos ser bebida. Cuando termina de nombrar los que parece que serán nuestros hijos, sé que debo hacerlo. Poniendo en práctica lo aprendido, demostrando el verdadero motivo por el que he terminado en Ravenclaw (que es que incluso en estados de ebriedad, ensoñación o alienación soy capaz de aplicar todos los conocimientos teóricos que alberga mi cabeza), programo la poción y me la bebo de un trago, notando su efecto casi de golpe en mi interior —Yo quiero una niña, también— le susurro, sonriendo. Le acaricio el pelo y vuelvo a beber algo de alcohol cuando me anima a hacerlo, argumentando que quiere que siga sus delirios. Pero yo ahora los estoy empezando a compartir.
Me muevo, haciendo que él se quede sentado en el sofá, y me siento encima de sus piernas, a horcajadas encima de él, de cara a él. Con actitud juguetona, pero también sintiéndome devota, sintiendo que las pociones y el alcohol me están transportando a un lugar demasiado bueno —Tus delirios son los míos, Riley— le susurro, acariciando la camisa de su uniforme —. Y ni te imaginas cuánto adoro que los compartamos— le guiño el ojo derecho, coqueta.
Con Kenna Richards
Una niña... Claro que tendríamos una niña también. Una que malcriaría tanto como fuera posible. Le construiría los mejores juguetes con madera, los encantaría para que fueran sus amigos los primeros años hasta que pudiese conseguir algunos reales. Solo espero que mis habilidades sociales no sean heredables, sino cualquier niño con mi sangre estaría perdido - Una niña también, la más pequeña así tendría a sus hermanos para que cuiden de ella - por un momento olvido que no se puede elegir el sexo de tus hijos - Y luego ella cuidará de ellos - porque así funciona, por alguna razón ellas siempre se vuelven más fuertes con el tiempo.
Cuando cambia de posición olvido los niños, olvido que estamos en la escuela, creo que incluso olvido mi nombre porque mi corazón empieza a latir tan fuerte que lo único que puedo escuchar es cómo golpetea contra mi pecho ¿Qué hace? ¿Está haciendo ésto porque de verdad me quiere? No puedo creerlo... Tengo a Kenna Richards sentada sobre mi regazo y diciendo cosas coquetas como si quiera que... que nosotros... ¡QUE BUEN DÍA PARA ESTAR VIVO!
Pero no estoy diciendo nada, tengo que decir algo porque pensará que no estoy interesado ¡Y sí lo estoy! ¡Por Merlín! - Ehh... - solo logro pronunciar pues mi boca parece no tener ganas de pronunciar todo lo que quiero decirle ahora mismo. Así que la observo de arriba a abajo y voy subiendo mis manos torpemente hasta que alcanzan su cadera. Creo que me va a dar un ataque cardíaco ahora mismo ¿Los adolescentes pueden morir de amor y...? ¿Qué es este sentimiento? No sé lo que es, pero pareciera una combustión espontanea en mi interior, más precisamente en mis pantalones.
- Quiero compartir todo contigo - digo al final sin apartar mis ojos de los suyos. De verdad no puedo creerlo, es como un sueño, uno del que no quiero despertar jamas - ¿Puedo besarte? - le pregunto algo nervioso ¿Qué ocurre con el efecto del alcohol? ¿No debería hacerme valiente? ¿Qué tal el felix felicis?
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Con Riley Kavalier
Por un momento, al ver que no reacciona, me da miedo haberme pasado y que me diga que no, que no le interesa nada de todo esto. Pero es un pensamiento estúpido. Es decir, claro que le interesa. Hemos bebido, hemos tomado poción de amor, hemos bebido suerte líquida y yo tengo sangre veela en las venas. Es un cóctel explosivo para cualquier adolescente que sienta un mínimo de atracción por las mujeres. Y, cuando sus manos alcanzan mis caderas, una sonrisa de victoria se abre paso entre mis labios.
Mamá ya me ha advertido alguna vez de cómo pueden afectar nuestros poderes a la gente normal. Nuestro atractivo. Y también me ha dicho muchas veces que es algo que no debo utilizar en contra de nadie. Pero yo no lo estoy usando a propósito. Y, aunque lo estuviera haciendo, es por el bien de ambos. Es decir, a Riley no se le ve nada enfadado con el hecho de que yo sea un poco veela, al contrario. Lo estamos pasando demasiado bien. Así que cuando me dice que quiere compartirlo todo conmigo, asiento con la cabeza —Suena genial. Yo también quiero— bebo un poco más de alcohol y luego dejo el vaso a un lado, centrando ambas manos en su cuerpo. En sus hombros, en su pecho, que acaricio levemente.
Porque me ha preguntado si puede besarme. Y yo noto un beso quemando en mis labios, gritando por ser compartido con él. Así que, antes de responderle con palabras, lo que hago es dedicarle una sonrisa juguetona. Me acomodo encima de él, le acaricio las mejillas y acerco mis labios a los suyos para, con ganas e influenciada por el alcohol, la mezcla de pociones y los sentimientos por lo que ha dicho, besarle. Besarle sin ningún tipo de vergüenza o pudor. Darle un beso de esos que te sacuden de pies a cabeza y te dejan con ganas de repetirlo cada segundo de tu existencia. Tras unos instantes, separo mis labios de los de él con un leve jadeo y sonrío —Puedes besarme— le susurro, divertida, concediéndole todo lo que quiera.
Con Kenna Richards
Que el corazón lata tan fuerte no puede ser natural, de no tener tantas pociones en mi cuerpo probablemente tendía miedo de que me agarre una arritmia o algo por el estilo pero ¡La verdad es que no importa! Podría morirme ahora mismo y lo haría con una sonrisa en el rostro porque ¿Cómo no iba a tener una sonrisa en el rostro si tengo a una chica con sangre de veela, inteligente, hermosa y super atlética con ganas de compartir todo conmigo? ¡Me he sacado la lotería! No la merezco, no la merezco... Debo estar soñando, no hay otra explicación.
Responde a mi pregunta de la mejor manera porque me besa directamente ahorrándome el estrés de pensar cómo comenzar a hacerlo. Todo se siente natural cuando lo hace, solo debo seguir lo que ella hace y disfrutar del vuelo en las nubes ¡Porque así se siente! Pero lamentablemente se aparta dejándome con ganas de más y una expresión en lo ojos que claramente lo muestran - Oh y voy a hacerlo, toda la noche - respondo rápido antes de volver a buscar sus labios.
Esta vez me permito un poco más, saco la camisa de su falda y subo mis manos hasta su cintura en donde encuentro su piel descubierta lo cual hace que todo eso que se estaba generando en mi pantalón, salga de control. Sé lo que quiero a continuación y tengo que recordarme mil veces que estamos en la sala común y cualquier persona podría entrar en este momento... Podría entrar un prefecto, pero no me interesa, podría entrar un profesor, pero tampoco me interesa, así que solo la aprieto contra mi cuerpo y llevo una de mis manos abajo para desabrochar los botones.
- Deberíamos... deberíamos ir a un lugar más privado - sugiero con una fuerza de voluntad que no sé de dónde saco - Rápido, por favor, que siento que voy a morir - soy honesto con una sonrisa y me empujo contra el sillón para conseguir impulso y levantarla conmigo.
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Hay una avidez de base en sus gestos, en sus besos, en su mirada, en la forma que tienen sus manos de apoderarse de mi cuerpo, que me vuelve completamente loca. Eso sumado a la ensoñación del alcohol, a la devoción de la Amortentia y a la sensación (y certeza) de que nada puede salir mal del Felix Felicis... Bueno. Estoy viviendo una completa fantasía. Por eso, cuando dice que piensa hacerlo toda la noche, no puedo hacer más que sonreír y pegar mi cuerpo al suyo todavía más —Eso espero, Kavalier— le susurro, ronroneando levemente.
Me divierte darme cuenta de que todas las ganas que transmiten sus gestos, su forma de empezar a despojarse de mi ropa y los besos que me da, se notan también bajo su pantalón. Y me gusta, ver que causo eso en él. Es una sensación de poder nueva. Que adoro, sinceramente. Sus dedos en mi piel despiertan una electricidad en mi cuerpo me enciende con sorprendente rapidez. Mientras él cuela sus manos por debajo de mi camisa, yo llevo las suyas a su pecho para empezar a desabrochar sus botones también, con unas ganas crecientes de ver lo que esconde su ropa, de verle a él, de tenerle.
Cuando propone de ir a un sitio más privado ladeo la cabeza. Honestamente, yo me quedaría aquí mismo y haría todo lo que me apetece hacer con él, sin importarme nada ni nadie. Además, tengo la sensación de que nada puede salir mal. Y tal vez con el Felix Felicis nadie nos pillaría. Pero también me apetece demasiado ir con él a algún lugar más tranquilo y poder hacer todo lo que nos apetezca sin los nervios ni la inquietud de que nos puedan pillar en cualquier momento. Le abro la camisa, habiendo terminado con todos los botones para cuando me levanta con él, y sonrío —Llévame a donde quieras— le susurro, con ganas acumuladas en mi cuerpo, y rodeo su cintura con ambas piernas, quedando pegada a su cuerpo mientras él me sujeta en brazos —Pero llévame ya, que me siento arder de ganas— le susurro al oído, juguetona, para luego bajar mis labios por su cuello y dejarle besos ahí, cariñosa, provocándole.
Me divierte darme cuenta de que todas las ganas que transmiten sus gestos, su forma de empezar a despojarse de mi ropa y los besos que me da, se notan también bajo su pantalón. Y me gusta, ver que causo eso en él. Es una sensación de poder nueva. Que adoro, sinceramente. Sus dedos en mi piel despiertan una electricidad en mi cuerpo me enciende con sorprendente rapidez. Mientras él cuela sus manos por debajo de mi camisa, yo llevo las suyas a su pecho para empezar a desabrochar sus botones también, con unas ganas crecientes de ver lo que esconde su ropa, de verle a él, de tenerle.
Cuando propone de ir a un sitio más privado ladeo la cabeza. Honestamente, yo me quedaría aquí mismo y haría todo lo que me apetece hacer con él, sin importarme nada ni nadie. Además, tengo la sensación de que nada puede salir mal. Y tal vez con el Felix Felicis nadie nos pillaría. Pero también me apetece demasiado ir con él a algún lugar más tranquilo y poder hacer todo lo que nos apetezca sin los nervios ni la inquietud de que nos puedan pillar en cualquier momento. Le abro la camisa, habiendo terminado con todos los botones para cuando me levanta con él, y sonrío —Llévame a donde quieras— le susurro, con ganas acumuladas en mi cuerpo, y rodeo su cintura con ambas piernas, quedando pegada a su cuerpo mientras él me sujeta en brazos —Pero llévame ya, que me siento arder de ganas— le susurro al oído, juguetona, para luego bajar mis labios por su cuello y dejarle besos ahí, cariñosa, provocándole.
Con Kenna Richards
Me sorprende tener la fuerza para caminar cuando al mismo tiempo siento que todo mi cuerpo está temblando. Me hace temblar con sus miradas en clase ¿Cómo se supone que debo reaccionar a ésto? ¿A sus piernas alrededor de mi cuerpo? ¿A sus besos en mi cuello? De verdad no me importa nada y me gustaría probar la suerte de la poción haciendo lo que queramos en la sala común toda la noche, pero también hay cuadros que no quiero que nos miren y la estatua juzgadora de Rowena Ravenclaw tampoco ayuda.
- Te llevaría a recorrer el universo si me lo pidieras, Kenna - respondo antes de volver a besarla y acomodar mis manos en su trasero para que no se caiga del agarre ¡Le estoy tocando el trasero! ¡A Kenna Richards! ¡Yo! Riley Kavalier de quince años, el nerd de la escuela, ese que todos piensan que lo único que puede hacer con su vida es estudiar y fumar hongos ¡Ja! ¡Desde la sala común para todos los bullies envidiosos!
Sin perder más tiempo nos saco de la parte central de la sala común y voy allá a donde no podrán molestarnos. La verdad es que no sé a quién se le ocurrió el diseño de Hogwarts, pero estoy seguro de que los rincones y tantos pasadizos especiales no fueron puestos de casualidad... Hasta podríamos ir a la sala de menesteres, pero para eso tendría que abandonar la torre y de verdad no creo poder aguantar tanto tiempo sin comenzar a hacer eso que ambos deseamos con tanta intensidad.
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