Septiembre, 68

El loft ya se encuentra completamente vacío. Allá donde estaba nuestro improvisado estudio ahora no es más que un cuarto separado con paneles sin nada que aislar. De no ser por las marcas en el piso sería imposible saber que alguna vez hubo una sala repleta de sillones y allá donde estuvieron los habitantes del distrito 14 ahora no es más que un rincón dentro de una enorme habitación que alguna vez llamamos hogar. Odio irme siendo que lo único en lo que podía pensar mientras estaba en prisión era en volver pero es lo mejor para todos, hora de poner el fidelio en otro sitio y comenzar de cero, re-inventarnos para ser mejores o al menos para yo serlo.

Me sobresalto al ver a Mimi detrás de mí pues creí que era la única que quedaba por marchar. No hemos tenido la oportunidad para hablar sobre lo sucedido pero creo que ya me siento lo suficientemente fuerte como para hacerlo al fin. Es algo que no puede quedar sin resolver en nuestras mentes pues no sería saludable para ninguna de las dos. Solo espero que también crea que fue un terrible error, sino no sé cómo demonios voy a afrontar esta conversación sintiéndome tan culpable.

-Ven aquí - pido tendiéndole la mano para tomar asiento en uno de los rincones, desde aquí se puede ver todo, todo lo que construimos y todo lo que cuidamos, quizás eso que necesitamos para justificar el haber tomado la decisión de hacer volar todo - Desde el momento en que vi las cenizas caer supe que habíamos hecho mal, quise morirme en ese mismo instante junto con los inocentes que eran aplastado por las rocas - comienzo estirando las piernas para cruzarlas una sobre la otra - No creo que la culpa vaya a desaparecer algún día...

No estoy segura del porqué, pero cuando termino de empacar las pocas pertenencias que poseo, siento que he cerrado toda una etapa de mi vida. Una que por fin deja a la Mimi adolescente de lado, y da paso a otra que todavía tengo que conocer. Me siento adulta, pero lejos de lo que hubiese creído hace unos años, esa no es una sensación que me gustase tener en estos momentos. No cuando la palabra “guerra” resonaba en cada rincón y nos obligaba a buscar refugio dentro del mismo campo de batalla.

Lo peor, es que en mi propia confusión me he retraído de manera tal que ni Lea ha sido capaz de llegar a mí. Es mi culpa, lo sé. Pero cada paso que doy se siente dudoso, y temo volver a errar cómo lo he hecho hace un par de semanas. Tal vez es por eso que rehuyo de Kenny cuando, en otra situación, habría buscado cobijo en sus brazos y consuelo en sus palabras dulces. Palabras que no escuchaba de su boca desde hace días, palabras cargadas de culpa y fracaso.

Tomo asiento con ella cuando me lo indica, pero luego… - ¿Sigues con eso? ¿Cuánto más quería castigarse? - Tú dices culpa, ¿pero sabes lo que es la impotencia absoluta? Es algo parecido al tener que ver como toda la gente que quieres se pone en peligro y aún así seguir estoica tratando de no perder la transmición. - Mi culpa no iba por el lado de las vidas que se perdieron esa noche. Mi culpa iba de la mano del no haber podido hacer una mierda cuando más lo necesitaban. - Hicimos mal, y a la larga vamos a pagar por eso. En el mientras… en el mientras lo único que quiero es poder asegurarme de que ustedes estén bien. Eso es todo.

Claro que sigo con eso y seguiré por quién sabe cuánto tiempo más. El Capitolio no permitirá que lo olvidemos rápido pues en cada rincón están nuestros rostros y en cada pantalla el recordatorio de lo ocurrido ¿Cómo olvidarlo de esa forma? A dónde quiera que vaya veo el su rostro, el del fracaso, y temo que aún cuando ya no quede evidencia física permanecerá en mi mente grabado a fuego - ¿Puedes culparme? - respondo más rápido que de costumbre, es un tema delicado y al parecer no podré tratarlo con la razón, sino que con sentimiento.

- Quizás impotencia para ti pero el que ninguno haya estado ese día es de las pocas cosas que me permite dormir en las noches - así al menos no estuvieron en peligro de ser capturados, así al menos no tuvieron que matar a alguien para poder vivir otro día, así al menos no vivieron experiencias traumáticas en la base porque si lo que me ocurrió le hubiese pasado a alguna de las chicas... Creo que ahí sí no podría perdonármelo nunca, yo ya estoy vieja y he vivido pero ellas... Ellas son sagradas.

Aun no comprendo si el haber mantenido la transmisión en realidad sirvió de algo. Quizá podríamos analizar el patrón de lucha de los aurores en base a los videos y así estar preparados para futuros enfrentamientos pero suena a algo que no deberíamos hacer, no es nuestro trabajo y no quiero que lo sea. Quizás podamos decirle a Benedict pues él tiene a los soldados, no nosotros.

- Tendrás que cuidarnos, no podemos salir así que dependemos de tí - bromeo pasando mi brazo por sus hombros para envolverla en un abrazo - En realidad no, ya nos las ingeniaremos para pasar desapercibidos ¿Se te ocurre algo?