No fue una sorpresa que los asientos estuvieran agotados. El morbo dentro de la ciudad del Capitolio generó un consumo masivo de los nuevos tributos. Se trataba de un espectáculo generado poco después de la toma del distrito uno, por lo que muchos estaban deseando ver el castigo empleado sobre una nueva tanda de rebeldes. De niños cuyas vidas podrían salvarse si los terroristas daban un paso al costado.

El escenario se iluminó con un espectáculo de luces llamativo e impactante. Los aplausos se elevaron en el estudio cuando la fabulosa Zirconia ingresó, vestida de puros brillos, al escenario. Solo estaba acompañada por dos sillones individuales de extrema comodidad, ubicados en el centro de la escena.

— ¡Bueno, bueno! — Exclamó de forma estridente. Su voz, amplificada mediante magia, retumbó por encima del público —. ¡Muy buenas noches, NeoPanem! Sabemos que están tan ansiosos como yo esta noche. ¡Tan solo miren la cantidad de público que tenemos! ¡A ver, háganse oír! — El estruendo, tal y como si fuera un recital, hizo vibrar el suelo. Zirconia parecía más que satisfecha —. Hay una enorme variedad de tributos para conocer. Están aquí porque se creen merecedores de su perdón, así que quizá puedan convencerlos. ¿Ustedes qué creen? — Algunos aplausos, algunos abucheos —. ¡Pues veamos qué tienen para darnos!

Los aplausos se fueron apagando tras despedir al muchacho del distrito cinco. Zirconia ya estaba de pie, lista para recibir a su siguiente invitada — El año pasado, el distrito seis fue una de las mayores decepciones — la mujer hizo un puchero con los labios que el público respondió con un pomposo lamento —, así que en verdad espero que las personas que vienen a continuación sean un poco más responsables. ¡Recibamos a Winter Bishop!

Había superado las pruebas y ahora llegaba esta incomoda entrevista con todos fingiendo que todo estaba bien y esa mujer insoportable y chillona.

Habia pasado la etapa del llanto y ahora solo quería gritar y golpear gente, tal vez escupirle en la cara Zirconia, eso seguro la ponia a gritar más. No pude evitar hacer una sonrisa al imaginarme todo, ojala pudiera compartir esto con Eli, pero sentía que habia sido una pesima amiga, en vez de buscarlo y compartir estos momentos de mierda juntos al menos me habia dedicado a lloriquear por los rincones. Solo esperaba que estuviera bien y al menos esto era su territorio asi que lo haria genial.

Ya era mi turno de entrar, asi que recogi el estúpido vestido chino que me habían seleccionado... Porque ojos rasgados era igual a persona de ascencia china y no habia otras opciones, y avence bajo la luz del reflector mientras me acercaba a Zirconia y fingía que no estaba molesta y frustrada, para nada, aunque no iba a sonreir.

- Hola - salude, la verdad ya sentía ganas de volver por donde vine, la luz, el griterío y las miradas eran demasiado.

Zirconia aplaudió a Winter con la misma efusión que el resto de los presentes. Su sonrisa estuvo intacta, incluso cuando había parpadeado más de lo normal —  Una chica encantadora, sin duda alguna —  algo en el tono de su voz arrebató algunas risitas entre el público —. Esperemos que su compañero entre con mejor cara. ¡Todos aplaudan al chico de los rulos más lindos, Frederick Booth!