No fue una sorpresa que los asientos estuvieran agotados. El morbo dentro de la ciudad del Capitolio generó un consumo masivo de los nuevos tributos. Se trataba de un espectáculo generado poco después de la toma del distrito uno, por lo que muchos estaban deseando ver el castigo empleado sobre una nueva tanda de rebeldes. De niños cuyas vidas podrían salvarse si los terroristas daban un paso al costado.

El escenario se iluminó con un espectáculo de luces llamativo e impactante. Los aplausos se elevaron en el estudio cuando la fabulosa Zirconia ingresó, vestida de puros brillos, al escenario. Solo estaba acompañada por dos sillones individuales de extrema comodidad, ubicados en el centro de la escena.

— ¡Bueno, bueno! — Exclamó de forma estridente. Su voz, amplificada mediante magia, retumbó por encima del público —. ¡Muy buenas noches, NeoPanem! Sabemos que están tan ansiosos como yo esta noche. ¡Tan solo miren la cantidad de público que tenemos! ¡A ver, háganse oír! — El estruendo, tal y como si fuera un recital, hizo vibrar el suelo. Zirconia parecía más que satisfecha —. Hay una enorme variedad de tributos para conocer. Están aquí porque se creen merecedores de su perdón, así que quizá puedan convencerlos. ¿Ustedes qué creen? — Algunos aplausos, algunos abucheos —. ¡Pues veamos qué tienen para darnos!

La tributo femenina del siete era una chica con voz de campanilla. A pesar de que la sonrisa de Zirconia no se evaporó en ningún momento, parecía bastante aliviada en el momento en que pudo librarse de ella — Vaya, eso fue interesante — se encogió de hombros de manera tal que el público soltó una risotada —. Solo esperemos que su compañero lo sea aún más…. ¡Bienvenido, Owen Cyrus! ¡Ven a la luz, quiero admirar esa mandíbula de cerca!

Owen realmente no sabía qué esperar, tenía la intención de quedarse adentro en un esfuerzo de demostrar lo desacuerdo que estaba con ser parte del circo que se estaba formando, pero claro que no se lo dejarían tan fácil, lo habían vestido con la ropa más cara y extravagante que había siquiera visto, o imaginado para ello, había observado de lejos las otras entrevistas, no se había sorprendido como algunos parecían más cómodos siendo parte del circo y otros les decían directo lo desacuerdo que estaban, Owen le gustaría ni siquiera levantarse, pero claro que había sido casi empujado hasta su sitio frente a todos, pero no podían obligarlo a hablar, ¿cierto?

Miró a la mujer que tenía enfrente con una mueca de desagrado y sorpresa que le despertaba, aquello era tan sorprendente y su forma de ser... perfecta para estar en la lista de las personas con quien no quería tener nada que ver, peor aún con sus comentarios tan extraños. Se cruzó de brazos demostrando su molestia, solo quería desaparecer.

La expresión del moreno hizo que Zirconia estire el rostro en una mueca de consternación algo exagerada. El público rió, en especial cuando ella sacudió la diestra como si estuviera frente a una situación picante.

— Parece que alguien no vino con buen humor el día de hoy — a pesar del tono divertido, Zirconia lo tomó como un caso perdido. Cyrus no había tenido un buen puntaje en el ránking y no parecía estar muy dispuesto a cooperar. Tal vez era un caso suicida, vaya a saber.

Se acomodó en el asiento antes de volver una vez más la vista en su dirección — ¿Este eres tú, Owen? ¿Eres un chico malo o solo intentas que todos compremos esa imagen de ti? Sé que es un estigma que a muchos les gusta. Venderías bien en alguna serie de televisión adolescente.