Nunca perteneció a una familia acomodada, pero las diversas conexiones de sus padres hicieron que, tras la caída de los Black, todos ellos empezaran a trabajar en la casa Hargreeves.

Earnest creció en ese ambiente, rodeado de los lujos propios del Distrito 1, pero nunca olvidando su lugar en la sociedad. Puede que tuviera un propósito, un sueño, ideas de futuro, pero todas estas se vieron opacadas en cuanto Daphne quedó embarazada de Calliope. Nunca dijo quién era el supuesto padre, pero su familia tenía sospechas de que era un nombre que les convenía ocultar. La confianza que año tras año habían forjado con la familia de Earnest fue motivo suficiente para que le ofrecieran la mano de Daphne en matrimonio.

Y ellos aceptaron. No solo por ayudar a la familia que les había dado trabajo, sino porque lo vieron como una oportunidad de ascender en la escala social y económica. Earnest tomó el apellido Hargreeves y ahí empezó todo.

La ceremonia fue discreta, manteniendo un perfil bajo que poco tenía que ver con los Hargreeves. Entre Daphne y Earnest no había amor, jamás lo hubo, pero él interpretó su papel a la perfección: los rumores se disiparon antes siquiera de salir a la luz, y todo el mundo creyó que la niña era suya. Aunque los problemas entre la supuesta pareja no tardaron en florecer, ya era demasiado tarde para cambiar algo del acuerdo: al fin y al cabo, ambos se beneficiaban de aquello: Calliope, aunque no tardó en saber que no era su padre biológico, creció teniendo una figura paterna y la familia de él siguió gozando de los beneficios que su nuevo estatus social les ofrecía.

Hijo de la hermana mayor de Daphne, nunca fue un niño especialmente extrovertido. Siempre prefirió quedarse en su mundo interior, tranquilo, alejado de todas las masas.

Aquello solo se magnificó cuando su madre murió a causa de la maldición que, desde generaciones atrás, acechaba a la familia. Se volvió taciturno, reservado y melancólico; completamente obsesionado con encontrar una cura para que nadie más tuviera que sufrir el destino fatal de su madre.

Actualmente, igual que el resto del mundo, desconoce que su prima padece la misma enfermedad. Los síntomas todavía son prematuros, nada por lo que preocuparse demasiado, pero están ahí, cada vez más presentes. ¿Y quién mejor para darse cuenta de lo que está pasando que alguien que vio de cerca cómo su madre pasaba por lo mismo?