Theodora tiene una historia que va al revés de la que muchos magos y brujas en NeoPanem conocen. Nació en el distrito tres en una familia unida y conservadora de muggles, hija de dos profesores de ciencias y tecnología de la zona y hermana menor de dos. Creció con la idea de que los magos eran peligrosos y que el mundo debía seguir un orden natural para eliminar los dones inhumanos que éstos poseían, de modo que por mucho tiempo ocultó y no quiso reconocer los estallidos de magia que brotaban de ella. Fue una infancia dura, el miedo a su propia condición la volvió una niña callada y fue gracias a su hermana mayor que pudo confesarle a alguien por lo que estaba atravesando, de modo que consiguió una confidente que la ayudaba a mantener un perfil bajo a pesar de las alarmas que se encendían en su mente: era un bicho raro y su familia ni nadie debía saberlo.

Su adolescencia no tuvo historias de rebeldía ni demasiados amoríos, se limitó a ver como muchos de sus compañeros fallecían en los juegos mágicos y la política, siendo sinceros, no le interesaba. Intentó sentirse más cercana a su familia y empezó a trabajar junto a su padre en la confección de armas tecnológicas, utilizadas normalmente por el gobierno en su lucha contra los rebeldes y los armados de la arena. No fue hasta una disputa familiar que su hermana delató absolutamente todo a sus progenitores, quienes le hicieron jurar que jamás abriría la boca ni mostraría señales de magia; con miedo de sí misma, Theodora les hizo caso, así como así. No parecía que la vida fuese a cambiar.

Lo que sí cambió fue el gobierno y con ello, el mundo de los Giacchino se fue cuesta abajo. Su hermana murió al resistirse y sus padres fueron llevados al mercado de esclavos; ella, por otro lado, se demostró bruja y su sangre impura la empujó al norte, donde sobrevivió haciendo tratos en el mercado negro. Fue parte de la mafia de Magnar Aminoff en el arreglo y tráfico de armas y, por una simple casualidad, también se volvió su amante. Tuvieron un hijo llamado Seamus, que heredó su apellido al no ser aceptado ni reconocido por el magnate. Fue por su trabajo también que conoció a Hermann Richter, oyendo sus historias, creyendo que quizá de esa manera, podría recuperar a sus padres, curar su propia enfermedad que no había deseado heredar de vaya a saber quien. Lo vio como su mejor chance, un modo de conseguir una vida normal para su familia.

Seamus murió producto de la viruela de dragón, sin ser capaces de costear o conseguir la medicina a causa de su vida precaria en el norte ni logrando la ayuda de un padre que jamás lo quiso. Aún así, la caída de Jamie Niniadis le permitió mudarse al distrito tres una vez más, allí donde se dedica una vez más a las mejoras mágicas de algunos artefactos tecnológicos. Muchos van a parar al ministerio, otros se filtran en dirección al norte.