ÍndiceÍndice  
  • Últimas imágenesÚltimas imágenes  
  • Quién es quién  
  • RegistrarseRegistrarse  
  • ConectarseConectarse  
  • The Mighty Fall
    ¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
    OTOÑO de 247421 de Septiembre — 20 de Diciembre


    ÚLTIMOS
    TEMAS
    Muggles & Squibs
    5000 G
    Extranjeros
    4000 G
    Miembros de Defensa
    5000 G
    Estudiantes
    4000 G
    Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

    Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

    ¿Qué ficha moverás?
    VISÍTANOS EN TUMBLRREVISA NUESTRAS BÚSQUEDAS Y NUESTRAS PROMOCIONES
    13.11Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
    07.11¿Quieren crearse un nuevo personaje? Aquí pueden encontrar las búsquedas de nuestros usuarios.
    03.11¡Concluyó la mini-trama! No olviden reclamar sus recompensas aquí.
    07.10¡Felices 11 años en línea! Gracias por todos estos años compartidos.
    01.10No olviden pasar por la cronología para enterarse de lo sucedido en el último año. También pasen por la actualización de la normativa.
    NOTICIAS
    IMPORTANTES

    Invitado
    Invitado
    Recuerdo del primer mensaje :

    Tengo que hacerme a la idea de que cada dos pasos que camine en las calles de este distrito, voy a toparme con alguna cara que está entre los buscados por el ministerio, sea por crímenes contra el Estado o también crímenes menores que a nadie en verdad le importa. No tengo que actuar con sospecha hacia ellos, algunos no son más que esclavos que al final gozan de su libertad y eso me provoca un cosquilleo extraño en los brazos, pintan un paisaje muy distinto al que conocía en el Capitolio o en la isla ministerial donde visitaba a mi hermano y su familia. El mundo ha girado 180º para mí, el invierno que está pisando en los talones se hace notar y también colabora con esta impresión de que todo está cambiando, que me encuentro un poco desorientado de a ratos.

    No lo suficiente como para no saber distinguir cuando tengo que apartar la vista de ciertas caras y a cuáles seguir mirando con repulsión. —No puedo creer que a bastardos que acosan a menores se les permita estar aquí— escupo nada más cruzarme con el hombre que acechaba a los chicos Helmuth, he visto hace un rato al viejo saliendo de una de las pocas tiendas que siguen atendiendo en el distrito y a este me lo encuentro al poner un pie en otra. —¿Lo saben?— pregunto, sin que lo piense dos veces, mi mano ya se está cerrando alrededor del brazo del hombre para retenerlo. —Porque no creas que me quedaré callado sin reportarte, dudo que quieran que este distrito se convierta en un nido de delincuentes— por no decir que su delito es el más repugnante.
    Anonymous
    Invitado
    Invitado
    Mi respuesta fácil es que estoy listo para hacerlo, esta vez no se trataría de ir tras nadie, de darle caza con lo cruda que es esta palabra cuando se trata de personas y lo real que se ha vuelto, sino de defender algo que considero lo suficientemente importante como para querer que se mantenga porque representa el único espacio que conozco libre de barreras para tantas personas que hasta el momento nos veíamos dentro de cajas cerradas, de las que no podías salirte, no parecía haber nada fuera de esa caja y sí lo había, esto, poder conversar con un tipo al que una vez le di un golpe sin preguntarle nada. Pero, contra mi propio deseo de evitarlo, termino pensando que mi hermano podría ser una de esas personas a las que tendría que enfrentarme, y entonces no, no lo haría. No lo hice, él tampoco lo hice.

    Y eso es también lo bueno de estar de este lado, porque en el otro, estaba obligado a atacar a Alice. De este lado no estoy obligado a atacar a Riorden, se trata de defender lo que tenemos, pero es tan distinto a la autoridad a la que antes tenía que responder, que aquí sí siento que puedo decir: «esto no lo haré». —Antes podía decir que asesinar a alguien estaba justificado por mi deber como empleado del ministerio— le contesto, mi voz un poco más baja que la suya, —estar de este lado y que mi consciencia esté por delante de mi deber es extrañamente reconfortante, porque me da la posibilidad de tratar de buscar otras opciones primero y asesinar a alguien sea la última— entonces lo recuerdo, tan claro, me golpea en la nuca, la imagen de esa mujer tirando el cuchillo y diciéndome que lo que quiere es paz. Si después de pasar por algo, en todo este contexto de peleas constantes, no logro plantearme que siempre habrá otras maneras, es porque mi cabeza es más dura que mi propio carácter.

    Es esperanzadora de la forma en la que habla, siento culpa por haber golpeado a un tipo que se nota ilusionado con esto, porque me hace ver que a todos los repudiados que despreciábamos en el norte eran personas anhelantes de un sitio como este y me da una punzada, dolorosa, al recordarme a alguien que ya no está. No tiene caso preguntárselo, sin embargo lo hago. —¿Alguna vez conociste a una mujer de apellido Yilmaz?— solo por si las dudas, estoy manoteando a la nada sentir la culpa de una injusticia que causé. Meneo mi cabeza después del momento de silencio que sigue a su pregunta sobre mi repentina despertar de la consciencia. —No, no sucedió que de un día para el otro lo blanco se volvió negro, descubrí que los malos eran los buenos, ni abrí los ojos a que tuviéramos despostas que nos decían que hacer. Lo cierto es— suspiro, —que lo sabía, sabía que había despostas de un lado, oportunistas del otro. De que asesinábamos de un lado, también del otro. Pero los míos y lo que teníamos estaba del lado en el que me encontraba, era un mundo realmente pequeño en el que me encontraba, con pocas personas… y sucedió que por estar tan dentro de ese mundo, otras personas quedaban fuera… personas que eran importantes— como Hanna y su madre, —o que se volvían importantes— como Alice. —Y como esas personas no encajan en el mundo en el que estás, rompes fronteras para estar con ellas y que sea posible pensar en un lugar— que idiotez pensar en lo mucho que deseé por momentos volver al refugio en Europa, —donde todos podamos estar, por eso me quedé en este distrito, me gustaría que fuera el lugar donde podamos estar.
    Anonymous
    Invitado
    Invitado
    Guardo silencio por unos largos segundos con el ceño fruncido, porque eso es algo con lo que no puedo sentirme identificado y realmente me cuesta ponerme en sus zapatos... Nunca obedecí a nadie, desde que era un adolescente rebelde hasta ahora que soy un adulto que se la ha pasado toda la vida escapando a las reglas. De haberme quedado en mi hogar supongo que lo habría sufrido de la peor manera: "No responder a los amos", "Tener la casa limpia antes de las siete", "No puedes enamorarte de personas con magia", "Eres inferior". Pero ninguna de esas reglas se asemeja a tener que hacer daño a alguien en nombre de un gobierno - Si te sirve de consuelo... El asesinato justificado por una causa es algo socialmente aceptable desde hace siglos y siglos- que los soldados siempre fueron aplaudidos a volver a casa, sin pensar en la cantidad de sangre que tuvieron en sus manos. Pero hubo treguas en las que ambos bandos compartieron cosas, sin importar la bandera que tenían en sus uniformes... Eso habla de que en realidad no se los puede considerar asesinos, sino las mayores víctimas - La guerra no es eterna, seguir viviendo con la conciencia limpia es mucho más sencillo sin importar quien gane - porque puede que nos quiten el distrito mañana y tengamos que volver al norte como ratas pero... Creo que lo mejor es disfrutar el momento.

    Su pregunta me toma por sorpresa, así que vuelvo a tomarme unos segundos intentando recordar. He conocido muchas personas a lo largo de los años y ninguno de ellos ha llegado a conocerme a mí, pero tengo un vago recuerdo - Puede ser, hace años... - murmuro confundido - ¿Asiática? - que incluso recuerdo haberla confundido con Kennedy en una ocasión, pero ella era más joven.

    Escucho su pequeño discurso de forma seria primero y luego se va formando una sonrisa en mi rostro hasta que termina de hablar y vuela una carcajada entre nosotros - Lo siento, lo siento - me disculpo haciendo fuerza con el abdomen para volver al aspecto serio de la charla ¡Que el hombre está siendo honesto! ¡No me le puedo reír en la cara! - Es que por un momento deseé tenerte de esposo, ya sabes, arriesgar todo para venir aquí en dónde se puede estar con la gente que importa... - comparto apartando la vista - Ojalá Sigrid tuviese ese poder de decisión - y decir eso es lo que me ayuda a apagar la risa casi de un segundo a otro. No sé cómo están las relaciones de Colin, si es que aún tienen esperanza, pero sé que la mía con mi exmujer está enterrada bajo diez metros de tierra... Lo romántico al menos ¿Pero no podríamos ser amigos por el bien de los niños? - ¿Quién iba a decir que un cazador invade casas tendría mi mismo punto de vista sobre la vida?
    Anonymous
    Invitado
    Invitado
    Está tratando de ¿hacerme sentir mejor? —Esta es una charla tan agradable para tenerla en un banco de la calle— murmuro para mí, lo suficientemente alto para que también me escuche, tuerzo un poco mi boca para hacerle saber que no sé si quiero seguir por ese lado de hablar que tan justificado está algo que es asesinato, aunque usemos otros nombres para quitarle parte del impacto que tiene la palabra en sí. Como mis planes de prestar seguridad en este distrito, volverá a colocarme en algún momento con esos dilemas, y aun con mi consciencia por delante, no sé si quiero adelantarme en pensamiento a todo lo que podría llegar a enfrentarme. Quiero darle una tregua a mi mente por un tiempo, por breve que sea, lo necesito para no enloquecer, bastante tiempo estuve a solas quebrantándome con pensamientos que no lograba callar. —¿Crees en eso?— y soy yo quien vuelve sobre el tema, —¿Crees en verdad como algunos al parecer lo hacen, de que podemos atravesar esta guerra con la conciencia limpia? ¿Qué conseguiremos excusar todos nuestros actos?— porque yo nunca me habría perdonado de matar a Alice, sin embargo mentiría si dijera que no hubiera sido capaz de hacerlo si la veía convencida de ello, no porque lo dijera explícitamente, sino porque se veía tan perdida y me dejé convencer por eso. No puedo jurar que esté libre de cometer otros actos semejantes, somos humanos al fin y al cabo.

    Muevo mi mentón en un asentimiento para darle la confirmación de que estamos hablando de la misma mujer. —Era la madre de mi hija, nos separamos siendo muy jóvenes y… pasaron diez años. Nunca me pregunté que había sido de ella, no hasta que tuve que hacerme cargo de Hanna y me di cuenta que su madre era desconocida para mí. Fue un terrible desencuentro, es confuso el que sea posible que personas que deberían estar juntas no hagan más que desencontrarse… que nos hayamos separado, que ella criara a Hanna, que muriera y Hanna quedara conmigo, irme…— otra bonita charla para tenerla en el banco de una calle, esta debe ser una versión distinta a la de sincerarte con un extraño en un bar, la confianza repentina sorprenda, aunque no tanto como para considerar la posibilidad de una boda. —No es que quiera defender a tu esposa— bueno, no, ella de hecho nos mintió en toda la cara diciendo que estaba muerto sin que le temblaran las pestañas. —Pero no es tan fácil dejarlo todo, y me dirás que hay gente que se ve obligada a eso, sí, las hay. Pero cuando te obligan, no tienes otra opción, no la tienes. Te quitan todo, algo externo decide sobre ti. Cuando no te obligan, sino cuando es decisión tuya, entre todo eso que te dice que te vayas y todo eso que te pide que te quedes, hay un sacrificio por hacer. Hacer ese sacrificio te desgarra, aunque lo mejor sea irse, aunque eso sea lo realmente liberador… tienes que desgarrar algo de ti— lo digo con sentimiento, —y lo que sea que cortaste te deja una herida abierta que sangra, por fuerte que te digas que eres, si quieres avanzar a partir de eso, lo haces con una herida sangrante a cuestas. Avanzas porque no queda de otra, más adelante la herida habrá cicatrizado o tal vez no. Pero en el momento de la decisión, cuando tienes el filo en tu mano y tienes que decidir qué sacrificar, créeme, nunca es una decisión fácil como se puede ver desde afuera.
    Anonymous
    Invitado
    Invitado
    -Al menos no la estamos teniendo en la fila del mercado - remarco con las cejas en alto. Aunque sí, puede que sea un lugar poco común para hablar de éstas cosas, lo que no quiere decir que esté mal pues al menos yo me la he pasado teniendo conversaciones serias en departamentos secretos, callejones oscuros y sucios e incluso en hoyos bajo la tierra ¿No me toca ahora hablar bajo la luz del sol con las personas que pasan por la calle como testigos? Es un buen cambio aunque no sea lo convencional - Supongo que depende de qué tan lejos estemos dispuestos a llegar - comienzo entrecerrando los ojos al ver hacia el cielo pues el sol pega demasiado fuerte - A veces nos vemos en caminos que solo nos permiten una acción, y está en las personas que nos rodean ayudarnos a atravesar eso de la mejor manera - solos me consta que no funcionamos bien en el caos - De momento yo estoy bien, conciencia limpia, corazón tranquilo... Solo espero que no me atrape ninguno de esos callejones. - comparto con un suspiro, y espero que a el tampoco más allá de que se lo vea más motivado que a mí por enfrentar esas adversidades.

    La montaña de cubos que estaba formando a su favor se desmorona de inmediato cuando escucho su relación con ésta mujer asiática... o más bien con su hija. Me muerdo la lengua y contengo las ganas de darle un golpe en la nuca pues no hace falta decir en voz alta que soy la clase de padre que movería cielo y tierra para tener cerca a sus hijos ¿Y él se ha separado no solo una vez, sino que dos veces? - Retiro la propuesta de matrimonio - dijo con una ceja en alto y luego guardo silencio para analizar con cuidado las palabras que le siguen. Me he puesto en sus zapatos ya, he intentando comprenderla pero siempre llego a la misma conclusión, una y otra vez sin importar cuánto suba mi umbral de tolerancia a la crueldad frente a mí.

    - Llevo más de doce años intentando comprender ese punto de vista, de verdad lo intento pero quizás soy demasiado testarudo - respondo de mala gana, incluso me cruzo de brazos como si fuese un niño pequeño enojado porque no le compran lo que quiere - Pero el enojo con ella es lo que me mantuvo de pie, la alternativa era rendirme y aceptarlo y no podía hacer eso... No puedo - sigo con una mueca - Estoy enfadado con ella, con lo externo y estoy seguro de que mi herida ha sido más grande que la suya... Llevo más de una década sangrando, Colin - no espero que comprenda pues Sigrid jamás lo hizo - Pero ésto si que no es una charla para un banco en la calle... ¿Qué tal una cerveza el fin de semana?
    Anonymous
    Invitado
    Invitado
    Froto mis dedos en mi entrecejo para aliviar esa pesadumbre que cae sobre mí cuando hablamos de las personas que nos acompañan, nunca había creído que llegaría el día en que apartado de mi familia pudiera ver más claro quién soy y lo único que lamento, lamento de verdad en todo esto, es que Hanna se cruzó en mi vida demasiado tarde o demasiado pronto, cuando no era la persona que pudiera ser un padre para ella como lo necesitaba. No me había encontrado a mí mismo como para ser para alguien más. Ese callejón oscuro que este hombre dice querer evitar a toda costa ya lo recorrí, no dudo de que vuelva a atravesarlo en otro momento y la mirada que le lanzo es una que le desea que ojalá no le ocurra a él, aunque también creo que cruzarlo es precisamente lo que te hace entender mejor a otras personas y es lo que hoy me permitió poder hablar con él.

    Porque cuando atraviesas caminos que te avergüenzan y te traen remordimiento, también te quitan parte de ese juicio severo sobre los otros, ¿no me habían dicho más de una vez que era arrogante desde mi posición? Me reconozco como la cara contraria a la desgracia que sufrió, en parte comprendo su rechazo que no llega a ser absoluto, me deja una puerta entreabierta, no se aparta. No es mi intención abogar por su esposa, nada de eso. Pero si podemos sentarnos a hablar en medio de la calle para tratar de vernos como algo más que cuerpos sin historia a los que colocamos una etiqueta de amigo o enemigo, estamos un poco más cerca del entendimiento. Pateo el suelo con la punta de mi bota al hablar, mi mirada gacha así no tengo que mirarlo. —El enojo suele ser un buen motor para avanzar, pero no trae paz. Te hace vivir atormentado. Hay otra cosa, que si la usas de motor, hace que puedas entenderlo todo un poco más claro y en verdad, te hace avanzar mucho más lejos de lo que te hubieras creído capaz, para sentirte en paz…—. No, no es algo de lo que me gustaría estar hablando así bajo el sol del día en una acera transitada, con sus bolsas de compras a un lado. — De acuerdo— acepto con otra mirada de soslayo, recelando del giro brusco que todo en mi vida ha dado por moverme de lugar, acercándome a personas como él y sin que pueda encontrar en mí, ni un residuo de viejos juicios, que me digan que es un enemigo.
    Anonymous
    Contenido patrocinado
    No puedes responder a temas en este foro.