VERANO de 247521 de Junio — 20 de Septiembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Las rodillas me duelen por la caída en el suelo y mis dedos se cierran en el aire, segura de que deberían estar sosteniendo la mano de Seth, pero él no está. ¿Por qué no está? Jamás me ha gustado su compañía, pero repentinamente se siente como un vacío. Mi cuerpo tiembla y mi cerebro da vueltas, es peor cuando intento rememorar lo que ha pasado y las imágenes son tan confusas que no consigo descifrar mi propia memoria. Observo mis manos temblorosas y reconozco algunas manchas de sangre, estoy segura de haber sujeto un cuerpo hace poco y haberle gritado a la imagen inerte de mi madre, pero… ¿Cómo llegamos a ese punto? ¿Por qué solo recuerdo gritos sin sentido, que no consiguen armar oraciones coherentes en mi cerebro? Aún llevo mi pijama, aún estoy descalza, aún mi varita se sujeta entre mis dedos. La dejo caer y me echo hacia atrás, respirando agitadamente hasta que mi espalda choca contra una pared helada. ¿Mamá está…?
Estoy aturdida, pero aún así puedo reconocer que me encuentro en un callejón demasiado sucio como para tratarse del Capitolio. Lo que no sé es cuánto tiempo estoy sentada, hasta que me obligo a moverme. Tengo que salir de aquí, buscar ayuda, decir que mamá está herida. No quiero pensar en cómo, tratar de recordarlo hace que me duela la cabeza. Me apoyo en en suelo, tomo de nuevo la varita y me tropiezo al salir a una calle desierta, cuya iluminación natural me indica que es temprano en la mañana. Miro hacia arriba, el cielo se encuentra gris y algo me dice que dentro de poco empezará a llover. Está fresco para mis prendas ligeras, por lo que guardo la varita en el interior de mi pijama y me abrazo a mí misma para mantener el calor. Unos pasos más y vuelvo a tropezar, por lo que debo sostenerme de la pared de ladrillos más cercana. ¿Esto es el norte…?
Quiero pedir ayuda, pero no me sale la voz. Sí lo hacen las lágrimas, tengo que cubrirme la boca para no dejar que el llanto sea demasiado sonoro. Estoy lejos de casa, no hay nadie conmigo, jamás me he sentido tan sola. ¿Qué hago? ¿Qué debo hacer? ¿Quién va a ayudarme? Piensa, Hero, piensa. Ayuda, debo conseguir ayuda y zapatos. Principalmente zapatos. Siento como alguien pasa a mi lado y parecen ser las únicas dos personas que se mueven por la calle, quizá demasiado rápido para mi gusto — ¡Esperen! — la voz me sale estrangulada y tengo que enderezarme con algo de torpeza, tratando de seguirlas. No parecen muy altas, así que no deben ser una amenaza — ¿Saben dónde…? — pero entonces puedo reconocer a una de ellas. ¿No son…? Doy algunos pasos hacia atrás y un nuevo tropezón hace que caiga sobre mis pompis al suelo. Lo que me faltaba...
Estoy aturdida, pero aún así puedo reconocer que me encuentro en un callejón demasiado sucio como para tratarse del Capitolio. Lo que no sé es cuánto tiempo estoy sentada, hasta que me obligo a moverme. Tengo que salir de aquí, buscar ayuda, decir que mamá está herida. No quiero pensar en cómo, tratar de recordarlo hace que me duela la cabeza. Me apoyo en en suelo, tomo de nuevo la varita y me tropiezo al salir a una calle desierta, cuya iluminación natural me indica que es temprano en la mañana. Miro hacia arriba, el cielo se encuentra gris y algo me dice que dentro de poco empezará a llover. Está fresco para mis prendas ligeras, por lo que guardo la varita en el interior de mi pijama y me abrazo a mí misma para mantener el calor. Unos pasos más y vuelvo a tropezar, por lo que debo sostenerme de la pared de ladrillos más cercana. ¿Esto es el norte…?
Quiero pedir ayuda, pero no me sale la voz. Sí lo hacen las lágrimas, tengo que cubrirme la boca para no dejar que el llanto sea demasiado sonoro. Estoy lejos de casa, no hay nadie conmigo, jamás me he sentido tan sola. ¿Qué hago? ¿Qué debo hacer? ¿Quién va a ayudarme? Piensa, Hero, piensa. Ayuda, debo conseguir ayuda y zapatos. Principalmente zapatos. Siento como alguien pasa a mi lado y parecen ser las únicas dos personas que se mueven por la calle, quizá demasiado rápido para mi gusto — ¡Esperen! — la voz me sale estrangulada y tengo que enderezarme con algo de torpeza, tratando de seguirlas. No parecen muy altas, así que no deben ser una amenaza — ¿Saben dónde…? — pero entonces puedo reconocer a una de ellas. ¿No son…? Doy algunos pasos hacia atrás y un nuevo tropezón hace que caiga sobre mis pompis al suelo. Lo que me faltaba...
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Sorprendentemente me habían dejado salir de nuevo después de mi escapada anterior, o estaban muy ocupados o realmente no les importo tanto, aunque no sabían que me había encontrado con Viktor y eso era un secreto que me llevaría a la tumba.
Pero por el momento habiamos logrado con Link que nos dejaran salir al menos a buscar comida y aprovechamos el amanecer mientras todos duermen o estar medio dormidos para notarnos.
Como quedaria medio raro no me puse los anteojos, muy a mi pesar, por lo que iba mirando para abajo para que la capucha me tapara la cara. Pero cuando escuche una voz rogando no pude reaccionar a tiempo y me gire para encontrarme con Hero Niniadis.
Wow mamá tenía razón, en la ciudad siempre te encontrabas con gente famosa en las situaciones menos esperabas. Luego cai que era la hija de la mujer que nos quiere matar, mi posible tía y si se iba estabamos jodidas.
Cuando se cayo me acerque entre rápido y lento y con mis manos levantadas en señal de paz. Esto tenía que salir bien, tal vez fuera como Seth y se pasara para nuestro bando, se veía asustada y desaliñada para ser una visita oficial y no había aurores que la custodiaran siendo que aun no nos había atacado, algo raro estaba pasando.
- Hola - le digo - No vamos a hacerte daño - le dedico una mirada de advertencia a Link - Necesitas ayuda ¿no? ¿Te perdiste? ¿Alguien te secuestro? - ¿eso que tenía en las manos era sangre?
Pero por el momento habiamos logrado con Link que nos dejaran salir al menos a buscar comida y aprovechamos el amanecer mientras todos duermen o estar medio dormidos para notarnos.
Como quedaria medio raro no me puse los anteojos, muy a mi pesar, por lo que iba mirando para abajo para que la capucha me tapara la cara. Pero cuando escuche una voz rogando no pude reaccionar a tiempo y me gire para encontrarme con Hero Niniadis.
Wow mamá tenía razón, en la ciudad siempre te encontrabas con gente famosa en las situaciones menos esperabas. Luego cai que era la hija de la mujer que nos quiere matar, mi posible tía y si se iba estabamos jodidas.
Cuando se cayo me acerque entre rápido y lento y con mis manos levantadas en señal de paz. Esto tenía que salir bien, tal vez fuera como Seth y se pasara para nuestro bando, se veía asustada y desaliñada para ser una visita oficial y no había aurores que la custodiaran siendo que aun no nos había atacado, algo raro estaba pasando.
- Hola - le digo - No vamos a hacerte daño - le dedico una mirada de advertencia a Link - Necesitas ayuda ¿no? ¿Te perdiste? ¿Alguien te secuestro? - ¿eso que tenía en las manos era sangre?
Era demasiado temprano para salir a recorrer el distrito en busca de sobras y con el clima del verano abandonando el norte, Zenda sólo gruñó ante el llamado de Beverly golpeando su puerta, para luego removerse bajo las mantas y buscar calor abrazando a El Gato.
Evidentemente nadie pararía a la rubia hasta obtener lo que quería, por lo tanto se levantó y se vistió con las primeras prendas que encontró en el suelo. Cerró el cierre de su chaqueta y escondió sus enredados cabellos dentro de una amplia capucha, guardó la varita en el interior del bolsillo y salió de su dormitorio echado un vistazo lleno de envidia hacia su mascota, la bola de pelos negra que aún dormía en su cama.
No tardó demasiado en lavarse los dientes y la cara, para finalmente seguir los pasos de su sobrina.
Tembló ante la brisa del otoño, se abrazó a si misma para avanzar entre los callejones abandonados y estaba a punto de abrir la boca para quejarse de la estúpida idea que había tenido Beverly, cuando el llamado de alguien las obligó a voltear.
Franco instintivamente sacó la varita y apuntó hacia la pelirroja en el suelo, por supuesto que no tardó en reconocerla ¿Cómo podría olvidarse del rostro de la hija de la mujer que había asesinado a sus seres queridos?
La mirada de advertencia no sirvió de mucho, pero al menos bajó el arma para cruzarse de brazos y observar con el ceño fruncido a las dos niñas. —Sólo vayámonos, no pienso ayudar a la hija de una loca asesina.— Le habló a la rubia, ignorando por completo a la otra.
Claro que ya conocía a Bev, sabía que no se negaría a prestar auxilio o apoyo incluso a la misma Jamie Niniadis, así que se acercó unos pasos para tomarla del brazo y la empujó para animarla a continuar. —Vinimos por comida, no lo olvides.
Hero se estaba salvando de que era demasiado temprano para empezar un duelo, porque tal vez en otro momento, Zenda ni siquiera hubiese dudado en atacarla.
Evidentemente nadie pararía a la rubia hasta obtener lo que quería, por lo tanto se levantó y se vistió con las primeras prendas que encontró en el suelo. Cerró el cierre de su chaqueta y escondió sus enredados cabellos dentro de una amplia capucha, guardó la varita en el interior del bolsillo y salió de su dormitorio echado un vistazo lleno de envidia hacia su mascota, la bola de pelos negra que aún dormía en su cama.
No tardó demasiado en lavarse los dientes y la cara, para finalmente seguir los pasos de su sobrina.
Tembló ante la brisa del otoño, se abrazó a si misma para avanzar entre los callejones abandonados y estaba a punto de abrir la boca para quejarse de la estúpida idea que había tenido Beverly, cuando el llamado de alguien las obligó a voltear.
Franco instintivamente sacó la varita y apuntó hacia la pelirroja en el suelo, por supuesto que no tardó en reconocerla ¿Cómo podría olvidarse del rostro de la hija de la mujer que había asesinado a sus seres queridos?
La mirada de advertencia no sirvió de mucho, pero al menos bajó el arma para cruzarse de brazos y observar con el ceño fruncido a las dos niñas. —Sólo vayámonos, no pienso ayudar a la hija de una loca asesina.— Le habló a la rubia, ignorando por completo a la otra.
Claro que ya conocía a Bev, sabía que no se negaría a prestar auxilio o apoyo incluso a la misma Jamie Niniadis, así que se acercó unos pasos para tomarla del brazo y la empujó para animarla a continuar. —Vinimos por comida, no lo olvides.
Hero se estaba salvando de que era demasiado temprano para empezar un duelo, porque tal vez en otro momento, Zenda ni siquiera hubiese dudado en atacarla.
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Aunque mi instinto me dice que debo apartarme y echarme hacia atrás, mis brazos son lentos y mis movimientos se producen de manera torpe. Una de las niñas, creo que es la enemiga pública once o doce, murmura palabras amables que entran por mis oídos pero tardan en ser procesadas por mi cerebro. Me encuentro con el cortocircuito de que sé muy bien que se trata de gente peligrosa, así que no puedo comprender por qué me ofrece su ayuda. La parte más desesperada de mí quiere tomarla, tengo intenciones de decir algo, pero de mi voz solo se oye un gemido lastimero. No es hasta que veo que la otra chica, a quien también puedo reconocer de esa lista, se mueve con intenciones de marcharse que puedo reaccionar.
— ¡E-esperen! — me apoyo en las manos una vez más y me pongo de pie con lentitud, levantando las manos para demostrar que no tengo la varita dispuesta a una pelea — Mi mamá… ella… ellos… — No sé cómo decir esto. Sé que no es buena idea hablar de estas cosas con gente como ellas, pero no puedo quedarme tirada en la calle. ¿Qué opción tengo? ¿Salir corriendo? — No sé que pasó. Creo que… — Miro mis manos sucias, mi ropa manchada y estoy segura de que la palidez en mí es mucho más notoria que de costumbre — Creo que mi madre está muerta — la voz se me va ahogando hasta que tengo que cubrirme la boca por el llanto. Mamá no puede estar muerta, no es posible. Papá no ha terminado de irse y ella siempre ha sido la más fuerte. Debe ser un recuerdo implantado en mi cerebro, una imagen falsa de alguna mente cruel — Por favor… por favor, no sé a dónde ir. No sé dónde ha ido Seth, no sé dónde estoy. Solo… tuve que huir y no tengo idea de por qué. Se los ruego… — una indicación, al menos eso.
— ¡E-esperen! — me apoyo en las manos una vez más y me pongo de pie con lentitud, levantando las manos para demostrar que no tengo la varita dispuesta a una pelea — Mi mamá… ella… ellos… — No sé cómo decir esto. Sé que no es buena idea hablar de estas cosas con gente como ellas, pero no puedo quedarme tirada en la calle. ¿Qué opción tengo? ¿Salir corriendo? — No sé que pasó. Creo que… — Miro mis manos sucias, mi ropa manchada y estoy segura de que la palidez en mí es mucho más notoria que de costumbre — Creo que mi madre está muerta — la voz se me va ahogando hasta que tengo que cubrirme la boca por el llanto. Mamá no puede estar muerta, no es posible. Papá no ha terminado de irse y ella siempre ha sido la más fuerte. Debe ser un recuerdo implantado en mi cerebro, una imagen falsa de alguna mente cruel — Por favor… por favor, no sé a dónde ir. No sé dónde ha ido Seth, no sé dónde estoy. Solo… tuve que huir y no tengo idea de por qué. Se los ruego… — una indicación, al menos eso.
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Sorprendetemente Link no ataco, estaba algo orgullosa de mi pequeño mono salvaje, se estaba volviendo un ser descente. Soltaría una lagrima si no hubiera sangre a la vista, gracias a todo lo que había pasado había desarrollado una respuesta de estar alerta, algo asi como modo perro/Ben cuando veía sangre o violencia.
- Los hijos no son culpables de sus padres - le digo - Seth es un ejemplo.
Le dedique mi mejor mirada de comunicación silenciosa a Link cuando me tiro para seguir con la misión, la comida podía esperar, había situaciones más importantes como porque la niña más importante de neopanem, porque aun no me conocían bien a mi, estaba en medio de la calle en un distrito pobre y desarreglada, no podíamos irnos así como así, esperaba que entendendiera la complejidad de mi mensaje.
Entonces mi tía del lado oscuro de la familia volvió a hablar e incluso se mostro desarmada, lo cual demostraba que estaba logrando llegar a su corazón con mi simpatía. Pero dijo algo de su madre y hasta yo me puse tensa de solo pensar que nos cairía de sorpresa y atacaría. Todo eso se fue cuando dijo que estaba muerta.
- ¿Qué? - solo pude decir y mirar alrededor como si nos estuvieran tomando el pelo y Jamie fuera a salir riendose de algun callejón - ¿Escuchaste lo mismo que yo verdad? - le pregunto a Link para asegurar que todavía puedo distinguir la realidad de fantasía.
Hero llora muy real para ser una broma y no puedo evitar compararla con el recuerdo de Ava y Link llorando sobre Arleth, o a mí cuando estaba sola. Me vuelvo a acercar con intención de consolarla pero realmente no se que decir siendo que no podía pensar nada bueno sobre su madre, por lo que pongo mi mano sobre su hombro y la escucho balbusear.
Cuando menciona a Seth miro a Link de nuevo, y ahora puedo hacerme una idea de porque esta aquí. Supongo que si nos esta pidiendo ayuda alguien tuvo que haber atacado su casa y Seth la trajo con él para salvarla, ¿Por qué la dejo sola? ¿Ha habído otro ataque? ¿Acaso los rebeldes habían logrado derrotar a Jamie? ¿Serían buenos? Son muchas que quiero preguntar pero Hero no esta en posición de responder.
- Te dire lo que vamos a hacer, ¿Por qué no nos acompañas a buscar algo para comer primero? Se ve que lo necesitas, luego iremos a buscar a Seth que creo imaginar donde puede estar y te coseguiremos algo de ropa - le digo ofreciendole una sonrisa - Si estas lastimada puedes decirme, soy curandera y futura doctora.
Se que Link no iba a estar feliz de llevarla con nosotras, pero tampoco podíamos dejarla sola si Seth la había traido.
- Los hijos no son culpables de sus padres - le digo - Seth es un ejemplo.
Le dedique mi mejor mirada de comunicación silenciosa a Link cuando me tiro para seguir con la misión, la comida podía esperar, había situaciones más importantes como porque la niña más importante de neopanem, porque aun no me conocían bien a mi, estaba en medio de la calle en un distrito pobre y desarreglada, no podíamos irnos así como así, esperaba que entendendiera la complejidad de mi mensaje.
Entonces mi tía del lado oscuro de la familia volvió a hablar e incluso se mostro desarmada, lo cual demostraba que estaba logrando llegar a su corazón con mi simpatía. Pero dijo algo de su madre y hasta yo me puse tensa de solo pensar que nos cairía de sorpresa y atacaría. Todo eso se fue cuando dijo que estaba muerta.
- ¿Qué? - solo pude decir y mirar alrededor como si nos estuvieran tomando el pelo y Jamie fuera a salir riendose de algun callejón - ¿Escuchaste lo mismo que yo verdad? - le pregunto a Link para asegurar que todavía puedo distinguir la realidad de fantasía.
Hero llora muy real para ser una broma y no puedo evitar compararla con el recuerdo de Ava y Link llorando sobre Arleth, o a mí cuando estaba sola. Me vuelvo a acercar con intención de consolarla pero realmente no se que decir siendo que no podía pensar nada bueno sobre su madre, por lo que pongo mi mano sobre su hombro y la escucho balbusear.
Cuando menciona a Seth miro a Link de nuevo, y ahora puedo hacerme una idea de porque esta aquí. Supongo que si nos esta pidiendo ayuda alguien tuvo que haber atacado su casa y Seth la trajo con él para salvarla, ¿Por qué la dejo sola? ¿Ha habído otro ataque? ¿Acaso los rebeldes habían logrado derrotar a Jamie? ¿Serían buenos? Son muchas que quiero preguntar pero Hero no esta en posición de responder.
- Te dire lo que vamos a hacer, ¿Por qué no nos acompañas a buscar algo para comer primero? Se ve que lo necesitas, luego iremos a buscar a Seth que creo imaginar donde puede estar y te coseguiremos algo de ropa - le digo ofreciendole una sonrisa - Si estas lastimada puedes decirme, soy curandera y futura doctora.
Se que Link no iba a estar feliz de llevarla con nosotras, pero tampoco podíamos dejarla sola si Seth la había traido.
Con las manos hundidas en el interior de los bolsillos, sujetando aún la varita, Zenda permaneció junto a Beverly escuchando toda la conversación y en cuanto las noticias llegaron a sus oídos junto con el llanto desconsolado, intentó sentir pena por la pelirroja, un poco de empatia e incluso tristeza, pero no pudo ¿Por qué debería hacerlo si sentía alegría al saber que la asesina de sus padres por fin había tenido su merecido?
Ni siquiera se molestó en consolarla como lo hacía su sobrina, se apoyó en la pared contraria del callejón y cruzada de brazos rodó los ojos hasta ponerlos en blanco.
Sus orejas se pararon e hizo falta todo su control para no golpear el piso en un berriche enojado, si lo hacía, Bev no la tomaría en serio. —Ni siquiera pienses que llevaremos a esta con nosotras.— Gruñó alarmada. Hacía falta más que una escena y un par de lagrimas, para que la rubia confiara en la palabra de alguien ajeno al Distrito 14. —Puede ser una maldita trampa, Beverly. No seas estúpida.
La mención de Seth si le interesó bastante, era un buen momento para recuperar a su sexy profesor de runas y si lograban encontrarlo, luego se lo echaría en cara a Ava.
Zenda golpeó su frente con la palma de su mano y posteriormente frunció el ceño recorriendo con la mirada el cuerpo de la pelirroja. —Buscaremos comida, luego la llevaremos hasta una de las casas abandonadas y desde allí llamaré a Ben con mi espejo, él sabrá qué hacer.— Antes de volver a caminar, se arrodilló en el suelo y sacó de su bolso el abrigo extra que siempre cargaba. —Pontelo y tapa tú fea cara.
Al incorporarse, picó el pecho de la niña con su dedo indice, sin importarle quién era y menos si le sacaba un par de cabezas, parecía débil y sin entrenamiento. —Un movimiento extraño y acabarás prendida fuego...Y si esto es una trampa, nadie podrá salvarte.— Gruñó y acomodando la capucha sobre sus cabellos, esperó a que ambas comenzaran a caminar, ella iría un par de pasos más atrás porque ni fumada le daría la espalda a la hija de Jamie Niniadis.
Ni siquiera se molestó en consolarla como lo hacía su sobrina, se apoyó en la pared contraria del callejón y cruzada de brazos rodó los ojos hasta ponerlos en blanco.
Sus orejas se pararon e hizo falta todo su control para no golpear el piso en un berriche enojado, si lo hacía, Bev no la tomaría en serio. —Ni siquiera pienses que llevaremos a esta con nosotras.— Gruñó alarmada. Hacía falta más que una escena y un par de lagrimas, para que la rubia confiara en la palabra de alguien ajeno al Distrito 14. —Puede ser una maldita trampa, Beverly. No seas estúpida.
La mención de Seth si le interesó bastante, era un buen momento para recuperar a su sexy profesor de runas y si lograban encontrarlo, luego se lo echaría en cara a Ava.
Zenda golpeó su frente con la palma de su mano y posteriormente frunció el ceño recorriendo con la mirada el cuerpo de la pelirroja. —Buscaremos comida, luego la llevaremos hasta una de las casas abandonadas y desde allí llamaré a Ben con mi espejo, él sabrá qué hacer.— Antes de volver a caminar, se arrodilló en el suelo y sacó de su bolso el abrigo extra que siempre cargaba. —Pontelo y tapa tú fea cara.
Al incorporarse, picó el pecho de la niña con su dedo indice, sin importarle quién era y menos si le sacaba un par de cabezas, parecía débil y sin entrenamiento. —Un movimiento extraño y acabarás prendida fuego...Y si esto es una trampa, nadie podrá salvarte.— Gruñó y acomodando la capucha sobre sus cabellos, esperó a que ambas comenzaran a caminar, ella iría un par de pasos más atrás porque ni fumada le daría la espalda a la hija de Jamie Niniadis.
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A pesar de que mi alarma cerebral quiere rogar por su comprensión, soy lo suficientemente lista y madura como para saber que tiene sentido que no confíen en mí. Por primera vez en mi vida, me encuentro añorando la presencia de Sage; él sabría qué hacer y se le daría muy bien el mantener la calma, mientras que yo solo puedo limpiarme las lágrimas con demasiada rapidez, como si no quisiera que ellas se dieran cuenta de ese detalle. El apretón en el hombro se siente bien, más así no tengo intenciones de ver a estas personas como algo más que los asesinos de cientos de inocentes. El terror de no tener otra opción, supongo.
Lo de la comida suena bien, así que asiento, aunque me parece un poco confuso lo de Seth — ¿Se ha comunicado con ustedes? — puede que no me agrade mi hermano, pero es el único que puede darme una idea de qué ha pasado en casa. Necesito saber la verdad, acomodar las piezas del rompecabezas y conectar los huecos que han quedado por mi falta de memoria. No quiero pensar en el cuerpo de mi madre, no ahora. La realidad actual es otra, tengo que ver cómo sobrevivir y el centrarme hace que mire a la más amable sin comprender como alguien de su edad puede llegar a curar siquiera a una mosca. Me ahorro el decirle que la sociedad jamás le dará un puesto de sanadora, pero no voy a ladrarle a quien me da de comer.
Atajo el abrigo con algo de torpeza y, tengo que decirlo, huele muy mal. A regañadientes me lo colocó y tengo que admitir que su temperatura se siente bien, subo la capucha y me decido a caminar con ellas — ¿Hablas de Benedict Franco? ¡No iré con ese salvaje! — he oído de él, lo suficiente como para saber que tenerlo cerca sería una amenaza en sí misma para alguien como yo. Sea como sea, las palabras de la enana (aunque mide casi como yo) hacen que me gire hacia ella con toda la dignidad que me queda — Por favor, siquiera inténtalo. A diferencia de ustedes, yo tuve a los mejores profesores de duelo del país. Deberías preguntarle a Kyle, según las listas es su amigo — acomodo la capucha y poco me toma el darme cuenta de que las mangas me quedan largas, así que las remango y acomodo la varita en el interior de mi abrigo. Me cuesta más de lo normal por culpa del temblor de mis dedos — ¿Qué distrito es este? Si puedo hacer que mi delfina Kitty responda a mi llamado, quizá pueda conseguir ayuda — comida, ropa, un espejo comunicador y mi esclavo.
Lo de la comida suena bien, así que asiento, aunque me parece un poco confuso lo de Seth — ¿Se ha comunicado con ustedes? — puede que no me agrade mi hermano, pero es el único que puede darme una idea de qué ha pasado en casa. Necesito saber la verdad, acomodar las piezas del rompecabezas y conectar los huecos que han quedado por mi falta de memoria. No quiero pensar en el cuerpo de mi madre, no ahora. La realidad actual es otra, tengo que ver cómo sobrevivir y el centrarme hace que mire a la más amable sin comprender como alguien de su edad puede llegar a curar siquiera a una mosca. Me ahorro el decirle que la sociedad jamás le dará un puesto de sanadora, pero no voy a ladrarle a quien me da de comer.
Atajo el abrigo con algo de torpeza y, tengo que decirlo, huele muy mal. A regañadientes me lo colocó y tengo que admitir que su temperatura se siente bien, subo la capucha y me decido a caminar con ellas — ¿Hablas de Benedict Franco? ¡No iré con ese salvaje! — he oído de él, lo suficiente como para saber que tenerlo cerca sería una amenaza en sí misma para alguien como yo. Sea como sea, las palabras de la enana (aunque mide casi como yo) hacen que me gire hacia ella con toda la dignidad que me queda — Por favor, siquiera inténtalo. A diferencia de ustedes, yo tuve a los mejores profesores de duelo del país. Deberías preguntarle a Kyle, según las listas es su amigo — acomodo la capucha y poco me toma el darme cuenta de que las mangas me quedan largas, así que las remango y acomodo la varita en el interior de mi abrigo. Me cuesta más de lo normal por culpa del temblor de mis dedos — ¿Qué distrito es este? Si puedo hacer que mi delfina Kitty responda a mi llamado, quizá pueda conseguir ayuda — comida, ropa, un espejo comunicador y mi esclavo.
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Ruedo los ojos ante la escena de niño enfurruñado que hace Link, supongo que ya era mucho que no le hubiera saltado encima a Hero a penas verla.
- No estoy diciendo de llevarla al refugio, estoy siendo amable no estupida, pero es mi posible tía y no puedo solo abandonarla - se supondría que como futura médica eso tendría que valer más pero si me seguían atacando tampoco podía ponerme a regalar flores, aunque mal no les vendrían - Y si fuera una trampa no creo que la mandarían a ella para ponerla en peligro, sobretodo en este estado, no creo que fueran tan crueles de arruinar su imagen solo por una trampa.
Desde que habíamos llegado a Neopanem había consumido todo diario o revista que pude rescatar de la basura y Hero siempre se veía perfecta, no se necesitaba ser un genio para saber que nadie la había enviado con un plan, su pelo tendría mejor forma y ni que decir del piyama.
- No - le contestó a Hero - Es la primera noticía que tenemos de Seth en semanas, pero si dices que estabas con él y haz aparecido aquí entonces se han trasportado pero separado ¿no?, si esta en este distrito solo puedo imaginar que ha ido a reunirse con su gran amor. Oh como quisiera estar presente para presenciar ese encuentro - Supongo que tendría que conformarme con imaginarlo, solo esperaba que la sabiduría de mi madre me guiara en hacer una representación justa. Oh Eowyn guía mi mente.
Retomé la marcha cuando Link le dió el abrigo a nuestra inesperada invitada, yo sabía que había criado a un niño con corazón blando, solo era su exterior lo que estaba calloso y roñoso. Y ahi la amenaza, claro, no podía faltar. Pero Hero no se quedo atras, bien por ella. Aunque pobre Kyle, le llevaría algo rico para compenzar estar ayudando a quien lo petrificó.
- No debes temer a Ben - trato de calmar a Hero dedicandole una mirada de reproche a Link - Es cierto que es medio salvaje, pero también es un blando y nunca lastimaría a una niña sin importar su origen - Estaba medio enojada con él tambien desde que nos mudamos con la red, no había venido a visitarme y me sentía abandonada, mi familia se repartía a los vientos y el miedo a perderlos otra vez me carcomía de noche, unica razón por la que me había levantado tan temprano - Igual tampoco es que te llevaremos con él, aun esta ese tema de la confianza - lo mismo con el refugio no podíamos confiar del todo con el escondite de papa 1 - ¿Nadie podra rastrear a esta elfina? - nunca había visto uno en persona, siempre me habían dado curiosidad estas criaturas pero tampoco podíamos saber si era buena idea que la trajera.
- No estoy diciendo de llevarla al refugio, estoy siendo amable no estupida, pero es mi posible tía y no puedo solo abandonarla - se supondría que como futura médica eso tendría que valer más pero si me seguían atacando tampoco podía ponerme a regalar flores, aunque mal no les vendrían - Y si fuera una trampa no creo que la mandarían a ella para ponerla en peligro, sobretodo en este estado, no creo que fueran tan crueles de arruinar su imagen solo por una trampa.
Desde que habíamos llegado a Neopanem había consumido todo diario o revista que pude rescatar de la basura y Hero siempre se veía perfecta, no se necesitaba ser un genio para saber que nadie la había enviado con un plan, su pelo tendría mejor forma y ni que decir del piyama.
- No - le contestó a Hero - Es la primera noticía que tenemos de Seth en semanas, pero si dices que estabas con él y haz aparecido aquí entonces se han trasportado pero separado ¿no?, si esta en este distrito solo puedo imaginar que ha ido a reunirse con su gran amor. Oh como quisiera estar presente para presenciar ese encuentro - Supongo que tendría que conformarme con imaginarlo, solo esperaba que la sabiduría de mi madre me guiara en hacer una representación justa. Oh Eowyn guía mi mente.
Retomé la marcha cuando Link le dió el abrigo a nuestra inesperada invitada, yo sabía que había criado a un niño con corazón blando, solo era su exterior lo que estaba calloso y roñoso. Y ahi la amenaza, claro, no podía faltar. Pero Hero no se quedo atras, bien por ella. Aunque pobre Kyle, le llevaría algo rico para compenzar estar ayudando a quien lo petrificó.
- No debes temer a Ben - trato de calmar a Hero dedicandole una mirada de reproche a Link - Es cierto que es medio salvaje, pero también es un blando y nunca lastimaría a una niña sin importar su origen - Estaba medio enojada con él tambien desde que nos mudamos con la red, no había venido a visitarme y me sentía abandonada, mi familia se repartía a los vientos y el miedo a perderlos otra vez me carcomía de noche, unica razón por la que me había levantado tan temprano - Igual tampoco es que te llevaremos con él, aun esta ese tema de la confianza - lo mismo con el refugio no podíamos confiar del todo con el escondite de papa 1 - ¿Nadie podra rastrear a esta elfina? - nunca había visto uno en persona, siempre me habían dado curiosidad estas criaturas pero tampoco podíamos saber si era buena idea que la trajera.
Podían lanzar en medio del distrito a una moribunda Hero y aún así no creería del todo que fuera real, por esto mismo no volvió a discutir con Beverly sobre el tema y se mantuvo al margen mientras ella conversaba con la pelirroja apestosa.
Con la mirada entrecerrada clavada en los pijamas de la chica, pensó en qué podían hacer a continuación, no quería quedarse quieta en un sólo lugar, porque el clima de la madrugada ya la estaba haciendo temblar. Necesitaba moverse.
Saltó en el lugar un par de veces y entonces luego de entregarle el abrigo a Hero, se acomodó la mochila sobre la espalda. —Nunca lastimaría a una niña, pero yo si lo haré si vuelves a llamarlo así. Ustedes son los salvajes y tú madre es la peor de todas...¿O debería decir que era la peor?— Se burló con malicia y empujó el cuerpo de la niña para que empezara a caminar de una vez por todas.
Emprendió rumbo hacia una panadería apartada del centro, una donde la amable viejecita les regalaba el pan duro de los días anteriores. —Estamos en el 5, ¿Nadie puede rastrearla?— Preguntó lo mismo que su sobrina y jugueteó con la varita entre los dedos.
Zenda tenía el ceño fruncido, no estaba segura de que fuera una buena idea relacionarse con la hija de Jamie y menos involucrar a Ben en ello. Era agregar un nuevo problema en la larga lista.
Llevó la mano libre al interior de su bolsillo sano y lo toqueteó asegurándose de que seguía teniendo el espejo comunicador.
Faltaba poco para llegar a la tienda con una estructura que apenas se mantenía en pie y apresurando el paso, se ubicó a la par de Beverly. —Iré a pedir yo la bolsa, lo haré rápido ¿tú te escondes con ella y luego vamos a esa casa abandonada que vimos al pasar?— Preguntó dudosa, podía cambiar muy poco sus facciones y sólo durante un par de segundos. —¿O cómo quieres que lo hagamos? No sé si nos conviene esperar a esa criatura.
Con la mirada entrecerrada clavada en los pijamas de la chica, pensó en qué podían hacer a continuación, no quería quedarse quieta en un sólo lugar, porque el clima de la madrugada ya la estaba haciendo temblar. Necesitaba moverse.
Saltó en el lugar un par de veces y entonces luego de entregarle el abrigo a Hero, se acomodó la mochila sobre la espalda. —Nunca lastimaría a una niña, pero yo si lo haré si vuelves a llamarlo así. Ustedes son los salvajes y tú madre es la peor de todas...¿O debería decir que era la peor?— Se burló con malicia y empujó el cuerpo de la niña para que empezara a caminar de una vez por todas.
Emprendió rumbo hacia una panadería apartada del centro, una donde la amable viejecita les regalaba el pan duro de los días anteriores. —Estamos en el 5, ¿Nadie puede rastrearla?— Preguntó lo mismo que su sobrina y jugueteó con la varita entre los dedos.
Zenda tenía el ceño fruncido, no estaba segura de que fuera una buena idea relacionarse con la hija de Jamie y menos involucrar a Ben en ello. Era agregar un nuevo problema en la larga lista.
Llevó la mano libre al interior de su bolsillo sano y lo toqueteó asegurándose de que seguía teniendo el espejo comunicador.
Faltaba poco para llegar a la tienda con una estructura que apenas se mantenía en pie y apresurando el paso, se ubicó a la par de Beverly. —Iré a pedir yo la bolsa, lo haré rápido ¿tú te escondes con ella y luego vamos a esa casa abandonada que vimos al pasar?— Preguntó dudosa, podía cambiar muy poco sus facciones y sólo durante un par de segundos. —¿O cómo quieres que lo hagamos? No sé si nos conviene esperar a esa criatura.
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¿Posible tía? ¿De qué está hablando? ¿Y por qué siento que me pierdo la mitad de la conversación en lo que ellas tardan en hablar? Paso la mirada de una a la otra, más perdida que Maeve en un convento y, en parte, me alegra que no tengan noticias de Seth. No es bueno para mí, pero eso también significa que de momento no han anunciado su captura y eso me da una chance de encontrarlo primero para recibir respuestas. Juro que tengo intenciones de mantener mi educación y amabilidad, pero las palabras de una de ellas hacen que me ponga tan roja como mi cabello y no por vergüenza. Aprieto la varita con algo de fuerza y creo que no la levanto solo porque temo llamar la atención — Vuelve a hacer un comentario así y te dejaré sin lengua, sin pelo y sin uñas — y si se cree lo suficientemente ruda, que recuerde que ahora mismo no tengo las ropas de princesa que todo el mundo relaciona conmigo.
Distrito cinco, bien, es asqueroso pero creo que puedo sobrevivirlo. En lo que ellas se debaten en cómo proseguir, intento despertar a mis neuronas. Vamos, soy lista, no puedo dejar que esta situación me supere… ¿O sí puedo? ¿Por qué mi cuerpo sigue temblando, incluso cuando tengo abrigo? ¿Cómo silencias al miedo, cuando te encuentras sola por primera vez en tu vida y nada parece tener un ápice de sentido? — Un momento — me detengo y chequeo la calle, estirando un poco el cuello. Por si acaso, bajo un poco el tono de mi voz — ¿Kitty? — pregunto dudosa al aire — ¡Kitty! — un chasquido me sobresalta porque la elfina aparece de la nada y creo que he pisado a una de ellas, pero no alcanzo a disculparme. Nunca creí que iba a estar tan agradecida con la aparición de la elfina, pero casi que hasta podría abrazarla. Ella también, porque parece tan sorprendida al verme que tengo que lanzarme sobre ella a cubrirle la boca porque parece estar tomando aire para gritar — ¡Kitty, Kitty, escucha! Necesito de tu ayuda. Necesito que me hagas una mochila, busques mi espejo comunicador y me traigas todo lo necesario, ¿de acuerdo? Y a Sage, Trae a Sage — pero algo de lo que le he dicho no cuadra, porque parece un poco confundida al decirme que no ha visto a mi esclavo en toda la mañana — Solo búscalo — descarto que sea un problema y ella asiente — Y dime qué ha pasado, qué está sucediendo en casa, ¿de acuerdo? Un informe como los de la escuela y todo eso — con esas indicaciones, desaparece y mis ojos se elevan hacia mis compañeras — Podemos aguardar por ella en donde ustedes dicen, podrá encontrarme, es parte de su magia. Y quizá así sepamos qué ha sido de Seth y mi madre — y ya veremos cómo seguir. ¿Ven? Puedo con esto.
Distrito cinco, bien, es asqueroso pero creo que puedo sobrevivirlo. En lo que ellas se debaten en cómo proseguir, intento despertar a mis neuronas. Vamos, soy lista, no puedo dejar que esta situación me supere… ¿O sí puedo? ¿Por qué mi cuerpo sigue temblando, incluso cuando tengo abrigo? ¿Cómo silencias al miedo, cuando te encuentras sola por primera vez en tu vida y nada parece tener un ápice de sentido? — Un momento — me detengo y chequeo la calle, estirando un poco el cuello. Por si acaso, bajo un poco el tono de mi voz — ¿Kitty? — pregunto dudosa al aire — ¡Kitty! — un chasquido me sobresalta porque la elfina aparece de la nada y creo que he pisado a una de ellas, pero no alcanzo a disculparme. Nunca creí que iba a estar tan agradecida con la aparición de la elfina, pero casi que hasta podría abrazarla. Ella también, porque parece tan sorprendida al verme que tengo que lanzarme sobre ella a cubrirle la boca porque parece estar tomando aire para gritar — ¡Kitty, Kitty, escucha! Necesito de tu ayuda. Necesito que me hagas una mochila, busques mi espejo comunicador y me traigas todo lo necesario, ¿de acuerdo? Y a Sage, Trae a Sage — pero algo de lo que le he dicho no cuadra, porque parece un poco confundida al decirme que no ha visto a mi esclavo en toda la mañana — Solo búscalo — descarto que sea un problema y ella asiente — Y dime qué ha pasado, qué está sucediendo en casa, ¿de acuerdo? Un informe como los de la escuela y todo eso — con esas indicaciones, desaparece y mis ojos se elevan hacia mis compañeras — Podemos aguardar por ella en donde ustedes dicen, podrá encontrarme, es parte de su magia. Y quizá así sepamos qué ha sido de Seth y mi madre — y ya veremos cómo seguir. ¿Ven? Puedo con esto.
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- Realmente Link, estoy con ella en eso, nadie merece ese tipo de comentarios sin importar quien sea - puede que le deseara la muerte a Jamie pero hay una diferencia entre odiar y ser cruel - Ve a buscar las proviciones - la despedí, prefería alejarla de Hero porque ya me veía una pelea y todos los vecinos despertandose y siendo capturadas.
Me concentro en la nueva compañera cuando aparece magicamente, Oh por los cielos, ¡Estaba viendo una elfina! Que emoción. Quería tocarla para ver cuan real era, pero no creí que sería muy educado, ¡Pero quería hacerlo tanto! Hero le dió varias instrucciones y esta desapareció tan rápido como había llegado.
Tarde un momento en volver a la realidad, me pregunto si Noel se pondía celoso si me conseguía una criatura mágica de compañera...No que el principe de las ardillas fuera menos, pero vamos, ¡algunas podía aparecer de la nada!
- ¿Quién es Sage? - le pregunto algo insegura a Hero - Quiero creer que necesitas nuestra ayuda pero si vas a traer un guardia es bastante descortez cuando no te hemos atacado - miro hacía Link - Físicamente.
Tal vez deberiamos avisarle a Ben sobretodo esto ahora, antes de que se nos vaya de las manos y tengamos que huir del distrito. Por las dudas empiezo a concentrarme en mi poder.
- Llama a Ben de paso - le digo a mi tío.
Me concentro en la nueva compañera cuando aparece magicamente, Oh por los cielos, ¡Estaba viendo una elfina! Que emoción. Quería tocarla para ver cuan real era, pero no creí que sería muy educado, ¡Pero quería hacerlo tanto! Hero le dió varias instrucciones y esta desapareció tan rápido como había llegado.
Tarde un momento en volver a la realidad, me pregunto si Noel se pondía celoso si me conseguía una criatura mágica de compañera...No que el principe de las ardillas fuera menos, pero vamos, ¡algunas podía aparecer de la nada!
- ¿Quién es Sage? - le pregunto algo insegura a Hero - Quiero creer que necesitas nuestra ayuda pero si vas a traer un guardia es bastante descortez cuando no te hemos atacado - miro hacía Link - Físicamente.
Tal vez deberiamos avisarle a Ben sobretodo esto ahora, antes de que se nos vaya de las manos y tengamos que huir del distrito. Por las dudas empiezo a concentrarme en mi poder.
- Llama a Ben de paso - le digo a mi tío.
Que la pelirroja explotase con tanta facilidad le sacó una enorme sonrisa a Zenda, sin embargo desapareció en cuestión de segundos y frunciendo el ceño, apretó sus puños y sujetó la varita. —Inténtalo, vamos.— La molestó una vez más y sólo apartó la mirada cuando escuchó la opinión de Beverly. —Y a mi me importa muy poco lo que tú pienses o el lado que tomes.— Le gruñó y se apartó unos cuantos pasos hacia atrás.
Justo cuando planeaba escabullirse en busca de las provisiones, una elfina apareció de la nada asustando un poco a la rubia y en durante ese acto confuso, la pelirroja se movió con rapidez y pisó su bota.
Zenda maldijo en voz baja y brincó sobre su pierna para sujetar la punta de sus pies. Estúpida niña rica y gorda, 80 kilos sobre sus pobres dedos, estaba segura de que le quebró algo. O sólo exageraba y buscaba un motivo válido para por fin hacerla sangrar.
Cuando el dolor pasó, acomodó su abrigo y le lanzó una mirada seria a Beverly. —Voy porque yo quiero, no porque me lo estés pidiendo. Ya vuelvo.— No quería dejar a su sobrina sola con la estúpida y un tal Sage, pero ella sabía defenderse y si algo le pasaba, se lo había buscado solita. No tenían que haber ayudado a Hero nunca.
Comenzó a caminar dando pasos cortos y veloces, siempre manteniendo la cabeza agachada y sin estar completamente segura de su decisión, sacó su espejo comunicador e intentó llamar a Cale, Ben o Ava.
Justo cuando planeaba escabullirse en busca de las provisiones, una elfina apareció de la nada asustando un poco a la rubia y en durante ese acto confuso, la pelirroja se movió con rapidez y pisó su bota.
Zenda maldijo en voz baja y brincó sobre su pierna para sujetar la punta de sus pies. Estúpida niña rica y gorda, 80 kilos sobre sus pobres dedos, estaba segura de que le quebró algo. O sólo exageraba y buscaba un motivo válido para por fin hacerla sangrar.
Cuando el dolor pasó, acomodó su abrigo y le lanzó una mirada seria a Beverly. —Voy porque yo quiero, no porque me lo estés pidiendo. Ya vuelvo.— No quería dejar a su sobrina sola con la estúpida y un tal Sage, pero ella sabía defenderse y si algo le pasaba, se lo había buscado solita. No tenían que haber ayudado a Hero nunca.
Comenzó a caminar dando pasos cortos y veloces, siempre manteniendo la cabeza agachada y sin estar completamente segura de su decisión, sacó su espejo comunicador e intentó llamar a Cale, Ben o Ava.
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¿Quién es Sage? Por primera vez, me cuesta contestar esa pregunta, porque no sé si me corresponde tener un sirviente ahora que me he ido de casa. Aún así, a pesar de mis dudas, busco ser lo más sincera posible — Mi esclavo. Es un buen chico, él sabrá qué hacer y tampoco puedo dejarlo allí si las cosas han cambiado… — no, no tengo idea de qué está pasando y me froto la cabeza como si de esa manera pudiese arreglar algunas ideas, las cuales continúan borrosas y confusas. No quiero que llamen a Benedict Franco, pero tampoco me voy a poner a chillar hasta que el mastodonte aparezca y complique mis pasos a seguir. No puedo quedarme con ellos, así de simple. Esa gente no está de mi lado y yo tampoco les tengo aprecio… ¡Que mataron a mi padre!
— Algo sucedió esta mañana. Magnar Aminoff, el nuevo jefe de aurores, él… — hago una mueca, sé que hay palabras que duelen el decirlas porque significa que serán tomadas como una verdad absoluta y no como una duda a medias — Es mi hermano, mi madre lo dio en adopción cuando lo tuvo porque era muy joven. Y no puedo recordar… algo ha sucedido, me han lanzado un hechizo de confusión o lo que sea, porque Seth atacó a mamá y todo se volvió borroso… — ¿Por qué la atacó, en primer lugar? Ni siquiera puedo comprender los motivos y ahora todo ha cambiado.
Ni siquiera me doy cuenta de que Kitty vuelve a aparecer con la mochila cargada, indicaciones de que ha metido algo de ropa dentro y que Sage sigue sin dar señales de vida — Ya, no importa, gracias — coloco la mochila con cuidado sobre mi hombro y eso me permite ver mejor lo que hay dentro; abrigo, tuppers, calzado. Eso bastará. Miro dudosa a mis compañeras y, con un resoplido de resignación, saco uno de los recipientes y se lo tiendo a la rubia más amable — Tienen aspecto de no haber comido una tarta decente en años. Como pago por no haberme dejado tirada en el suelo. ¿Alguna señal de... quien sea que estén llamando?
— Algo sucedió esta mañana. Magnar Aminoff, el nuevo jefe de aurores, él… — hago una mueca, sé que hay palabras que duelen el decirlas porque significa que serán tomadas como una verdad absoluta y no como una duda a medias — Es mi hermano, mi madre lo dio en adopción cuando lo tuvo porque era muy joven. Y no puedo recordar… algo ha sucedido, me han lanzado un hechizo de confusión o lo que sea, porque Seth atacó a mamá y todo se volvió borroso… — ¿Por qué la atacó, en primer lugar? Ni siquiera puedo comprender los motivos y ahora todo ha cambiado.
Ni siquiera me doy cuenta de que Kitty vuelve a aparecer con la mochila cargada, indicaciones de que ha metido algo de ropa dentro y que Sage sigue sin dar señales de vida — Ya, no importa, gracias — coloco la mochila con cuidado sobre mi hombro y eso me permite ver mejor lo que hay dentro; abrigo, tuppers, calzado. Eso bastará. Miro dudosa a mis compañeras y, con un resoplido de resignación, saco uno de los recipientes y se lo tiendo a la rubia más amable — Tienen aspecto de no haber comido una tarta decente en años. Como pago por no haberme dejado tirada en el suelo. ¿Alguna señal de... quien sea que estén llamando?
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¿Dijo esclavo? Recuerdo que me habían explicado que los muggles eran considerados cosas, pero tampoco era que hubiera visto alguno muy explicitamente y lo unico que podía relacionar con la palabra era otra, sexual. Nunca crei que alguien de nuestra edad entendiera de sexo igual que yo pero al parecer esta sociedad era igual de adelantada, tal vez si pudiera entablar una relación con mi posible tía.
Estaba por preguntarle sobre ello, y que bueno que mande a Link lejos, pero entonces empezó a hablar de lo que había ocurrido con Jamie y otro tío perdido, wow y yo que pensaba papá número uno y la tía ava tuvieran una relación a la vez que todos sabíamos del amor prohibido entre Ben y Seth, además de la relación con mamá era lo más cercano a una novela que tendría en la vida real.
- Vas a estar bien - solo puedo decirle, aunque obviamente no sería así y parecía que todo su mundo se había hecho cenizas igual que el nuestro, pero era una frase que me había ayudado en su momento y seguía haciendolo.
Su elfina volvió, lo que volvió a darme una necesidad de tocar su piel al menos y saber si era tan gomosa como se veía aunque me controlo, y le entregó una mochila bastante cargada. Pero lo que más me sorprendió fue Hero ofreciendome algo de comida.
- Debo decir que las tartas de mi mamá eran bastante buenas, pero apreció la oferta - digo mientras tomo el tupper. Miro hacía Link pero no parece estar hablando con nadie - Por ahora parece que no - vuelvo a mirar a Hero y entrecierro los ojos - Pero no vas a quedarte a esperar ¿verdad? - ya tiene proviciones y una mejor ayuda con su elfina de lo que podriamos ser mi tió o yo - No te culpo si tienes miedo, aunque quiero que sepas que no te hago responsable por lo que haya hecho tu madre y que si alguna vez necesitas algo solo pregunta por Cupido en el distrito, me enterare - le ofrezco mi mano esperando.
Estaba por preguntarle sobre ello, y que bueno que mande a Link lejos, pero entonces empezó a hablar de lo que había ocurrido con Jamie y otro tío perdido, wow y yo que pensaba papá número uno y la tía ava tuvieran una relación a la vez que todos sabíamos del amor prohibido entre Ben y Seth, además de la relación con mamá era lo más cercano a una novela que tendría en la vida real.
- Vas a estar bien - solo puedo decirle, aunque obviamente no sería así y parecía que todo su mundo se había hecho cenizas igual que el nuestro, pero era una frase que me había ayudado en su momento y seguía haciendolo.
Su elfina volvió, lo que volvió a darme una necesidad de tocar su piel al menos y saber si era tan gomosa como se veía aunque me controlo, y le entregó una mochila bastante cargada. Pero lo que más me sorprendió fue Hero ofreciendome algo de comida.
- Debo decir que las tartas de mi mamá eran bastante buenas, pero apreció la oferta - digo mientras tomo el tupper. Miro hacía Link pero no parece estar hablando con nadie - Por ahora parece que no - vuelvo a mirar a Hero y entrecierro los ojos - Pero no vas a quedarte a esperar ¿verdad? - ya tiene proviciones y una mejor ayuda con su elfina de lo que podriamos ser mi tió o yo - No te culpo si tienes miedo, aunque quiero que sepas que no te hago responsable por lo que haya hecho tu madre y que si alguna vez necesitas algo solo pregunta por Cupido en el distrito, me enterare - le ofrezco mi mano esperando.
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