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  • The Mighty Fall
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    OTOÑO de 247421 de Septiembre — 20 de Diciembre


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    Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

    Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

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    Invitado
    Invitado
    Recuerdo del primer mensaje :

    Un rato antes de the wild youth

    De todas las cosas en las que podría gastar dinero ajeno, ¿qué mejor que un par de flores? No las compro para mí, mis obsequios de amor propio suelen ser de otro tipo, regalos más prácticos como los que puedo armar en el taller. Nada que se marchite al cabo de unos días. Si me salgo de mi camino para desviarme hacia el puesto de las flores, es porque el rostro joven de la chica que está a cargo me lleva hacia ahí. Me falta la excusa de decir que me recuerda a mí a esa edad, no creo que alguna vez me haya visto así. Este puesto es literalmente la flor en el pantano de este mercado ilegal, y de las cosas que podría estar ofreciendo, los galeones que pueda darle son la recompensa por su elección. Se puede ser generosa cuando hay dinero incómodo en los bolsillos.

    Doblo las rodillas para acuclillarme y poder ver de cerca las coronas de pétalos de cada flor dentro de la caja, reconozco algunas de haberlas visto crecer en los bordes de los caminos. Sonrío al rozar algunas margaritas con mi mano derecha y entonces noto el brillo opaco del anillo en mi dedo anular, donde lo llevo para poder tenerlo presente. Lo pongo en ese dedo por reflejo a la acción que vi muchas veces en mi madre, que cuando está nerviosa se saca y se coloca la sortija de matrimonio que la unía a mi padre, que todavía conserva un tono dorado, diferente a este tan gastado. Tal vez no tuvieron un destino tan distinto, al final todas las historias de promesas se rompen y no mentía cuando le decía a Ken que solo quedan estos anillos para guardar las memorias de todos esos amantes que acabaron mal.

    Elijo entre las flores las que creo que podrían gustarle a mi padre, en el fondo era un romántico, y sé con pleno convencimiento, de que él tampoco habría pasado de largo al lado de una chica con una caja de flores sin comprar algo. Extraigo un ramo púrpura y toqueteo los pétalos con las yemas de mis dedos. —¿Sólo vendes las flores?— pregunto, y a pesar de mis pensamientos pesimistas al respecto, no desestimo su negocio. —¿No escribes tarjetas? ¿Cartas?— sigo y saco los galeones para tendérselos sobre mi palma, la misma que tiene el anillo prestado. —Si también te ofreces a escribir cartas podrías cobrar un par de galeones más. Hay personas a las que les cuesta expresar sus sentimientos—. No es que sea una experta en la materia, pero…
    Anonymous
    Invitado
    Invitado
    Sí, supongo que los amores del tipo imposible por su exagerada idealización son los que valen la pena, lástima que no sean reales. Siendo adolescente estaba lejos de imaginar a alguien que me jurara amor eterno como toda expectativa romántica, desde entonces mis intereses estaban puestos en algo ligeramente diferente. Tengo poco conocimiento sobre el tema de enfrentar adversidades, evité toda mi vida las relaciones que son complicadas de por sí, como para entender el por qué hay gente que abandona lo conocido. Sí he considerado abandonarlo todo por mí misma, lo que creo que es muy distinto. Me haría cargo de mis propios actos, no arrastro a nadie y nadie me arrastra a mí. Las consecuencias correrían a cuenta mía, ¿no? Sacando todo el drama de novela, me siento tocada cuando plantea lo incorrecto de huir. ¿Perdón?

    Trasladando sus reflexiones sobre este tema, lo que puedo tomar para mí es que si decido irme para escapar de los problemas, estos acabarán encontrándome. Si lo hiciera como experiencia, porque en verdad lo quiero, podría servirme para crecer. La pregunta de mierda es: ¿qué quiero? Estoy cuestionándome el hecho de que lo que quiero parece estar atravesado por lo que otras personas querían, no logro encontrar mi eje ahora que lo sacudieron. La única verdad que tengo ahora es que cargo con un anillo que planeo devolver a un chico que merece saber quién es, si es que quiere descubrirlo. Porque también es su decisión si quiere saberlo o no.

    Me quedo pasmada, mirando a Soa como si fuera una gurú a la que me entrego con absoluta fe. —Eres muy madura para tu edad— le digo, y me muero en la vergüenza de que tenga madurez de la que yo supe juntar en treinta años. —Tal vez debería hablarlo con él…—. Debería tener una charla honesta conmigo misma, sobria y lúcida en el día. Decirme todas las cosas que no quiero escuchar. ¿A quién engaño? No lo haré. — Soy demasiado cobarde, no hago frente a las situaciones, o me escondo en una coraza o me escapo…—. Me encuentro siendo honesta con una adolescente extraña, siempre siendo tan adulta. Mi mirada cae y ensimismada en mis propias ideas, redescubro el anillo en mi mano y recuerdo la historia inventada. —Quizás no lo merezco, siendo jóvenes, podría dejarlo ir y que encuentre a alguien más a quien amar. Si un amor tiene tantos conflictos puede que esté condenado a fracasar, enamorarse debería hacernos más felices, mejores personas, no llevarnos a cometer un error tras otro y tener que dejar todo atrás…— esta historia se va a acercando a su final, puedo empezar a despedirme del novio imaginario.
    Anonymous
    Beverly S. Redford
    Fugitivo
    No puedo evitar el rubor en mis mejillas y la sonrisa de orgullo cuando me alaba, una chica puede hacerse la difícil hasta cierto punto.

    - Lo se, gracias - al menos trato de mostrar algo de humildad.

    Cuando empieza a divagar sobre si debe seguir la relación ahora si debo controlar que mi sonrisa de satisfacción no salga, eso eso rompele el corazón al joven adonis y yo me encargaré de pisarlo luego.

    - Bueno si esto demuestra algo es que tal vez debas trabajar en ti misma, ser honesta contigo primero - trato de mantener el acto de sabia, aunque quiero bailar y celebrar mi victoria. Y solo tuve que torcer mis creencias un poco - Puedo ayudar un poco con eso - para evitar sentir pena lo mejor sería darle un regalo, me estiro hasta la cajita que se encuentra debajo de un bouquet y saco un pequeño atado de las hojas de las flores especiales - Aquí, te serviran para relajarte y pensar - le ofrezco, esperando que la edad de las hojas le hagan un poco mal, me debía un poco de venganza por robarme a mi prometido, también por si se arreglaban al final.
    Beverly S. Redford
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    The lovers that went wrong | Bev - Página 2 Angourie_rice_peinados
    https://www.themightyfall.net/t8262-redford-beverly-soawanee#993
    Invitado
    Invitado
    Si una adolescente me da como consejo final que sea honesta conmigo misma, poniendo en palabras lo que dicen mis pensamientos, me impide hacerme la desentendida y negarlo todo. Tengo un par de cosas sobre las que pensar cuando vuelva a casa, después de conversar con quien tal vez también necesite un par de verdades dichas y no sé cómo desenredar este lío de engaños, esta manía de mentirme a mí que se ha extendido a mentir a otros. No quiero verme tan abatida como me siento, así que me recompongo en apariencia y aclaro mi garganta, para hacer que mi voz de adulta dé la impresión de que puedo resolver esto. —Es lo que haré— le digo. —Porque el amor crece cuando es honesto, ¿no?— repito sus palabras, para bordear un poco el final.

    Recibo su regalo, conmovida de que tenga un gesto tan generoso, trato de pensar que mi relato no fuera una mentira, sino una historia para alimentar su alma romántica y si la suerte está de su lado, tal vez sea de esas personas qué si encuentran el amor porque deciden creer en él. —Gracias, Soa— digo, guardando la bolsa de hierbas en uno de mis bolsillos después de echarle un vistazo muy por arriba como para notar la particularidad de las hojas. Recojo el ramo de flores que compré de ella, la razón por la que comenzamos esta conversación. —Y gracias por los consejos, los voy a tener en cuenta— a mi manera. Estoy a punto de marcharme cuando le echo un último vistazo, mi boca se curva en una sonrisa que renueva el optimismo en mi mirada, porque el día es largo y recién empieza. —Si volvemos a vernos te contaré como me fue—. Y de verdad, espero volver a verla.
    Anonymous
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