The Mighty Fall
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
PRIMAVERA de 247521 de Marzo — 20 de Junio
Registro de Recompensa
Laurence B. Dickens
It's a matter of blood [0.4]
Laurence B. Dickens
The Langdons [0.2]
Phoenix D. Langdon
Cierre de Temas
The Mighty Fall
Registro General
The Mighty Fall
Little bróðir — 0.1
Syver A. Nygaard
Band of Blood [2.4]
Phoenix D. Langdon
Family with no name — 0-4
Birdie É. Barlowe


ÚLTIMOS
TEMAS
Muggles & Squibs
5000 G
Extranjeros
4000 G
Miembros de Defensa
5000 G
Estudiantes
4000 G
Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

¿Qué ficha moverás?
VISÍTANOS EN TUMBLRREVISA NUESTRAS BÚSQUEDAS Y NUESTRAS PROMOCIONES
31.03¡Estamos de regreso!, no olviden revisar sus MP y pasar por el boletín oficial para ponerse al día con los sucesos de Neopanem.
31.03¡Hay nuevas habilidades disponibles! Podrán leer más sobre ellas aquí.
31.03Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
07.11¿Quieren crearse un nuevo personaje? Aquí pueden encontrar las búsquedas de nuestros usuarios.
07.10¡Felices 11 años en línea! Gracias por todos estos años compartidos.
NOTICIAS
IMPORTANTES

2 participantes
Hans M. Powell
Ministro de Justicia
Recuerdo del primer mensaje :

Asuntos de suma importancia. Eso es lo único que haría que un viernes a esta hora me encuentre listo para salir de casa incluso después de haber salido temprano de la oficina. A pesar de la simpleza de los jeans, me meto la camisa de mangas cortas dentro de ellos en un pis pas, chequeando mi imagen en el espejo de la sala de estar — ¿Qué opinas, Poppy? — le pregunto a la elfina, que se encuentra acomodando los almohadones del sofá a mis espaldas. Creo que la tomo por sorpresa porque da un pequeño respingo, como si no esperase que le hablara justo en ese momento y eso provoca que le devuelva la mirada mediante el reflejo, moviendo mi cabeza en un gesto de “¿Y bien?” — Muy elegante, señor — murmura la vocecita. No es como si necesitase su aprobación para salir, pero siempre viene bien una palabra que me confirme que mis elecciones de vestuario son las correctas, aunque sean solo para una visita informal.

Hace mucho que mi ex profesora me ha asegurado que necesita tener una conversación conmigo, pero nuestras agendas parecen no coincidir en lo absoluto a lo largo de las semanas, por lo que esta mañana acordamos mediante teléfono que pasaría por su casa antes de la cena, al menos un rato. Eloise y yo somos prácticamente vecinos, al menos si no contamos la inmensidad de los jardines que separan una casa de la otra, por lo que llegar tarde no es una opción ni aunque quisiera. Agradezco los primeros calores para evitar buscar un saco y solamente me hago con una botella del mejor whisky que conservo antes de salir de casa, no sin dar indicaciones sobre qué quiero para cenar a mi regreso. Como no se trata de mucha distancia, ni me molesto en usar la aparición. Además, caminar nunca viene mal si consideramos que gran parte de mis horas las paso en una oficina.

El sol está empezando a ocultarse y el cielo se encuentra teñido de naranja y rosado, remarcando mi sombra cuando subo los escalones que me guían hacia la entrada de la mansión Leblanc. Me detengo frente a la puerta y aprovecho unos minutos de soledad para aclararme la garganta, pasarme una mano por el cabello en un intento de dejarlo “casualmente despeinado” y acomodarme el cuello de la camisa. Recién ahí es cuando toco el timbre, aguardando con una mano en el bolsillo y la otra firmemente agarrada de la botella, hasta que un elfo de orejas más grandes de lo normal se digna a recibirme con educación. Doy algunos pasos dentro del vestíbulo mientras el empleado me indica que irá a avisarle a su ama de mi llegada, así que me quedo de pie, echando una mirada a mi alrededor que me hace chequear algunas de las pinturas de las paredes. Estoy fijándome en lo que parece ser una fotografía cuando oigo el eco de los zapatos y me giro con total inocencia aunque con algo de velocidad delatora, regalando una sonrisa a mi anfitriona.

Profesora Lulu — es un saludo entre amable y pícaro, mientras que alzo la botella para que sepa que no he venido con las manos vacías — Se ve mejor cada vez que la veo — el tonito pomposo solo es una formalidad falsa y bromista. Creo que soy incapaz de tratarla de “usted” desde que nos volvimos colegas, pero de tanto en tanto se me escapa un desliz que no puedo disimular. Sin mucho más que decir, me encamino hacia la sala de estar con total desenvoltura, seguro de que es allí donde terminaremos de todas formas. No es la primera vez que tenemos una de estas reuniones ni será la última — La botella está a estrenar, así que espero que tengas humor para unos cuantos tragos. ¿Qué es lo que tanto querías conversar conmigo? — Así como así, me dejo caer en el sofá largo y apoyo la botella en la mesa ratona, echo mi espalda contra el respaldar y apoyo en el mismo uno de mis brazos estirados — Al menos que ahora empecemos las charlas como todo el mundo. Si es así, te pregunto: ¿Cómo has estado?
Hans M. Powell
Icono :
One blaze of glory ✘ Eloise - Página 2 Oxzp2zI
https://www.themightyfall.net/t8234-powell-hans-michael
Hans M. Powell
Ministro de Justicia
Intento no poner mala cara cuando me habla de Brawn, así que le respondo con un gestito de poco interés — Fue mi asistente cuando estaba de prácticas. Hace bien su trabajo, pero he tenido que ponerme exigente alguna que otra vez — es una pena que sea tan sosa para castigar a los culpables, porque sino tendría mucho potencial. Lo bueno de todo esto es que la charla sobre Arianne pasa rápido y el tema de los esclavos es mucho más entretenido, aunque me deja un poco dudoso, más no porque esté en desacuerdo — Se tendrá que negociar el producto con el mercado de esclavos. Estamos hablando de muggles, no es como si tuviesen derechos por los cuales quejarse — le recuerdo — pero, de no tener dueño, son propiedad del mercado y habrá que ver qué es lo que piden a cambio del uso de su mercancía. Una cosa es usarlos para trabajos, otra cosa es devolver un esclavo todo magullado. Quizá pueden entregarnos a los más resistentes, con tal de no afectar a la economía del comercio esclavista — si enloquecemos a un niño por culpa de un cruciatus, nadie va a querer comprarlo después y será una carga pesada. Hay que tener cuidado con eso.

Como no puedo abrir la boca sobre las cosas que debato y trabajo con el esposo de la ministra, solo me limito a asentir a lo que dice de sus ojeras y dejo pasar el asunto sin pena ni gloria — Una pena, yo que estaba pensando en impresionarte para ganarme otra estrellita dorada… — bromeo con una sonrisa cálida y familiar, aunque lo tomo con calma — De acuerdo. Trataré de no atrasarme tanto como Marcus para no decepcionarte, de todos modos. Me viene bien un proyecto extra — técnicamente no porque estoy lleno de ellos, pero creo que entiende a donde va mi idea.

Lleno su vaso hasta el tope y vuelvo a cerrar la botella, atento a que ella ha captado de inmediato todo lo que he querido decir. Eso es lo que me gusta de charlar con Eloise: no tengo que irme con demasiadas explicaciones o vueltas porque casi siempre solemos recorrer el mismo sendero — Lo moral y lo legal tienen solo una fina línea de diferencia y muchas veces no hacen más que estrellarse. Y si a eso le sumamos que la moral es subjetiva… — me hipnotizo un momento viendo como los hielos chocan dentro de mi bebida hasta que vuelvo a mirarla — Investigaré sobre el tema. Chequearé que leyes abalan tus planes y cuales podrían ser un problema en caso de quejas. Si trabajamos con elegancia, no veo por qué habría un problema — lo que ha jodido a muchos políticos es su falta de tacto y, por suerte, yo aún lo mantengo intacto.

Es el cambio en su tono de voz el que me indica que la parte formal ha finalizado y no sus palabras, así que me hundo un poco más en el sofá y la observo con total y honesta sorpresa, arqueando las cejas que estiran mi frente — ¿Además de que llevo unos cinco meses disfrutando de la comodidad de la isla? Pues… — aclaro mi garganta, haciendo un resumen en mi cabeza. Por alguna razón, de momento dejo a Meerah de lado — Hay un tema que quería conversar contigo. Han contratado en el Royal a mi hermana, Phoebe Powell — mis ojos buscan algún signo de reconocimiento en su rostro, aunque no de forma acusadora — Resulta que la he estado buscando por años y solo pude encontrarla cuando llegó a profesora. ¿Qué sabes de eso? — en lógica, ella tuvo que, al menos, haber autorizado o analizado su ingreso. Con otro sorbito, mantengo los ojos en ella casi sin parpadear — Si quitamos ese asuntito del medio, creo que puedes guiarte un poco por lo que dicen de mí en el ministerio. No soy sordo ni lento — tampoco chismoso, pero todo me llega y ni me molesto en afirmar o negar los rumores — Solo diré que es mentira que el bebé que está esperando la señorita Hawking es mío. Solo hablé con ella en una gala y ni siquiera le toqué un pelo. A veces, a los chismosos les gusta exagerar — que he cometido mis pecados no voy a negarlo, pero no podemos abusar de esa fama.
Hans M. Powell
Icono :
One blaze of glory ✘ Eloise - Página 2 Oxzp2zI
https://www.themightyfall.net/t8234-powell-hans-michael
Eloise R. Leblanc
Ministro de Educación
Me encojo de hombros cuando explica un poco su relación con la señorita Brawn, dejando pasar el comentario con rapidez. Cada uno manejaba a sus empleados como podía y si tenía mucha suerte, como quería; llevaba años sin ser su profesora como para criticar sus niveles de exigencia. Además de que sería hipócrita de mi parte hacerlo, claro está. - Lo sé, pero hay que pensar que serían clases especiales y no cosa de todos los días. Y no es que vamos a sacarles mercancía en perfecto estado, pueden ser aquellos que son merecedores de algún castigo. ¿Qué mejor forma de imponer disciplina? - No es que el prospecto de niños usándolos de muñecos de práctica sonase muy amenazador, pero son niños que se vienen formando en la magia desde los seis años y que eran muy capaces con la correcta instrucción. - También está la posibilidad de comprarlos para el colegio directamente y que sirvan como esclavos allí mismo, pero eso supondría una mayor vigilancia sobre los muggles y no quisiera exponer a los niños de esa manera. - Había muchos humanos que se habían ganado el título de “asesinos de magos” como para poder entender de lo que su raza era capaz.

- Marcus Clarke llevaba más de cinco años de atraso, estoy tan resignada con el tema que no me importaría que demorases uno entero siquiera. - Y no mentía. Podía entender las demoras naturales que conllevaban los procesos legales, no la ineptitud y las trabas a una situación que debía mejorarse. - Si tardas menos de un trimestre podría considerar el darte una estrella de oro incluso. - Conocía un par de joyeros que harían un trabajo ejemplar, y no podía negar que ya me había divertido la idea de regalarle un dije a modo de broma.

Me llevo el vaso a los labios apenas y termina de servir, y tomo un trago largo. Si la gota de alcohol que se resbala desde mi comisura hasta mi mentón dice algo, probablemente sea que estoy comenzando a estar levemente entonada; nada alarmante de momento, pero probablemente no podría terminar otra ronda sin soltar alguna incoherencia. - Trabajar con elegancia - murmuro. - yo misma no podría haberlo dicho mejor. - Y no era modestia, era simple honestidad. - Desde joven has tenido un don con las palabras… Me alegra que hayas podido darle un buen uso a esa habilidad.

Para cuando termino la mitad del vaso agradezco el que hayamos cambiado de tema antes de poder decir alguna idiotez en lo que competía a lo laboral. Al menos hablando de asuntos privados uno tenía un poco más de libertad. O eso creía, porque luego dice que tiene una hermana, y aquella idea que se me cruzó tiempo atrás y que descarté por imposible resulta ser verdad. - No sabía que tenías una hermana. Y debo admitir que sé un poco más de lo que crees. - Acerco el vaso en la mesita y me enderezo un poco antes de hablar. No serviría de nada mentir, y no podía decir que me arrepentía de mis decisiones. - La joven Powell ha demostrado tener aptitudes de gran valor para la institución, y en vista del fallecimiento de uno de los miembros del profesorado, no podía permitir que un talento como el suyo se malgastara en el distrito Once. - No podía jactarme de hacer el seguimiento de todos los alumnos que habían pasado por las instituciones, pero había tratado de seguir a los más prometedores y su caso era uno bastante particular. - De haber sabido que estabas en su búsqueda, habría tratado de darte una mano. Pero la coincidencia en el apellido la había considerado una mera casualidad. Espero me perdones. - No es como si tuviese la culpa de algo en particular, pero cuando había emprendido la búsqueda de un reemplazo para impartir adivinación, la idea de que estuviesen relacionados había cruzado mi mente. Fue mi error el no indagar sobre el asunto.

Al menos aligera el asunto cuando nombra su reputación y no puedo evitar largar una carcajada cuando aclara lo del bebé. - ¿Y lo del rompimiento del compromiso de la señorita Weisz? ¿Eso si ha sido cosa tuya? - Los rumores decían que la muchacha había quedado tan prendada del joven ministro luego de una noche, que había mandado a volar a su prometido con la espera de conquistar a Hans. Por mi parte lo consideraba una historia demasiado exagerada, y esperaba que la señorita Weisz tuviese más sentido que lo que decían. - ¿Estas seguro de confiar en que crea todos los rumores.
Eloise R. Leblanc
Icono :
One blaze of glory ✘ Eloise - Página 2 IqWaPzg
Hans M. Powell
Ministro de Justicia
¿Y tirar tal presupuesto a la basura para mantener esclavos dentro de la escuela? — le pregunto con cierto escepticismo — Siento decir esto, Eloise, pero… ¿No sería un enorme derroche de dinero? — una cosa es tener a los empleados necesarios, otra muy diferente es tener que darles un sitio donde vivir a una enorme cantidad de bolsas de boxeo vivientes — Nadie querría a sus hijos cerca de una situación así, creo que los dos estamos de acuerdo en eso — Y sí, estoy incluso hablando por mí mismo. Mi hija, reconocida recientemente o no, no va a ir a una escuela repleta de esclavos humanos. A eso sí que me niego.

Lo de la estrella de oro me saca otra risa, un poco más cantarina que las anteriores, quizá porque la velocidad con la que estoy tomando no debería ser la adecuada en la casa de una colega — Quedaría muy bien con mi traje negro favorito — continúo la broma. Jamás me voy a cansar de que la gente me ande elogiando, así que su adulación a mi modo de hablar solo acentúa el levantamiento de mis mejillas — Uno tiene que hacer uso de sus puntos fuertes cuando quieres hacer algo con tu vida. Es eso o forzar situaciones que jamás van a llegar a ningún puerto — podría haber tratado de imitar a mis colegas, pero me apegué a mi propio estilo y bien que ha funcionado. Ideales o no aparte, creo que nadie me puede decir que soy un mal ministro.

¿Un poco más de lo que creo? ¿Qué es lo que sabe de mí y que nunca ha mencionado? Apoyo mi codo en el apoyabrazos y me recargo, rozando mis labios con mis nudillos en un intento de adivinar a lo que se refiere mientras me da explicaciones que, me guste o no, tengo que aceptar. Quizá soy un hombre poderoso, pero hay personas a las cuales todavía respeto y Eloise es una de ellas — Sé que tiene talento. Es mi hermana — no puedo evitarlo: se me escapa el tonito lleno de orgullo Powell en un parpadeo. Hasta inflo el pecho y todo — Pero no esperaba encontrarla, después de todos los años de búsqueda, dentro del colegio Royal en un puesto tan accesible. Debes entender lo confuso que fue para mí — y que sigue siendo. Phoebe es de mi sangre tanto como puede serlo, pero a veces siento que hay algo que se me está escapando de los dedos. Paso los nudillos de la boca a la barbilla y le doy unos golpecitos — Pero te lo perdono, no te preocupes. Sé que jamás te informé de ello y no creo que sea tu culpa — es un error fácil de cometer, pero aún así bebo otro trago para sacarme el sabor amargo que nada tiene que ver con el whisky.

Por suerte, la charla se va a un tema que podría ser más escandaloso pero que, al menos, me hace algo más de gracia. Entre risas algo débiles, me dejo hundir en el sofá y aprieto un poco el vaso frío, mirándola con la cabeza tan ladeada que una de mis mejillas se está aplastando contra el cojín más cercano — Sí y no — me atrevo a declarar sin una pizca de vergüenza — ¿Qué estuve con ella? No lo niego. Pero el rompimiento se dio por un malentendido y un novio excesivamente celoso — si ella en verdad pensó que lo nuestro había sido algo más que un accidente ministerial, es problema de la señorita Weisz. Con otro sorbo, mis cejas se mueven hasta arrugar mi frente e intento hacer memoria por culpa de esa última pregunta. Sé lo que dicen de mí. Sé que hablan de que no puedo mantener la cremallera cerrada y, aunque tengo mi historial, sé que también lo exageran. Puedo pensar con mi cerebro a pesar de que nadie lo crea y no me meto con cualquiera — ¿Qué es lo que dicen exactamente? — me hago el desentendido cinco segundos y muevo el vaso para oír el choque de los hielos a medio derretir — He estado con mujeres, pero no me metí con todo el departamento ni nada por el estilo. Alguna que otra secretaria o pasante, eso no lo niego — el sorbo siguiente me ayuda a terminar otro vaso y lo aprieto contra mi pecho — No es que tengo un problema, como Patricia Lollis quiso hacerlo parecer — una de las secretarias más grandes del departamento dijo en una ocasión que debía ver a un terapeuta cuando alguien comentó que “Josephine pasaba demasiado tiempo dentro de mi oficina”, pero nunca me molesté en enfrentar a una persona que no me interesa — Soy solo un hombre joven con una buena posición y estuve haciendo uso de ello. ¿Qué tan malo puede ser? Ya voy a cansarme — niño con juguete nuevo. Le sonrío casi inocente y me despego del respaldar para servirme más alcohol — Algún día sentaré cabeza, Lulú, lo prometo. Sé lo que la imagen pública vale para la política y no dejaré que se manche tan fácil. Solo que todavía no me siento listo para ello ni he encontrado a una mujer con la cual quiera pasar más de veinticuatro horas — o mejor dicho, un par de piernas a los cuales me gustaría visitar con fidelidad.
Hans M. Powell
Icono :
One blaze of glory ✘ Eloise - Página 2 Oxzp2zI
https://www.themightyfall.net/t8234-powell-hans-michael
Eloise R. Leblanc
Ministro de Educación
- No sería un derroche de presupuesto excesivo. La compra se puede arreglar con un arreglo de tipo publicitario, y su manutención no es precisamente excesiva como para necesitar prescindir solo de un cuarto y de las sobras. - De ser un gasto tan grande, ni siquiera lo hubiese propuesto; el presupuesto de mi departamento estaba diagramado de manera tal, que ni un sickle se viese desperdiciado. - Y como dije, no quisiera ver a mis alumnos expuestos a ese tipo de convivencia. Muchos están acostumbrados a los tratos de esclavos de familia, pero no es lo mismo. - Y doy por finalizado el tema ahí, porque no tiene sentido que los dos sigamos discutiendo sobre algo en lo que claramente estamos de acuerdo.

Me limito a sonreírle, vaso en mano, y a observarlo mientras expresa sus ideales con su seguridad característica. Necesitábamos más personas que pensaran como él y, si no fuera por su cargo y porque no estaba segura de haberlo visto mostrar un interés particular por la profesión, hace rato que le hubiese ofrecido un puesto en alguna de mis instituciones. Los niños podrían valerse de alguien con su tipo de mentalidad. - En algún momento voy a solicitarte que vayas a dar alguna charla al Royal, posiblemente antes de que termine el año… mis chicos podrían sacarle provecho a eso, más que nada los que ya terminan segundo curso. - No es que le estoy preguntando, pero tampoco lo estoy obligando a nada. Simplemente es una petición que espero que pueda cumplirme en algún momento.

- Con sinceridad, no puedo siquiera imaginarlo. Pero gracias por entender. - De verdad que no podía imaginar por lo que había pasado, pero podía comprender un poco la frustración que uno siente cuando las cosas las tiene frente a sus narices. - No sé cuánto tiempo has estado sin verla, pero si en alguna ocasión necesitas de algo, aunque sea algo tan sencillo como liberar su jornada, no dudes en decirme. - Después de todo, estar en mi posición significaba poder darme ciertas libertades. No es como si él no lo supiese, claro.

Me río cuando habla con soltura de sus indiscreciones, o bueno… más bien las indiscreciones de los demás ya que él era un hombre soltero y libre de hacer lo que quisiera con su tiempo y con su… el punto se entendía. - No creerás que realmente recuerdo todos los rumores. Lo lamento, no tengo buena memoria para los chismes y generalmente salen de mi cabeza tan rápido como llegan. - De no ser así, mis años como profesora me habrían dejado en terapia mucho antes de lo esperado. Mi terapeuta ya tenía suficiente con lo que le decía las veces que iba a verlo, sin tener que sumar a eso chismes de oficina, de colegio o de hospital. - Eres joven todavía, no hace falta que me prometas nada. Yo me casé de joven y, aunque amé a mi marido, eso no significa que hay experiencias que me hubiese gustado vivir siendo más joven. Aunque bueno, la edad no es limitante. Siempre y cuando te cuides de los escándalos, no creo que pase nada malo.
Eloise R. Leblanc
Icono :
One blaze of glory ✘ Eloise - Página 2 IqWaPzg
Hans M. Powell
Ministro de Justicia
Levanto mi copa en su dirección como una aceptación a su propuesta, entre halagado y encantado con la idea — Cuando se trata de educar mentes, puedes contar conmigo — si tengo que hacerme un tiempo entre mi apretada agenda para empujar cabezas jóvenes en la dirección correcta, no será un problema. Además, con los años me he dado cuenta de que soy un muy buen orador, aunque supongo que tiene que ver con esto del carisma natural. ¿Qué cuanto tiempo he estado sin ver a mi hermana? No pienso ponerme sentimental ni entrar en un plano meramente personal, así que resoplo con una pesadez propia de los problemas arrastrados por lo que parece una eternidad. Le sonrío vagamente, sabiendo que no podría abusar de su amabilidad ni aunque lo quisiera — Cuando ella lo desee. Sé que todo esto debe ser más apabullante para Phoebe de lo que es para mí, pero te lo agradezco — ella ha cambiado todo su estilo de vida, yo era el que la estaba buscando por los rincones. No quiero ser una presencia fastidiosa en su vida, cuando en realidad estoy tratando de formar parte paso a paso.

Ni yo los recuerdo a todos y eso que son sobre mí — concuerdo con gracia. Me separo del respaldar con un envión algo torpe, agradecido en una risa por su consejo — Me haces sentir un poco mejor — bromeo — Ya varias personas me han aconsejado de que debo ser sutil y cuidar con quien me meto. El problema no soy yo, son los demás. Sé que no he hecho nada ilegal — obviemos a las mujeres casadas, pero si vamos al caso, ese es su pecado y no el mío. Al menos, las prometidas o las que se casaron antes de este gobierno, donde el juramento no pone en riesgo su vida si se sobrepasan con alguna que otra acción. No tengo tal morbo — Pero al menos, sé que alguien en el ministerio tiene un poco de confianza en mí y en mi autocontrol. Eso es siempre reconfortante.

Observo mi vaso, vacío y con los hielos a medio derretir y decido que ya he tenido suficiente. Esto es una reunión de trabajo, no de amigos y sé que hay límites que no deben cruzarse, como una cena con ebriedad. Con un suspiro que delata mis pocas ganas de moverme, dejo el cristal sobre la mesita y me pongo de pie, empezando a juntar los papeles — Tendré todo esto solucionado lo antes posible, Lulú. Y podrás ir encargando la estrella esa — agrego en tono divertido. Coloco los papeles bajo mi brazo, inclinando la cabeza en su dirección a modo de saludo educado, a pesar de no borrar la sonrisa — Espero verte el lunes, al menos en la hora del almuerzo. Que tenas una buena noche.
Hans M. Powell
Icono :
One blaze of glory ✘ Eloise - Página 2 Oxzp2zI
https://www.themightyfall.net/t8234-powell-hans-michael
Contenido patrocinado
2 participantes
No puedes responder a temas en este foro.