VERANO de 247521 de Junio — 20 de Septiembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
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Recuerdo del primer mensaje :
Habían pasado unos días desde la expedición y casi que podría decir que las cosas habían vuelto a la normalidad. La palabra clave en esa oración era 'casi' porque dejando de lado el hecho de que la mayoría de nuestras heridas estaban curadas, o en proceso de estarlo; al menos por mi parte no podía decir que estaba completamente bien. Claro, había retomado mis actividades normales, los entrenamientos y las tareas comunes en el distrito; pero últimamente saltaba por todo, y no podía estar sola demasiado tiempo sin sentirme levemente insegura. Era una estupidez, pero incluso cuando retomamos las guardias volví a sentirme como cuando era una niña pequeña y me asustaba el que sucediese algo y no supiese como actuar.
Resignada, simplemente me dedicaba a hacer de cuenta que estaba todo normal, y una de esas cosas incluía el pelear con Ben por quién ocupaba su cama cuando el resto estaba de guardia en las torres. Y es que dormir en el piso no me molestaba, pero sabiendo que había una cama disponible y que los días de frío estaban cada vez más cerca...
Ninguno ganó, yo estaba demasiado ocupada siendo una obstinada, y Ben no iba a ceder SU cama. Una poción para dormir sin sueños más tarde, y unas cuantas patadas después porque mi hermanastro tenía el tamaño de un ropero, pude dormir luego de días en una cama decente. O al menos pude hasta que me desperté con sed y muchísimo calor. No sabía si porque era un licántropo o qué, pero ben podía ser una estufa si se lo proponía.
Maldiciendo en voz alta cuando al levantarme me golpeé el dedo del pie contra la mesita del costado, fui al fregadero pegando saltos ridículos para poder tomar un vaso con agua, sin dejar de putear a medida que avanzaba. No tenía idea de qué hora era pero la luna se hallaba en lo alto, y mientras bebía el agua que me había servido, me entretenía viendo las sombras que se proyectaban en la pared contraria. Sin embargo, cuando apareció la sombra de la araña el corazón se me oprimió, y más por impulso que por otra cosa, corrí hasta donde estaban las armas. No dudé, y antes de que pudiera percatarme del verdadero tamaño del bicho, disparé contra una de las paredes.
Habían pasado unos días desde la expedición y casi que podría decir que las cosas habían vuelto a la normalidad. La palabra clave en esa oración era 'casi' porque dejando de lado el hecho de que la mayoría de nuestras heridas estaban curadas, o en proceso de estarlo; al menos por mi parte no podía decir que estaba completamente bien. Claro, había retomado mis actividades normales, los entrenamientos y las tareas comunes en el distrito; pero últimamente saltaba por todo, y no podía estar sola demasiado tiempo sin sentirme levemente insegura. Era una estupidez, pero incluso cuando retomamos las guardias volví a sentirme como cuando era una niña pequeña y me asustaba el que sucediese algo y no supiese como actuar.
Resignada, simplemente me dedicaba a hacer de cuenta que estaba todo normal, y una de esas cosas incluía el pelear con Ben por quién ocupaba su cama cuando el resto estaba de guardia en las torres. Y es que dormir en el piso no me molestaba, pero sabiendo que había una cama disponible y que los días de frío estaban cada vez más cerca...
Ninguno ganó, yo estaba demasiado ocupada siendo una obstinada, y Ben no iba a ceder SU cama. Una poción para dormir sin sueños más tarde, y unas cuantas patadas después porque mi hermanastro tenía el tamaño de un ropero, pude dormir luego de días en una cama decente. O al menos pude hasta que me desperté con sed y muchísimo calor. No sabía si porque era un licántropo o qué, pero ben podía ser una estufa si se lo proponía.
Maldiciendo en voz alta cuando al levantarme me golpeé el dedo del pie contra la mesita del costado, fui al fregadero pegando saltos ridículos para poder tomar un vaso con agua, sin dejar de putear a medida que avanzaba. No tenía idea de qué hora era pero la luna se hallaba en lo alto, y mientras bebía el agua que me había servido, me entretenía viendo las sombras que se proyectaban en la pared contraria. Sin embargo, cuando apareció la sombra de la araña el corazón se me oprimió, y más por impulso que por otra cosa, corrí hasta donde estaban las armas. No dudé, y antes de que pudiera percatarme del verdadero tamaño del bicho, disparé contra una de las paredes.
Cada accionar por parte de mi hermanastra me lleva un paso más adelante en mi camino de olvidar por qué se supone que estuvimos evitando esto durante los últimos cuatro años y no puedo evitar odiarme a mí mismo por haberme estado privando de semejante gusto. Si hay algo que Ava y yo compartimos es el carácter que ahora mismo se refleja en un juego de egos para ver quien consigue el jadeo más alto en el otro, lo cual mi cuerpo abraza, recibe y agradece. Siento que me estoy quemando por dentro, que el aire que llega a mis pulmones no es suficiente y que cada caricia, aunque la disfruto, me parece una tortura hasta llegar a donde deseo con todas mis fuerzas. Maldita sea mi debilidad.
Mi estómago se hunde un poco en el cosquilleo de la reacción que me produce el sentir como empieza a tirar para bajar mi bóxer, reaccionando tomándola de las piernas para separárselas todo lo que soy capaz en un intento de no perder el tiempo, cuando el ruido de la puerta congela mi cerebro y me quedo estático como una piedra al escuchar el griterío que viene después. Mi cuerpo reacciona por inercia y me echo hacia atrás arrodillándome por culpa de mi anterior postura, levantando el bóxer lo que ha llegado a bajarse con una velocidad que jamás había utilizado ni cuando estaba por morirme, justo cuando veo que delante de mis ojos se desarrolla una batalla campal que me hace olvidar el factor de que Eowyn 1) me ha llamado sexy y 2) me estaba acusando de haber violado a Seth y no tengo idea de qué mierda está hablando, aunque no tengo la capacidad de preguntarlo porque me he quedado en el sillón desconcertado, con el calzoncillo a medio colocar y los pelos parados en todas direcciones, tratando de conectar ideas hasta que la básica me salta como urgencia: salto del sillón y cruzó la habitación para tomar el arma de Ava y meterla dentro de uno de los cajones.
— ¡AVA, ESPERA! — como sé que si sigue avanzando se va a tirar encima de Eowyn la tomo por los hombros y la empujo nuevamente hacia el sofá, tratando de que no se mueva de ahí, hasta que me giro echo una furia en dirección a Eowyn tratando de evitar el tic en el ojo. Todavía siento el calor en mi cuerpo, pero todo el éxtasis parece haberse evaporado por completo — Y tú... ¡¿TE ES TAN COMPLICADO TOCAR LA PUERTA?! ¡ES MI PUTA CASA! — el bramido me sale más fuerte de lo que hubiese esperado y de verdad ruego que nadie quiera venir a ver lo que está pasando porque será demasiado jodido de explicar — ¡No sé de donde sacaste esas ideas pero podrías haberte esperado hasta mañana! ¡Y no hay manera de que supieras nada si...!
Mis ojos se vuelven dos líneas delgadas cuando las clavo en el rostro de la rubia entrometida, esa a la cual le metí la costumbre de que podía venir a mi casa a cualquier hora pero que ahora eso me ha jugado en contra, y me giro bruscamente en dirección a mi hermanastra — ¿TÚ LE DIJISTE? — suelto sin siquiera pensar que, en caso de que no sea así, acabo de tirar a la mierda todos los esfuerzos de cuatro años de negar que algo haya pasado entre nosotros alguna vez.
Mi estómago se hunde un poco en el cosquilleo de la reacción que me produce el sentir como empieza a tirar para bajar mi bóxer, reaccionando tomándola de las piernas para separárselas todo lo que soy capaz en un intento de no perder el tiempo, cuando el ruido de la puerta congela mi cerebro y me quedo estático como una piedra al escuchar el griterío que viene después. Mi cuerpo reacciona por inercia y me echo hacia atrás arrodillándome por culpa de mi anterior postura, levantando el bóxer lo que ha llegado a bajarse con una velocidad que jamás había utilizado ni cuando estaba por morirme, justo cuando veo que delante de mis ojos se desarrolla una batalla campal que me hace olvidar el factor de que Eowyn 1) me ha llamado sexy y 2) me estaba acusando de haber violado a Seth y no tengo idea de qué mierda está hablando, aunque no tengo la capacidad de preguntarlo porque me he quedado en el sillón desconcertado, con el calzoncillo a medio colocar y los pelos parados en todas direcciones, tratando de conectar ideas hasta que la básica me salta como urgencia: salto del sillón y cruzó la habitación para tomar el arma de Ava y meterla dentro de uno de los cajones.
— ¡AVA, ESPERA! — como sé que si sigue avanzando se va a tirar encima de Eowyn la tomo por los hombros y la empujo nuevamente hacia el sofá, tratando de que no se mueva de ahí, hasta que me giro echo una furia en dirección a Eowyn tratando de evitar el tic en el ojo. Todavía siento el calor en mi cuerpo, pero todo el éxtasis parece haberse evaporado por completo — Y tú... ¡¿TE ES TAN COMPLICADO TOCAR LA PUERTA?! ¡ES MI PUTA CASA! — el bramido me sale más fuerte de lo que hubiese esperado y de verdad ruego que nadie quiera venir a ver lo que está pasando porque será demasiado jodido de explicar — ¡No sé de donde sacaste esas ideas pero podrías haberte esperado hasta mañana! ¡Y no hay manera de que supieras nada si...!
Mis ojos se vuelven dos líneas delgadas cuando las clavo en el rostro de la rubia entrometida, esa a la cual le metí la costumbre de que podía venir a mi casa a cualquier hora pero que ahora eso me ha jugado en contra, y me giro bruscamente en dirección a mi hermanastra — ¿TÚ LE DIJISTE? — suelto sin siquiera pensar que, en caso de que no sea así, acabo de tirar a la mierda todos los esfuerzos de cuatro años de negar que algo haya pasado entre nosotros alguna vez.
Que Ben se suba sus calzones me hace gracia porque, osea, vale que se los suba si pasa su padre por la casa ¿pero yo? JAJAJAJAJAA. Me hace gracia internamente, pero externamente solo puedo demostrar cuan feliz estoy por tener razón, lo que significa que recordaré este momento los próximos cinco mil años cuando alguien me diga que solo desvarío cosas.
¡LA CONCHA TUYA EOWYN!
— ¡Perdón! — Es mi respuesta, mientras agarro el borde de la chaqueta de Seth y tiro hacia abajo pensando que me está diciendo que se me ve todo. Aunque dos segundos después pienso que no importa porque 1. no es todo porque tengo ropa interior y 2. ¿qué más da? sé que va a sonar extraño pero las dos personas que están aquí delante ya me han visto hasta el hígado en alguna ocasión y algunos más que solo una ocasión. Igual es más por inercia, porque a estas alturas ya sé los mojigatos que pueden llegar a ser.
Ava tiene muy mala puntería cuando está enfadada, pero aún así, aunque lo que sea que me lanzó (porque pasó veloz como un rayo) no lo distinguí y pasó más o menos lejitos de mi, me hace lanzar otro grito mientras me cubro la cabeza y me agacho un poquito. Y sé que me manda a la mierda pero mi cabeza solo escucha: últimos cuatro años.
Grito otra vez. — ¿Eso significa que ha pasado más de una vez? — ¡Pues claro que ha pasado más de una vez! o sea, había que ver como le estrujaba con las manos y las piernas. Y ya me estoy montando mi propia película. Ava. Ben. Llenos de lodo en los inhóspitos bosques del 14, dándolo todo por sumergirse a los dignos placeres del cuerpo. Me tengo que llevar las manos a la cara porque creo que me va a empezar a sangrar la nariz.
De repente caigo en cuenta de otra cosa, porque ya estoy en mi mundo de yupiland y aunque Ava tenga un arma en las manos un segundo, Ben esté en plan re bestia agarrándola (y aunque no sea en plan sexy se ve re sexy y me está dando un no se qué por el cuerpo que me hace morderme el labio) y en definitiva esta no es la mejor situación para quedarme donde estoy, es demasiado tarde para que le poco sentido común que tengo, haga su acto de aparición. — ¿O sea que lo de acostarte con Seth y la pared finita mientras Ava escuchaba era para ponerla a 100 y luego acostarte con ella? ¡Ben! — Me indigno. Pero hay una parte de mi tan orgullosa de él porque madre mía, eso es súper innovador para su habitual forma de proceder con el sexo. — ¡¿Cuándo llevas planeando eso sin mi?! ¡Dios! Me lo puedo imaginar. A estas alturas Seth se pone abajo, ¿cierto? Seth es el que muerde la almohada. Aunque no haya almohada. ¿O lo hacéis de frente? Madre mía de frente... con sus muelas contra tu piel y esos mordiscos cargados de gemidos y... y la forma en la que susurra tu nombre... Ben — Creo que he perdido la noción de la realidad en algún punto, mientras me meneo de un lado a otro, con la voz severamente aguda (excepto por cuando imito lo que sería el gemido de Seth llamando a Ben) y las manos sobre mi cara, estrujando mis mejillas y más excitada que si me hubieran dejado ver todos sus preliminares o se hubieran grabado en la cueva mientras lo hacían salvajemente. Nada me pone más que pensar en que Seth y Ben tienen una relación clandestina.
En ese momento llega un inoportuno "¿SE LO DIJISTE?" de Ben, que solo lo empeora. Porque para mi, lo que Ava "me dijo" confirma mis desvarío sobre Seth pasivo, sus gemidos, que sí lo violó en la cueva y es la segunda vez en la noche que tengo razón en algo. SABÍA QUE TENÍAN ALGO PERO NO A ESE NIVEL DE OÍRSE MIENTRAS SE ACUESTAN CON OTROS.
Definitivamente Ava está a un nivel que desconocía. Me encanta. Ha crecido tanto. ¡Hace nada era un bebé virgen y resulta que me la ha estado colando todo este tiempo! Mi orgullo por ella en ese instante no tiene límites.
Vuelvo a ponerme a gritar y esta vez, casi trotando en el sitio para intentar liberar toda la energía extra que llevo encima. Pero seamos realistas, a estas alturas los grititos no me van a sacar nada de encima así que, sin comerlo, ni beberlo, salto sobre Ben con una habilidad digna de un ninja. No necesito su ayuda para atrapar sus caderas con mis piernas y estampar mis labios contra los suyos de una forma súper salvaje que deja bastante claro que toda esta situación (más que nada mental mía) me ha puesto a mil. Lo de equilibrarnos corre por su cuenta. Suponiendo que pueda.
¡LA CONCHA TUYA EOWYN!
— ¡Perdón! — Es mi respuesta, mientras agarro el borde de la chaqueta de Seth y tiro hacia abajo pensando que me está diciendo que se me ve todo. Aunque dos segundos después pienso que no importa porque 1. no es todo porque tengo ropa interior y 2. ¿qué más da? sé que va a sonar extraño pero las dos personas que están aquí delante ya me han visto hasta el hígado en alguna ocasión y algunos más que solo una ocasión. Igual es más por inercia, porque a estas alturas ya sé los mojigatos que pueden llegar a ser.
Ava tiene muy mala puntería cuando está enfadada, pero aún así, aunque lo que sea que me lanzó (porque pasó veloz como un rayo) no lo distinguí y pasó más o menos lejitos de mi, me hace lanzar otro grito mientras me cubro la cabeza y me agacho un poquito. Y sé que me manda a la mierda pero mi cabeza solo escucha: últimos cuatro años.
Grito otra vez. — ¿Eso significa que ha pasado más de una vez? — ¡Pues claro que ha pasado más de una vez! o sea, había que ver como le estrujaba con las manos y las piernas. Y ya me estoy montando mi propia película. Ava. Ben. Llenos de lodo en los inhóspitos bosques del 14, dándolo todo por sumergirse a los dignos placeres del cuerpo. Me tengo que llevar las manos a la cara porque creo que me va a empezar a sangrar la nariz.
De repente caigo en cuenta de otra cosa, porque ya estoy en mi mundo de yupiland y aunque Ava tenga un arma en las manos un segundo, Ben esté en plan re bestia agarrándola (y aunque no sea en plan sexy se ve re sexy y me está dando un no se qué por el cuerpo que me hace morderme el labio) y en definitiva esta no es la mejor situación para quedarme donde estoy, es demasiado tarde para que le poco sentido común que tengo, haga su acto de aparición. — ¿O sea que lo de acostarte con Seth y la pared finita mientras Ava escuchaba era para ponerla a 100 y luego acostarte con ella? ¡Ben! — Me indigno. Pero hay una parte de mi tan orgullosa de él porque madre mía, eso es súper innovador para su habitual forma de proceder con el sexo. — ¡¿Cuándo llevas planeando eso sin mi?! ¡Dios! Me lo puedo imaginar. A estas alturas Seth se pone abajo, ¿cierto? Seth es el que muerde la almohada. Aunque no haya almohada. ¿O lo hacéis de frente? Madre mía de frente... con sus muelas contra tu piel y esos mordiscos cargados de gemidos y... y la forma en la que susurra tu nombre... Ben — Creo que he perdido la noción de la realidad en algún punto, mientras me meneo de un lado a otro, con la voz severamente aguda (excepto por cuando imito lo que sería el gemido de Seth llamando a Ben) y las manos sobre mi cara, estrujando mis mejillas y más excitada que si me hubieran dejado ver todos sus preliminares o se hubieran grabado en la cueva mientras lo hacían salvajemente. Nada me pone más que pensar en que Seth y Ben tienen una relación clandestina.
En ese momento llega un inoportuno "¿SE LO DIJISTE?" de Ben, que solo lo empeora. Porque para mi, lo que Ava "me dijo" confirma mis desvarío sobre Seth pasivo, sus gemidos, que sí lo violó en la cueva y es la segunda vez en la noche que tengo razón en algo. SABÍA QUE TENÍAN ALGO PERO NO A ESE NIVEL DE OÍRSE MIENTRAS SE ACUESTAN CON OTROS.
Definitivamente Ava está a un nivel que desconocía. Me encanta. Ha crecido tanto. ¡Hace nada era un bebé virgen y resulta que me la ha estado colando todo este tiempo! Mi orgullo por ella en ese instante no tiene límites.
Vuelvo a ponerme a gritar y esta vez, casi trotando en el sitio para intentar liberar toda la energía extra que llevo encima. Pero seamos realistas, a estas alturas los grititos no me van a sacar nada de encima así que, sin comerlo, ni beberlo, salto sobre Ben con una habilidad digna de un ninja. No necesito su ayuda para atrapar sus caderas con mis piernas y estampar mis labios contra los suyos de una forma súper salvaje que deja bastante claro que toda esta situación (más que nada mental mía) me ha puesto a mil. Lo de equilibrarnos corre por su cuenta. Suponiendo que pueda.
Icono :
¿PERDÓN? ¿Pedía perdón? Oh no, ni toda la maría de su huerta iba a ser capaz salvarla. Mis perdones a Bev, pero si esta noche no se quedaba sin madre, era porque alguna divinidad en la que no creo estaba protegiéndola. O simplemente porque Ben es sensato y tiene el buen recaudo de alejar los elementos más mortíferos de mi alcance.
De verdad estoy rabiosa y que mi hermanastro vuelva a empujarme contra el sillón, esta vez para evitar que mate a la rubia, solo sirve para recordarme lo muy frustrada que estoy. ¿No había sido solo pocos minutos atrás que ese gesto me había parecido de lo más excitante? -¿Esperar a QUÉ? Prefiero desquitarme ahora, gracias. - Le respondo entre gruñidos, mascullando por lo bajo mientras cruzo los brazos sobre mi pecho para contenerme de arrojarle más cosas. - ESO SIGNIFICA QUE ERES MUY INOPORTUNA. - Es mi respuesta hacia Eowyn, casi que ladrando cada una de las palabras que salen de mi boca. Tengo que apretar los dientes para evitar hablar de más y trato de respirar profundo para calmarme un poco. Realmente, debí haber sido una persona horrible en mi vida pasada, sino no entendía...
Eowyn sigue hablando, y como la mitad de las veces que hablaba con ella, sentía que ambas estábamos teniendo dos conversaciones diferentes. ¿Qué mierda tenía que ver Seth con esto? Resignada, me dejo caer sobre el respaldo del sillón, cruzando las piernas cuando la remera se me levanta un poco recordándome que no tengo absolutamente nada debajo de ella. ¿Qué yo había escuchado qué? - Afloja con los porros por favor. - Solicito llevándome el pulgar y el dedo medio hacia mi sien, masajeándola en un gesto nervioso. -No sé de donde sacas tus fantasías perturbadoras, pero jamás escuché ni a Ben ni a Seth teniendo relaciones. - Aunque si tenía que admitirlo, no era una fantasía tan perturbadora... ¡MALDITA SEA! Me negaba a que la rubia me pegara sus morbosidades, sin importar lo bueno que estuviesen ambos.
Seguí respirando lo más hondo que podía, y había logrado tranquilizarme un poco cuando Ben decide oportuno acusarme de haberle contado algo a la rubia. Toda la tranquilidad que había conseguido se fue a la mierda en ese momento y me paro de un salto para gritarle... casi a la cara, porque la altura no me lo permite. -¿ACASO ME CREES CAPAZ DE IR CONTANDO COSAS ASÍ POR LA VIDA? ¡ES EOWYN! - La señalo sin importarme que la rubia esté presente en esos momentos. La quiero, de verdad le quiero, pero había aprendido a no confiarle un secreto desde que todo el distrito se había enterado de mi primera menstruación. Casi que me sentía insultada de que Ben me creyese capaz de andar ventilando mi vida sexual, cuando como mucho solo ventilaba mi falta de ella... - Además eres un hipócrita. ¿O me vas a decir que Seth no sabe?- Agrego levantando una ceja a modo de desafío, invitándolo a negarme lo que acabo de decir. La diferencia, es que me chupa un huevo que Seth lo sepa, pero Eowyn... en menos de tres días todo el distrito sabría lo que había pasado, sino lo sabían ya por la cantidad de gritos que estábamos pegando.
El grito de Eowyn, me toma por sorpresa, y cuando la veo saltar cual koala en celo sobre Ben, decido que esta debe ser la noche más ridícula que he tenido. Y espero que sea real, porque como todo fuera una pesadilla, jamás dejaría que mamá me volviese a dar una poción para dormir. Cruzando los pocos pasos que me separan de la mesada, tomo el recipiente con agua que mantenemos allí, y lo vacío sobre la cabeza de la rubia sin importar que el agua salpique en todas direcciones mojando incluso hasta el sillón.
De verdad estoy rabiosa y que mi hermanastro vuelva a empujarme contra el sillón, esta vez para evitar que mate a la rubia, solo sirve para recordarme lo muy frustrada que estoy. ¿No había sido solo pocos minutos atrás que ese gesto me había parecido de lo más excitante? -¿Esperar a QUÉ? Prefiero desquitarme ahora, gracias. - Le respondo entre gruñidos, mascullando por lo bajo mientras cruzo los brazos sobre mi pecho para contenerme de arrojarle más cosas. - ESO SIGNIFICA QUE ERES MUY INOPORTUNA. - Es mi respuesta hacia Eowyn, casi que ladrando cada una de las palabras que salen de mi boca. Tengo que apretar los dientes para evitar hablar de más y trato de respirar profundo para calmarme un poco. Realmente, debí haber sido una persona horrible en mi vida pasada, sino no entendía...
Eowyn sigue hablando, y como la mitad de las veces que hablaba con ella, sentía que ambas estábamos teniendo dos conversaciones diferentes. ¿Qué mierda tenía que ver Seth con esto? Resignada, me dejo caer sobre el respaldo del sillón, cruzando las piernas cuando la remera se me levanta un poco recordándome que no tengo absolutamente nada debajo de ella. ¿Qué yo había escuchado qué? - Afloja con los porros por favor. - Solicito llevándome el pulgar y el dedo medio hacia mi sien, masajeándola en un gesto nervioso. -No sé de donde sacas tus fantasías perturbadoras, pero jamás escuché ni a Ben ni a Seth teniendo relaciones. - Aunque si tenía que admitirlo, no era una fantasía tan perturbadora... ¡MALDITA SEA! Me negaba a que la rubia me pegara sus morbosidades, sin importar lo bueno que estuviesen ambos.
Seguí respirando lo más hondo que podía, y había logrado tranquilizarme un poco cuando Ben decide oportuno acusarme de haberle contado algo a la rubia. Toda la tranquilidad que había conseguido se fue a la mierda en ese momento y me paro de un salto para gritarle... casi a la cara, porque la altura no me lo permite. -¿ACASO ME CREES CAPAZ DE IR CONTANDO COSAS ASÍ POR LA VIDA? ¡ES EOWYN! - La señalo sin importarme que la rubia esté presente en esos momentos. La quiero, de verdad le quiero, pero había aprendido a no confiarle un secreto desde que todo el distrito se había enterado de mi primera menstruación. Casi que me sentía insultada de que Ben me creyese capaz de andar ventilando mi vida sexual, cuando como mucho solo ventilaba mi falta de ella... - Además eres un hipócrita. ¿O me vas a decir que Seth no sabe?- Agrego levantando una ceja a modo de desafío, invitándolo a negarme lo que acabo de decir. La diferencia, es que me chupa un huevo que Seth lo sepa, pero Eowyn... en menos de tres días todo el distrito sabría lo que había pasado, sino lo sabían ya por la cantidad de gritos que estábamos pegando.
El grito de Eowyn, me toma por sorpresa, y cuando la veo saltar cual koala en celo sobre Ben, decido que esta debe ser la noche más ridícula que he tenido. Y espero que sea real, porque como todo fuera una pesadilla, jamás dejaría que mamá me volviese a dar una poción para dormir. Cruzando los pocos pasos que me separan de la mesada, tomo el recipiente con agua que mantenemos allí, y lo vacío sobre la cabeza de la rubia sin importar que el agua salpique en todas direcciones mojando incluso hasta el sillón.
Todo se llena de gritos tan rápido que creo que si nadie sabía de esto hasta ahora, creo que se están enterando en este preciso instante. Eowyn grita y se tapa con la ropa como si de verdad alguno de nosotros no estuviese acostumbrado a verla en bolas por ahí, Ava me grita a mí y yo solo muevo los brazos con escepticismo en busca de alguna explicación coherente porque yo no hice nada y después vuelve a pegarle un grito a la rubia que me obliga a apretarme un oído con los dedos porque jamás creí que mi hermanastra tuviese esos pulmones — No ha pasado más de una vez... — técnicamente es cierto, pero como todo es un desastre a mí alrededor, mi voz sale casi dudosa y creo que ninguna de las dos me está escuchando. Este sería un momento perfecto para irme disimuladamente al cuarto y correr la cortina.
Sin embargo, ese delirio acusador de Eowyn hace que me quede en mi lugar y aunque Ava la está acusando de drogadicta, lo único que me sale es parpadear un par de veces como si de esa manera pudiese entender mejor lo que acaba de decir. — ¿Qué...? Espera. ¡No! — la imagen mental que me regalan sus fantasías me planta una expresión poética en la cara, que pasa del desconcierto, al espanto, al repentino asco, para terminar de nuevo en completa confusión — ¡Seth no muerde la almohada! — un momento, esa no es manera de expresarse con Eowyn y su don para encontrar lagunas en todo lo que le dices, así que muevo mis dos manos con rapidez frente a mí como si quisiera detener un camión que viene a toda velocidad — ¡Que conste si te interesa, pero no soy gay! — ¿En serio acabo de decir eso? ¿En serio?
La acusación de Ava me deja boqueando con indignación dos segundos antes de que sea capaz de volver a hablar, aunque esta vez ya no me importa que alguien nos oiga — ¡ES SETH! ¡No va a estar contándole nada a nadie! — no soy tan descarado para mentirle en la cara y decirle que no lo sabe porque todos aquí sabemos que no soy de guardarle secretos a mi mejor amigo, pero tampoco me pongo a discutirlo porque por un momento creo que Eowyn está teniendo un ataque de asma o quizá de epilepsia. Estoy por ponerme a enumerar los pasos de la maniobra de Heimlich para tratar de salvarla, cuando la veo correr hacia mí como un toro poseído y solo alcanzo a dar unos pasos hacia atrás en un intento de salvarme de su ataque que puedo sentir como todo su peso cae sobre mí como un tackle, haciéndome caer estrepitosamente contra la mesa que se me clava en la espalda baja y me obliga a soltar un quejido contra sus labios que ruego que su mente no confunda con un gemido.
Doy gracias a que Eowyn es menuda porque sino los dos hubiésemos terminado en el suelo, pero mis manos flotan en el aire dos segundos sin saber dónde mierda ponerse porque todavía no conecto lo que acaba de pasar mientras ella está prácticamente devorándome la boca, obligando a mis labios a moverse incluso aunque yo no dé la orden. Sé que intento farbullar su nombre en más de una ocasión y acabo agarrándola por la cintura en un intento de echarla hacia atrás, aunque creo que sus manos no me agarraron jamás con tanto ímpetu, como si fuese una garrapata. Por una fracción de segundo, no puedo evitar pensar en lo bizarro de haber pasado por esto y acabo cayendo en la idea que jamás he besado a dos mujeres en la misma noche, casi una detrás de la otra, lo cual en cierto modo es casi hasta tentador... No, no, Ben no, concéntrate. Testosterona, un paso atrás.
Como medida casi desesperada muerdo a Eowyn en un intento de que lo entienda como que intento alejarla y estoy por agarrarla del pelo para echarle la cabeza hacia atrás cuando el agua fría me congela en un instante, aunque ayuda a que pueda tener la boca libre a pesar de que siento los labios como si me los hubiesen succionado con una sopapa — ¿ESTÁS LOCA? ¡PIDO TIEMPO! — escupo algo de agua y sacudo la cabeza para quitarme los pelos de la cara, subiendo las manos a los brazos de Eowyn para tironear y sacármela de encima, por lo que acabo lanzándola con tanta brusquedad al sofá que su cuerpo rebota, aunque el que me tuviera agarrado de las caderas hace que me tambalee y tengo que sostenerme del sofá para incorporarme y no perder la poca dignidad que me queda — ¡ESTATE QUIETA AQUÍ! ¡Y TÚ TE QUEDAS AHÍ! — le ordeno a Ava, girándome rápidamente hacia ella como si de quitarle la vista de encima supusiera que van a volver a matarse en dos segundos — ¡NO QUIERO SABER NADA SOBRE QUIEN MORDIÓ LA ALMOHADA, O QUIEN DIJO QUE COSA! ¡Y con quien me acuesto es problema MIO! — le señalo a Eowyn, apuntando por un momento a mi pecho — ¡Qué no tengamos ropa no es una invitación a un trío, Eowyn! — y estoy decidido a irme al dormitorio con toda la frustración que tengo encima, pero cuando me giro patino con el agua del balde y con un "patapaf!" seco que retumba en toda la casa, termino básicamente de culo en el suelo.
Sin embargo, ese delirio acusador de Eowyn hace que me quede en mi lugar y aunque Ava la está acusando de drogadicta, lo único que me sale es parpadear un par de veces como si de esa manera pudiese entender mejor lo que acaba de decir. — ¿Qué...? Espera. ¡No! — la imagen mental que me regalan sus fantasías me planta una expresión poética en la cara, que pasa del desconcierto, al espanto, al repentino asco, para terminar de nuevo en completa confusión — ¡Seth no muerde la almohada! — un momento, esa no es manera de expresarse con Eowyn y su don para encontrar lagunas en todo lo que le dices, así que muevo mis dos manos con rapidez frente a mí como si quisiera detener un camión que viene a toda velocidad — ¡Que conste si te interesa, pero no soy gay! — ¿En serio acabo de decir eso? ¿En serio?
La acusación de Ava me deja boqueando con indignación dos segundos antes de que sea capaz de volver a hablar, aunque esta vez ya no me importa que alguien nos oiga — ¡ES SETH! ¡No va a estar contándole nada a nadie! — no soy tan descarado para mentirle en la cara y decirle que no lo sabe porque todos aquí sabemos que no soy de guardarle secretos a mi mejor amigo, pero tampoco me pongo a discutirlo porque por un momento creo que Eowyn está teniendo un ataque de asma o quizá de epilepsia. Estoy por ponerme a enumerar los pasos de la maniobra de Heimlich para tratar de salvarla, cuando la veo correr hacia mí como un toro poseído y solo alcanzo a dar unos pasos hacia atrás en un intento de salvarme de su ataque que puedo sentir como todo su peso cae sobre mí como un tackle, haciéndome caer estrepitosamente contra la mesa que se me clava en la espalda baja y me obliga a soltar un quejido contra sus labios que ruego que su mente no confunda con un gemido.
Doy gracias a que Eowyn es menuda porque sino los dos hubiésemos terminado en el suelo, pero mis manos flotan en el aire dos segundos sin saber dónde mierda ponerse porque todavía no conecto lo que acaba de pasar mientras ella está prácticamente devorándome la boca, obligando a mis labios a moverse incluso aunque yo no dé la orden. Sé que intento farbullar su nombre en más de una ocasión y acabo agarrándola por la cintura en un intento de echarla hacia atrás, aunque creo que sus manos no me agarraron jamás con tanto ímpetu, como si fuese una garrapata. Por una fracción de segundo, no puedo evitar pensar en lo bizarro de haber pasado por esto y acabo cayendo en la idea que jamás he besado a dos mujeres en la misma noche, casi una detrás de la otra, lo cual en cierto modo es casi hasta tentador... No, no, Ben no, concéntrate. Testosterona, un paso atrás.
Como medida casi desesperada muerdo a Eowyn en un intento de que lo entienda como que intento alejarla y estoy por agarrarla del pelo para echarle la cabeza hacia atrás cuando el agua fría me congela en un instante, aunque ayuda a que pueda tener la boca libre a pesar de que siento los labios como si me los hubiesen succionado con una sopapa — ¿ESTÁS LOCA? ¡PIDO TIEMPO! — escupo algo de agua y sacudo la cabeza para quitarme los pelos de la cara, subiendo las manos a los brazos de Eowyn para tironear y sacármela de encima, por lo que acabo lanzándola con tanta brusquedad al sofá que su cuerpo rebota, aunque el que me tuviera agarrado de las caderas hace que me tambalee y tengo que sostenerme del sofá para incorporarme y no perder la poca dignidad que me queda — ¡ESTATE QUIETA AQUÍ! ¡Y TÚ TE QUEDAS AHÍ! — le ordeno a Ava, girándome rápidamente hacia ella como si de quitarle la vista de encima supusiera que van a volver a matarse en dos segundos — ¡NO QUIERO SABER NADA SOBRE QUIEN MORDIÓ LA ALMOHADA, O QUIEN DIJO QUE COSA! ¡Y con quien me acuesto es problema MIO! — le señalo a Eowyn, apuntando por un momento a mi pecho — ¡Qué no tengamos ropa no es una invitación a un trío, Eowyn! — y estoy decidido a irme al dormitorio con toda la frustración que tengo encima, pero cuando me giro patino con el agua del balde y con un "patapaf!" seco que retumba en toda la casa, termino básicamente de culo en el suelo.
¡Seth no muerde la almohada! OSEA QUE LO MUERDE A ÉL. AAAAAAAAAH. ¡Que conste si te interesa, pero no soy gay! — Esto tiene más credibilidad que Ava diciendo que es virgen — Y ESTOY SÚPER INDIGNADA. Creía que teníamos una relación de amistad como la de Ben y Seth, pero sin lo gay porque ella es re hetero (JAJAJA yo no le creo) y eso significaba que había conseguido que sintiera que podía confiar en mi para lo que fuera, y más para las cosas importantes. Así que mi frase es un intento de meter un dedo en la yaga que ella le ha hecho a nuestra amistad al mentirme a la cara con semejante descaro. Debería haber confiado en mi instinto, era absurdo no haberlo hecho antes, no se había equivocado ¡aunque ellos le hubieran hecho creer que sí! — CONFIABA EN TIIII. ¡TRAIDORA! MIRA PARA LO QUE ME SIRVIÓ. ME ROMPISTE EL CORAZÓN —
En realidad salvo por ese trozo (lo que me interesa, vaya) ni estoy prestando atención a la mitad de las cosas, a ninguna si soy sincera, cuando tengo a Ben atrapado entre mis brazos y mis piernas. No veas lo mucho que me pone ese gemido que le arranco de los labios mientras nos besamos y mucho menos esa forma sensual y perfecta en la que mi nombre sale entre jadeos y cortes de sus labios. Obviemos que está intentado desesperado quitarme de encima. Al menos hasta nos empapa Ava y Ben me empuja contra el sofá, cosa que me hace soltar un grito y una risita de estas de "no seas pillín, córtate un poco" y ni le libero las caderas a pesar de que mis brazos ya no lo rodean y juegan con su cabello como si no hubiera mañana.
Me reincorporo en el sofá soltando a Ben porque no me queda de otra, y giro mi cabeza hacia Ava que nos echa una mirada de esas asesinas suyas; pero yo ya tengo el filtro esto es un trío seguro, así que para mi es su mirada sexy resentida porque no le hice caso a ella. Me pongo a gatas en le sofá y doy un par de pasitos hacia ella hasta que Ben se pone a gritar como un psicótico y nos corta el rollo. Si NOS corta el rollo. — Oh, ¡vamos! ¿cómo no? ¿te crees que yo voy por ahí en bolas para invitar a la gente a desayunar? está implícito. — DUH. Me ha faltado hacerle eso, aunque aún así caigo con el gesto, ladeando un poco la cabeza y abriendo la boca como si él fuera idiota por no notar eso.
Estallo en risas cuando le veo irse de culo contra el suelo; pero lo mejor de todo no es que se caiga, sino las vistas. — Ok, ahora sé porque Seth no se resiste a su culito. Ni Ava. Oh dios mío. Si Ben se acuesta con Seth y Ava, ¿Seth se ha acostado con Ava? porque eso es como WAH — y era boba cuando la compré... — así que técnicamente también se ha acostado conmigo. — Y con Cale. Lo cual es perturbador. — ¿Ves? no eres tan hetero como crees. Anda. Te dejo ir primera. — Me pongo en plan picardía absoluta, acomodando los mechones mojados de mi cabello detrás de mi oreja, que se han quedado bastante desacomodados con el jaleo. — Piénsalo. No todas las pseudo vírgenes tienen una oportunidad como esta. — Además lo fácil de esto es que Ben con dos chicas sería más fácil de convencer que Ben con un chico y una chica (cosa que ya probé por cierto. Y sí, el otro era Seth. Maldito mojigatos), así que técnicamente todo debería ir bien. En cuanto Ava diga que sí Ben cambiará de idea, obvio. Lo tengo todo controlado. — Y un trío siempre es más fácil de empezar con dos chicas. ¿Sabes? esa es otra cosa que a Ben le pone un montón. ¿Quieres verlo? — Me fui acercando a ella en plan sensual desde el sofá y luego a pasitos más regulares una vez se me acabó y me vi obligada a ponerme en pie.
En realidad salvo por ese trozo (lo que me interesa, vaya) ni estoy prestando atención a la mitad de las cosas, a ninguna si soy sincera, cuando tengo a Ben atrapado entre mis brazos y mis piernas. No veas lo mucho que me pone ese gemido que le arranco de los labios mientras nos besamos y mucho menos esa forma sensual y perfecta en la que mi nombre sale entre jadeos y cortes de sus labios. Obviemos que está intentado desesperado quitarme de encima. Al menos hasta nos empapa Ava y Ben me empuja contra el sofá, cosa que me hace soltar un grito y una risita de estas de "no seas pillín, córtate un poco" y ni le libero las caderas a pesar de que mis brazos ya no lo rodean y juegan con su cabello como si no hubiera mañana.
Me reincorporo en el sofá soltando a Ben porque no me queda de otra, y giro mi cabeza hacia Ava que nos echa una mirada de esas asesinas suyas; pero yo ya tengo el filtro esto es un trío seguro, así que para mi es su mirada sexy resentida porque no le hice caso a ella. Me pongo a gatas en le sofá y doy un par de pasitos hacia ella hasta que Ben se pone a gritar como un psicótico y nos corta el rollo. Si NOS corta el rollo. — Oh, ¡vamos! ¿cómo no? ¿te crees que yo voy por ahí en bolas para invitar a la gente a desayunar? está implícito. — DUH. Me ha faltado hacerle eso, aunque aún así caigo con el gesto, ladeando un poco la cabeza y abriendo la boca como si él fuera idiota por no notar eso.
Estallo en risas cuando le veo irse de culo contra el suelo; pero lo mejor de todo no es que se caiga, sino las vistas. — Ok, ahora sé porque Seth no se resiste a su culito. Ni Ava. Oh dios mío. Si Ben se acuesta con Seth y Ava, ¿Seth se ha acostado con Ava? porque eso es como WAH — y era boba cuando la compré... — así que técnicamente también se ha acostado conmigo. — Y con Cale. Lo cual es perturbador. — ¿Ves? no eres tan hetero como crees. Anda. Te dejo ir primera. — Me pongo en plan picardía absoluta, acomodando los mechones mojados de mi cabello detrás de mi oreja, que se han quedado bastante desacomodados con el jaleo. — Piénsalo. No todas las pseudo vírgenes tienen una oportunidad como esta. — Además lo fácil de esto es que Ben con dos chicas sería más fácil de convencer que Ben con un chico y una chica (cosa que ya probé por cierto. Y sí, el otro era Seth. Maldito mojigatos), así que técnicamente todo debería ir bien. En cuanto Ava diga que sí Ben cambiará de idea, obvio. Lo tengo todo controlado. — Y un trío siempre es más fácil de empezar con dos chicas. ¿Sabes? esa es otra cosa que a Ben le pone un montón. ¿Quieres verlo? — Me fui acercando a ella en plan sensual desde el sofá y luego a pasitos más regulares una vez se me acabó y me vi obligada a ponerme en pie.
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El "no ha pasado más de una vez" que pronuncia Ben, llega tarde a mis oídos y lo agradezco ya que me da el tiempo de morderme la lengua antes de poder aclarar que técnicamente NO es cierto. Sí, fue una noche, lo de una vez ya era otro asunto.
Rodando los ojos, escucho las explicaciones de Ben sin que me importe demasiado lo que está diciendo, demasiado concentrada en mi enojo todavía. En circunstancias completamente normales en las cuales la rubia no hubiese interrumpido nada, probablemente estaría riéndome a carcajada limpia por su delirio fantasioso y las justificaciones de mi hermanastro. En estos momentos sin embargo, solo necesito golpear algo. - Jamás dije que fuera virgen, que lo hayas asumido es otra cosa. - Aclaro siseando las palabras, y sabiendo que en resumidas cuentas casi siempre he evitado mentirle. ¿Tergiversado la verdad hasta extremos moralmente juiciosos? Claro, era experta en evadir sus preguntas y darle vuelta las cosas. Pero en sí jamás le había mentido alevosamente. - ¡Y no te rompí nada! Escandalosa... Siempre preguntaste en tiempo presente, y no, no hacemos nada cuando nos vamos en las expediciones o en ningún otro momento... o no lo hacíamos hasta poco antes de que llegaras. - Y ahí está, mi boca como siempre hablando de más, y aclarando cosas completamente innecesarias.
Me abstengo de acotar que sé que Seth no va a abrir la boca, sobretodo porque seguramente Ben pueda contar peores cosas de él. De hecho, solo habían pasado unos cuantos minutos desde que mi hermanastro había mandado al frente a su mejor amigo con el tema de los chocolates... Mal momento para recordar eso siendo el enojo que me había provocado, o muy bueno si considero que también viene a mi mente el whiskey que ha quedado perdido en algún lugar de la habitación. No puedo buscar nada, porque cuando Ben se libera de la rubia y se pone a gritar (no estoy segura de si a mí o a Eowyn), me ordena quedarme quieta, lo que me hace cruzar los brazos con fastidio al mismo tiempo que mi ceja izquierda se eleva con impaciencia.
Siguiendo la montaña rusa de emociones de la última hora, estoy por devolverle los gritos a mi hermanastro, cuando gracias al agua que se encuentra tirada en el piso de golpe cae con un estruendo seco que me deja pasmada en mi lugar. ¿Pero qué...? No me río, la situación es lo suficientemente bizarra como para quitarle la gracia al asunto, y termino estirando la mano hacia Ben para ayudarlo a incorporarse mientras me dirijo nuevamente a la rubia, quien ya ha empezado nuevamente con sus proposiciones. - Tú irías desnuda por la vida si no fuera por el frío, o porque te lo han prohibido. - Declaro con una mezcla de fastidio y resignación. - Y no, no me he acostado con Seth, ni contigo así que ya déjate de tonterías. NO ME ATRAEN LAS MUJERES y mi líbido terminó en el piso gracias a tu interrupción, así que espero que sepas disculparme, pero NO, NO PIENSO HACER UN TRÍO. - Una vez que Ben se ha incorporado nuevamente, ignoro por completo los avances que supongo quieren ser seductores por parte de Eowyn, y me doy vuelta sobre mis talones. Procurando tomar rápidamente una bombacha de entre el bolso que tiene mis cosas, me dirijo hacia la cama sin preocuparme mucho más por los otros dos y tratando de evitar pensar en lo mucho que me habría gustado echar a la rubia a patadas y volver a retomar en donde habíamos quedado.
Rodando los ojos, escucho las explicaciones de Ben sin que me importe demasiado lo que está diciendo, demasiado concentrada en mi enojo todavía. En circunstancias completamente normales en las cuales la rubia no hubiese interrumpido nada, probablemente estaría riéndome a carcajada limpia por su delirio fantasioso y las justificaciones de mi hermanastro. En estos momentos sin embargo, solo necesito golpear algo. - Jamás dije que fuera virgen, que lo hayas asumido es otra cosa. - Aclaro siseando las palabras, y sabiendo que en resumidas cuentas casi siempre he evitado mentirle. ¿Tergiversado la verdad hasta extremos moralmente juiciosos? Claro, era experta en evadir sus preguntas y darle vuelta las cosas. Pero en sí jamás le había mentido alevosamente. - ¡Y no te rompí nada! Escandalosa... Siempre preguntaste en tiempo presente, y no, no hacemos nada cuando nos vamos en las expediciones o en ningún otro momento... o no lo hacíamos hasta poco antes de que llegaras. - Y ahí está, mi boca como siempre hablando de más, y aclarando cosas completamente innecesarias.
Me abstengo de acotar que sé que Seth no va a abrir la boca, sobretodo porque seguramente Ben pueda contar peores cosas de él. De hecho, solo habían pasado unos cuantos minutos desde que mi hermanastro había mandado al frente a su mejor amigo con el tema de los chocolates... Mal momento para recordar eso siendo el enojo que me había provocado, o muy bueno si considero que también viene a mi mente el whiskey que ha quedado perdido en algún lugar de la habitación. No puedo buscar nada, porque cuando Ben se libera de la rubia y se pone a gritar (no estoy segura de si a mí o a Eowyn), me ordena quedarme quieta, lo que me hace cruzar los brazos con fastidio al mismo tiempo que mi ceja izquierda se eleva con impaciencia.
Siguiendo la montaña rusa de emociones de la última hora, estoy por devolverle los gritos a mi hermanastro, cuando gracias al agua que se encuentra tirada en el piso de golpe cae con un estruendo seco que me deja pasmada en mi lugar. ¿Pero qué...? No me río, la situación es lo suficientemente bizarra como para quitarle la gracia al asunto, y termino estirando la mano hacia Ben para ayudarlo a incorporarse mientras me dirijo nuevamente a la rubia, quien ya ha empezado nuevamente con sus proposiciones. - Tú irías desnuda por la vida si no fuera por el frío, o porque te lo han prohibido. - Declaro con una mezcla de fastidio y resignación. - Y no, no me he acostado con Seth, ni contigo así que ya déjate de tonterías. NO ME ATRAEN LAS MUJERES y mi líbido terminó en el piso gracias a tu interrupción, así que espero que sepas disculparme, pero NO, NO PIENSO HACER UN TRÍO. - Una vez que Ben se ha incorporado nuevamente, ignoro por completo los avances que supongo quieren ser seductores por parte de Eowyn, y me doy vuelta sobre mis talones. Procurando tomar rápidamente una bombacha de entre el bolso que tiene mis cosas, me dirijo hacia la cama sin preocuparme mucho más por los otros dos y tratando de evitar pensar en lo mucho que me habría gustado echar a la rubia a patadas y volver a retomar en donde habíamos quedado.
Creo que cuando le cuente todo lo que está pasando a Seth mañana, no va a poder creérmelo. Eowyn parece tomarse, como es costumbre desde que la conozco, todas mis advertencias a juego e incluso tengo que dar algunos manotazos a lo "quita tú" cuando mete las manos en mi pelo, una acción que por lo general he recibido de buena gana de su parte desde que tengo dieciséis años. Pero ahora mismo, considerando que me ha arruinado lo que podría haber sido mi mejor noche de sexo en la vida por culpa de las ganas tan contenidas, no quiero saber nada con que me toque. O bueno, vaya a saber cuánto me va a durar ese fastidio.
El dolor es tan molesto como humillante y me quejo con un suave gimoteo desde el suelo, girando un poco en un intento de levantarme del suelo hasta que veo la mano de Ava aparecer frente a mí a pesar de escuchar las carcajadas de Eowyn que, de haber sido al revés, yo hubiese dejado salir. Agarro la mano de mi hermanastra y utilizo la otra para apoyarme en la mesa para ponerme de pie, aunque lo primero que hago cuando me estoy incorporando es mirar a Eowyn sin poder creerme todo lo que está soltando. La cosa es que cuando dice prácticamente al aire y con todas las letras que tengamos un trío, yo alzo mis manos y las dejo caer desviando la mirada en un claro gesto de "ya está, yo hasta aquí llegué". Es una de esas situaciones que cualquier hombre estaría dispuesto a tomar, pero es tan bizarra, inverosímil y frustrante que lo único que quiero hacer es salir por la puerta, cosa que haría de no ser que estoy casi desnudo.
— Yo nunca dije que me pone ver... — empiezo a decir, pero mi voz es una vez más reprimida por los gritos de Ava y tengo que hacer un esfuerzo para no poner los ojos en blanco de tal manera que termine viendo el interior de mi cráneo. Antes de que pueda siquiera decir algo, Ava ha rechazado la propuesta y cuando me quiero dar cuenta, está metida adentro del dormitorio, privándome de la vista por culpa de la cortina. Y por alguna razón, ahí es cuando siento un frío muy diferente al baldazo que soporté minutos atrás.
De toda la euforia y excitación que llegué a sentir esta noche, ahora mismo me siento ridículo y extrañamente apagado, además de que todavía me duele el culo por el golpe y tengo los calzones mojados por culpa del agua; básicamente, todo lo que no creí que terminaría pasando. Tardo unos segundos en mirar a Eowyn porque siento que de hacerlo voy a matarla, hasta que al final lo hago con una mirada helada que si alguien no supiese que soy un licántropo, ahora mismo lo sabría — Gracias por ese favor, Eowyn. ¡C u a t r o a ñ o s! — deletreo las palabras a ver si se le graba lo mucho que he estado dándole vueltas al asunto de volver a meterme con mi hermanastra y antes de que se le ocurra ofrecerme tener sexo de consuelo (porque tristemente la conozco demasiado) y encima que yo termine accediendo por culpa de la calentura que quedó en alguna parte de mí, voy hacia ella y la tomo del brazo para empezar a arrastrarla fuera de la casa — Y si le cuentas a alguien de esto... ¡Le diré a Arleth que le pones marihuana a su té para que deje de gritarte! — la suelto con brusquedad en cuanto estamos fuera, bufando de mala gana y le cierro la puerta en la cara con un seco y bruto "¡buenas noches!" que no estoy seguro de que ha escuchado.
Para cuando regreso por la sala y observo lo que ha sido el escándalo, tiro el balde con resignación dentro del baño, apago la lámpara y me lanzo al sillón, donde encuentro la botella de whisky que me acabo solo en la oscuridad. Al menos, de esa forma, logro dormirme sin caer en la tentación de arrastrarme hacia el dormitorio en busca de algo que ahora mismo no creo merecer.
El dolor es tan molesto como humillante y me quejo con un suave gimoteo desde el suelo, girando un poco en un intento de levantarme del suelo hasta que veo la mano de Ava aparecer frente a mí a pesar de escuchar las carcajadas de Eowyn que, de haber sido al revés, yo hubiese dejado salir. Agarro la mano de mi hermanastra y utilizo la otra para apoyarme en la mesa para ponerme de pie, aunque lo primero que hago cuando me estoy incorporando es mirar a Eowyn sin poder creerme todo lo que está soltando. La cosa es que cuando dice prácticamente al aire y con todas las letras que tengamos un trío, yo alzo mis manos y las dejo caer desviando la mirada en un claro gesto de "ya está, yo hasta aquí llegué". Es una de esas situaciones que cualquier hombre estaría dispuesto a tomar, pero es tan bizarra, inverosímil y frustrante que lo único que quiero hacer es salir por la puerta, cosa que haría de no ser que estoy casi desnudo.
— Yo nunca dije que me pone ver... — empiezo a decir, pero mi voz es una vez más reprimida por los gritos de Ava y tengo que hacer un esfuerzo para no poner los ojos en blanco de tal manera que termine viendo el interior de mi cráneo. Antes de que pueda siquiera decir algo, Ava ha rechazado la propuesta y cuando me quiero dar cuenta, está metida adentro del dormitorio, privándome de la vista por culpa de la cortina. Y por alguna razón, ahí es cuando siento un frío muy diferente al baldazo que soporté minutos atrás.
De toda la euforia y excitación que llegué a sentir esta noche, ahora mismo me siento ridículo y extrañamente apagado, además de que todavía me duele el culo por el golpe y tengo los calzones mojados por culpa del agua; básicamente, todo lo que no creí que terminaría pasando. Tardo unos segundos en mirar a Eowyn porque siento que de hacerlo voy a matarla, hasta que al final lo hago con una mirada helada que si alguien no supiese que soy un licántropo, ahora mismo lo sabría — Gracias por ese favor, Eowyn. ¡C u a t r o a ñ o s! — deletreo las palabras a ver si se le graba lo mucho que he estado dándole vueltas al asunto de volver a meterme con mi hermanastra y antes de que se le ocurra ofrecerme tener sexo de consuelo (porque tristemente la conozco demasiado) y encima que yo termine accediendo por culpa de la calentura que quedó en alguna parte de mí, voy hacia ella y la tomo del brazo para empezar a arrastrarla fuera de la casa — Y si le cuentas a alguien de esto... ¡Le diré a Arleth que le pones marihuana a su té para que deje de gritarte! — la suelto con brusquedad en cuanto estamos fuera, bufando de mala gana y le cierro la puerta en la cara con un seco y bruto "¡buenas noches!" que no estoy seguro de que ha escuchado.
Para cuando regreso por la sala y observo lo que ha sido el escándalo, tiro el balde con resignación dentro del baño, apago la lámpara y me lanzo al sillón, donde encuentro la botella de whisky que me acabo solo en la oscuridad. Al menos, de esa forma, logro dormirme sin caer en la tentación de arrastrarme hacia el dormitorio en busca de algo que ahora mismo no creo merecer.
- Jamás dije que fuera virgen, que lo hayas asumido es otra cosa. -
Me deja con la palabra en la boca porque acabo de darme cuenta de que tiene razón, pero eso deja de importar cuando admite, según yo, que sí hacían cochinadas en el bosque e incluso cada vez que se quedan solos en la cabaña. — Si me hubieras dicho que lo hacíais a lo mejor hoy no había entrado de repente — Me defiendo, cruzándome de brazos y resignándome a quedarme sin otro trío sin saber que diablos estoy haciendo mal. Ya van dos que tengo a tiro Y ME SALE MAL.
Me quedo mirándola bastante sorprendida cuando agarra bragas de su mochila y luego se va a la habitación, quedándome con una cara de pánfila que no puedo ni con ella, y con la boca casi desencajada de la sorpresa. Paso la vista de la cortina a Ben y de Ben a la cortina y luego suelto una risita. — Oh dios mío. Dos minutos más y se la habrías metido hasta el fondo ¿verdad? — Encuentro eso divertido y al mismo tiempo re DIOS QUE IMBÉCIL SOY porque estoy convencida que de haber esperado esos pequeños segunditos más me habría podido sumar a ellos sin problema. ¡La próxima vez miro por la ventana primero! LO JURO. Así es como descubro que estaba haciendo mal: meterme en el momento incorrecto.
Aunque Ben me siga regañando me quedo en plan re feliz en mi lugar porque esta es esa clase de cosas con chismes jugosos que una no ve todos los días. — ¡no sabía! ¡eso te pasa por mentiroso! ¡creía que teníamos la confianza suficiente para decirme que querías llevarte a la cama a otra! ¡te habría ayudado, idiota! — Además está claro que a él no se le da bien si en cuatro años no pudo llevarse a Ava al huerto por su cuenta. Cuando le veo bien frustrado al pobrecito, me llevo la mano al sierre de la cazadora con toda la intención obvia de desnudarme y consolarlo; y alcanzo a llegar hasta la mitad del estómago antes de que me agarre de un brazo. — ¡ay! ¡bruto! ¡ya sé que dije que me ponía pero así no! — Y visto y no visto, estoy fuera de su cabaña con una amenaza de aquí a plutón que no puede importarme más una mierda porque O SEA ESTO ES EL CHISME DEL AÑO.
Me quedo cual gato protestando con la puerta cerrada arañando la puerta y llamando a Ben (porque no escuché su buenas noches) que se anda haciendo el difícil, e incluso le propongo algún par de cosas que le haré solo como excepción por ser hoy, pero al final me aburro de estar esperando a que me abra así que me tengo que ir.
Mientras voy a casa encuentro a Jonathan, que me pregunta, por hacer la gracia, si no tengo frío. Y así, señores, es como empieza el rumor de como Ava ha perdido la virginidad con Ben en el bosque y luego se metió de lleno en una orgía. Para la primera hora de la mañana, ya todo el mundo lo sabía; de boca en boca había cambiado la historia, pero la base permanecía: Ben se acostó con Ava. Lo mejor era que yo podía decir que no dije nada sin mentir, porque según yo, Ben me había prohibido mencionar lo de la noche anterior; y eso de mi boca no salió.
Me deja con la palabra en la boca porque acabo de darme cuenta de que tiene razón, pero eso deja de importar cuando admite, según yo, que sí hacían cochinadas en el bosque e incluso cada vez que se quedan solos en la cabaña. — Si me hubieras dicho que lo hacíais a lo mejor hoy no había entrado de repente — Me defiendo, cruzándome de brazos y resignándome a quedarme sin otro trío sin saber que diablos estoy haciendo mal. Ya van dos que tengo a tiro Y ME SALE MAL.
Me quedo mirándola bastante sorprendida cuando agarra bragas de su mochila y luego se va a la habitación, quedándome con una cara de pánfila que no puedo ni con ella, y con la boca casi desencajada de la sorpresa. Paso la vista de la cortina a Ben y de Ben a la cortina y luego suelto una risita. — Oh dios mío. Dos minutos más y se la habrías metido hasta el fondo ¿verdad? — Encuentro eso divertido y al mismo tiempo re DIOS QUE IMBÉCIL SOY porque estoy convencida que de haber esperado esos pequeños segunditos más me habría podido sumar a ellos sin problema. ¡La próxima vez miro por la ventana primero! LO JURO. Así es como descubro que estaba haciendo mal: meterme en el momento incorrecto.
Aunque Ben me siga regañando me quedo en plan re feliz en mi lugar porque esta es esa clase de cosas con chismes jugosos que una no ve todos los días. — ¡no sabía! ¡eso te pasa por mentiroso! ¡creía que teníamos la confianza suficiente para decirme que querías llevarte a la cama a otra! ¡te habría ayudado, idiota! — Además está claro que a él no se le da bien si en cuatro años no pudo llevarse a Ava al huerto por su cuenta. Cuando le veo bien frustrado al pobrecito, me llevo la mano al sierre de la cazadora con toda la intención obvia de desnudarme y consolarlo; y alcanzo a llegar hasta la mitad del estómago antes de que me agarre de un brazo. — ¡ay! ¡bruto! ¡ya sé que dije que me ponía pero así no! — Y visto y no visto, estoy fuera de su cabaña con una amenaza de aquí a plutón que no puede importarme más una mierda porque O SEA ESTO ES EL CHISME DEL AÑO.
Me quedo cual gato protestando con la puerta cerrada arañando la puerta y llamando a Ben (porque no escuché su buenas noches) que se anda haciendo el difícil, e incluso le propongo algún par de cosas que le haré solo como excepción por ser hoy, pero al final me aburro de estar esperando a que me abra así que me tengo que ir.
Mientras voy a casa encuentro a Jonathan, que me pregunta, por hacer la gracia, si no tengo frío. Y así, señores, es como empieza el rumor de como Ava ha perdido la virginidad con Ben en el bosque y luego se metió de lleno en una orgía. Para la primera hora de la mañana, ya todo el mundo lo sabía; de boca en boca había cambiado la historia, pero la base permanecía: Ben se acostó con Ava. Lo mejor era que yo podía decir que no dije nada sin mentir, porque según yo, Ben me había prohibido mencionar lo de la noche anterior; y eso de mi boca no salió.
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