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  • The Mighty Fall
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    OTOÑO de 247421 de Septiembre — 20 de Diciembre


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    Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

    Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

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    Mazmorras
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    Mazmorras
    Las mazmorras son conocidos como los lugares más fríos de todo Hogwarts. Pocas clases se dictan en ellas y pocas personas se atreven a rondarlas, no solo por su eterna oscuridad sino también porque es muy fácil perderse en ellas.
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    The Mighty Fall
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    Con Viktor R. Carstairs.

    Había estado adelantando trabajos, deberes y estudios, incluyendo cosas que pudiesen servirme para los EXTASIS. Aún quedaba casi todo el curso para hacerlos, pero prefería ir teniéndolos en cuenta para que luego no se me acumulase todo al final del año y pudiese dedicarme a lo justo y necesario. Además, de ese modo podría ir disfrutando de los días o de las épocas especiales, como la de aquella ocasión. ¡Tocaba disfrutar de Halloween! Así que allí estaba yo, tan feliz, poniéndome mi disfraz, uno que me habían enviado mis padres unos días antes en cuanto les había pedido algo.

    No les había especificado lo que quería, porque en realidad no sabía qué quería, pero mi madre había acompañado el paquete con una nota que ponía “para mi príncipe adorado”. Así que intuí lo que era antes de ver el disfraz de príncipe de cuento, pero como se trataba de Halloween y no de Mardi Gras, le pedí maquillaje a una amiga de Hufflepuff e improvisé algo con mi cara.

    Después dejé el maquillaje en el baúl de mi amiga y salí de la sala común canturreando una canción inventada.

    Maquillaje:
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    Viktor R. Carstairs
    Miembro del Departamento de Justicia
    Con James C. MacKenzie

    El último año es lo mejor que me va a pasar en la vida, ya lo puedo notar. Los niños en los pasillos me respetan, todos mueren por venir conmigo a los bailes y ¿Cómo no hacerlo? ¡Soy garantía de diversión! El único problema son los inevitables exámenes que vendrán al final del ciclo pero falta mucho para eso, confió en que una semana de estudio será suficiente para conseguir las calificaciones que me permitirán ubicarme en el Wizengamot en el futuro.

    Ésta semana en particular es para disfrutar. Haloween está entre nosotros y es una de mis épocas favoritas, la oportunidad de sacar mi metamorfomagia a flor de piel y ligar con un montón de vampiros sexys, licantropos sexys o la versión sexy del disfraz popular de éste año.

    Salgo de la sala común y me encuentro con el primer participante del concurso de disfraces, alguien que está escondido debajo de maquillaje pero no me cabe duda de su identidad pues ¿Quién demonios se viste de un príncipe casto? Me acerco a el con una sonrisa de lado y lo envuelvo por detras con mi capa de pirata, porque los piratas tienen capa y que nadie me diga lo contrario.— ¿Dulce o beso?
    Viktor R. Carstairs
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    Con Viktor R. Carstairs.

    La verdad es que estaba muy contento, me gustaba mucho disfrazarme y también Halloween. No sabía explicar por qué, pero era una fecha que me encantaba, igual que las navidades. Aunque la primera y actual fiesta a veces se usaba para molestar a los demás… o hacerles sentir mal.

    No fue el caso exacto, pero de repente dejé de ver bien porque alguien me había cubierto con una capa, dándome un buen susto de paso. Había soltado un ligero grito y dado un respingo. Bueno, no me podía quejar… era Halloween, la fiesta del miedo, de los sustos y de las golosinas. En cuanto habló supe que se trataba de Viktor, ese chico incorregible de Slytherin que buscaba besos donde podía, o al menos eso parecía dada su modificación del típico grito de Halloween.

    ¡Ah, Viktor, para! —exclamé intentando quitarme la tela de encima, sin responder a su pregunta y sin intenciones de hacerlo. No tenía chuches encima ¡y no pensaba darle un beso! De sólo pensarlo me sonrojaba…
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    Viktor R. Carstairs
    Miembro del Departamento de Justicia
    Con James C. MacKenzie

    Hay personas que simplemente aceptan mis proposiciones, comprenden que no es nada más que diversión y me siguen la corriente con mis ideas perversas... James no es una de esas personas. Ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que le tiré indirectas, a veces él ni se ha dado cuenta, y de verdad estoy empezando a perder las esperanzas. Solo nos quedan unos meses y luego él va a conocer a alguien, se va a casar y nos volveremos a ver en la reunión de egresados en dónde llegaré solo en limusina, luciendo fabuloso, pero envidiando un poco esa vida que él probablemente construirá.

    Parar no era una de las opciones — reprocho alejandome unos pasos de él para observarlo con los brazos cruzados y mis ojos cargados de delineador juzgandolo de arriba a abajo por su disfraz — ¿Sabías que los reyes hacian tratos con los piratas antaño? Tenian sus propios negocios y así se aseguraban que los bandidos no causaran problemas en el territorio... Podemos hacer negocios también. — propongo con una sonrisa traviesa — ¿Irás a la fiesta oficial o piensas colarte en alguna clandestina? Oí que se podrá conseguir alcohol en algunas...
    Viktor R. Carstairs
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    Con Viktor R. Carstairs.

    Casi me reí al ver su especie de puchero cuando se separó de mí y me giré hacia él para mirarlo y ver su cara de fastidio, pero sólo sonreí… hasta que vi sus ojos perfilados y me quedé sin aire. Viktor era muy guapo y atractivo, tan desgarbado y alto que podía alcanzar lo que quisiese y a quien quisiese, cualquiera podía darse cuenta de eso y yo seguía teniendo ojos en la cara… pero con los ojos maquillados así me parecía aún más guapo.

    Tuve que hacer un esfuerzo para hablar, porque me estaba hablando y era evidente que debía responderle porque me había hecho varias preguntas. Aunque una de ellas era otra nueva proposición “indecente”. Lo cierto es que por mí le habría dicho que sí hacía tiempo, pero yo no quería un simple lío… yo era más tradicional, quería una relación estable y… bueno, Viktor era divertido, ¿por qué no iba a querer estar con él? Lo malo es que él era un alma libre y yo ni podía ni quería que cambiase nada por mí. Además, ¿por qué lo haría? Yo sólo sería uno más en la lista.

    Ahogué un suspiro y me dispuse a contestar ahora que por fin habían dejado de temblarme los labios.

    Pues tendrás que hablar con mi padre, porque yo soy un príncipe muerto, nunca llegaré al trono —bromeé con una leve sonrisa, aún sentía cierta tristeza por los últimos pensamientos, pero hice una pequeña mueca antes de responder lo que dijo sobre el alcohol—. Yo no bebo alcohol, Viktor. Iré a la fiesta oficial, no creo que me divierta en las otras… pero espero que tú lo pases bien, aunque tú siempre lo haces —dije con suavidad, volviendo a sonreír. Admiraba eso de él.
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    Viktor R. Carstairs
    Miembro del Departamento de Justicia
    Ésta temblando, puedo ver como está temblando y eso me da un poco más de esperanzas respecto a lo que puede resultar de ésta conversación. Solo sonrío de la forma más encantadora que puedo y doy un paso hacia adelante para acortar la distancia que nos separa de forma disimulada.

    No bebe alcohol, lo cual arruina mi plan de emborracharlo y robarle un beso, pero creo que puedo improvisar algo mejor — Bueno, yo tampoco bebo — respondo encogiendome de hombros — Y me niego a hacer negocios con el rey, es un tipo amargado y viejo... En cambio su hijo me agrada, aunque esté muerto — bromeo. Que no entienda que me va la necrofilia, por favor, solo estoy bromeando.

    Doy unos pasos más hacia adelante y comienzo a juguetear con los bordes de su disfraz. No es la versión sexy de nada pero ese tan James que me encanta — Podría ir a la fiesta oficial entonces... Para pasar un rato casto contigo y quizás, con mucha suerte, termines accediendo a mi propuesta — ya, no tengo mejor que eso ¿Qué mas quiere de mí?
    Viktor R. Carstairs
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    Invitado
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    Con Viktor R. Carstairs.

    Alcé las cejas al escucharle decir que él tampoco bebía. Eso no era cierto, ¡claro que bebía! Además, aunque no lo supiese lo habría imaginado porque ¿por qué mencionaría lo de las fiestas con alcohol si no? A mí ni se me habría pasado por la cabeza salvo para decir que no pisaría esos eventos. No era de meterme en asuntos ilegales y aún no teníamos edad para beber… y aun así, aunque ya tuviese los dieciocho no tomaría nada de eso… no era algo que me apeteciera.

    Esa sonrisa que mostró, sin embargo, me impidió reaccionar más rápido, pues además se acercó más a mí y yo ya me estaba sintiendo algo intimidado. Mi mirada iba de sus ojos a su cabello y de allí a sus labios, y luego otra vez a sus ojos. Me vi obligado a hacer otro esfuerzo por hablar.

    Mentiroso… —dije logrando esbozar una sonrisa de lado, pero luego me reí por la broma del rey y su hijo—. Vaya, qué halagador… gracias.

    Se me encogió el estómago cuando se acercó aún más y empezó a toquetear mi disfraz. Quería echarme para atrás, alejarme de él, porque me ponía nervioso que estuviese tan cerca y estaba seguro de que él lo sabía, pero tampoco quería ser grosero… ni que interpretara que no quería nada con él porque sí que quería… lo malo es que no era lo mismo que él deseaba, ojalá él lo supiera…

    Viktor… —empecé al escuchar su “propuesta”— es muy halagador que te fijes en el bajito y regordete de la clase… de verdad… p-pero yo no soy… no hago… yo no quiero ser algo pasajero para nadie, mucho menos para ti —respondí y entonces sí que tuve que alejarme y apartar la mirada, porque no era capaz de mantenérsela.
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    Viktor R. Carstairs
    Miembro del Departamento de Justicia
    Con JCM

    Noto como sus ojos van recorriendo mi rostro porque es justamente lo que yo estoy haciendo con el suyo, aunque casi que no hay James en lo que veo... Solo sus inconfundibles ojos y bella sonrisa, esos que podría reconocer incluso a kilómetros de distancia - ¿Cómo que mentiroso? Pregúntale a cualquiera si alguna vez me han visto ebrio - y no va a encontrar testigos. Las veces que me embriagué fue estando solo porque es la única forma en la que puedo tolerar estar sin mi escudo mental. Hace poco alcancé a dominarlo y aprendí a las malas que el alcohol quedará eliminado de mi vida.

    Me alegra que no se aparte pero de todas formas pone un freno a lo que digo con sus palabras. Hago una mueca pues tengo a muchas personas pasajeras y quizás, solo quizás, podría hacer una excepción con él... Es el último año y ya he vivido otros cuatro de locuras en la escuela. El amor adolescente es algo que todos ostentan así que puede que sea mi oportunidad - No me fijo en el bajito y regordete de la clase... Me fijo en el chico que llena el aula de luz cada vez que entra, en el que le da la mano a todos sin importar lo que pase y en el que cree que es tan asombroso que está haciendo considerar a Viktor Carstairs la monogamia - respondo con una sonrisa, ya no traviesa como las de antes, sino una honesta.

    Deslizo mis manos desde las solapas de su traje por sus brazos hasta la cintura y me quedo allí, sin decir una sola palabra más ni hacer un solo movimiento que podría arruinar todo - ¿Que dices?
    Viktor R. Carstairs
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    Riley Kavalier
    Con Lara Scott

    Una ligera gota de sudor cae por mi frente y cae en el caldero que estoy revolviendo haciendo que se me pare el corazón. Las pociones son exactas por una razón, cualquier cambio altera el resultado y puede causar resultados catastróficos... Y no es que estoy haciendo una simple poción agudizadora de ingenio ¡No! Es una poción explosiva para tirar abajo la puerta de la cámara de los secretos ni más ni menos. No quiero ser recordado como el alumno que arruinó la poción y por eso el castillo de vino abajo ¡Quiero ser recordado como el que inventó un hechizo para trasportar el castillo de un sitio a otro! Cosa en la que aún estoy trabajando.

    Miro a Lara con una expresión de pánico y me aparto del caldero para estirar las piernas en el rincón de las mazmorras que está funcionando de refugio para nosotros. Saco un armado del bolsillo y lo enciendo con rapidez para llevármelo a la boca y así calmar la ansiedad que la situación me genera - Hicimos todos los planes perfectos, tenemos las coordenadas y el material para superar los obstáculos ¡No puede arruinarlo todo una gota de sudor! - exclamo y con cada palabra mi voz se va volviendo más y más ronca por el humo que comienza a correr por mis vías aéreas - ¿Deberíamos comenzar de nuevo? Nos llevará meses... Ya no podríamos abrir la cámara en Halloween.
    Riley Kavalier
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    Invitado
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    Con Viktor R. Carstairs.

    Reí levemente, alzando las cejas.

    Como si no hubieses podido beber solo —comenté, aunque eso fuese bastante raro, ¿para qué iba alguien a querer emborracharse solo?—. Además… que bebas no significa que te emborraches, ¿no? A menos que no tengas mucho aguante… —comenté sin ninguna mala intención, porque por ejemplo tenía claro que yo seguramente me emborracharía enseguida con cualquier cosa porque no estaba nada acostumbrado.

    Sin embargo, la conversación se puso más tensa cuando él comenzó a decir aquellas cosas. Sentí que el estómago me daba un vuelco y que comenzaban a arderme las mejillas… ¿De verdad Viktor pensaba eso de mí? Era tan bonito… creo que nunca le había escuchado decir algo como aquello… pero aun así no entendía por qué él preferiría estar conmigo antes que con sus conquistas con las que podía compartir otra clase de cosas que yo no estaba dispuesto a darle tan fácilmente por puro miedo.

    Yo… —comencé cuando llegó mi turno de hablar. Tenía que contestarle algo, aunque no sabía realmente qué me estaba proponiendo. ¿Qué quería de mí? Y cada vez estaba más nervioso, sobre todo porque ahora me había tocado más y tenía sus manos en mi cintura— Tengo miedo, Viktor… —dije bajando la mirada de nuevo— Ni… ni siquiera sé qué me estás proponiendo.
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    Viktor R. Carstairs
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    Alzo las cejas y asiento pues tiene un punto ahí. Si bebo solo y me emborracho porque ¿Para qué iba a querer beber entonces? Quizás mis papilas gustativas no están completamente maduras aún, pero cualquier tipo de alcohol es asqueroso y la única razón por la que se me cruza la idea de beber es para disfrutar de sus bellos efectos una vez que sube a la cabeza ¿No es eso por lo que beben todos? Quizás pueda hacer una encuesta luego ¿Para qué beber? ¿Porque te gusta o porque quieres olvidar tus penas? Quizás pueda usarlo de trabajo para entregar en mis materias sociales.

    Pero el alcohol no importa sino la situación que se está formando ahora mismo. Cualquiera diría que estoy ebrio por mi comportamiento y la viva prueba es que ni James cree lo que estoy diciendo, pero estoy seguro y que me parta un rayo si no hablo en serio. No puede ser tan malo estar con una sola persona ¿No? El chico es simpático, bueno y no me inspira el miedo que me dan los demás de llegar a leer sus mentes por accidente. Es un tipo libre de sorpresas y probablemente justo lo que necesito para pasarla bien.

    - ¿Miedo de mí? - pregunto extrañado y tengo que inclinarme un poco para buscar sus ojos - Soy un pirata, no una mala persona - intento defenderme con una sonrisa - E incluso los piratas necesitan tocar puerto de vez en cuando - y a veces se quedan allí de por vida, terminan atendiendo un bar como lo hizo Long John Silver - Te mostraré lo que te propongo... - murmuro antes de buscar sus labios y darle un beso suave para no espantarlo pero lo suficientemente intenso como para que sepa de lo que se perdería de rechazarme - No está tan mal ¿Ves?
    Viktor R. Carstairs
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    Con Riley Kavalier

    ¿Abandonar? ¿A estas alturas de un plan que nos llevó meses? — ¡Olvídalo! No esperaré meses a tener la oportunidad de nuevo, ¡es solo una gota de agua, por Morgana! No cambiará el curso del universo que haya caído en el caldero— o eso es lo que quiero creer, que en clase de Adivinación suelen hablarnos sobre las consecuencias que tienen los pequeños actos, ¡y ni hablar! Paso mis dedos por todo lo largo de mi cabello para envolverlo alrededor de mi mano, lo coloco en mi coronilla y lo atravieso con mi varita para que se quede allí pendiendo.

    Subo aún más las mangas dobladas de mi camisa a la altura de mis codos y lo empujo un poco para que me ceda su lugar delante del caldero. —Aparta, si eso se te cae en el caldero sí se echará a perder del todo—. El pegamento que pretendemos conseguir tendrá tal olor que tumbará a una manada de hipogrifos y los hará soñar con unicornios, salvajes y sensuales unicornios, si tengo que guiarme por el efecto que tiene en mí las veces que Riley me ha dejado probar. Pestañeo por el humo que está cosquilleando mi nariz, pero lo ignoro. Le robo su varita a mi amigo para reemplazar la que tengo en mi cabello, y así con la mía me pongo a la tarea de seguir revolviendo el caldero. —¿Ves? Todo bajo control— indico, cuando el líquido se va espesando en una masa verde y blanda que cuelga de la punta de mi varita cuando quiero probar su consistencia. —¿Dónde dijiste que estaba la puerta a la cámara según las coordenadas? Prepárate, la cámara está a punto de ser abierta, todos los misterios se resolverán y habrá terror en Navidad— dramatizo, con una voz mucho más profunda.
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    Riley Kavalier
    Con Lara Scott

    No, no podemos esperar meses... Porque a fin de año tenemos que dar los TIMO's y quién sabe qué será de nosotros para ese entonces. Es nuestra única oportunidad así que será mejor seguir con el plan pese a las consecuencias que mi gota de sudor pueda tener en la mezcla - En realidad no es solo agua, lo sabes ¿Verdad? - pregunto porque necesito que ella también comprenda los riesgos que tomaremos. La gota de sudor tiene mi esencia, enzimas capaces de catalizar reacciones inimaginables con elementos mágicos, iones y quién sabe cuántas cosas más que se me están escapando.

    Me dejo apartar y me concentro en mi cigarro mientras observo como pone manos a la obra. No sé si es algo que veremos a simple vista pero ya que, no vamos a abandonar el proyecto ahora y si tiene que explotar la escuela que explote... Creo que los hongos ya están haciendo efecto luego de unas pocas caladas porque de repente la idea no parece tan mala, después de todo los traviesos también son recordados... Creo que hay una especie de altar para un par en una parte de la escuela, el famoso pantano.

    Hago una mueca cuando me saca la varita y hago una anotación mental de regalarle un broche para su cabello. Curioso sería que se lance algo contra su nuca y en lugar de la cámara de los secretos terminemos en la enfermería - En el baño de chicas del segundo piso, las coordenadas dicen que está ahí pero no sé cómo vamos a entrar - dicen que hay que tener habilidades especiales - ¿Qué crees que encontraremos allí adentro? ¿Y navidad? ¿Lo que salga va a durar dos meses en el castillo?
    Riley Kavalier
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    Con Viktor R. Carstairs.

    No quise decir eso. Él no me daba miedo, ¿cómo iba a hacerlo? Lo que me daba miedo es que me partiese el corazón una vez conseguido lo que a él le gustaba hacer… no es sólo que me atrajese su forma de ser y su increíble aspecto, es que yo estaba enamorado de él, si hubiese tenido más valor y no hubiese sabido cuáles eran sus “costumbres” le habría pedido que fuese mi novio hacía mucho tiempo.

    Negué con la cabeza, no queriendo que él se sintiese mal por lo que yo había dicho, aunque luego sonrió y eso me hizo sentir algo más aliviado. Al menos a ese respecto, porque en cuanto a la conversación no estaba nada tranquilo, cada vez me ponía más nervioso y cuando la confusión llegó a su punto más álgido al escuchar que él me mostraría lo que me proponía… mis ojos se abrieron de par en par al recibir un beso suyo.

    Un beso de Viktor. Me quedé casi sin respiración, mirándolo sin dar crédito a lo que hacía… aquel gesto se me hizo muy corto, yo quería que durase más… Respiré hondo cuando escuché lo que dijo después.

    Claro que no está mal, Viktor, n-ni que y-yo no hubiese querido b-besarte d-desde hace d-dos años… —dije con aún más nerviosismo, volviendo a mirar sus labios. Nunca había besado a nadie y había sido una sensación maravillosa, quería que me besara otra vez… sí, eso quería, pero no sabía si lo haría si no le decía nada más, así que… me puse de puntillas, apoyándome en sus hombros, y le devolví el beso con torpeza.
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    Viktor R. Carstairs
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    Alzo las cejas sorprendido cuando confiesa que quería besarme desde hace dos años y acaricio con cuidado su rostro para que se tranquilice y deje de tartamudear. Intento recordar cuándo fue la primera vez que lo ví llegar y sentí una ola de paz pero no lo recuerdo... Quizás cuando se sentó debajo del sombrero seleccionador y me pareció un niño adorable, sí, probablemente en ese momento. Fue un gran contraste entre nosotros pues yo entré con toda la confianza y casi diciendo a los gritos que quería formar parte de Slytherin y él... fue James.

    Vuelve a besarme con algo de torpeza y se dibuja una sonrisa en mi rostro que hace difícil poder devolverle el beso, pero al final lo logro pues no puedo creer que al final lo único que tenía que hacer para que me prestara atención era ser honesto. Nada de cumplidos picantes o miradas pervertidas sobre los libros en la biblioteca, no, simplemente palabras y un beso que, en mi opinión, fue bastante inocente.

    - ¿Podemos ir juntos a la fiesta de Halloween ahora? A la oficial que no tiene alcohol - lo tranquilizo poniendo los ojos en blanco. No es que ninguno vaya a emborracharse pero es más divertido cuando los demás pierden las inhibiciones... Aunque creo que no podré usar esa ventaja a mi favor, ya no es necesario pues mis intenciones estarán destinadas a una sola persona.

    No lo dejo responder, vuelvo a besarlo ésta vez con más soltura y lo atraigo hacia mí para que juntos nos vayamos apartando del camino central de las mazmorras, que la verdad no tengo ganas de que nadie nos interrumpa ahora así que mejor ir a un rincón oscuro - Y yo también tenía ganas de besarte desde hace tiempo... Y otras cosas también pero no te preocupes, iremos a tu ritmo.
    Viktor R. Carstairs
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    Con Riley Kavalier

    Ok, es agua con sal. ¿Qué tanto mal puede hacer un poco de sal? Sé que te tapa las arterias cuando la comes en exceso, pero a diferencia de mi amigo mis intereses cuando vamos a la biblioteca no están puestos en libros que tenga que ver con anatomía o las secreciones biológicas, si bien en la privacidad relativa que dan los estantes de libros, ese lugar tiene fama de que se estudia allí más de una anatomía y mejor no pensar en las secreciones. No es que yo sepa, o tal vez sí, me han llegado rumores. El castillo no es tan grande como parece, los chismes corren rápido, como también lo hará nuestra gran hazaña y seremos recordamos como los Ravenclaw que resolvían todos los secretos imposibles, que irónicamente se encuentra en el baño de chicas. —¡Uh, uh, Riley! ¡Podrás ir a echar un vistazo!— le tomo el pelo, moviendo mis cejas sugestivamente, que si le han pegado los hongos no creo que sepa distinguir una chica de alguna de esas estatuas de nereidas que están en los vitrales y luego lo tendré jurándole amor a una de esas.

    Es una cámara de los secretos, así que… seguro que hay leyendas en lenguas muertas, hechizos escritos que nadie conoce, puede que encontremos una nueva fuente de magia que nos haga mejores ¡o quien sabe! ¡Portales a otros mundos! ¿No te gustaría conocer otros mundos, Riley? Donde el tiempo funcione distinto, donde haya especies que nadie conoce. ¡Y seguro que habrá guardianes! ¿Trajiste tu espada serafín?— bromeo, continuando con la mezcla de pócima hasta que puedo verterla con la guía de la varita, en un frasco que nos servirá para trasladarla hasta el baño de las chicas. — Más que preocuparme lo que pueda salir de allí, me preocupa que nosotros podamos salir— lo digo como si nada, como un comentario al pasar. —¿Ya dejaste escrita tu carta de despedida?—. Por un momento de auténtico terror, cuando todavía ni hemos metido un pie dentro de la cámara, una gota del contenido se resbala fuera del frasco y cae al suelo. Corree la baldosa sucia como si fuera ácido y le lanzo una sonrisa triunfal a Riley. —Casi cayó sobre mi zapato, eso hubiera sido terrible…
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    Riley Kavalier
    Con Lara Scott

    Hago una mueca de desaprobación pues no puedo creer que esté sugiriendo que yo podría hacer cualquier cosa impropia en el baño de chicas. En primer lugar ni siquiera quiero ver lo que pasa allí adentro, en mi mente es como una fila para entrar al ministerio de la magia. En segundo lugar el sitio está vacío por todas las historias que corren sobre él. Y en tercero el día que quiera ver a una chica será porque de verdad lo quiera así y ella también querrá, no por una jugarreta a los quince años.

    Su siguiente comentario tiene mucho más sentido porque eso sí es algo que puedo comprenderlo. Dudo que haya un portal a otros mundos porque el gobierno ya habría utilizado eso a su favor, pero sí sería maravilloso explorar nuevos mundos, descubrir la vida y civilización que existen en el espacio extraterrestre y llegar a dónde jamás ha llegado el ser humano - No traje una espada pero... - comienzo revolviendo mis bolsillos pues me gusta estar preparado - Tengo un destornillador - completo levantando el aparato en mi mano como si fuera una varita - Seremos exploradores del espacio - ahora si no hay un portal voy a sentirme muy decepcionado.

    Observo sin respirar como empieza a volcar la poción en el frasco, pero me des concentro cuando pregunta si dejé mi carta de despedida - Nadie va a extrañarme ¿Para qué una carta de despedida? - pregunto de mal humor, uno que de desvanece al ver como una gota cae sobre el suelo y lo corroe como si fuera el más potente de los ácidos - Puedes vivir sin pie, pero intentemos llegar enteros hasta la cámara ¿Si? - el corazón me late a mil, tanto que bien podría tener dos en el pecho ahora mismo - Déjame llevar el frasco - pido dejando el cigarro entre mis labios para tener una mano libre.
    Riley Kavalier
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    Con Riley Kavalier

    Examino su arma improvisada con ojo crítico. —También funcionará si hay que clavarle en el ojo a alguien— se lo apruebo, mejor un destornillador a nada o a cargar con un puffkein. ¿Qué haces con un puffkein? ¿Arrojárselo a un cancerbero para que lo trague de un bocado? ¿Y qué si hay golems de piedra? Me gustaría que hubiéramos trabajo con Riley en uno de esos trajes especiales que nos protejan de ondas de magia dañina o de golpes que podrían dejarnos sin pulmones, ser un poco algo así como indestructibles. Pero es un proyecto que está en ascuas recién, le falta tiempo para madurar. Y lo que menos tenemos es tiempo. Lo compensamos con varita e ingenio, ¡y listo! ¡Vamos! ¡Esto es pan comido! Daremos un paseo por la cámara de los secretos y luego podremos decirle a quien quiera saber que no se lo diremos, porque son secretos. Todo el conocimiento lo guardaremos para nosotros y las grandes cosas que haremos a futuro.

    Pues yo le dejé una carta a Mohini y me parece una falta de respeto que no le hayas dejado una también, ¡te cocinó pollo tikka la última vez que fuiste a cenar!— se lo recuerdo, por si se le había pasado. Mi madre nos mataría si no le dejamos al menos unas palabras de despedida, nos re mataría. No, iría a buscarnos al infierno para traernos de las orejas para echarnos la bronca y dejarnos una semana castigados, ¿qué nos solía decir sobre no meter la nariz donde no nos llaman? Y aquí vamos, buscando portales a otros mundos. —¡No, lo llevaré yo!— exclamo, dejando el frasco fuera de su alcance. ¡Fue solo una gota! Me pongo de pie con poco equilibrio porque tengo una de las manos ocupadas y con la otra manoteo el aire así puedo incorporarme.

    Se cae una gota un poco más gruesa que la anterior y me hace saltar hacia atrás que esta provoque unas burbujas que explotan como si fueran petardos. —Ok, llévalo tú— se lo entrego a Riley con brusquedad para deshacerme de lo que sea que hemos creado. —¡Pero cuidado con que no se te caiga el cigarrillo dentro!— lo prevengo, ¡lo que nos faltaría! Agito mi varita para que los ingredientes que usamos vuelvan a las cajitas donde estaban y todas se metan dentro del caldero que levita para seguirnos. Algún residuo de la poción habrá quedado, que dentro de la olla se escucha el revuelo de estallidos y se levanta una breve llamarada azul que se extingue como si nada. —¡Bien! ¡Esto se puso raro!— digo con mi espalda pegada a la pared húmeda del pasillo y siento el musgo sucio bajo mis palmas. —¡Hemos creado un monstruo!
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    Riley Kavalier
    Con L.S.

    Bueno, puede que haya tenido que hacer una carta para mamá Mo pero ¿Que le diría? Le digo cuanto la quiero y agradezco todo lo que hace por mí cada vez que voy de vacaciones a su casa, desde aquella primera vez en la que Lara invitó a un niño raro a quedarse por un par de días y luego se terminaron convirtiendo en semanas hasta meses como ocurre ahora - Mo ya sabe que la voy a extrañar si me muero y si no volvemos puedo inventar algo que nos ayude a comunicarnos a través de las estrellas - estoy casi seguro de que puedo lograrlo con la ayuda de mi compañera, a ella se le dan mejor las cosas manuales así que hacemos un buen equipo. Aunque quizás decir que se le dan bien es generalizar demasiado viendo como trata a ese frasco.

    Pongo los ojos en blanco cuando niega mi ayuda y espero descargando mi peso en una de mis piernas al siguiente desastre que no tardará en llegar. Tres... dos... uno... ¡Bingo! - Algún día me harás caso a la primera - comento con algo de dificultar pues tengo la mitad de la boca apretada para que no se caiga el cigarrillo. Sostengo el frasco con cuidado y frunzo el ceño para concentrarme, como si eso fuera de ayuda, no voy a dejar que una sola gota más caiga sobre el suelo ya que solo servirá de rastro para que los profesores nos encuentren cuando comencemos nuestro camino.

    Me sobresalto pero sigo con el frasco firme cuando algo ocurre en el caldero. Abro los ojos grandes como platos y camino de puntillas hasta allí para ver qué es lo que se está formando - No me digas que comenzamos el apocalipsis de los monstruos gomosos - porque la pasta explosiva no es líquida, pero tampoco sólida... Así que de ser así tendríamos un montón de criaturas flexibles y explosivas, muy difíciles de controlar - ¿Eso es por mi sudor? ¿Son mitad Riley? - pregunto preocupado y doy unos cuantos pasos hacia atrás. Claro está que no soy un Gryffindor.
    Riley Kavalier
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